martes, 10 de marzo de 2009

Sed compasivos como vuestro Padre

El que posee el amor de Cristo que cumpla sus mandamientos. ¿Quién será capaz de explicar debidamente el vínculo que establece el amor divino? ¿Quién podrá dar cuenta de la grandeza de su hermosura? El amor nos eleva hasta unas alturas inefables. El amor nos une a Dios, «el amor cubre la multitud de los pecados» (1P 4,8)... En el amor nos acogió el Señor: por su amor hacia nosotros, nuestro Señor Jesucristo, cumpliendo la voluntad del Padre, dio su sangre por nosotros, su carne por nuestra carne, su vida por nuestras vidas.


Ya veis, amados hermanos, cuán grande y admirable es el amor y cómo es inenarrable su perfección. ¿Quién es capaz de practicarlo adecuadamente si Dios no le otorga este don? Oremos, por tanto, e imploremos la misericordia divina, para que sepamos practicar sin tacha el amor, libres de toda parcialidad humana. Todas las generaciones anteriores, desde Adán hasta nuestros días, han pasado; pero los que por gracia de Dios han sido perfectos en el amor obtienen el lugar destinado a los justos y se manifestarán el día de la visita del reino de Cristo...

Dichosos nosotros, amados hermanos, si cumplimos los mandatos del Señor en la concordia del amor, porque este amor nos obtendrá el perdón de los pecados.

iglesia.org

2 comentarios:

  1. Tienes unos textos siempre muy bien seleccionados. Te sigo habitualmente y creo que haces una gran labor. Ya me contarás el secreto para llevar tanto blog. Felicidades.

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  2. Hola Iván. En mi blog te he dejado un premio que mereces y espero que aceptes. Un abrazo.

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