martes, 31 de marzo de 2009

«Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que Yo soy»

Ante ti cuelga el Salvador en la cruz porque se hizo obediente hasta la muerte en la cruz (Flp 2,8)... Tu Salvador cuelga ante ti en la cruz, desnudo y solo, porque él ha escogido la pobreza... Tu Salvador cuelga ante ti con el corazón abierto. El ha derramado la sangre de su corazón para ganar el tuyo. Si quieres seguirle en santa pureza, tu corazón tiene que estar libre de todo deseo terreno... Los brazos del crucificado están extendidos para atraerte hasta su corazón. Él quiere tu vida para regalarte la suya. ¡Ave cruz, spes unica! ¡Salve, santa cruz, nuestra única esperanza!

El mundo está en llamas... Pero en lo alto, por encima de todas las llamas, se eleva la cruz. Ellas no pueden quemarla. Ella es el camino de la tierra al cielo. Quien la abraza con fe, amor y esperanza es llevado hasta el seno de la Trinidad. El mundo está en llamas. ¿Te sientes impulsada a apagarlas? Mira a la cruz. Desde el corazón abierto brota la sangre del Redentor. Ella apaga las llamas del infierno. Haz libre tu corazón... y se derramará en tu corazón el caudal del Amor divino hasta inundar y hacer fecundos todos los confines de la tierra.

¿Oyes el gemir de los heridos en los campos de batalla? Tú no eres médico ni enfermera, y no puedes vendar sus heridas. Tú estás encerrada en tu celda y no puedes alcanzarlos. ¿Oyes la llamada agónica de los moribundos? Tú quisieras ser sacerdote y estar a su lado. ¿Te conmueve el llanto de las viudas y de los huérfanos? Tú quisieras ser un ángel consolador y ayudarles. Mira al Crucificado. Si estás esponsalmente unida a él en el fiel cumplimiento de tus santos votos, tu sangre es su sangre preciosa. Unida a él eres omnipresente como él. Tú no puedes ayudar como el médico, la enfermera o el sacerdote aquí y allí. En el poder de la cruz puedes estar en todos los frentes, en todos los lugares de aflicción...

Los ojos del Crucificado te están mirando, interrogándote y poniéndote a prueba. ¿Quieres sellar de nuevo y con toda seriedad la alianza con el Crucificado? ¿Cuál será tu respuesta? «Señor, ¿a quién iremos? Tú sólo tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68). ¡Ave Cruz, spes unica!

iglesia.org

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lunes, 30 de marzo de 2009

Benedicto XVI dice que el viaje a Africa le produjo una "profunda emoción"

El papa Benedicto XVI afirmó el domingo durante la oración del Angelus en la plaza San Pedro que su reciente viaje a Africa le provocó una "profunda emoción".

El jefe de la Iglesia católica dijo que durante su viaje se quedó "impresionado por dos aspectos (...) la alegría en los rostros de la gente, la alegría de sentirse parte de la familia única de Dios" y "el fuerte sentido del (caracter) sagrado" de las celebraciones litúrgicas.


"Esta visita me ha permitido comprender mejor la realidad de la Iglesia en Africa, en la variedad de experiencias y en los desafíos que debe enfrentar", afirmó Benedicto XVI.

Ese primer viaje a Africa de Benedicto XVI atrajo a multitudes de fieles, pero se vio empañado por las polémicas declaraciones del Papa sobre el uso del preservativo.

Cuando iba rumbo a Africa, un continente devastado por el sida, Benedicto XVI afirmó que no se podía "resolver el problema del sida (...) con la distribución de preservativos" y que "por el contrario", su "uso agrava el problema".

univision.com

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domingo, 29 de marzo de 2009

Representante vaticano: Los cristianos son los más discriminados del mundo

El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente vaticano ante las oficinas de la ONU en Ginebra, ha constatado que en estos momentos la comunidad cristiana es la más discriminada del mundo, al explicar los motivos que llevaron a la Santa Sede a oponerse a la resolución de las Naciones Unidas sobre la difamación de la religión.


Con una mayoría de 23 votos a favor, 11 en contra y 13 abstenciones, el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos aprobó el 26 de marzo una controvertida resolución, presentada por Pakistán, en nombre de los países de la Organización de la Conferencia Islámica, en la que se expresa "profunda preocupación" por la frecuente difamación de las religiones, pero sólo menciona al islam entre ellas.

Monseñor Tomasi ha aclarado que falta por aclarar el concepto de "difamación de la religión", "pues puede ser utilizado para justificar las leyes contra la blasfemia, que como bien sabemos, en algunos Estados son utilizadas para atacara a las minorías religiosas, incluso de manera violenta".

Según el último "Informe sobre libertad religiosa en el mundo", publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, precisamente en Pakistán el peor instrumento de la persecución religiosa es la Ley de Blasfemia, que continúa cobrándose cada vez más víctimas, y que establece la pena de muerte o la cadena perpetua para las ofensas al Corán.

"Según numerosos analistas, es una de las herramientas que los fundamentalistas islámicos utilizan para atacar a las minorías y abocar al país a una radical islamización", explica el informe.

Por este motivo, monseñor Tomasi considera a los micrófonos de Radio Vaticano que al hablar de lucha contra la difamación religiosa "el desafío consiste en encontrar un sano equilibrio, que armonice la propia libertad con el respeto de los sentimientos de los demás, y el camino para lograr este objetivo pasa por aceptar los principios fundamentales de libertad, que están inscritos en los tratados internacionales".

En su informe ante la Comisión, el representante del Papa denunció el aumento de la intolerancia religiosa en el mundo, en particular contra las minorías cristianas.

"Si analizamos la situación mundial, vemos que, de hecho, los cristianos, como están documentando varias fuentes, son el grupo religioso más discriminado; se habla incluso de más de 200 millones de cristianos, de las diferentes confesiones, que se encuentran en situaciones de dificultad, pues hay estructuras legales o culturas que llevan a una cierta discriminación contra ellos".

Monseñor Tomasi denunció también el hecho de que ahora los cristianos son sometidos a discriminación incluso e algunos países en los que son mayoría.

"Hay situaciones --incluso declaraciones públicas parlamentarias-- que atacan diferentes aspectos de la creencia cristiana, y esto tiende marginar de la sociedad a los cristianos y a impedir la contribución con sus valores a la misma", constata.

zenit.org

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sábado, 28 de marzo de 2009

Hijos adoptados

Uno no sabe cuándo se le van a caer las escamas de los ojos, esos prejuicios que nos impiden conocer la verdad de las cosas.

Me sucedió apenas unos días atrás, pues tuve la suerte de contemplar la relación de una madre con su hijo, un niño chico que la abrazaba y llenaba de besos, y hasta buscaba su regazo para cerrar los ojos de pestañas rubias y echarse a dormir con la confianza de quien siente el calor de una protección segura…

De niños estudiábamos el Catecismo de la Iglesia Católica adaptado a nuestra edad. Aquella repetición de memoria de cada uno de sus puntos formaba parte de la asignatura de Religión y de las sucesivas catequesis. Una vez conocidos los textos, llegaba el momento de adentrarse en los distintos matices de las Verdades de la Fe, el contenido de los sacramentos, las obras de misericordia, los Mandamientos y hasta el significado de las principales oraciones del devocionario. Aquel librito compendiaba los conocimientos básicos para recibir la primera Comunión y la Confirmación. Era el resumen perfecto de la ciencia religiosa para un cristiano de a pie.

En las primeras páginas comprendíamos que la fe gira entorno a un Dios que es padre, pero recuerdo con cierta inquietud la aseveración de que «los cristianos somos hijos adoptivos de Dios por la Gracia», adopción que logramos «a través del Bautismo». Lo de «hijo adoptivo» siempre me sonó a filiación de segunda clase, a una paternidad distante, despreocupada, como si la única fórmula posible para generar una relación paterno-filial fuese la natural.
Todo cuadra finalmente


Las escamas de los ojos se me cayeron ante aquel niño que dormía en el regazo de su madre después de haberla coronado de besos y caricias. Aunque ahora vive en Madrid, los primeros cuatro años de su existencia los pasó en un orfanato de cualquier provincia rusa, sin referentes maternales ni paternales, a pesar de los cuidados de una administración supongo que eficiente. No logro imaginar el deseo con el que buscaba la seguridad de unos padres adoptivos ni el anhelo de esos padres por encontrar a ese hijo adoptado. Sus padres, que son un precioso reflejo de Dios que nos busca, recorrieron medio mundo para traerle a España junto con su hermana y entregarles una familia total, real y definitiva.

Mientras le contemplaba, dormido en brazos de su madre, me acordé del Catecismo y desapareció mi infante inquietud ante la paternidad adoptiva de Dios.

iglesia.org

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viernes, 27 de marzo de 2009

Que el Señor santifique nuestra voluntad

Sb 2, 1. 12-22
Jn 7, 1-2; 10, 25-30

“Jesucristo —nos dice el Evangelio—, no es capturado porque todavía no había llegado su hora”. Es éste uno de los temas que más recurren en San Juan: la hora de Cristo como el momento de la redención, como el momento en el cual Él va a librarnos a todos de nuestros pecados.

La hora de Cristo es una hora que no es suya, no está impuesta por Él, sino que es la hora que el Padre le ha impuesto, y mientras no llegue ese momento, Jesucristo va a vivir, por así decir, libre de sus enemigos; pero en el momento que esa hora llegue, Jesucristo va a ser entregado a sus enemigos.

Esto nos podría parecer una especie de determinismo o de falta de libertad, cuando realmente es un sumergirse en la orientación de nuestra libertad a la adhesión total a Dios. En el caso de Cristo, el hecho de tener que obedecer a Dios va a significar, en ese momento concreto, escaparse de sus enemigos: “Todavía no había llegado su hora”. Sin embargo, sabremos que después, cuando llegue su hora, Jesucristo será entregado. Es lo que Jesús dice a los soldados que van a aprenderlo en el Huerto de los Olivos: “Ésta es vuestra hora y la del Príncipe de las Tinieblas”.

Es una disposición interior que nosotros tenemos que llegar a tomar: la disposición interior de llegar a aceptar la hora de Dios sobre nuestra vida. Es decir, aceptar plenamente el camino, el designio de Dios sobre nuestra vida, lo cual requiere nuestra capacidad de purificar nuestra voluntad, nuestra capacidad de decir a nuestra voluntad que no es ella la que tiene que mandar, sino que es Dios nuestro Señor quien lo tiene que hacer.

Podríamos decir que es la vida la que nos va guiando, porque aunque nosotros podemos planear unas cosas u otras, a la hora de la hora, es la vida la que nos va diciendo por dónde tenemos que ir. Nosotros podríamos tener planes, pero cuántas veces esos planes se rompen, se quebrantan precisamente cuando nosotros pensaríamos que más falta nos hace que no se quebrantasen. Este aspecto de nuestra vida requiere que nosotros aprendamos a encontrar y aceptar, en nuestra voluntad, lo que Dios nos pide, y no como quien se resigna, sino como quien libremente se ofrece a Dios. La libertad y la voluntad son elementos que tienen que conectarnos con Dios.

El libro de la Sabiduría habla de “lo que los malvados dicen entre sí y discurren equivocadamente”. Nos dice todos los planes que tienen contra el hombre justo, cómo están dispuestos a atacarlo, cómo están dispuestos a romperlo, cómo están dispuestos a matarlo: “Condenémoslo a muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él”. Y termina diciendo: “Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega. No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud, ni creen en la recompensa de una vida intachable”.

No nos dice nada de que al justo se le vaya a librar de todos esos planes de los malvados, simplemente nos dice que estos hombres no conocen lo que Dios espera oír de ellos.

Nos podríamos preguntar: ¿Y el justo que tiene que enfrentarse con esa injusticia de parte de los malvados? ¿Y el justo que tiene que sufrir todo lo que ellos dicen? Este aspecto llama a nuestra voluntad a hacerse una pregunta: ¿Realmente mi voluntad está puesta en Dios, independientemente del «entrecruzarse» de las libertades humanas, de los ambientes, de las situaciones que nos acaecen? ¿Nuestra libertad, cada vez que se da cuenta de que Dios llega a la vida, ha aprendido a abrirse de tal manera al Señor que, en todo momento, acepte y se abrace libremente a ese misterio que es la presencia de Dios en nuestras vidas?

Quizá ése es el punto más difícil de llegar a entender. Podemos entender el abrazarnos a determinadas situaciones positivas, incluso algunas negativas, pero es difícil cuando el alma siente la impotencia, cuando sentimos que el alma se nos rompe o que nuestra voluntad no termina de obedecernos, no termina de ubicarnos y orientarnos hacia donde tendríamos nosotros que ir.

Es precisamente este designio el que tendríamos que controlar, y para lograrlo es necesario ver en qué lugar nuestra voluntad no está plenamente orientada hacia Dios.

Sabemos que no es fácil orientar en todo momento la voluntad hacia Dios, porque basta que algo no salga como nosotros querríamos y de nuevo volvemos a ser retados, y de nuevo nuestra voluntad vuelve a ser puesta en cuestionamiento para ver qué vamos a hacer con ella.

El camino de purificación de nuestra voluntad y de nuestra libertad es la constante sumisión libre a Dios; el constante abrazarnos al modo concreto en el cual Dios se nos va presentando en nuestra vida.“Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan”.

En el fondo, la purificación de nuestra voluntad tiene este objetivo: esperar en Dios, aunque pueda parecer que alrededor están las cosas muy difíciles; aunque pueda parecer que todo alrededor es obscuridad, es dificultad. “Muchas tribulaciones para el justo, pero de todas ellas Dios lo libra”.

Hay veces que nuestra inteligencia no ve más arriba, no sabe por dónde llevarnos y puede arrastrar a nuestra voluntad y alejarla de Dios. Nuestra voluntad, aun en medio de las dificultades, de las tribulaciones y de las pruebas, tiene que ser capaz de entender que solamente quien se abraza a Dios puede llegar a estar cerca de Él. “El Señor no está lejos de sus fieles”. La fidelidad es obra de nuestra voluntad purificada, puesta totalmente en manos de Dios nuestro Señor.

Que en este camino de Cuaresma aprendamos a descubrir esta purificación de nuestra voluntad. Cada uno en su ambiente, en su lugar, con sus circunstancias. Una purificación de la voluntad que supone el constante exigirse y llamarse a sí mismo al orden, para ver si en todo momento estamos viviendo según la hora de Dios o estamos viviendo según nuestra hora; según la voluntad de Dios o según nuestra voluntad.

Dejemos que el Señor santifique nuestra voluntad, de tal manera que podamos adherirnos a Él, que podamos ponernos totalmente en Él en este camino de conversión que es la Cuaresma, que reclama no solamente una serie de obras de penitencia interior, sino que reclama, sobre todo, la reestructuración y la reeducación de nuestra vida hacia Dios.
catholic.net

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martes, 24 de marzo de 2009

El amor fraterno. Insistencia continua

El Papa Benedicto XVI estableció el Año del Apóstol San Pablo, comprendido entre las fechas 28 de Junio del 2008 al 29 de Junio del año 2009, para conmemorar el Bimilenario del nacimiento de Pablo, el hombre más providencial que Dios regaló a la Iglesia naciente.


En las meditaciones de los lunes y miércoles realizaremos un modesto programa que pretende dar a conocer la vida del Apóstol y exponer en forma sencilla la doctrina cristiana de sus cartas inmortales, las catorce clásicas, incluida la de los Hebreos, la cual contiene claramente de principio a fin el pensamiento paulino, y encontrar por nosotros mismos las enseñanzas que Pablo nos transmite a todos. Pedro García Misionero Claretiano.

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La carta de Pablo a los Filipenses -encantadora de principio a fin-, tiene un párrafo sobre el amor como encontraremos pocos en toda la Biblia del Nuevo Testamento.

Pablo está preso en Roma. Y a pesar de sus cadenas, puede escribir como en años atrás a los de Corinto: “Sobreabundo de gozo en medio de todas mis tribulaciones” (2Co 7,4) Lo demuestra palpablemente esta carta a los de Filipos.

Sin embargo, algo le falta a Pablo para que su alegría sea total, y es el estar seguro de que sus queridos filipenses se aman ardientemente unos a otros. Y así, les escribe:

“Si me pueden dar algún consuelo en Cristo, si algún refrigerio de amor, si alguna comunicación del Espíritu, si alguna ternura y misericordia, colmen mi alegría” (Flp 2,1)

Leída esta introducción, pudieron prensar los lectores de la carta cuando la recibieron:

- ¿A dónde irá Pablo con estas palabras? ¿Qué nos querrá pedir? Acabamos de enviarle dinero para que se alivie. ¿Qué más necesitará, y que no se atreve a decirlo?

Se les aclara el misterio cuando siguen leyendo:

“Quieren de veras colmar mi alegría? Pues, cólmenla teniendo un mismo sentir, un mismo amor, un mismo ánimo, y buscando todos lo mismo. No busquen el propio interés, sino el de los demás” (2,2-4)

Los filipenses pudieron exclamar:

- ¡Al fin se descuelga Pablo, y vemos adónde va! A lo de siempre, a que nos amemos los unos a los otros. Por algo nos ha dicho unas líneas antes:

“Le pido a Dios en mis oraciones que ese amor que ya se tienen crezca cada vez más en conocimiento y en toda experiencia”, siendo cada vez más efectivo (1,9)

Los lectores habían escuchado al principio cómo Pablo les amaba a ellos entrañablemente, pues les decía:

“Testigo me es Dios de cuánto los quiero a todos ustedes, con afecto entrañable en Cristo Jesús” (1,8)

Sin embargo, a Pablo le faltaba decir algo más:
- No me tomen a mí como el mejor modelo, pues hay alguien que me gana con mucho. ¿Quieren amarse entre ustedes tan entrañablemente como los amo yo? Piensen en el Señor Jesús. Y para eso les digo: “Tengan en ustedes los mismos sentimientos que Cristo” (2,5)

Era la última palabra que Pablo podía decir sobre el amor. Amar con el mismo amor de Cristo, y con los mismos sentimientos con que Cristo ama a todos, es fundamentar el amor en un terreno inamovible.

Aunque Pablo tampoco se inventaba nada nuevo, pues mucho antes que él lo había dicho el mismo Jesús en aquella sobremesa inolvidable:
“Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15,12) En el amor y los sentimientos de Cristo está la norma suprema del amor cristiano.

Cuando escribió Pablo todo esto a los de Filipos, hacía varios años ya que había escrito aquel himno insuperable a la caridad del capítulo trece en la primera a los de Corinto. Esto nos hace ver que el amor entre los hermanos es no sólo importante en el cristianismo, sino que toca la misma esencia de nuestra fe.

Quien ama, es cristiano.
Quien no ama, de cristiano verdadero no tiene nada.

A lo largo de todas sus cartas -de todas sin excepción-, Pablo va sembrando semillas que hacen germinar el amor en todas las Iglesias. Unas veces se mete en doctrina profunda, como la del Cuerpo Místico de Cristo.

Otras veces baja a detalles concretos de la vida, al parecer mínimos, pero que hacen de la caridad algo vivo -“existencial”, que decimos hoy-, de modo que nadie pueda llevarse a ilusiones tontas. Al considerar esos detalles, uno se llega a decir lo del refrán: “Realmente, que obras son amores, y no buenas razones”.

Entre los principios doctrinales del amor fraterno señalados por Pablo, cabe citar como primero la paternidad de Dios.
-¿Es Dios nuestro Padre? ¿Es Padre de todos?

Indudable, pues escribe Pablo:
“No tenemos más que un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos” (Ef 4,6)

Con Padre semejante, es inconcebible que sus hijos, hermanos todos, no se tengan amor, pues destrozarían el corazón del Padre y sería imposible formar la familia de Dios. Luego todos nos tenemos que amar.

Jesucristo, por otra parte, ha formado con todos los bautizados su Cuerpo Místico. Cristo es la Cabeza, y todos los cristianos sus miembros, hasta poder escribir Pablo:
“Todos los bautizados en Cristo, ustedes, ya no son sino uno en Cristo Jesús”, “pues todos somos miembros los unos de los otros” (Gal 3,27-28. Ef 4,25)

Siendo el Espíritu Santo el alma del Cuerpo Místico, al amarnos colaboramos con el Espíritu a la formación de todo el Cuerpo; si dejáramos de amarnos, destruiríamos la obra del Espíritu.

En lógica rigurosa, mirando a Padre, a Jesucristo, y al Espíritu Santo, quien no ama a un hermano deja de amar a Cristo, y deja de amarse a sí mismo.
Sin amor fraterno, por riguroso que parezca, no puede haber ni salvación.
Por el contrario, quien ama está y estará siempre en el seno y en el corazón de Dios.

Pablo no se cansa de cantar bellezas incomparables del amor:

“¡Dios mismo les ha enseñado a amarse mutuamente!”, dice a los de Tesalónica (1ª,4,9)
“¡Caminen siempre en el amor, igual que Cristo nos ha amado a todos!”, encarga a los de Éfeso (5,2)
“¡Vivan el amor, que es fruto del Espíritu!” (Gal 5, 22)

“¡Ámense hondamente los unos a los otros!”, les insiste a los de Roma. “Con ello habrán cumplido toda la ley” (12,10; 13.8)

Aunque lo mayor del amor nos lo dijo Pablo de aquella manera inolvidable al acabar el sin igual capítulo trece de los Corintios:

Todo pasará. Lo único que durará eternamente es el amor. El amor es lo más grande de todo.

catholic.net

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lunes, 23 de marzo de 2009

"Señor dejame cortarla un poquito"

Os dejo el link de una entrada muy bonita, he intentado ponerla aqui pero no he podido:

http://jasbarrioelio.blogspot.com/2009/01/reflexiones-seor-dejame-cortarle-un.html

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Gracias padre



Dejo este video de Martin Valverde, para que demos todos gracias a Dios.

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domingo, 22 de marzo de 2009

Santisima Virgen María


¿No estoy yo aqui que soy tu Madre?
¿No estas bajo mi sombra y resguardo?
¿No soy tu salud?
¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

laverdadcatolica.org

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sábado, 21 de marzo de 2009

Cristo que nos llama a la conversión del espíritu

La experiencia de buscar convertir nuestro corazón a Dios, que es a lo que nos invita constantemente la Cuaresma, nace necesariamente de la experiencia que nosotros tengamos de Dios nuestro Señor.

La experiencia del retorno a Dios, la experiencia de un corazón que se vuelve otra vez a nuestro Señor nace de un corazón que experimenta auténticamente a Dios. No puede nacer de un corazón que simplemente contempla sus pecados, ni del que simplemente ve el mal que ha hecho; tiene que nacer de un corazón que descubre la presencia misteriosa de Dios en la propia vida.

Durante la Cuaresma muchas veces escuchamos: “tienes que hacer sacrificios”. Pero la pregunta fundamental sería si estás experimentando más a Dios nuestro Señor, si te estás acercando más a Él.

En la tradición de la Iglesia, la práctica del Vía Crucis —que la Iglesia recomienda diariamente durante la Cuaresma y que no es otra cosa sino el recorrer mentalmente las catorce estaciones que recuerdan los pasos de nuestro Señor desde que es condenado por Pilatos, hasta el sepulcro—, necesariamente tiene que llevarnos hacia el interior de nosotros mismos, hacia la experiencia que nosotros tengamos de Jesucristo nuestro Señor.

Tenemos que ir al fondo de nuestra alma para ahí ver la profundidad que tiene Dios en nosotros, para ver si ya ha conseguido enraizar, enlazarse con nosotros, porque solamente así llegamos a la auténtica conversión del corazón. Al ver lo que Cristo pasó por mí, en su camino a la cruz, tengo que preguntarme: ¿Qué he hecho yo para convertir mi corazón a Cristo? ¿Qué esfuerzo he hecho para que mi corazón lo ponga a Él como el centro de mi vida?

Frecuentemente oímos: “es que la vida espiritual es muy costosa”; “es que seguir a Cristo es muy costoso”; “es que ser un auténtico cristiano es muy costoso”. Yo me pregunto, ¿qué vale más, lo que a mí me cuesta o lo que yo gano convirtiéndome a Cristo? Merece la pena todo el esfuerzo interior por reordenar mi espíritu, por poner mis valores en su lugar, por ser capaz de cambiar algunos de mis comportamientos, incluso el uso de mi tiempo, la eficacia de mi testimonio cristiano, convirtiéndome a Cristo, porque con eso gano.

A la persona humana le bastan pequeños detalles para entrar en penitencia, para entrar en conversión, para entrar dentro de sí misma, pero podría ser que ante la dificultad, ante los problemas, ante las luchas interiores o exteriores nosotros no lográramos encontrarnos con Cristo.

Nosotros, que tenemos a Jesucristo todos los días si queremos en la Eucaristía; nosotros, que tenemos a Jesucristo si queremos en su Palabra en el Evangelio; nosotros, que tenemos a Jesucristo todos los días en la oración, podemos dejarlo pasar y poner otros valores por encima de Cristo. ¡Qué serio es esto, y cómo tiene que hacer que nuestro corazón descubra al auténtico Jesucristo!

Dirá Jesucristo: “¿De qué te sirve ganar todo el mundo, si pierdes tu alma? ¿Qué podrás dar tú a cambio de tu alma?” Es cuestión de ver hacia dónde estamos orientando nuestra alma; es cuestión de ver hacia dónde estamos poniendo nuestra intención y nuestra vida para luego aplicarlo a nuestras realidades cotidianas: aplicarlo a nuestra vida conyugal, a nuestra vida familiar, a nuestra vida social; aplicarlo a mi esfuerzo por el crecimiento interior en la oración, aplicarlo a mi esfuerzo por enraizar en mi vida las virtudes.

Cuando en esta Cuaresma escuchemos en nuestros oídos la voz de Cristo que nos llama a la conversión del espíritu, pidámosle que sea Él quien nos ayude a convertir el corazón, a transformar nuestra vida, a reordenar nuestra persona a una auténtica conversión del corazón, a una auténtica vuelta a Dios, a una auténtica experiencia de nuestro Señor.

catholic.net

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viernes, 20 de marzo de 2009

Jesús, la mejor opción en la vida

La Escritura habla constantemente de la presencia de Dios como el único, como el primero en el corazón del pueblo de Israel, y usa la imagen del escuchar, del oír para indicar precisamente esta relación entre Dios y su pueblo.


Cuando a Jesús le preguntan ¿cuál es el primero de todos los mandamientos?, para responder Jesús emplea las palabras de una oración que los israelitas rezan todas las mañanas: “Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor, no tendrás otro Dios delante de ti”.

Dentro del camino de la Cuaresma —que es el camino de conversión del corazón—, la escucha, el llegar a oír, el ser capaces de recibir la Palabra de Dios en el corazón es un elemento fundamental que se mezcla en nuestro interior con el elemento central del juicio, que es nuestra conciencia.

El profeta Oseas decía: “Ya no tendré más ídolos en mí”. Es necesario aprender a no tener más ídolos en nosotros; hacer que nuestra conciencia se vea plena y solamente iluminada por Dios nuestro Señor, que ningún otro ídolo marque el camino de nuestra conciencia. Podría ser que en nuestra vida, en ese camino de aprendizaje personal, no tomásemos como criterio de comportamiento a Dios nuestro Señor, sino como dirá el Profeta Oseas: “a las obras de nuestras manos”. Y Dios dice: “No vuelvas a llamar Dios tuyo a las obras de tus manos; no vuelvas a hacer que tu Dios sean las obras de tus manos”. Abre tu conciencia, abre tu corazón a ese Dios que se convierte en tu alma en el único Señor.

Sin embargo, cada vez que entramos en nosotros mismos, cada vez que tenemos que tomar decisiones de tipo moral en nuestra vida, cada vez que tenemos que ilustrar nuestra existencia, nos encontramos como «dios nuestro» a la obras de nuestras manos: a nuestro juicio y a nuestro criterio. Cuántas veces no hacemos de nuestro criterio la única luz que ilumina nuestro comportamiento, y aunque sabemos que es posible que Dios piense de una forma diferente, continuamos actuando con las obras de nuestras manos como si fueran Dios, continuamos teniendo ídolos dentro de nuestro corazón.

La Cuaresma es este camino de preparación hacia el encuentro con Jesucristo nuestro Señor resucitado, que, vencedor del pecado y de la muerte, se nos presenta como el único Señor de nuestro corazón. La preparación cuaresmal nos tiene que llevar a hacer de nuestra conciencia un campo abierto, sometido, totalmente puesto a la luz de Dios.

A veces nuestras decisiones nos llevan por otros caminos, ¿qué podemos hacer para que nuestra conciencia realmente sea y se encuentre sólo con Dios en el propio interior? Recordemos el ejemplo tan sencillo de una cultura de tipo agrícola que nos da la Escritura: “Volverán a vivir bajo mi sombra”. Dios como la sombra que en los momentos de calor da serenidad, da paz, da sosiego al alma. Dios como el árbol a cuya sombra tenemos que vivir.

Tenemos que darnos cuenta de que esta ruptura interior, que se produce con todos los ídolos, con todas las obras de nuestras manos, con todos los criterios prefabricados, con todos los criterios que nosotros hemos construido para nuestra conveniencia personal, acaban chocando con el salmo: “Yo soy tu Dios, escúchame”. Él es nuestro Dios, ¿escuchamos a nuestro Dios? ¿Hasta qué punto realmente somos capaces de escuchar y no simplemente de oír? ¿Hasta qué punto hacemos de la palabra de Dios algo que se acoge en nuestro corazón, algo que se recibe en nuestro corazón? Nunca olvidemos que de la escucha se pasa al amor y de la acogida se pasa a la identificación.

Éste es el camino que tenemos que llevar si queremos estar viviendo según el primero de los mandamientos y si queremos escuchar de los labios de Jesús las palabras que le dice al escriba: “No estás lejos del reino de Dios”. Solamente cuando el hombre y la mujer son capaces de hacer de la palabra de Dios en su corazón la única luz, y cuando hacer la única luz se concreta a una escucha, a un amor identificado con nuestro Señor, es cuando realmente nuestra vida empieza a encontrarse próxima al reino de Dios. Mientras nosotros sigamos teniendo los ídolos de nuestras manos dentro del corazón, estaremos encontrarnos alejados del reino de Dios, aunque nosotros pensemos que estamos cerca.

En nuestra conciencia la voz de Dios tiene que ser la luz auténtica que nos acerca a su Reino. Siempre que recibamos la Eucaristía, no nos quedemos simplemente con el hermoso sentimiento de: “¡qué cerca estás de mí, Señor!”. Busquemos, pidamos que la Eucaristía se convierta en nuestro corazón en la luz que va transformando, que va rompiendo, que va separando del alma los ídolos, y que va haciendo de Dios el único criterio de juicio de nuestros comportamientos.

Solamente así podremos escuchar en nuestro corazón esas palabras tan prometedoras del profeta Oseas “Seré para Israel como el rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá profundamente sus raíces. Como el álamo y sus renuevos se propagarán; su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano. Volverán a vivir bajo mi sombra.” Que la luz de Dios nuestro Señor sea la sombra a la cual toda nuestra vida crece, en la cual toda nuestra vida se realiza en plenitud.

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jueves, 19 de marzo de 2009

San José



DE EL NO SE HABLA MUCHO PERO ME ALEGRO QUE NOS ACORDEMOS DE EL

ACEPTANDO LA VOLUNTAD DE DIOS

Mateo 1, 16. 18-21. 24

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo.


José, su esposo, como era justo, no queriendo ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado.

Reflexión

Los designios de Dios son siempre maravillosos y, en ocasiones, incomprensibles para nuestra pobre mente.

La dificultad de José no era banal. Estaba turbado porque no alcanzaba a percibir con claridad la voluntad de Dios. Hay momentos en la vida en los cuales no estamos seguros de cómo debemos actuar para permanecer en la justicia. En estos momentos de incerteza nos parece que Dios fuese lejano: no sentimos su voz y no encontramos una salida.

En realidad Dios no está nunca lejos. Al contrario, está muy cerca. Como sucedió a José, si somos fieles, Él se hará presente con su palabra de consuelo: ¡No temas!

Lo más importante es saber actuar según lo que Él nos dice, a ejemplo de José, también cuando no alcanzamos a comprenderlo todo. Dios es fiel. De José no nos ha llegado a nosotros una sola palabra. En el evangelio él debe tan sólo obedecer bajo la sombra de la fe. Su fe normal, cotidiana, escondida, enfrentada a miles de dificultades, nos debe dar el ejemplo de la firmeza y fortaleza en la fe

A nuestros oídos llega nuevamente la voz del ángel del Señor: "No temas". No temas recibir a María, no temas recibir a Jesús, al Dios hecho niño. Emmanuel, Dios con nosotros. Dios que se hace hombre y viene a nacer en el corazón de cada hombre para traerle la salvación. El Amor de Dios que se hace carne.

San José no dudó en poner en obras las palabras del ángel, pues era hombre de corazón justo que no sabía negarle nada a Dios. San José creyó, y, porque creyó, fue el primero en adorar Aquel Niño que trajo la salvación al mundo entero, la paz, el amor, la felicidad.

No temas. No temas abrir tu corazón al niño Jesús. Prepara en tu corazón. Él no pide más. Simplemente un pequeño lugar. Lo único que quiere es amar y ser amado.

Emmanuel, Dios con nosotros. Dios en tu corazón, el Amor en tu corazón, la salvación en tu corazón. No temas.

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miércoles, 18 de marzo de 2009

Jesús ante la Ley Antigua

Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No crean que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.

Por tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los cumpla y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

Reflexión

En este pasaje Cristo nos dice que no basta cumplir la ley de Dios exteriormente. Se necesita interiorizar en el corazón, amar y hacer propios sus preceptos con nuestro estilo de vida. Cuando penetremos cada vez más profundamente sus mandatos, pensaremos, hablaremos, gozaremos y reiremos sanamente porque ya nuestra vida va por el camino que Dios nos pide.

Nos pide preparación, formación y conocimiento de su doctrina para poder predicar, ¡y predicar bien! Al unir la preparación, la formación y el conocimiento sencillo, pero profundizado en nuestra fe y aplicado a nuestra vivencia cotidiana, predicaremos con el testimonio de vida. Dice un dicho muy cierto. “No se enseña ni lo que se sabe, ni lo que se habla sino lo que se vive.” Por eso si queremos predicar tenemos un gran peso en nuestras espaldas. Ser nosotros los primeros que vivimos lo que enseñamos. La doctrina y el conocimiento del catecismo de nuestra fe, el camino sencillo y básico para conocer nuestra fe. Si no conocemos esta doctrina..., no conocemos camino el que nos lleva...

Todos nosotros, familias, jóvenes y niños de todas las edades tenemos que ser antorchas encendidas en cada momento, que brille nuestro testimonio en nuestra vida cotidiana, en nuestra familia, en nuestro grupo de amigos. No escondamos esta luz que desea arder e iluminar a todos.

catholic.net

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martes, 17 de marzo de 2009

Musulmanes y protestantes dan la bienvenida al Papa en Camerún

Al llegar al aeropuerto internacional Nsimalen de Yaundé, Benedicto XVI se ha encontrado con la bienvenida de musulmanes y protestantes de Camerún.

"En el Corán, el profeta Mahoma nos recomienda acoger bien a los extranjeros, pues con mucha frecuencia vienen con la paz. Por tanto, para nosotros, la venida del Papa es una bendición", ha declarado el gran imán de Yaundé, el jeque Ibrahim Moussa.


Durante su estancia en Camerún de tres días, el Papa está recibiendo en varias ocasiones la bienvenida de los responsables de la comunidad musulmana de este país de más de 18 millones de personas, la segunda religión más numerosa después del cristianismo.

Con motivo de la llegada del Papa, el jeque Ibrahim Moussa ha lanzado un llamamiento a los fieles musulmanes a "respetar la religión de los demás y a unirse para acoger a este gran hombre".

Según ha referido a la prensa local, el líder islámico ha asegurado que "consideramos al Papa como un gran imán", en referencia a la figura encargada de presidir la oración canónica musulmana, poniéndose delante de los fieles para que estos le sigan en sus rezos y movimientos.

"Rezamos para que su estancia se desarrolle bien y que regrese a su casa en paz", según ha referido a los periodistas.

"Nosotros tenemos un buen concepto de él, sobre todo convivimos pacíficamente con los fieles católicos, de hecho, rezamos al único Dios. Por tanto, los musulmanes están tan contentos como ellos de recibir al Papa aquí, en nuestro país".

También han dado la bienvenida al Papa las comunidades protestantes.

"La venida del Santo Padre a nuestro país es una gracia que no puede dejar a un cristiano indiferente", ha subrayado en particular el reverendo Jean Emile Ngué, secretario general del Consejo de las Iglesias protestantes de Camerún, quien considera que la venida del Papa al país es "un acontecimiento de elevado alcance espiritual".

zenit.org

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¿Y cuantas veces me levanto?

Caminaba por el desierto cansado y sin alimento. Bajo el sol ardiente y sin agua a la vista, mientras esa voz en mi interior insistía en que siguiera. No se donde estaba pero siempre la escuchaba una y otra vez, "sigue tu camino" era lo que me repetía.

Constantemente en el camino caía y casi sin aliento me quedaba. Veía espejismos y muchos engaños. Mis problemas parecían solucionarse pero se deshacían al llegar al agua producto de mi imaginación.


Entonces en la visión una luz apareció. Una luz en un sendero igual el que sol brillaba pero esta no encadilaba, si no que por el contrario podía ser vista directamente. De la luz salió una voz muy fuerte que me dijo "Hijo has caminado. Cansado te he encontrado. Pero en medio de todo esto, ¿por que mis fuerzas no has buscado?". Desperté de ese sueño y supe que levantarse no es suficiente, y de nada sirve si no te apoyas en las fuerzas del que es omnipotente.

Te levantarás mil veces mas al suelo volverás si es que tu destino no es el que te mira desde el mas allá.

Por eso lucha y camina y nunca te detengas, mas recuerda que siempre antes de levantarte, debes arrodillarte para rogar a Dios que tu vida ilumine y el buen sendero te muestre.

«ISAÍAS 40,31
Pero los que confian en Yavé se renuevan las fuerzas,echan alas como de águila;corren sin cansarse y caminan sin fatigarse.»

iglesia.org

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lunes, 16 de marzo de 2009

Gracias Padre.Artículo personal

http://www.oremosjuntos.com/Jesucristo_CTV3.gif

Hola Señor:
Hoy escribo esta entrada Señor para darte gracias, hay tantas cosas por las que darte gracias.....creo que son incontables.Tu me ayudas cada dia.Señor te pido perdon por todas las veces que te he fallado que son muchas....... pero aun asi Tu me perdonas y sigues ayudandome en todo lo que te pido, Gracias Padre Mio.
Señor, somos tan simples que solo podemos decirte "gracias" para agradecer todo lo que deberiamos, pero Tu solo con que estemos haciendo algo para agradarte ya estas contento con todos nosotros a pesar de tantos y tantos fallos que cometemos en nuestra vida, y lo peor es que muchas de esas veces te fallamos a ti Señor.En nombre de todos los que te quieren dar gracias y a la vez pedir perdon te lo digo Señor, Gracias por ese amor infinito que tienes hacia nosotros.Perdon por nuestros fallos infinitos.
Señor te pedimos que nos ayudes cada dia a superar todas nuestras dificultades y cada vez que lo hagamos decirte GRACIAS.
Señor, Gracias de todo corazon.

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El Papa pide a los sacerdotes mayor dedicación a la Penitencia y la dirección espiritual

El Papa ha exhorta a los sacerdotes a cuidar especialmente la formación de una recta conciencia en los fieles, a través sobre todo del Sacramento de la Penitencia y la dirección espiritual.


En un mensaje a los participantes en un curso sobre el “Fuero Interno” organizado por el tribunal de la Penitenciaría Apostólica, y que la Santa Sede hizo público el pasado sábado 14 de marzo, el Papa afirma que esta cuestión es “prioritaria”.

“En este nuestro tiempo, constituye sin duda una de nuestras prioridades pastorales el formar rectamente la conciencia de los creyentes”, explicó el Papa, “estimulándolas a percibir cada vez mejor el sentido del pecado”.

Este sentido del pecado, añadió, “hoy en parte está perdido o, peor, oscurecido por un modo de pensar y de vivir etsi Deus non daretur, según la conocida expresión de Grocio, que está ahora de gran actualidad, y que denota un relativismo cerrado al verdadero sentido de la vida”.

Sin embargo, este oscurecimiento del sentido del pecado ha provocado un aumento de “los sentimientos de culpa, que se quisieran eliminar con remedios paliativos insuficientes”, añade.

Ante esto, plantea la necesidad de una mayor dedicación de los sacerdotes a este campo, especialmente a través de la catequesis, la homilía y la dirección de las almas en la confesión.

Hoy más que nunca, afirma, se necesitan “maestros de espíritu sabios y santos: un importante servicio eclesial, para el que es necesaria sin duda una vitalidad interior que debe implorarse como don del Espíritu Santo mediante la oración prolongada e intensa y una preparación específica que adquirir con cuidado”.

“En los diversos contextos en que se encontrarán viviendo y trabajando, procuren mantener siempre vivos en sí mismos la conciencia de deber ser dignos ministros de la misericordia divina y educadores responsables de las conciencias”.

Al respecto propuso como modelo al Cura de Ars, san Juan María Vianney, justo ahora en el 150 aniversario de su muerte.

De él se ha escrito que “en la catequesis que impartía cada día a niños y a adultos, en la reconciliación que administraba a los penitentes y en las obras impregnadas de esa caridad ardiente, que él obtenía de la santa Eucaristía como de una fuente, avanzó hasta tal punto que difundió en todo lugar su consejo y acercó sabiamente a muchos a Dios”, recuerda el Papa.

Por otro lado, afirma que en este campo la predicación, y más concretamente las homilías, son un vehículo muy importante de formación de los fieles.

“La homilía, que con la reforma querida por el Concilio Vaticano II ha vuelto a adquirir su papel sacramental dentro del único acto de culto constituido por la liturgia de la Palabra por la de la Eucaristía, es sin duda la forma de predicación más difundida, con la que cada domingo se educa la conciencia de millones de fieles”, afirma.

Es necesario, advierte, adaptar la predicación a la mentalidad contemporánea. También aconseja, en el campo de la catequesis, no dejar de utilizar los medios telemáticos necesarios, pues “ofrecen oportunidades providenciales para anunciar de forma nueva y más cercana a las sensibilidades contemporáneas la perenne e inmutable Palabra de verdad que el Divino maestro ha confiado a su Iglesia”.

zenit.org

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Jesus en Nazaret

Lucas 4, 24-30

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria». «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país;

y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio». Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Reflexión

En este evangelio Jesús achaca a los fariseos que no han sabido captar los signos de los tiempos. La viuda, y en general, los favorecidos por los milagros de Elías y de Eliseo, sí supieron reconocer la actuación de Dios. Una vez más, en labios de Jesús, la salvación se anuncia como universal, y son precisamente unos no-judíos los que saben reaccionar bien y convertirse a Dios, mientras que el pueblo elegido le hace oídos sordos.

No les gustó nada a sus oyentes lo que les dijo Jesús. Tanto así que le empujaron fuera de la ciudad con la intención de despeñarlo por el barranco. La primera homilía en su pueblo, que había empezado con admiración y aplausos, acaba casi en tragedia. Ya se vislumbra el final del camino: la muerte en la cruz.

De manera que hoy también se nos recuerda que va siendo urgente que hagamos caso de las insistentes llamadas de Dios a la conversión, que conlleva el cambio de nuestra vida de pecado al cambio de la vida de la gracia. ¿Podríamos decir que se está notando este cambio en nosotros? ¿O también Jesús podría quejarse de nosotros acusándonos de no responder con generosidad a la llamada a la conversión?

catholic.net

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domingo, 15 de marzo de 2009

Nostalgia de los cuartos vacíos

Hoy Jesús, traigo nostalgia en el alma.

Hoy Jesús, mis ojos traen vaho de lágrimas, porque hay demasiado silencio en mi casa y he venido aquí para que postrándome a tus plantas sienta el consuelo de tu entrega, también de tu desprendimiento a tantas cosas con la única resolución de hacer la voluntad de tu Padre. Y me detengo un momento a pensar ...¡ cómo hiciste el corazón de la mujer, como hiciste el corazón de las madres!. Y hoy te vengo a contar todos mis pensamientos, sentimientos y nostalgias....


La mujer está en la política, en la ciencia, en la comunicación, pero su esencia de mujer no la ha de perder así como tampoco su ternura, su sensibilidad y el percibir las cosas de manera diferente al hombre. Esto tiene relación con el hecho de cómo sentimos las madres cuando los hijos se van. Los padres lo asumen de distinta manera y las horas fuera del hogar los distraen y los confortan.

Las mujeres cuando nos convertimos en madres, pasamos por etapas diferentes: la espera, los hijos pequeños, los hijos en la adolescencia, los hijos jóvenes y cuando los hijos se van. Suena esto a título de película, pero esto es lo que en estos momentos nos ocupa y atañe. Cuando los hijos se van.

Los hijos se van por diferentes motivos. Porque se casan, por el trabajo, por lo estudios, en fin, por el motivo que sea, pero llega un tiempo en que se van. Parece que aún oímos las risas, las conversaciones, las discusiones, el teclear de la máquina de escribir o de la computadora ya muy entrada la noche para entregar un trabajo al día siguiente en la Universidad. Un suéter, un zapato, varios cuadernos dejados en el sitio más inverosímil de la casa... Sus habitaciones no con el orden que hubiésemos deseado y que siempre pedimos inútilmente, el retrato del novio o de la novia... Calor y color por todas partes, ruido, música, VIDA.

La casa tuvo las habitaciones destinadas a ellos y se fueron transformando con el paso de los años. Cuartos infantiles primero: muñecos de peluche en las repisas y en el suelo, un elefante, una avestruz, una pelota, un barco, un osito, una muñeca, un avión. Después... fotografías, póster, banderines del equipo favorito, libros, revistas, etcétera. Movimiento de entradas y salidas, llamadas telefónicas de larguísimas conversaciones... En los fines de semana el vestido de noche sobre una silla y el silencio de un profundo sueño juvenil en las mañanas de los domingos.

Esos cuartos ahora están vacíos. Muy en orden, con el orden que tantas veces predicamos y que ahora nos duele. Quietos, callados. Entramos en ellos con pasos quedos, quién sabe por qué y recorremos con la vista las camas con sus colchas impecables, todos los rincones... todo está en orden, todo está bien. Levantaron el vuelo. Se fueron del nido. Se fueron del nido que los cobijó por años. Nosotros, sus padres, los enseñamos a volar y se fueron.

Van a volver pero nada será igual. Regresarán hombres y mujeress forjados en el diario vivir. Con sus vidas propias y manejadas a su manera. Están comenzando la más seria y profunda experiencia, igual que nosotros lo hicimos.

Tenemos que retirarnos de la presencia activa en sus vidas y pasar a ser la parte contemplativa de sus existencias y sus proyectos. Se han ido con un equipaje, lleno de todo aquello que con amor les fuimos transmitiendo, en su corazón y en su mente. Muchas de "esas cosas" estarán dormidas hasta que ellos sean padres... Llevan como escudo, para todos los infortunios que la vida les depare, su fe en Dios y su amor a Él. Los forjamos en el deber y en el afán de la excelencia para emprender toda clase de experiencias y sabrán dar amor porque amor les dimos.

En el abrazo se llevan nuestro corazón, pero después abrimos los brazos y los vemos partir...para que la VIDA los reciba.

Los recuerdos son de "otros tiempos". La nostalgia es el presente de los cuartos vacíos.

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sábado, 14 de marzo de 2009

Confiar en Dios es ponernos en sus manos

Confiar en Dios requiere, de cada uno de nosotros, que nos pongamos en sus manos. Esta confianza en Dios, base de la conversión del corazón, requiere que auténticamente estemos dispuestos a soltarnos en Él.

Cada uno de nosotros, cuando busca convertir su corazón a Dios nuestro Señor y busca acercarse a Él, tiene que pasar por una etapa de espera.

Esto puede ser para nuestra alma particularmente difícil, porque aunque en teoría estamos de acuerdo en que la santidad es obra de la gracia, en que la santidad es obra del Espíritu Santo sobre nuestra alma, tendríamos que llegar a ver si efectivamente en la práctica, en lo más hondo de nuestro corazón lo tenemos arraigado, si estamos auténticamente listos interiormente para soltarnos en confianza plena para decir: “Yo estoy listo Señor, confío en Ti”

Desde mi punto de vista, el alma puede a veces perderse en un campo bastante complejo y enredarse en complicaciones interiores: de sentimientos y luchas interiores; o de circunstancias fuera de nosotros, que nos oprimen, que las sentimos particularmente difíciles en determinados momentos de nuestra vida. Son en estas situaciones en las que cada uno de nosotros, para convertir auténticamente el corazón a Dios, no tiene que hacer otra cosa más que confiar.
Qué curioso es que nosotros, a veces, en este camino de conversión del corazón, pensemos que es todo una obra de vivencia personal, de arrepentimiento personal, de virtudes personales.

Estamos en Cuaresma, vamos a Ejercicios y hacemos penitencia, pero ¿cuál es tu actitud interior? ¿Es la actitud de quien espera? ¿La actitud de quien verdaderamente confía en Dios nuestro Señor todos sus cuidados, todo su crecimiento, todo su desarrollo interior? ¿O nuestra actitud interior es más bien una actitud de ser yo el dueño de mi crecimiento espiritual?

Mientras yo no sea capaz de soltarme a Dios nuestro Señor, mi alma va a crecer, se va a desarrollar, pero siempre hasta un límite, en el cual de nuevo Dios se cruce en mi camino y me diga: “¡Qué bueno que has llegado aquí!, ahora tienes que confiar plenamente en mí”. Entonces, mi alma puede sentir miedo y puede echarse para atrás; puede caminar por otra ruta y volver a llegar por otro camino, y de nuevo va a acabar encontrándose con Dios nuestro Señor que le dice: “Ahora suéltate a Mí”; una y otra vez, una y otra vez.

Éste es el camino de Dios sobre todas y cada una de nuestras almas. Y mientras nosotros no seamos capaces de dar ese brinco, mientras nosotros no sintamos que toda la conversión espiritual que hemos tenido no es en el fondo sino la preparación para ese soltarnos en Dios nuestro Señor, no estaremos realmente llegando a nada. El esfuerzo exterior sólo tiene fruto y éxito cuando el alma se ha soltado totalmente en Dios nuestro Señor, se ha dejado totalmente en Él. Sin embargo, todos somos conscientes de lo duro y difícil que es.

¿Qué tan lejos está nuestra alma en esta conversión del corazón? ¿Está detenida en ese límite que no nos hemos atrevido a pasar? Aquí está la esencia del crecimiento del alma, de la vuelta a Dios nuestro Señor. Solamente así Dios puede llegar al alma: cuando el alma quiere llegar al Señor, cuando el alma se suelta auténticamente en Él.

Nuestro Señor nos enseña el camino a seguir. La Eucaristía es el don más absoluto de que Dios existe. De alguna forma, con su don, el Señor me enseña mi don a Él. La Eucaristía es el don más profundo de Dios en mi existencia. ¿De qué otra forma más profunda, más grande, más completa, puede dárseme Dios nuestro Señor?

Hagamos que la Eucaristía en nuestras almas dé fruto. Ese fruto de soltarnos a Él, de no permitir que cavilaciones, pensamientos, sentimientos, ilusiones, fantasías, circunstancias, estén siendo obstáculos para ponernos totalmente en Dios nuestro Señor. Porque si nosotros, siendo malos, podemos dar cosas buenas, ¿cómo el Padre que está en los Cielos, no les va a dar cosas buenas a los que se sueltan en Él, a los que esperan de Él?

Pidámosle a Jesucristo hacer de esta conversión del corazón, un soltar, un entregarnos plenamente en nuestro interior y en nuestras obras a Dios. Sigamos el ejemplo que Cristo nos da en la Eucaristía y transformemos nuestro corazón en un lugar en el cual Dios nuestro Señor se encuentra auténticamente como en su casa, se encuentra verdaderamente amado y se encuentra con el don total de cada uno de nosotros.
catholic.net

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viernes, 13 de marzo de 2009

El Papa no podría cambiar los tesoros del Vaticano por comida para África

PARA QUE TODOS LOS QUE CRITICAN LAS "RIQUEZAS" DEL VATICANO


"Cambio tesoros del Vaticano por comida para África. ¿Te apuntas?". Con este mensaje un internauta ha abierto un espacio en Facebook. En pocos días, hasta este viernes por la mañana, habían adherido 32.146 miembros.


El cardenal Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", aclara que, independientemente del aspecto provocador o ideológico de la propuesta, el Papa no podría aplicarla, pues se lo impide el derecho internacional.

El presidente del organismo de la Santa Sede responsable para la orientación y coordinación entre las organizaciones y las actividades caritativas promovidas por la Iglesia católica, ha explicado la situación a ZENIT en un encuentro mantenido con periodistas.

La iniciativa de Facebook ha sido lanzada por un joven español, Alberto Juesas Escudero, quien explica la propuesta con algunos argumentos. Algunos de ellos son: "Porque es una vergüenza ver las riquezas del Vaticano y después el telediario".

Otros de los argumentos aducidos son: "Porque no admiten sus errores jamás. Porque no predican con el ejemplo. Porque Jesús nació en un pesebre y vivía en pobreza".

La motivación concluye con expresiones ofensivas: "¡Qué vergüenza el Vaticano! ¡Qué vergüenza la religión católica".

En su respuesta a la pregunta de ZENIT, el cardenal Cordes explica que este tipo de propuestas las escucha desde hace 40 años, es más, reconoce, antes se repetían incluso más.

Explica que cuando Juan Pablo II le llamó a Roma para colaborar con él en la Curia Romana, "el clima era muy fuerte contra el Vaticano. Entonces, en aquella época, me informe y descubrí que la Iglesia no puede hacer lo que quiere con las obras de arte que están en el Vaticano".

En realidad, aclara, la Iglesia "tiene la tarea de conservar las obras de arte en nombre del Estado italiano. No las puede vender".

El purpurado no sólo cita la teoría, sino que sobre todo se refiere a la realidad. Explica que, cuando en los años sesenta un bienhechor alemán hizo un don para restaurar el Colegio Teutónico, que se encuentra dentro del Vaticano, la dirección de esa residencia, como gesto de agradecimiento, le regaló una estatua sencilla, que no tenía un valor comparable a otras que se encuentran en los Museos Vaticanos, que se encontraba dentro del colegio.

Esa persona tuvo muchísimos problemas con el Estado italiano, pues fue acusado de sustraer bienes que Italia debe custodiar, explicó el cardenal.

"En todas las naciones hay muchas medidas para la defensa de las obras de arte, porque el Estado debe mantenerlas", aclara, recordando que los bienes de la Santa Sede forman también parte de la historia cultural de Italia.

El cardenal recuerda, por otra parte, que sin la obra de la Iglesia católica, el sistema sanitario y educativo en algunas regiones de África.

"Presidentes africanos lo reconocen cuando vienen a encontrar al Papa", explica el cardenal Cordes.

Sin la Iglesia en África, una gran parte de los enfermos de sida quedaría abandonada, pues la Iglesia con su red de hospitales es la institución que acoge al mayor número de personas con este virus.

Según explica el cardenal Cordes, al atraer el interés de los medios de información del mundo en su próximo viaje a África (Camerún y Angola), del 17 al 23 de marzo, el Papa centrará la atención sobre las necesidades que vive África, impulsando al mismo tiempo medidas concretas de auténtica solidaridad y respeto.

zenit.org

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jueves, 12 de marzo de 2009

Jesús Sacramentado, enseñanos a ser humildes

En el Evangelio según San Juan l3, 1-15, se nos narra cuando Jesús lava los pies a los discípulos.

Con este pasaje del Evangelio de San Juan quedamos introducidos en la parte central de los acontecimientos más relevantes de nuestra fe. Ya estamos de lleno en ellos: LA ÚLTIMA CENA.

Jesús quiere despedirse de sus seguidores, de sus compañeros, de sus amigos.


Otra vez su gran humildad. Su gesto fino y lleno de ternura. Va lavándole los pies a aquellos hombres que lo habían visto ordenar a los vientos y a las olas la quietud en la tormenta, que le habían visto dar luz a los ojos de los ciegos, hacer andar a los paralíticos, sanar a los leprosos, resucitar a los muertos. Que lo habían visto radiante como el sol en su Transfiguración y ahora, con un amor inconmensurable, con una humildad sin límites les está lavando los pies.

Pedro está asustado, no acierta a comprender, pero ante las palabras de Jesús y con su vehemencia natural, le pide que le lave de los pies a la cabeza. Jesús va más alla.... está pensando en la humanidad y en esta humanidad estoy yo y falta poco para que no seamos lavados con agua, sino con su sangre que nos limpia y nos redime.

Jesús, entre los doce están los pies de aquel que te va a traicionar...y creo que tus manos tuvieron que temblar al lavar los pies de Judas. Acariciaste aquellos pies con amor y con tristeza y nos mandaste hacer eso mismo con nuestros semejantes, sin distinciones de este por que me cae bien o de este no por que me cae mal.

¡Que yo no olvide tu ejemplo y tu mandato, Señor! Que a todos los que me rodean en mi cotidiano vivir yo los acepte como son y tenga ante ellos esa postura de amor y de humildad que tú nos pides.

Y nuestra pobre mente no alcanza a comprender todo el profundo significado de este acto. Ya antes de morir te estás anonadando ante los hombres y después otra locura de ese amor que te abrasa el alma, que quema tu corazón por ello no quisiste dejarnos solos y poco después, haces del pan tu Cuerpo y del vino tu Sangre y te quedas para ser nuestro alimento.

Y ahora, presente en esa Hostia donde los ojos del que "se hizo hombre y habitó entre nosotros" nos miran con su infinito amor, le podemos decir eso que siempre espera...

Jesús Sacramentado, de rodillas te pedimos:

"Jesús, enséñame a quererte, como tú me quieres, enséñame a ver tu rostro en el rostro de mis semejantes, enséñame, Jesús a ser buena, a que tú seas el Eje de mi vida, esa vida que hoy pongo en tus manos, Señor, muy cerca de tu corazón y enséñame a acompañarte a Tí y a tu Santísima Madre con mi oración en todos los amargos tormentos de la ya muy cercana muerte de cruz" Amén.

catholic.net

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¿Quieres ayunar esta cuaresma?

Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.
Ayuna de descontestos y llenate de gratitud.
Ayuna de enojos y llenate de masedumbre y paciencia.
Ayuna de pesimismo y llenate de esperanza y optimismo.
Ayuna de preocupaciones y llenate de confianza en Dios.
Ayuna de quejarte y llenate de las cosas sencillas de la vida.
Ayuna de presiones y llenate de oracion.
Ayuna de tristezas y amargura y llenate de alegria el corazon.
Ayuna de egoismo y llenate de amor por los demas.
Ayuna de rencor y llenate de perdon y de actitudes de reconciliacion.
Ayuna de palabras y llenate de silencio y de escuchar a los otros.

laverdadcatolica.org

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miércoles, 11 de marzo de 2009

Blog de un catolico recibe el premio APACHE 2009


El premio APACHE 2009 ha sido recibido por parte de eligelavida, de verdad que te doy gracias por el premio, no deberia aceptarlo porque creo que yo no tengo ningun merito en el blog ya que pongo entradas de otras webs catolicas pero lo acepto.Gracias.
Las condiciones del premio APACHE 2009 son:
1.Publicar la foto del premio.
2.Enlazar el sitio que lo otorga(opcional)
3.Elegir al menos ocho sitios en la red que sean merecedores del premio.

Los blogs a los que humildemente otorgo yo el premio son los siguientes:

Para cambiar el mundo
Ser persona
Rincon Mariano
Creer para ver
Mision en Egipto
Padre Fabian
Razones para vivir
Pensamiento catolico

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martes, 10 de marzo de 2009

Sed compasivos como vuestro Padre

El que posee el amor de Cristo que cumpla sus mandamientos. ¿Quién será capaz de explicar debidamente el vínculo que establece el amor divino? ¿Quién podrá dar cuenta de la grandeza de su hermosura? El amor nos eleva hasta unas alturas inefables. El amor nos une a Dios, «el amor cubre la multitud de los pecados» (1P 4,8)... En el amor nos acogió el Señor: por su amor hacia nosotros, nuestro Señor Jesucristo, cumpliendo la voluntad del Padre, dio su sangre por nosotros, su carne por nuestra carne, su vida por nuestras vidas.


Ya veis, amados hermanos, cuán grande y admirable es el amor y cómo es inenarrable su perfección. ¿Quién es capaz de practicarlo adecuadamente si Dios no le otorga este don? Oremos, por tanto, e imploremos la misericordia divina, para que sepamos practicar sin tacha el amor, libres de toda parcialidad humana. Todas las generaciones anteriores, desde Adán hasta nuestros días, han pasado; pero los que por gracia de Dios han sido perfectos en el amor obtienen el lugar destinado a los justos y se manifestarán el día de la visita del reino de Cristo...

Dichosos nosotros, amados hermanos, si cumplimos los mandatos del Señor en la concordia del amor, porque este amor nos obtendrá el perdón de los pecados.

iglesia.org

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domingo, 8 de marzo de 2009

Transfiguración, lo que Cristo es

La Transfiguración del Señor es particularmente importante para nosotros por lo que viene a significar. Por una parte, significa lo que Cristo es; Cristo que se manifiesta como lo que Él es ante sus discípulos: como Hijo de Dios. Pero,además, tiene para nosotros un significado muy importante, porque viene a indicar lo que somos nosotros, a lo que estamos llamados, cuál es nuestra vocación.


Cuando Pedro ve a Cristo transfigurado, resplandeciente como el sol, con sus vestiduras blancas como la nieve, lo que está viendo no es simplemente a Cristo, sino que, de alguna manera, se está viendo a sí mismo y a todos nosotros. Lo que San Pedro ve es el estado en el cual nosotros gloriosos viviremos por la eternidad.

Es un misterio el hecho de que nosotros vayamos a encontrarnos en la eternidad en cuerpo y alma. Y Cristo, con su verdadera humanidad, viene a darnos la explicación de este misterio. Cristo se convierte, por así decir, en la garantía, en la certeza de que, efectivamente, nuestra persona humana no desaparece, de que nuestro ser, nuestra identidad tal y como somos, no se acaba.
Está muy dentro del corazón del hombre el anhelo de felicidad, el anhelo de plenitud. Muchas de las cosas que hacemos, las hacemos precisamente para ser felices. Yo me pregunto si habremos pensado alguna vez que nuestra felicidad está unida a Jesucristo; más aún, que la Transfiguración de Cristo es una manifestación de la verdadera felicidad.

Si de alguna manera nosotros quisiéramos entender esta unión, podríamos tomar el Evangelio y considerar algunos de los aspectos que nos deja entrever. En primer lugar, la felicidad es tener a Cristo en el corazón como el único que llena el alma, como el único que da explicación a todas las obscuridades, como dice Pedro: “¡Qué bueno es estar aquí contigo!”. Pero, al mismo tiempo, tener a Cristo como el único que potencia al máximo nuestra felicidad.

Las personas humanas a veces pretendemos ser felices por nosotros mismos, con nosotros mismos, pero acabamos dándonos cuenta de que eso no se puede. Cuántas veces hay amarguras tremendas en nuestros corazones, cuántas veces hay pozos de tristeza que uno puede tocar cuando va caminando por la vida.

¿Sabemos nosotros llenar esos pozos de tristeza, de amargura o de ceguera con la auténtica felicidad, que es Cristo? Cuando tenemos en nuestra alma una decepción, un problema, una lucha, una inquietud, una frustración, ¿sabemos auténticamente meter a Jesucristo dentro de nuestro corazón diciéndole: «¡Qué bueno es estar aquí!»?

Hay una segunda parte de la felicidad, la cual se ve simbolizada en la presencia de Moisés y de Elías. Moisés y Elías, para la mentalidad judía, no son simplemente dos personaje históricos, sino que representan el primero la Ley, y el segundo a los Profetas. Ellos nos hablan de la plenitud que es Cristo como Palabra de Dios, como manifestación y revelación del Señor a su pueblo. La plenitud es parte de la felicidad. Cuando uno se siente triste es porque algo falta, es porque no tiene algo. Cuando una persona nos entristece, en el fondo, no es por otra cosa sino porque nos quitó algo de nuestro corazón y de nuestra alma. Cuando una persona nos defrauda y nos causa tristeza, es porque no nos dio todo lo que nosotros esperábamos que nos diera. Cuando una situación nos pone tristes o cuando pensamos en alguien y nos entristecemos es porque hay siempre una ausencia; no hay plenitud.

La Transfiguración del Señor nos habla de la plenitud, nos habla de que no existen carencias, de que no existen limitaciones, de que no existen ausencias. Cuántas veces las ausencias de los seres queridos son tremendos motivos de tristeza y de pena. Ausencias físicas unas veces, ausencias espirituales otras; ausencias producidas por una distancia que hay en kilómetros medibles, o ausencias producidas por una distancia afectiva.

Aprendamos a compartir con Cristo todo lo que Él ha venido a hacer a este mundo. El saber ofrecernos, ser capaces de entregarnos a nuestro Señor cada día para resucitar con Él cada día. “Si con Él morimos —dice San Pablo— resucitaremos con Él. Si con Él sufrimos, gozaremos con Él”. La Transfiguración viene a significar, de una forma muy particular, nuestra unión con Cristo.

Ojalá que en este día no nos quedemos simplemente a ver la Transfiguración como un milagro más, tal vez un poquito más espectacular por parte de Cristo, sino que, viendo a Cristo Transfigurado, nos demos cuenta de que ésa es nuestra identidad, de que ahí está nuestra felicidad. Una felicidad que vamos a ser capaces de tener sola y únicamente a través de la comunión con los demás, a través de la comunión con Dios. Una felicidad que no va a significar otra cosa sino la plenitud absoluta de Dios y de todo lo que nosotros somos en nuestra vida; una felicidad a la que vamos a llegar a través de ese estar con Cristo todos los días, muriendo con Él, resucitando con Él, identificándonos con Él en todas las cosas que hagamos.

Pidamos para nosotros la gracia de identificarnos con Cristo como fuente de felicidad. Pidámosla también para los que están dentro de nuestro corazón y para aquellas personas que no son capaces de encontrar que estar con Cristo es lo mejor que un hombre o que una mujer pueden tener en su vida.

catholic.net

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sábado, 7 de marzo de 2009

Historia divertida en contra de la eutanasia

Le dije:
«Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen viva. PREFIERO MORIR».


¡Entonces, mi madre se levantó con una cara de admiración ...Y me desenchufó el televisor, el DVD, el cable, Internet, la PC, el mp3/4, la Play, el teléfono fijo, me quitó el móvil, el Ipod y me tiró todas las coca-colas del frigorífico!.

¡¡¡La madre que la parió!!!
¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!! »

¿No es lo mismo? Bueno no, es peor desconectar a alguien que vive, si puede que este sufriendo y vive por unas maquinas, pero vive.

iglesia.org

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viernes, 6 de marzo de 2009

De la misma familia

Hay partes de nuestro cuerpo que son pesadas (como el hígado, los pulmones o los riñones) pero no nos pesan, porque son eso, parte de nosotros mismos: no las sentimos como extrañas. También sucede con las personas de nuestra familia o nuestros amigos más íntimos: son de casa.


La Iglesia es familia, comunión con Dios y entre las personas, comunidad en el sentido más profundo. En un segundo momento la Iglesia es también institución, representada por la Jerarquía. No sólo en el sentido de las instituciones humanas, que se organizan para fines temporales, con sus estatutos y leyes. La Iglesia es una institución divina y además una institución de salvación. Su razón de ser es comunicar –anunciar y entregar– el amor manifestado por Dios en Cristo; y lo hace, ciertamente a pesar de las flaquezas humanas.

Pues bien, en los últimos siglos ha sido común subrayar el carácter institucional y humano de la Iglesia, dejando en la sombra su más profundo misterio. Por otra parte los medios de comunicación suelen referirse a la Iglesia en el contexto casi exclusivo de las relaciones Iglesia-Estado (en la práctica, las relaciones entre los Obispos y la autoridad política), que son sólo un aspecto de la misión de la Iglesia. Así se quedan al margen los «cristianos de a pie»: los fieles laicos. En tercer lugar están las presiones del laicismo militante, que se posiciona «frente a la Iglesia» (es decir, frente a los Obispos).

A la «impopularidad» de la institución eclesial (según algunas encuestas) contribuyen noticias sobre intrigas vaticanas, novelas pseudohistóricas y «superhallazgos» arqueológicos.

Otros factores se podrían añadir: la «lógica» cristiana de la cruz (que enaltece los valores espirituales y la caridad, la verdad y la libertad, precisamente cuando no están de moda); el pacto de muchos con el bienestar, la falta de formación, el miedo a comprometerse, el « pensamiento débil», etc.

No es extraño que muchos conciban la religión como una relación «privada o individualista» con Dios, pero sin un verdadero compromiso personal con Él, que implicaría una mayor generosidad con los demás.

Como señalaba San Pablo, el ojo o la cabeza no pueden prescindir del resto del organismo. Por eso no tiene sentido pretender ser cristiano «por libre». Y para ser cristiano no es suficiente, como suele decirse, «no robar ni matar, ni forzar a otro». Hay que saberse y actuar en la familia de Dios, germen de unidad para la familia humana. Es preciso sentirse implicado y en casa dentro de la Iglesia, ser parte interior y viva de la misma familia.

cope.es

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jueves, 5 de marzo de 2009

La Iglesia luchará contra el tráfico de droga

“La iglesia luchará con todas sus fuerzas para evitar el tráfico de drogas”, señaló ayer el obispo de San Pedro Mons. Adalberto Martínez. La propuesta internacional de legalizar la producción y el consumo de marihuana fue debatida ayer entre religiosos de todo el país en el marco de la 184ª asamblea de la Conferencia Episcopal Paraguaya"

Para que luego digan que la Iglesia es una secta y que engaña al mundo cuando en realidad solo quiere el bien para todos.

abc.com.py

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miércoles, 4 de marzo de 2009

El Papa invita a los jóvenes cristianos a “dar esperanza” a su generación

Benedicto XVI invita a los jóvenes cristianos a "dar esperanza" a sus coetáneos hoy, precisamente en un momento de crisis de esperanza, en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año, que se celebrará en ámbito diocesano el próximo domingo de Ramos y que hoy ha hecho público la Santa Sede.


"La crisis de esperanza afecta más fácilmente a las nuevas generaciones que, en contextos socio-culturales faltos de certezas, de valores y puntos de referencia sólidos, tienen que afrontar dificultades que parecen superiores a sus fuerzas", afirma el Papa.

Los jóvenes de hoy están en muchos casos "heridos por la vida, condicionados por una inmadurez personal que es frecuentemente consecuencia de un vacío familiar, de opciones educativas permisivas y libertarias, y de experiencias negativas y traumáticas".

"Para algunos -y desgraciadamente no pocos-, la única salida posible es una huida alienante hacia comportamientos peligrosos y violentos, hacia la dependencia de drogas y alcohol, y hacia tantas otras formas de malestar juvenil".

Sin embargo, "incluso en aquellos que se encuentran en situaciones penosas por haber seguido los consejos de 'malos maestros', no se apaga el deseo del verdadero amor y de la auténtica felicidad", afirma el Papa a los jóvenes, señalándoles la urgencia "de una nueva evangelización, que ayude a las nuevas generaciones a descubrir el rostro auténtico de Dios".

El Papa recuerda en su mensaje lo que dijo a los jóvenes en Sydney durante la misa conclusiva, exhortándoles a dejarse "plasmar por Él para ser mensajeros del amor divino, capaces de construir un futuro de esperanza para toda la humanidad".

"Verdaderamente, la cuestión de la esperanza está en el centro de nuestra vida de seres humanos y de nuestra misión de cristianos, sobre todo en la época contemporánea", subraya.

La esperanza que deben transmitir los jóvenes debe ser "firme y creíble"; "La experiencia demuestra que las cualidades personales y los bienes materiales no son suficientes para asegurar esa esperanza que el ánimo humano busca constantemente".

En este sentido, destaca que "una de las consecuencias principales del olvido de Dios es la desorientación que caracteriza nuestras sociedades, que se manifiesta en la soledad y la violencia, en la insatisfacción y en la pérdida de confianza, llegando incluso a la desesperación".

San Pablo, modelo para los jóvenes

Aprovechando que esta JMJ tendrá lugar en el contexto del Año paulino, el Papa aprovecha en el mensaje para proponerle como modelo de "testigo de la esperanza", en medio de las crisis y dificultades que tuvo que atravesar.

Cuando encontró a Cristo en el camino de Damasco, explica, "Pablo era un joven como vosotros, de unos veinte o veinticinco años, observante de la ley de Moisés y decidido a combatir con todas sus fuerzas, incluso con el homicidio, contra quienes él consideraba enemigos de Dios".

Para Pablo, "la esperanza no es sólo un ideal o un sentimiento, sino una persona viva: Jesucristo, el Hijo de Dios", añade el Papa. "Jesús, del mismo modo que un día encontró al joven Pablo, quiere encontrarse con cada uno de vosotros, queridos jóvenes".

Este encuentro con Cristo tiene lugar sobre todo "en la oración", subraya, invitando a los jóvenes a "dar espacio a la oración", y no sólo la personal, sino especialmente en comunidad: "hay muchas formas para familiarizarse con Él; hay experiencias, grupos y movimientos, encuentros e itinerarios para aprender a rezar y de esta forma crecer en la experiencia de fe. Participad en la liturgia en vuestras parroquias y alimentaos abundantemente de la Palabra de Dios y de la participación activa en los sacramentos", añade.

Otra exhortación del Papa es la de la evangelización: "La Iglesia cuenta con vosotros para esta misión exigente. Que no os hagan retroceder las dificultades y las pruebas que encontréis. Sed pacientes y perseverantes, venciendo la natural tendencia de los jóvenes a la prisa, a querer obtener todo y de inmediato".

Por último, pide la intercesión de la Virgen, Estrella del Mar, citando una conocida ración de san Bernardo: "Cualquiera que seas el que en la impetuosa corriente de este siglo te miras, fluctuando entre borrascas y tempestades más que andando por tierra, ¡no apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser oprimido de las borrascas!".

Y concluye: "Siguiéndola, no te desviarás; rogándole, no desesperarás; pensando en ella, no te perderás".

zenit.org

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martes, 3 de marzo de 2009

El Papa propone “crear espacios” para los alejados en las parroquias

Benedicto XVI considera que en las parroquias hoy es importante proporcionar espacios para que los alejados, a quienes la secularización actual ha convertido en "extraños" a la vida de la Iglesia, se acerquen a ella progresivamente.


Así lo manifestó durante su encuentro anual de Cuaresma con los párrocos de la diócesis de Roma, celebrado el pasado jueves 26 de febrero en la Sala de la Bendición del Vaticano, y en el que, en un ambiente distendido, quiso responder personalmente a sus inquietudes y preguntas.

La segunda pregunta fue formulada por el sacerdote Fabio Rosini, párroco de Santa Francesca Romana all'Ardeatino, sobre cómo afrontar el actual proceso de secularización, venciendo la tentación de acudir a métodos de "éxito pastoral" momentáneo que no traigan fruto en el futuro.

Ante ello, el Papa explicó que hay "dos criterios de discernimiento" para "no correr en vano" en la labor evangelizadora.

En primer lugar, enfatizó la importancia de no descuidar las comunidades ya existentes: "La comunidad de los fieles es una cosa preciosa, no debemos subestimar -incluso mirando a los muchos que están lejos - la realidad hermosa y positiva que constituyen estos fieles, que dicen sí al Señor en la Iglesia, intentando vivir la fe, intentando ir tras las huellas del Señor".

Es muy importante, subrayó, que los fieles "encuentren en su párroco realmente el pastor que les ama y les ayuda a escuchar hoy la Palabra de Dios, a entender que es una Palabra para ellos y no sólo a las personas del pasado o del futuro; que las ayuda, aun más, en la vida sacramental, en la experiencia de la oración, en la escucha de la Palabra de Dios y en el camino de la justicia y de la caridad".

Se trata, añadió, de potenciar a la misma comunidad creyente como evangelizadora: "los cristianos deberían ser fermento de nuestra sociedad con tantos problemas y con tantos peligros y tanta corrupción como existe".

Los cristianos que viven abiertamente su fe "pueden interpretar también un papel misionero sin palabras", explicó. "Si hay personas o comunidades que hacen esta elección completa de la vida y hacen visible el hecho de que la vida que han escogido es realmente vida, dan un testimonio de grandísimo valor".

"Es algo absolutamente indispensable, fundamental, dar, con el testimonio, credibilidad a esta Palabra, para que no aparezca sólo como una bonita filosofía, o como una bonita utopía, sino más bien una realidad. Una realidad con la que se puede vivir, pero no solo: una realidad que hace vivir. En este sentido me parece que el testimonio de la comunidad creyente, como fondo a la Palabra, del anuncio, es de grandísima importancia".

El segundo criterio es el de el anuncio de la Palabra, "abriendo lugares de experiencia de la fe a aquellos que buscan a Dios", es decir, recuperar la experiencia del catecumenado de la Iglesia antigua.

Este catecumenado "no era simplemente una catequesis, algo doctrinal, sino un lugar de experiencia progresiva de la vida de la fe, en la cual se abre también la Palabra, que se convierte en comprensible sólo si es interpretada por la vida, realizada por la vida", afirmó.

El Papa subrayó la importancia de que las parroquias abran "lugares de hospitalidad de la fe", hospitalidad "hacia aquellos que no conocen esta vida típica de la comunidad parroquial".

Las parroquias "deben abrirse e intentar crear vestíbulos, es decir, espacios de cercanía. Uno que viene de lejos no puede inmediatamente entrar en la vida formada de una parroquia, que ya tiene sus costumbres. Para éste de momento todo es muy sorprendente, lejano a su vida".

Por tanto, añadió, "debemos intentar crear, con ayuda de la Palabra, lo que la Iglesia antigua creó con los catecumenados: espacios en los que empezar a vivir la Palabra, a seguir la Palabra, a hacerla comprensible y realista, correspondiente a formas de experiencia real".

No hay recetas

El Papa mostró su satisfacción porque en las parroquias "se esté haciendo realmente este primer anuncio, que se va más allá de los límites de la comunidad fiel, de la parroquia, en búsqueda de las llamadas ovejas perdidas".

"Para este trabajo concreto yo no puedo dar recetas, porque hay distintos caminos que seguir, según las personas, sus profesiones, las distintas situaciones", aclaró.

El catecismo "indica la esencia de lo que hay que anunciar. Pero es quien conoce las situaciones el que debe aplicar las indicaciones, encontrar un método para abrir los corazones e invitar a ponerse en camino con el Señor y con la Iglesia".

En cualquier caso, sea cual sea el camino que se utilice para la evangelización, es necesario "estar siempre en la gran comunión de la Iglesia, aunque quizás en un espacio aún algo lejano: es decir en comunión con el obispo, con el Papa, en comunión así con el gran pasado y con el gran futuro de la Iglesia".

"Estar en la Iglesia católica de hecho no implica sólo estar en un gran camino que nos precede, sino significa estar en perspectiva de una gran apertura al futuro. Un futuro que se abre sólo de esta forma", concluyó.

zenit.org

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Vosotros orad asi

En las demás ceremonias acerca del rezar y otras devociones, no quieran arrimar la voluntad a otras ceremonias y modos de oraciones de las que nos enseñó Cristo (Mt. 6, 9_13; Lc. 11, 1_2); que claro está que, cuando sus discípulos le rogaron que los enseñase a orar

, les diría todo lo que hace al caso para que nos oyese el Padre Eterno, como el que tan bien conocía su condición y sólo les enseñó aquellas siete peticiones del Pater noster, en que se incluyen todas nuestras necesidades espirituales y temporales, y no les dijo otras muchas maneras de palabras y ceremonias, antes, en otra parte, les dijo que cuando oraban no quisiesen hablar mucho, porque bien sabía nuestro Padre celestial lo que nos convenía (Mt. 6, 7_8).

Sólo encargó, con muchos encarecimientos, que perseverásemos en oración, es a saber, en la del Pater noster, diciendo en otra parte que conviene siempre orar y nunca faltar (Lc. 18, 1). Mas no enseñó variedades de peticiones, sino que éstas se repitiesen muchas veces y con fervor y con cuidado; porque, como digo, en éstas se encierra todo lo que es voluntad de Dios y todo lo que nos conviene. Que, por eso, cuando Su Majestad acudió tres veces al Padre Eterno, todas tres veces oró con la misma palabra del Pater noster, como dicen los Evangelistas, diciendo: Padre, si no puede ser sino que tengo de beber este cáliz, hágase tu voluntad (Mt. 26, 39).

Y las ceremonias con que él nos enseñó a orar sólo es una de dos: o que sea en el escondrijo de nuestra habitacion, donde sin bullicio y sin dar cuenta a nadie lo podemos hacer con más entero y puro corazón, según él dijo, diciendo: Cuando tú orares, entra en tu habitacion y, cerrada la puerta, ora (Mt. 6, 6); o, si no, a los desiertos solitarios, como él lo hacía, y en el mejor y más quieto tiempo de la noche (Lc. 6, 12).

iglesia.org

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lunes, 2 de marzo de 2009

Benedicto XVI: “El párroco es el que mejor puede conocer al hombre de hoy”

"Ninguna otra profesión como la de sacerdote permite conocer mejor al hombre como es realmente". Así lo afirmó el Papa Benedicto XVI en su encuentro con los párrocos de la diócesis de Roma, celebrado el pasado jueves 26 de febrero.


Cuando las personas acuden al confesionario, afirmó, "vienen sin máscara, con su propio ser. La sacristía no está en el mundo, sino en la parroquia. Y allí, al párroco, vienen los hombres a menudo normalmente, sin máscara, sin otros pretextos, sino en situación de sufrimiento, de enfermedad, de muerte, de cuestiones familiares", explicó el Papa.

"¿Quién conoce mejor a los hombres de hoy que el párroco? Ninguna otra profesión, me parece, da esta posibilidad de conocer al hombre como es en su humanidad, y no en el papel que tienen en la sociedad", añadió.

En este sentido, observó el Papa, los sacerdotes "pueden estudiar realmente al hombre en su profundidad, lejos de los roles, y aprender también ellos mismos al ser humano, ser hombre en la escuela de Cristo".

El Obispo de Roma quiso encontrarse con sus párrocos y responder personalmente a sus preguntas e inquietudes, en un encuentro celebrado en la Sala de la Bendición del Vaticano, como es tradicional cada comienzo de Cuaresma.

A la primera pregunta, realizada por el sacerdote Gianpiero Palmieri, párroco de San Frumenzio ai Prati Fiscali, sobre la adecuación o no de la formación recibida por los sacerdotes ante la situación del mundo actual, el Papa admitió que "no es suficiente predicar o hacer pastoral con el precioso bagaje adquirido en los estudios de teología".

"Esto es importante, es fundamental, pero debe ser personalizado: de conocimiento académico, que hemos aprendido y también reflexionado, en visión personal de mi vida, para llegar a otras personas", añadió.

La clave está, explicó el Papa, en la fe vivida por el propio sacerdote: "concretar con la personal experiencia de fe, en el encuentro con los parroquianos, la gran palabra de la fe".

"Debemos, a través del estudio y cuanto nos dicen los maestros de teología y nuestra experiencia personal con Dios, concretar, traducir estas grandes palabras, de forma que entren en el anuncio de Dios al hombre de hoy".

En este sentido, añadió, es fundamental transmitir la experiencia personal de la propia fe con las herramientas y el lenguaje actuales.

"No vivimos en la luna -observó el Papa-. El sacerdote es un hombre de este tiempo si vive sinceramente mi fe en la cultura de hoy, siendo uno que vive con los medios de comunicación de hoy, con los diálogos, con las realidades de la economía, con todo".

"Si eres sincero contigo mismo y empiezas a ver en tí qué es la fe, con tu experiencia humana en este tiempo, bebiendo de tu propio pozo, como dice san Bernardo de Claraval, también puedes decir a los demás lo que hay que decir".

Sencillez.

El Papa aconsejó también a sus párrocos que sean "sencillos" a la hora de exponer la Palabra de Dios y las verdades de la fe.

"Recuerdo a un amigo que, tras haber escuchado predicaciones con largas reflexiones antropológicas para llegar juntos al Evangelio, decía: pero no me interesan estos acercamientos, ¡yo quiero entender qué dice el Evangelio!".

El pontífice añadió que lo fundamental "es entender qué nos dice el Señor", con "sencillez" pero "sin falsas simplificaciones".

"Los doce apóstoles eran pescadores, artesanos, de esta provincia, Galilea, sin preparación particular, sin conocimiento del gran mundo griego o latino. Y sin embargo fueron a todos los lugares del Imperio, incluso fuera de él, hasta la India, y anunciaron a Cristo con sencillez y con la fuerza de la sencillez de lo que es verdadero", añadió.

El Papa subrayó la importancia de "no perder la sencillez de la verdad. Dios existe y no es un ser hipotético, lejano, sino cercano, ha hablado con nosotros, ha hablado conmigo. Y así digamos sencillamente qué es y cómo se debe naturalmente explicar y desarrollar. Pero no perdamos el hecho de que no proponemos reflexiones, no proponemos una filosofía, sino el sencillo anuncio del Dios que ha actuado".

Cercanía del Papa a sus diocesanos

Benedicto XVI puso también de manifiesto su alegría al encontrarse con los párrocos de su diócesis, encuentro que definió como un "descanso espiritual".

"Estamos juntos para que vosotros podáis contarme vuestras experiencias, vuestros sufrimientos, también vuestros éxitos y alegrías", añadió el Papa afectuosamente. "Estamos más bien en un intercambio familiar, en el que para mí es muy importante, a través vuestro, conocer la vida en las parroquias, vuestras experiencias con la Palabra de Dios en el contexto de nuestro mundo de hoy".

Mostró particularmente su interés por "aprender de ellos": "Vosotros vivís en el contacto directo, día a día, con el mundo de hoy", afirmó.

El Papa quiso también compartir con ellos su propia experiencia, alejada de la vida parroquial pero también en contacto, especialmente a través de las visitas ad limina, con los católicos de todo el mundo.

Concretamente, explicó la última visita anterior al encuentro, con los obispos de Nigeria, a la que definió "una Iglesia como la vemos en los Hechos de los Apóstoles, donde está la alegría fresca de haber encontrado a Cristo, de haber encontrado al Mesías de Dios".

"Ver que con sólo hay una Iglesia cansada, como se encuentra a menudo en Europa, sino una Iglesia joven, llena de alegría del Espíritu Santo, es ciertamente un refresco espiritual. Pero también es importante para mí, con todas estas experiencias universales, ver mi diócesis, los problemas y todas las realidades que viven en esta diócesis", añadió.

zenit.org

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La Iglesia católica crece al ritmo de la población mundial

Los católicos en el mundo han aumentado un 1,4%, algo más que la población mundial (que creció en el mismo periodo un 1,1%). Las vocaciones sacerdotales crecen también, aunque menos (0,4%), pero con notables diferencias entre continentes: mientras en Europa hay una recesión, en África y Asia se registra un notable aumento.


Estas son las principales conclusiones que se extrae del Anuario Pontificio 2009, la publicación oficial vaticana que recoge datos estadísticos actualizados de la Iglesia en todo el mundo, y que fue presentado al Papa ayer sábado 28 de febrero por la mañana.

La presente edición recoge datos estadísticos relativos al año 2007, según se explica en un comunicado hecho público por la Santa Sede. Según éstos, el número de católicos en el mundo ha pasado de 1.131 a casi 1.147 en un año, lo que supone un porcentaje del 17,3% que se mantiene estable de un año a otro.

En este mismo periodo, el número de obispos, según los datos del Anuario, ha aumentado también el 1%, donde más en Oceanía (4,7%) y África (3%), pasando de 4.898 a 4.946. Con todo, América y Europa siguen sumando el 70% de los prelados.

Los sacerdotes se mantienen, explica el comunicado, “en una dinámica de crecimiento moderado tras más de dos décadas más bien decepcionantes”. De los 407.262 del 2006 han pasado a los 408.024 en el año siguiente, pero con notables diferencias: si en África y Asia el aumento es mayor del 20% (27,6% y 21,2% respectivamente), en Europa y Oceanía disminuyen el 6,8 y el 5,5% cada una.

Los diáconos permanentes aumentan más, aproximadamente el 4,1% entre 2006 y 2007, y actualmente suman 35.942, y sobre todo en Europa y América, que juntas suman el 98% de estos ministros.

Respecto al número de seminaristas, aumenta sólo el 0,4% (la población es actualmente de 115.919 en todo el mundo), pero mientras en África y Asia crecieron, la disminución es bastante sensible en Europa (-2,1%) y América (-1%).

Durante la presentación de esta nueva edición del Anuario, el Papa se mostró “vivamente interesado” por los datos aportados, y agradeció el trabajo de todos los que han colaborado en ella, miembros y colaboradores de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, que dirige monseñor Vittorio Formenti.

En la presentación estuvieron presentes el Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, el Sustituto de la Secretaría de Estado para Asuntos Generales, monseñor Fernando Filoni.

El Anuario ofrece información institucional actualizada sobre las demarcaciones e instituciones canónicas en todo el mundo. En esta nueva edición se introducen las nuevas diócesis creadas por Benedicto XVI en 2008: una sede metropolitana y 11 nuevas sedes episcopales, mientras que han cambiado jurídicamente 4 sedes metropolitanas, 2 sedes episcopales y un vicariato apostólico.

zenit.org

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domingo, 1 de marzo de 2009

La tentacion de los panes

La primera tentación de Cristo, tal cómo nos la narra el Evangelio es la tentación de los panes. Cristo ha ido a hacer ayuno, un ayuno que realmente le prepare para su misión. Cristo ha ido a ejercitarse, por así decir, al desierto, y el demonio le llega con la tentación de los panes, que no era otra cosa sino decirle: déjate de cosas raras, se más realista, baja un poquito a la vida cotidiana. Es decir, materialízate, no seas tan espiritual.

Es una tentación, que nosotros podemos tener en nuestra vida cuando llegamos a perder toda dimensión sobrenatural de nuestro ser cristianos. Es la tentación del querer hacer las cosas sin preocuparme si le interesan o no a Dios. Tengo un problema, y me digo: lo arreglo porque lo arreglo, y a veces olvidamos de la dimensión sobrenatural que tienen las dificultades.

Cristo ayuna y siente hambre como nos dice el Evangelio, y Cristo tiene que transformar el hambre en una palanca espiritual, en un momento de crecimiento interior. Ahí Cristo es tentado para decirle: No busques eso, no hace falta ese tipo de cosas, mejor dedícate a comer, mejor dedícate a trabajar. Es la tentación de querer arreglar yo todos los problemas.

Hay situaciones en las que no queda otro remedio sino ofrecer al Señor la propia impotencia por el sacrificio personal; hay situaciones en las que no hay otra salida más que la de decir: aquí está la impotencia, podríamos decir la impotencia santificadora. Cuando en nuestro trabajo personal sentimos una lucha tremenda en el alma, un desgarrón interior por tratar de vivir con autenticidad la vida cristiana, en esos momentos en los que a veces el alma no puede hacer otra cosa sino simplemente sufrir y yo me quiero sacudir eso, y no acepto esa impotencia y no la quiero ver, y no quiero tener ese“sintió hambre” en la propia vida, es donde aparece la necesidad de acordarse de que Cristo dijo: No sólo de pan, no sólo de los éxitos, no sólo de los triunfos, no sólo de consuelos, no sólo de ayudas vive el hombre, sobre todo vive de la Palabra que sale de la boca de Dios.

Tenemos que aprender como lección básica de la vida a iluminar todas nuestras dificultades con la Palabra de Dios, sobre todo aquellas que no podemos resolver, porque a veces podríamos olvidar que Dios Nuestro Señor va a permitir muchas dificultades, muchas piedras en la vida precisamente para que recordemos que la Palabra de Dios es la fuente de nuestra vida espiritual. No los consuelos humanos, no los éxitos de los hombres. A veces Dios nos habla en la oscuridad, a veces en la luz, pero lo importante es la vida del Espíritu Santo en mi alma. En ocasiones puede venir la tentación de querer suplir con mi actividad la eficacia de la fe en Dios, y podríamos pensar que lo que hacemos es lo que Dios quiere, cuando en realidad lo que Dios quiere es que en esos momentos esta situación no vaya por donde tu estás pensando que debe de ir, Yo me pregunto: una dificultad, un problema ¿lo transformamos a base de fe en un reto que verdaderamente se convierta en eficacia para el reino de Cristo? No pretendamos arreglar los problemas por nosotros mismos, preguntemos a Dios. ¿Sé yo vencer con la Palabra de Dios? ¿O caigo en la tentación?

Después, dice el Evangelio, lo llevó a un monte alto donde se veía todos los reinos de la tierra. Cristo es tentado por segunda vez para que su misión se vea reconocida por los hombres para que obtenga un éxito humano y todos vean su poder. Sin embargo el poder que les es ofrecido no es el que tiene Dios sobre la Creación, sino es el poder que viene de haber vendido la propia conciencia y la propia vida al enemigo de Dios. “Todo esto lo tendrás si postrándote me adoras”, no es el poder que nace de haber conquistado el reino de Cristo, es el poder que nace de haberse vendido. A veces este poder se puede meter sutilmente en el alma cuando pierdes tu conciencia en aras de un supuesto éxito. Es el poder que viene de haber puesto la propia vida en adoración a los que desvían de Dios el final total de las cosas, el uso de las criaturas para la propia gloria y no para la gloria de Dios. La tentación de querer usar las cosas para nuestra propia gloria y no para la gloria de Dios es sumamente peligrosa, porque además de que nuestro comportamiento puede ser incoherente son lo que Dios quiere para nosotros, lo primero que te desaparece es el sentido crítico ante las situaciones. ¿Por qué? Porque estas vendido a los criterios de la sensualidad, y quien está vendido no critica.

Cuando nuestra conciencia se vende, cuando nuestra inteligencia y nuestra voluntad se vende dejan de criticar y todo lo que les den les parece bueno. ¿A quién me estoy vendiendo? Cada uno recibe su vida, sus amistades, sus personas, su corazón, su conciencia. ¿Dónde me encuentro sin el suficiente sentido crítico, para salir de una situación cuando contradices mi identidad cristiana?, porque ahí me estoy vendiendo, ahí estoy postrándome a Satanás aunque sean cosas pequeñas. ¿Dónde me he encadenado? ¿Hay en mi vida alguna tentación que no sólo me despoja del necesario sentido crítico ante las situaciones para juzgarlas sólo y nada más según Dios, sino que acaban sometiendo mis criterios a los criterios del mundo y por lo tanto, acaba cuestionando los rasgos de mi identidad cristiana?

Cuántas veces cuando vienen las crisis a la fe son por esta tentación; cuando nos vienen los problemas de que si estaré bien donde estoy o estaría mejor en otra parte, es por venderse a una situación más cómoda, aun lugar que no te exija tanto, un lugar donde puedas adorarte a ti mismo. Es triste cuando uno lo descubre en su propia alma y es triste cuando uno lo descubre en el alma de los demás.

Muchas veces es imposible penetrar en el alma porque ha perdido toda brújula, ha perdido todo el sentido crítico, ha perdido la capacidad de romper con el dinamismo del egoísmo, de la soberbia, de la sensualidad. Cuántos cambios podríamos tener de los que pensamos que ya no tenemos vuelta.

Por último, el demonio lleva a Cristo. La tentación del templo es en la que Cristo desenmascara con la autenticidad de su vida, con la rectitud de intención, con la claridad de su conciencia la argucia del tentador. Esta tentación tiene un particular peligro. Los comentaristas que han siempre enfrentado esta tentación piensan: qué gracia tendría el de tirarse del pináculo del templo y que los ángeles te agarrasen. La idea central de esto es una exhibición milagrosa. Un señor se sube a la punta del templo y lo están viendo abajo, se tira y de pronto unos ángeles le cogen y lo depositaren el suelo. Todo mundo daría gloria a Dios, todos se convertirían inmediatamente. Es la tentación que tiene un particular delito porque ofrece la conciliación entre las pasiones humanas de mi yo con el servicio a Dios, con la gloria que se debe al Creador.

Esta tentación que podríamos llamar de orgullo militantes es quizá la más sutil de todas. Es también la tentación que Cristo desenmascara en los fariseos cuando les dice: “les gusta ser vistos y admirados de la gente y que la gente les llame maestros... cuando oren no lo hagan como los hipócritas que oran en medio de las plazas para ser vistos por la gente, cuando oren enciérrate que tu Padre que ve en lo secreto te recompensará”. Con qué perspicacia Nuestro Señor conocía el corazón humano que se puede enredar perfectamente, incluso en medio de la vida de oración, con el propio orgullo y egoísmo. Revisemos bien nuestra conciencia para ver si esta tentación no se ha metido en nuestras vidas.

Recordemos que nuestra vida sólo tendrá un auténtico sentido cristiano en la medida en que aceptemos a Cristo vencedor de la tentación del pan, de los reinos y del templo.

catholic.net

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Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la c...

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