jueves, 30 de abril de 2009

Si comes de este pan, vivirás para siempre

Juan 6, 44-51
«Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre.

En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.»

Reflexión
Tenemos hambre, hambre de Dios. Necesitamos el pan de vida eterna. Quizás hemos probado otros “banquetes” y hemos descubierto que no sacian nuestro deseo plenamente. Pero Cristo se revela como el alimento que necesitamos, el único que puede colmar nuestras necesidades y darnos la fuerza para el camino.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que en la comunión recibimos el pan del cielo y el cáliz de la salvación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó para la vida del mundo (cfr. CIC 1355).

Como el cuerpo es sostenido por el alimento, así nuestra alma necesita de la Eucaristía. Cristo baja del cielo al altar, por manos del sacerdote. Viene a nosotros y espera que también nosotros vayamos a El, que le busquemos con frecuencia para recibirle, para visitarle en el Sagrario.

Es pan de vida eterna, según su promesa: “Que todo el que ve al Hijo y cree en El tenga la vida eterna”. Quien vive sostenido por la Eucaristía, crece progresivamente en unión con Dios, y viéndole en este mundo bajo el velo de las especies del pan y el vino, nos preparamos para contemplarle cara a cara en la vida futura.
catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

30 de Abril, San Pío V, Papa




Miguel Ghislieri nació en 1504 en Bosco, en la diócesis de Tortona y tomó el hábito de Santo a los 14 años en el convento de Voghera. En 1556, fue elegido obispo de Nepi y Sutri y al año siguiente, fue nombrado, Inquisidor General y Cardenal. El santo tomó el nombre de Pío V desde el primer momento de su Pontificado (1565) y puso de manifiesto que estaba decidido aplicar no solo la letra sino también el espíritu del Concilio de Trento. En 1568 se publicó en nuevo Breviario, en el cual se omitía las fiestas y extravagantes leyendas de algunos santos y se daba a las lecciones de la Sagrada Escritura su verdadero lugar. Además, se terminó el catecismo que el Concilio de Trento había mandado a redactar y el Pontífice mandó a traducirlo en diferentes lenguas.

El éxito del Papa se debió en gran parte, a la veneración que el pueblo le profesaba por su santidad; su oración era fervorosa y frecuentemente visitaba a los hospitales y asistía personalmente a los enfermos. Sin embargo, durante su pontificado, el Papa tuvo que enfrentar dos grandes amenazas: la difusión del protestantismo y las invasiones de los turcos, frente a lo cual trabajó incansablemente. En 1572, el Papa sufrió el violento ataque de una dolorosa enfermedad que le produjo la muerte el 1 de mayo del mismo año, a los 68 años de edad.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

miércoles, 29 de abril de 2009

Servicio Sacerdotal Nocturno de Urgencia

En diversas diócesis de Argentina ha surgido una respuesta a una necesidad real. De modo similar a las farmacias de turno o los médicos de guardia, se ha creado el Servicio Sacerdotal Nocturno de Urgencia "San Camilo de Lelis".

Se trata de una institución de la Iglesia a nivel diocesano, en la que colaboran sacerdotes y laicos.

La iniciativa surgió a raíz de un caso de necesidad, informa a ZENIT Jorge Rubén Yagüe, secretario de prensa de este servicio.

El doctor Armando César Sánchez, de la ciudad de Córdoba, tenía a su padre enfermo y en la madrugada este se puso muy grave, por lo cual su hijo quiso que recibiera el sacramento de la Unción de los enfermos.

Comenzó a llamar por teléfono a su parroquia y recorrió conventos y parroquias pero no obtuvo respuesta. Realmente desanimado prefirió volver al lado del enfermo y en ese camino de regreso a la casa, prestó atención a los letreros luminosos: "Farmacia de turno", "Médico de guardia", "Florería de turno".

Entonces se dijo: ¿Por qué si hay policía, bomberos, médicos, veterinarios, mecánicos etc. de guardia, cómo no hay sacerdotes? ¿Cómo era posible que los cristianos en situaciones dolorosas como la que él estaba viviendo, no tuvieran una guardia a la cual recurrir sin pérdida de tiempo y conseguir un sacerdote para los sacramentos?

La idea de armar una guardia para casos de urgencia espiritual dio vueltas en su corazón. Se propuso visitar a sacerdotes y comprometió en su proyecto también a laicos amigos y lo presentó finalmente al arzobispo de Córdoba, monseñor Fermín Laffite, quien lo aprobó.

Se fundó así el Servicio Sacerdotal de Urgencia. La noche del 26 de octubre, festividad de Cristo Rey, de aquel año 1952, se puso en marcha por primera vez en Argentina una guardia con un sacerdote y dos laicos.

Este ejemplo cundió muy pronto en el país y en las distintas diócesis se crearon estos servicios según la idiosincrasia de cada lugar y siguen creciendo, llegando ya a 21 en el país.

En la ciudad de San Rafael, Mendoza, Argentina, esta actividad se cumple mediante guardias diarias, en la casa que el Servicio posee en calle San Juan 944.

En la diócesis el servicio lleva 21 años y ha efectuado 7.819 asistencias, lo cual arroja un promedio diario de 0.99 personas que han recibido la atención del sacerdote.

El Servicio Sacerdotal de Urgencia es una institución laica de la Iglesia Católica, de orden diocesano, que se ocupa de llevar auxilio espiritual a los enfermos que lo soliciten, durante la noche, en forma totalmente gratuita. Se dedica a trasladar y acompañar al sacerdote cuando lleva auxilio espiritual a los enfermos, en horarios nocturnos.

Esto conlleva una organización laica que construya, mantenga y amplíe la estructura física y espiritual necesaria para brindar la seguridad en el cumplimiento de lo que se ofrece y brinda.

Tanto sacerdotes como laicos son fundamentales para el cumplimiento de esta obra, ya que, sin los sacerdotes que administren los Sacramentos, o sin los laicos que aporten la colaboración y la organización para que el servicio pueda cumplir sus fines, éste no podría funcionar.

El 8 de abril de 1987, en Córdoba, Juan Pablo II dijo: "Sé que, como fruto de una iniciativa nacida en esta ciudad de Córdoba, se creó el primer Servicio Sacerdotal de Urgencia, a través de él cada noche sacerdotes y laicos en vigilante espera, se movilizan para atender el llamado de Cristo a través de sus enfermos. Se también que este hermoso ejemplo se ha multiplicado en diversas diócesis de la Argentina. Me da mucha alegría, y os aliento a continuar en este esfuerzo apostólico mediante el cual se hace visible la solicitud de la Iglesia, que vela día y noche por sus hijos más necesitados".

zenit.org

SEGUIR LEYENDO [+]

Talante positivo

Hace poco leí que ante el sufrimiento y las contrariedades es donde la mayor parte de la gente muestra su verdadero rostro. En otras situaciones es más fácil aparentar, pero en la antesala del quirófano, o ante una desgracia o un contratiempo importante, la gente suele abandonar toda inhibición y mostrarse tal como es.

Entonces se distingue muy bien a la gente positiva y a la negativa. Te encuentras, por ejemplo, a unos enfermos que sonríen, que te dicen que las cosas van bien, que sus dolores son quizá fuertes, pero soportables; que han visto a otros que están mucho peor que ellos y que no pueden quejarse; que no han perdido la alegría ni las ganas de vivir; que están agradecidos por los cuidados que reciben. Son la gente positiva.

Y hay otra gente, negativa, a quienes cuesta más ir a visitar cuando están enfermos. Ellos, o quienes les rodean, o unos y otros, no paran un momento de hablar de sus enfermedades, de sus terribles dolores, de sus interminables sufrimientos, de los imperdonables fallos que tienen con ellos los médicos y enfermeras, y de no se sabe cuantas cosas más. Y se pasan horas hablando de sus padecimientos, y de lo que les queda por pasar, haciendo mil profecías de sus supuestas desgracias.

— Pero esa gente suele ser tan negativa porque la vida le ha debido cargar de malos tragos. Probablemente no sea culpa suya.

Creo que no es ése el problema. Muchas veces resulta objetivamente más dolorosa y difícil la situación de quien menos se queja. A lo mejor esperas encontrar abrumada a una persona que ha sufrido una desgracia importante, y luego la ves muy entera. Y, por el contrario, te encuentras a otra totalmente hundida por una tontería, cuando lo tiene casi todo. ¿Por qué? Creo que es que son dos formas de afrontar la vida.

Piensa en tu vida. A lo mejor estás triste y tu situación no es objetivamente tan difícil. O, aun suponiendo que lo fuera, piensa si merece la pena dejarse arrastrar por la desesperanza. Piensa en que hay gente que lo pasa mucho peor y sabe sobreponerse.

Los conoces, quizá. Examina su forma de ser y de pensar. Intenta aprender de ellos.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

martes, 28 de abril de 2009

ADORA Y CONFÍA

No te inquietes por las dificultades de la vida
por sus altibajos, por sus decepciones,
por su povenir más o menos sombrío.
Quiere lo que Dios quiere.
Ofrécele, en medio de inquietudes y dificultades,
El sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo,
acepta los designios de su providencia.
Poco importa que te consideres un frustrado
si Dios te considera plenamente realizado:
a su gusto.
Piérdete confiado ciegamente en ese Dios
que te quiere para sí,
y que llegará hasta ti, aunque jamás lo veas.
Piensa que estás en sus manos,
tanto más fuertemente tomado
cuanto más decaído y triste te encuentres.
Vive feliz. Te lo suplico.
Vive en paz.
Que nadie te altere.
Que nadie sea capaz de quitarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales.
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro
una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor
continuamente te dirije.
Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad
todo aquello que te llene de la paz de Dios.
Recuerda: cuanto te oprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida
y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste.
ADORA Y CONFÍA…”

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

domingo, 26 de abril de 2009

Solo dentro de la Iglesia se puede comprender la Biblia como Palabra de Dios, dice el Papa

«Solo el contexto eclesial permite a la Sagrada Escritura ser comprendida como auténtica palabra de Dios que se hace guía, norma y regla para la vida de la Iglesia y el crecimiento espiritual de los creyentes». Con estas palabras, el Papa Benedicto XVI recibió esta mañana a 30 representantes de la Pontificia Comisión Bíblica que acaban de celebrar su asamblea plenaria.


El Pontífice se refirió al tema de la reunión, «La inspiración y la verdad en la Biblia», y destacó su relevancia porque «atañe no solamente al creyente sino a toda la Iglesia, ya que la vida y la misión de la Iglesia se fundamentan en la Palabra de Dios que es alma de la teología y, al mismo tiempo, fuente de inspiración de toda la existencia cristiana. Además, la interpretación de las Sagradas Escrituras es de importancia capital para la fe cristiana y para la vida de la Iglesia».

Según el Pontífice, «el estudio científico de los textos sagrados no es suficiente de por sí. Para respetar la coherencia de la fe de la Iglesia el exégeta católico debe estar atento a percibir la Palabra de Dios en estos textos, en el interior de la misma fe de la Iglesia».

«La interpretación de las Sagradas Escrituras no puede ser solamente un esfuerzo científico individual: debe siempre confrontarse, insertarse y autentificarse merced a la tradición viva de la Iglesia. Esta norma es decisiva para precisar la relación correcta y recíproca entre la exégesis y el magisterio de la Iglesia», explicó.

El Papa señaló que «el exégeta católico no nutre la ilusión individualista de que, fuera de la comunidad de los creyentes se comprendan mejor los textos bíblicos. En cambio, es verdadero lo contrario, ya que esos textos no se dieron a los investigadores para satisfacer su curiosidad o facilitarles argumentos de estudio e investigación. Los textos inspirados por Dios fueron confiados a la comunidad de creyentes, a la Iglesia de Cristo, para alimentar la fe y guiar la vida de caridad».

«La Sagrada Escritura -dijo el Papa citando la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II- es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Tradición recibe la Palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles y la transmite íntegra a los sucesores para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación».

El Papa recordó que el Concilio Vaticano II indica «tres criterios siempre válidos para una interpretación de la Sagrada Escritura conforme al Espíritu que la inspiró. En primer lugar, es necesario prestar gran atención al contenido y a la unidad de toda la Escritura ya que, por muy diferentes que sean los libros que la forman, la Sagrada Escritura es una, debido a la unidad del plan de Dios del que Jesucristo es el centro y el corazón».

En segundo lugar, «hay que leer la Escritura en el contexto de la tradición viva de toda la Iglesia. Efectivamente, la Iglesia lleva en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios y es el Espíritu Santo quien brinda a la Iglesia la interpretación según el sentido espiritual».

El tercer criterio es «prestar atención a la analogía de la fe, es decir a la cohesión de las singulares verdades de fe entre sí y con el plan general de la Revelación y la plenitud de la divina economía que encierra».

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

sábado, 25 de abril de 2009

No juzgueis y no sereis juzgados.Artículo personal

Lucas 6:37: No juzgueis y no sereis juzgados.


Videos tu.tv
(tarda un poco en aparecer el video)

Lo vi el otro dia en la tele, se trata de Susan Boyle, en el video se ve claramente como los jueces y el publico antes de oirla cantar se rie y pone cara como diciendo "pero que hace esta señora aqui" pero cuando la oyen cantar la cosa cambia.

SEGUIR LEYENDO [+]

viernes, 24 de abril de 2009

Indulgencias.Artículo personal.

Hoy voy a hablar resumidamente de las indulgencias explicandolas claramente para que se entiendan bien.

¿Que son las indulgencias?
La remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a pecados que han sido perdonados.
Esto quiere decir que el alma, es por decirlo asi como una madera, que esta limpia, pero si le clavas un clavo (un pecado) se le hace un agujero y cuando le sacas el clavo (confesion) ya no esta el clavo pero esta el agujero que seria como el agujero en el alma por el pecado.
¿Para que sirven?
Para que ese "agujero" se limpie y el alma quede como nueva.
Si con la confesion se limpian los pecados ¿para que las indulgencias?
Con la confesion se te quita la culpa del pecado (los pecados) y la pena eterna, pero la pena temporal permance.
¿Cuantos tipos de indulgencias hay?
Dos, la indulgencias plenaria y parcial.
¿Que diferencia hay entre cada una?
La indulgencia plenaria te quita la pena temporal completamente y la indulgencia parcial te quita parte de la pena temporal.
¿Como se puede ganar la indulgencia plenaria?
Lo primero de todo se necesitan algunas condiciones generales que son:
1.Estar bautizado.
2.Estar en la gracia de Dios.
3.No estar excomulgado.
4.Tener intencion de ganar la indulgencia.

Y se necesitan cuatro requisitos que son:
1.Acudir al sacramento de la confesion.
2.Comulgar.
3.Rezar por las intenciones del papa.
4.No tener ningun afecto hacia ningun pecado ni si quiera venial.

Dias antes de ganar una indulgencia se pueden hacer los requisitos, pero es recomendable que se comulgue y se rece por las intenciones del papa el mismo dia.

Algunas obras para ganar indulgencia plenaria:
1.Media hora de adoracion al Santisimo Sacramento.
2.Tres dias de retiro espiritual.
3.Rezo piadoso del Via Crucis recorriendo las 14 estaciones y meditando la pasion y muerte del Señor.
4.Rezo del Rosario (En una iglesia, en familia o en grupo)
5.Lectura espiritual de La Biblia al menos media hora.
6.Hacer la primera comunion o asistir a ella recibiendo la Eucaristia.
7.Visitar la iglesia en el dia de la fiesta titular.
Hay mas obras que podeis buscar, por ejemplo este año (y creo que todos) en Semana Santa hay determinadas obras que se pueden hacer para ganar indulgencia plenaria, una de ellas es asistir a la Vigilia Pascual y renovar las promesas del Bautismo.

La indulgencia parcial se gana si se hace una obra para ganar indulgencia plenaria pero falta algun requisito.

Y ya por ultimo, decir que las indulgencias plenarias se pueden ganar solo una vez al dia mientras que las parciales no tienen ningun limite diario.

SEGUIR LEYENDO [+]

jueves, 23 de abril de 2009

El que cree en el Hijo tiene vida eterna

Juan 3, 31-36

El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida.

El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él».

Reflexión:

El hombre no se contenta con las cosas de este mundo. Si ha ganado un millón, quiere más. Si consigue un puesto, busca otro mejor. ¿Por qué nunca quedamos saciados de nada? Porque el hombre es el único ser sobre la tierra que está abierto a lo infinito: puede conocerlo todo y siempre le quedará algo, puede tenerlo todo y siempre habrá algo que le falte.

Este deseo tan profundo sólo se colma definitivamente en la vida eterna. Y, ¿en qué consiste la vida eterna? Dice el evangelista San Juan: "Padre, ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo". El cielo es el conocimiento total de Dios. Dios es infinito, por eso, al conocerle a Él nuestra inteligencia alcanza su plenitud y posesión. Y al consistir también en la posesión de Dios, como es el “Ser” por excelencia, rebasa a todos los pequeños “seres” o cosas que tanto nos llaman la atención.

Si es así, queremos esa vida eterna. ¿Cómo podemos alcanzarla? El que haya perseverado en la fe hasta el fin (cf. Mt 10,22; 24,13), obtendrá la vida eterna". Y esa fe, que ahora es oscura, después de la muerte, será luz eterna.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

miércoles, 22 de abril de 2009

En la tierra, el viaje en búsqueda de Dios no termina nunca, aclara el Papa

"El viaje en búsqueda de Dios, al menos en esta tierra, no terminará nunca", ha explicado Benedicto XVI al recordar a uno de los hombres que han pasado a la historia como uno de los grandes buscadores de Dios, san Anselmo.

El Papa se ha hecho presente en la tarde de este martes, en la solemne eucaristía celebrada en la catedral de Aosta, con motivo de las celebraciones del noveno centenario de la muerte del gran filósofo y teólogo, con un mensaje dirigido a su enviado especial, el cardenal Giacomo Biffi.


En la misiva, leída por el arzobispo emérito de Bolonia, en la fiesta litúrgica del santo, el Santo Padre repasa la vida del monje nacido en las montañas de Aosta, quien se convertiría en arzobispo primado de Inglaterra, con sede en Canterbury, donde murió el 21 de abril de 1109.

Repasando los escritos de Anselmo, el obispo de Roma explica que para él Dios se presenta como lo más grande que se puede pensar.

"De hecho --indica--, se dará cuenta cada vez más claramente de que Dios se encuentra en una altura inaccesible, situada más allá de las metas a las que el hombre puede llegar, pues Dios está más allá de lo pensable", recuerda.

"Por este motivo, el viaje en búsqueda de Dios, al menos en esta tierra, no se concluirá nunca, sino que siempre se convertirá en pensamiento y anhelo, en un ejercicio riguroso del intelecto y en una implorante petición del corazón", subraya.

Para el Papa teólogo son "programáticas para toda investigación teológica" las palabras de san Anselmo en el primer capítulo de su famoso "Proslogion": "No intento, Señor, penetrar tu profundidad, porque de ninguna manera puedo comparar con ella mi inteligencia; pero deseo comprender tu verdad, aunque sea imperfectamente, esa verdad que mi corazón cree y ama".

Y el santo concluye: "Porque no busco comprender para creer, sino que creo para llegar a comprender".

Según el pontífice, Anselmo conserva "aún una gran actualidad y una intensa fascinación", motivo por la cual aplaude la iniciativa de editar nuevamente sus obras, y recomienda su lectura, pues en ellas la fe y la razón se encuentran "admirablemente unidas".

Nacido en Aosta, en el año 1033/1034, san Anselmo entró en la abadía Benedictina de Bec-Hellouin, en Normandía, para seguir las lecciones de Lanfranco de Pavía, prior y maestro de la escuela del monasterio.

En el año 1060 se convirtió en monje de esa abadía y, en 1064, en prior y maestro de humanidades, después de que Lanfranco se trasladara a un monasterio en Caen. En 1078, Anselmo fue elegido abad por unanimidad.

En esos años, escribió el "Monologion" (monólogo interior del alma consigo misma) y el "Proslogion" (discurso exterior), en los que muestra a los monjes la búsqueda de Dios a través de la inteligencia.

En 1093, Anselmo fue nombrado arzobispo de Canterbury, donde tuvo que afrontar dificultades con el rey Guillermo II y Enrico I, sufriendo dos períodos de exilio.

En Inglaterra escribió "Cur Deus homo" (¿Por qué un Dios hombre?", obra concluida en el exilio, en Italia, así como oraciones, meditaciones y un importante epistolario que testimonia sus lazos de amistad y afectuosa paternidad con sus discípulos.

Su culto fue impulsado por santo Tomás Becket y el Papa Clemente XI le atribuyó el título de doctor de la Iglesia.

El Santo Padre ha enviado, además, un mensaje al abad primado de los Monjes Benedictinos Confederados, el padre Notker Wolf, con ocasión del centenario.

En la misiva, escrita en latín, el Papa afirma: "Recordando con ánimo devoto la figura de este santo, queremos exaltar e ilustrar su tesoro de sabiduría para que los seres humanos de nuestro tiempo, sobre todo los europeos, se acerquen a él, para recibir su doctrina sólida y abundante".

zenit.org

SEGUIR LEYENDO [+]

martes, 21 de abril de 2009

Cuando comencé a conocerte

Cuando comencé a conocerte, tú me has elevado hacia ti para mostrarme que aún me quedaban muchas cosas por conocer y cuán incapaz era todavía.

Tú me has hecho ver la debilidad de mis miradas lanzando sobre mí tu esplendor, y yo me estremecí de amor y de terror.

Descubrí que estaba lejos de ti, en la región de la desemejanza, y tu voz me venía como de lo alto:

«Yo soy el pan de los fuertes; crece, y me comerás. Y no eres tú quien me cambiarás en ti, tal como pasa con el alimento para tu carne; sino que tú, serás cambiado en mí».

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

lunes, 20 de abril de 2009

Visita de Nicodemo

Juan 3, 1-8

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?»

Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»

Reflexión

¿Nacer de lo alto? Pero, ¿Qué significa esta pregunta y afirmación de Cristo? ¿Acaso un espíritu puede engendrar algo? Efectivamente. Da a luz a un nuevo ser pero como hijo de Dios. Como dice el catecismo en el número 782 “nacer de lo alto significa ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el “nacimiento de arriba”, “del agua y del Espíritu”, es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo”.

En qué conflictos doctrinales se metería Cristo con lo judíos de ese tiempo pues decir que era necesario nacer de lo alto significaba introducir nuevas doctrinas difíciles de interpretar y que además venían dichas por el “hijo del carpintero”. Qué gran ejemplo de Cristo en enseñarnos cómo se transmite su palabra dada por su Padre. Deja de lado los conocimientos eruditos de los judíos y les predica la verdadera doctrina de la salvación. El bautismo que les abrirá las puertas del Reino de Cristo y les hará verdaderos hijos de Dios.

Nosotros como bautizados hemos recibido esta gracia de Dios. Ya somos sus hijos merecedores de su herencia, del cielo y sobre todo de su amor. Ahora como hijo de Dios debemos hacer honor a nuestro nombre cuidando el gran tesoro de la gracia. No podemos derrochar la magnífica herencia que se nos tiene preparada por un placer terrenal pasajero. Podemos conservar el nombre de hijos de Dios manteniendo limpia nuestra vida de gracia, que significa amistad con Cristo. ¿Cómo trataríamos a un amigo que tanto queremos y estimamos? De la misma forma hay que tratar a Cristo, como un amigo que quiere corresponder a su amistad.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

sábado, 18 de abril de 2009

Apariciones de Jesús a sus discípulos

Marcos 16, 9-15

Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos.Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea.

Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos. Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación».

Reflexión

Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. (1 Co, 15,14). Desde la primera generación cristiana la Iglesia se reconoce en esta expresión de San Pablo. El problema que se ha siempre presentado es aquél de cómo interpretar esta verdad central del credo. ¿Quiere decir que ha resucitado verdaderamente, es decir, que vive por siempre en su cuerpo y no solamente como simple manera espiritual?

Es esto lo que afirma la Escritura y la fe de la Iglesia. La resurrección en cuanto tal, es decir, el acto por el cual Dios glorifica a Jesús, es inaccesible y se puede alcanzar sólo por la fe. Por eso es importante que este hecho no huya de la búsqueda histórica. Es inimaginable la primera predicación cristiana, sin la experiencia pascual de los apóstoles que testimonian que Jesús se ha manifestado muchas veces antes de la muerte. Sólo esta verdad da un significado auténtico y trascendental a la propia existencia, la ilumina y la hace vivir con optimismo. La resurrección de Cristo es vida para los difuntos, perdón para los pecadores, gloria para los santos. Todo tiene razón de existir con la resurrección de Cristo y el mismo dolor se transforma.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

viernes, 17 de abril de 2009

El mundo gira, la cruz permanece en pie

Los cartujos adoptaron en sus monasterios un lema que conserva toda su fuerza: “Stat crux dum volvitur orbis”: la cruz permanece en pie, mientras el mundo gira.

Las crisis económicas, las catástrofes por terremotos o huracanes, las desgracias que surgen con las guerras y la delincuencia, recuerdan a cada generación una verdad que olvidamos en los tiempos de bonanza: nada en el mundo permanece, todo lo material y humano está sometido a la ley del cambio.


La cruz de Cristo, sin embargo, conserva la vitalidad y la fuerza de su mensaje para cada generación, para cada pueblo, para cada persona, para cada circunstancia de la vida.

Porque en medio de las guerras y los crímenes la cruz consuela a las víctimas e invita a los verdugos al arrepentimiento.

Porque en los periodos de sequía y de hambre la cruz mueve los corazones para que sepan compartir sus alimentos (pocos o muchos) con quienes viven en medio de la miseria.

Porque en los momentos de bendiciones y de paz la cruz invita a no apegarnos a lo pasajero y a usar del dinero y de los bienes materiales para compartirlos con los más necesitados.

Porque en los tiempos de crisis y de bancarrota la cruz permite mirar hacia el cielo y reconocer que el dinero no lo es todo.

Porque en la hora de la enfermedad y de la muerte la cruz consuela y acompaña al enfermo y a sus familiares y permite emprender la última travesía agarrados a un madero de esperanza, según una famosa expresión de san Agustín.

Porque, en definitiva, lo único importante en la vida humana, con sus penas y sus alegrías, sus fiestas y sus funerales, consiste en dejarse abrazar por Jesús el Nazareno, en acoger su Sangre bendita, en suplicarle el perdón de nuestras culpas, y en ofrecerle un gesto de caridad en quienes lo necesitan: los enfermos, los pobres, los ancianos, los desilusionados por los mil avatares de la vida.

El mundo gira y cambia, la cruz sigue en pie. Vale la pena recordarlo, mientras miramos a un crucifijo y le pedimos al Señor que sea nuestro Camino, nuestra Verdad, nuestra Vida, en el tiempo y en lo eterno.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

jueves, 16 de abril de 2009

¡Feliz cumpleaños, Benedicto XVI!


Hoy es el cumpleaños del Papa Benedicto XVI y cumple 82 años.
¡Felicidades!

SEGUIR LEYENDO [+]

Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti

Por el camino de Emaús dos de los seguidores de Cristo regresan a su pueblo. Emaús es una pequeña aldea de Judea, dista unos once o doce kilómetros de Jerusalén. Está atardeciendo. Van llenos de amargura y decepción. Saben que Cristo, el Maestro ha muerto. Han oído algo que han dicho unas mujeres de su Comunidad pero no quieren prestar oídos; piensan: si hubiera resucitado lo hubiéramos visto.


María Magdalena con su amor vivo y esperanzado lo ha visto ya, ellos tendrán que "calentar el corazón" como nos dice San Lucas.

Mientras ellos van conversando de todo lo sucedido, un caminante se les ha unido y les va hablando con voz cálida y persuasiva: -" Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas ¿no era preciso que Cristo padeciera eso y entrara así en la gloria?. Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó todo lo que había sobre él en todas las escrituras" ( Lucas 24, 25-27).

Lo oían y estaban embelesados pero no lo reconocían. Como nos dice Evely: -" Jesús no se impone, aunque se proponga siempre así mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como obrar cual si no lo hubiésemos encontrado, como si no lo hubiésemos oído, como si no lo hubiésemos reconocido!". No queremos saber que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. No vaya a se que sus palabras y su mirada nos haga sus prisioneros.

Pero hay veces que es una enfermedad, un accidente, una pena, un momento especial en nuestras vidas que hacen que lo veamos, que la venda caiga de nuestros ojos, y ahí está, frente a nosotros, junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.

Y los apóstoles que están cenando con el caminante, al reconocerlo se levantan, corren y regresan a Jerusalén. No guardan para sí su alegría, tienen que comunicarla y repartirla. Así nosotros, si el compañero de nuestro diario vivir es Jesús, no podemos esconder ni guardar para nosotros solos esa gran verdad, hemos de proclamarla para que todos los hombres estemos conscientes de esa maravillosa compañía.

El sabe lo testarudos que somos lo difícil que le es al hombre creer en lo que no ve. Más aún, en lo que no palpa. Y cuando se vuelve a aparecer al resto de los apóstoles adivina sus pensamientos y les dice:- " ¿ Por qué os turbáis y por qué sube a vuestro corazón esos pensamientos?. Ved mis manos y mis pies. Si soy yo. Palpadme y ved, los espíritus no tienen carne y huesos como veis que tengo yo" ( Lc, 24, 38-43).Y les va mostrando sus manos donde están sus heridas aún abiertas. Abre su túnica y ven su carne rota por larga y profunda herida, allí donde late el corazón. No hay misterios ni fantasías. Es El, y con una sonrisa tierna les dice:-" ¿Tenéis algo de comer?.

Tomás no estaba con ellos en ese grandioso momento. Sobre esto Evely nos comenta:-" Tomás es un auténtico hombre moderno, un existencialista que no cree mas que en lo que toca, un hombre que vive sin ilusiones, un pesimista audaz que quiere enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en el bien. Para él lo peor es siempre lo más seguro". Y cuando Jesús le dice:-" Tomás trae tu dedo y mételo en las llagas de mis manos, trae tu mano y métela en mi costado"(Jn 2O,27). Tomás toca, palpa y deslumbrado y aplastado, cae de rodillas y dice :-" Señor mío y Dios mío". Y Jesús responde ante esta bellísima oración:-" Tomás porque has visto has creído, dichosos los que han creído sin ver".

No nos empeñemos en "tocar y ver". Amémosle, que es mucho más sólido nuestro amor que nuestras manos. La humildad y profundidad de nuestra fe hará que haya una llama ardiente en nuestro corazón porque sabemos, porque creemos que Cristo es el compañero fiel en todo los instante de nuestra vida.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

miércoles, 15 de abril de 2009

Queremos madrugar para encontrarte

Queremos madrugar para encontrarte:
... y vivir la vida contando con tu presencia.

Terminaron contigo, pero tú te quedaste entre nosotros.

Tu presencia nos invade, tu fuerza nos envuelve,
tu ejemplo nos entusiasma y tu luz nos ilumina.

Queremos madrugar cada día para encontrarte,
para no despistamos y vivir sin Ti.

Ellas, las más tempranas, descubrieron tu presencia entre nosotros.

Otros nos adormilamos y comenzamos el día sin contar contigo,
sin damos cuenta de que caminas la vida a nuestro lado.

Queremos madrugar para salir al encuentro del hermano,
para que las prisas no nos hagan correr indiferentes,
sin importamos su vida, sin compartir los dificultades cotidianas,
sin comunicarnos desde el hondón,
haciéndonos buenos amigos y compañeros del camino de la vida.

Queremos madrugar para disfrutar, para vivir resucitados,
fortalecidos por tu impulso, entusiasmados por tu propuesta,
comprometidos en tu tarea.

Tu impulso, Señor, viene para despertar en nuestro interior
la luz y el deseo de liberar y alegrar a los hermanos.

Queremos madrugar porque nuestra alma estaba turbada,
nuestro ego nos tenía distraídos y Tú, Señor, nos despiertas a la misericordia,
al vivir para los demás, a ser solidarios y liberadores.

Queremos madrugar porque, a pesar de las noches oscuras,
Tú nos invitas a seguir tu proyecto, a la entrega total,

Tú nos sacas de nuestras miserias y nos haces misericordia.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

martes, 14 de abril de 2009

Obras de misericordia

Las obras con las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. A través de ellas, Dios nos invita a llevar la salvación, cada día, a nuetro prójimo.

Misericordia proviene del término «miseria». Misericordia significa «meterse» con la miseria del otro. Dios es Misericordioso con sus hijos porque «se mete» con nuestras miserias y nos salva.


Jesús nos invita a ser misericordiosos como nuestro Padre es Misericordioso.

Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios:

«El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer que haga lo mismo. Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros. Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos o hartaos, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? »

Espirituales

• Enseñar al que no sabe.
• Dar buen consejo al que lo necesita.
• Corregir al que yerra.
• Perdonar las injurias.
• Consolar al triste.
• Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
• Rogar a Dios por vivos y difuntos.

Corporales

• Visitar y cuidar a los enfermos.
• Dar de comer al hambriento.
• Dar de beber al sediento.
• Dar posada al peregrino.
• Vestir al desnudo.
• Redimir al cautivo y enterrar a los muertos.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

lunes, 13 de abril de 2009

La mañana de Pascua

Mateo 28, 8-15

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».

Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos." Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones». Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy.

Reflexión:
La Pascua se refiere al paso del Señor sobre la tierra de Egipto antes de la liberación del pueblo de Israel. Aquella noche, Yahvéh hizo sentir el brazo de su justicia sobre los egipcios y liberó al pueblo elegido. Su paso no fue indiferente. Para todo cristiano, la Pascua, no puede sucederse sin más. La vida de estas mujeres de las que nos habla el Evangelio, no fue la misma después del encuentro con Cristo Resucitado. Los resucitados son los que tienen un «plus» de vida, un «plus» que les sale por los ojos brillantes y que se convierte enseguida en algo contagioso, algo que demuestra que la vida es más fuerte que la muerte.

El Evangelio de hoy nos ofrece dos de las posturas que podemos adoptar tras la Resurrección del Señor. Por una lado, las mujeres que se acercan a los pies de Jesús, se postran y le adoran; por otro, los guardias y los príncipes de los sacerdotes han visto, saben lo que ha ocurrido, pero se niegan a aceptarlo. Vendieron su libertad, su salvación e incluso, un recuerdo digno en la memoria de la historia: «Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta el día de hoy».

Y es que, no basta ir a la playa para mojarse. Hace falta ponerse el bañador y sumergirse sin miedo en el agua, penetrando las profundidades del mar. Dejémonos penetrar por la fuerza de la Resurrección del Señor. Que su “Pascua” por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y nos transforme como lo hizo con los primeros cristianos que fueron capaces, incluso, de dar su vida por la causa del anuncio de la Buena Nueva. «El Evangelio de Jesucristo es un mensaje de libertad y una fuerza de liberación. Liberación es, en primer lugar y de modo más importante, liberación radical de la esclavitud del pecado. Es el fin y el objetivo la libertad de los hijos de Dios, como don de la gracia». (Libertatis Nuntius, Introducción). Acerquémonos a Jesús Resucitado como aquellas mujeres y, postrados de rodillas, adorémosle, pidámosle que nos libere con su gracia de todo aquello que nos impida ser testimonios de alegría y de amor para nuestros hermanos.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

domingo, 12 de abril de 2009

Mensaje del papa por la Pascua de Resurrecion

MENSAJE URBI ET ORBI
DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI

PASCUA 2009

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero

A todos vosotros dirijo de corazón la felicitación pascual con las palabras de san Agustín: «Resurrectio Domini, spes nostra», «la resurrección del Señor es nuestra esperanza» (Sermón 261,1). Con esta afirmación, el gran Obispo explicaba a sus fieles que Jesús resucitó para que nosotros, aunque destinados a la muerte, no desesperáramos, pensando que con la muerte se acaba totalmente la vida; Cristo ha resucitado para darnos la esperanza (cf. ibíd.).


En efecto, una de las preguntas que más angustian la existencia del hombre es precisamente ésta: ¿qué hay después de la muerte? Esta solemnidad nos permite responder a este enigma afirmando que la muerte no tiene la última palabra, porque al final es la Vida la que triunfa. Nuestra certeza no se basa en simples razonamientos humanos, sino en un dato histórico de fe: Jesucristo, crucificado y sepultado, ha resucitado con su cuerpo glorioso. Jesús ha resucitado para que también nosotros, creyendo en Él, podamos tener la vida eterna. Este anuncio está en el corazón del mensaje evangélico. San Pablo lo afirma con fuerza: «Si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo». Y añade: «Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados» (1 Co 15,14.19). Desde la aurora de Pascua una nueva primavera de esperanza llena el mundo; desde aquel día nuestra resurrección ya ha comenzado, porque la Pascua no marca simplemente un momento de la historia, sino el inicio de una condición nueva: Jesús ha resucitado no porque su recuerdo permanezca vivo en el corazón de sus discípulos, sino porque Él mismo vive en nosotros y en Él ya podemos gustar la alegría de la vida eterna.

Por tanto, la resurrección no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su «pascua», su «paso», que ha abierto una «nueva vía» entre la tierra y el Cielo (cf. Hb 10,20). No es un mito ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el crepúsculo del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba. En efecto, al amanecer del primer día después del sábado, Pedro y Juan hallaron la tumba vacía. Magdalena y las otras mujeres encontraron a Jesús resucitado; lo reconocieron también los dos discípulos de Emaús en la fracción del pan; el Resucitado se apareció a los Apóstoles aquella tarde en el Cenáculo y luego a otros muchos discípulos en Galilea.

El anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos. Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es constatable experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana. En efecto, si Cristo no hubiera resucitado, el «vacío» acabaría ganando. Si quitamos a Cristo y su resurrección, no hay salida para el hombre, y toda su esperanza sería ilusoria. Pero, precisamente hoy, irrumpe con fuerza el anuncio de la resurrección del Señor, que responde a la pregunta recurrente de los escépticos, referida también por el libro del Eclesiastés: «¿Acaso hay algo de lo que se pueda decir: “Mira, esto es nuevo?”» (Qo 1,10). Sí, contestamos: todo se ha renovado en la mañana de Pascua. «Mors et vita / duello conflixere mirando: dux vitae mortuus / regnat vivus» - Lucharon vida y muerte / en singular batalla / y, muerto el que es Vida, / triunfante se levanta. Ésta es la novedad. Una novedad que cambia la existencia de quien la acoge, como sucedió a lo santos. Así, por ejemplo, le ocurrió a san Pablo.

En el contexto del Año Paulino, hemos tenido ocasión muchas veces de meditar sobre la experiencia del gran Apóstol. Saulo de Tarso, el perseguidor encarnizado de los cristianos, encontró a Cristo resucitado en el camino de Damasco y fue «conquistado» por Él. El resto lo sabemos. A Pablo le sucedió lo que más tarde él escribirá a los cristianos de Corinto: «El que vive con Cristo, es una criatura nueva; lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo» (2 Co 5,17). Fijémonos en este gran evangelizador, que con el entusiasmo audaz de su acción apostólica, llevó el Evangelio a muchos pueblos del mundo de entonces. Que su enseñanza y ejemplo nos impulsen a buscar al Señor Jesús. Nos animen a confiar en Él, porque ahora el sentido de la nada, que tiende a intoxicar la humanidad, ha sido vencido por la luz y la esperanza que surgen de la resurrección. Ahora son verdaderas y reales las palabras del Salmo: «Ni la tiniebla es oscura para ti / la noche es clara como el día» (139[138],12). Ya no es la nada la que envuelve todo, sino la presencia amorosa de Dios. Más aún, hasta el reino mismo de la muerte ha sido liberado, porque también al «abismo» ha llegado el Verbo de la vida, aventado por el soplo del Espíritu (v. 8).

Si es verdad que la muerte ya no tiene poder sobre el hombre y el mundo, sin embargo quedan todavía muchos, demasiados signos de su antiguo dominio. Si, por la Pascua, Cristo ha extirpado la raíz del mal, necesita sin no obstante hombres y mujeres que lo ayuden siempre y en todo lugar a afianzar su victoria con sus mismas armas: las armas de la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor. Éste es el mensaje que, con ocasión del reciente viaje apostólico a Camerún y Angola, he querido llevar a todo el Continente africano, que me ha recibido con gran entusiasmo y dispuesto a escuchar. En efecto, África sufre enormemente por conflictos crueles e interminables, a menudo olvidados, que laceran y ensangrientan varias de sus Naciones, y por el número cada vez mayor de sus hijos e hijas que acaban siendo víctimas del hambre, la pobreza y la enfermedad. El mismo mensaje repetiré con fuerza en Tierra Santa, donde tendré la alegría de ir dentro de algunas semanas. La difícil, pero indispensable reconciliación, que es premisa para un futuro de seguridad común y de pacífica convivencia, no se hará realidad sino por los esfuerzos renovados, perseverantes y sinceros para la solución del conflicto israelí-palestino. Luego, desde Tierra Santa, la mirada se ampliará a los Países limítrofes, al Medio Oriente, al mundo entero. En un tiempo de carestía global de alimentos, de desbarajuste financiero, de pobrezas antiguas y nuevas, de cambios climáticos preocupantes, de violencias y miserias que obligan a muchos a abandonar su tierra buscando una supervivencia menos incierta, de terrorismo siempre amenazante, de miedos crecientes ante un porvenir problemático, es urgente descubrir nuevamente perspectivas capaces de devolver la esperanza. Que nadie se arredre en esta batalla pacífica comenzada con la Pascua de Cristo, el cual, lo repito, busca hombres y mujeres que lo ayuden a afianzar su victoria con sus mismas armas, las de la justicia y la verdad, la misericordia, el perdón y el amor.

«Resurrectio Domini, spes nostra». La resurrección de Cristo es nuestra esperanza. La Iglesia proclama hoy esto con alegría: anuncia la esperanza, que Dios ha hecho firme e invencible resucitando a Jesucristo de entre los muertos; comunica la esperanza, que lleva en el corazón y quiere compartir con todos, en cualquier lugar, especialmente allí donde los cristianos sufren persecución a causa de su fe y su compromiso por la justicia y la paz; invoca la esperanza capaz de avivar el deseo del bien, también y sobre todo cuando cuesta. Hoy la Iglesia canta «el día en que actuó el Señor» e invita al gozo. Hoy la Iglesia ora, invoca a María, Estrella de la Esperanza, para que conduzca a la humanidad hacia el puerto seguro de la salvación, que es el corazón de Cristo, la Víctima pascual, el Cordero que «ha redimido al mundo», el Inocente que nos «ha reconciliado a nosotros, pecadores, con el Padre». A Él, Rey victorioso, a Él, crucificado y resucitado, gritamos con alegría nuestro Alleluia.

SEGUIR LEYENDO [+]

¡Cristo ha resucitado!



¡FELIZ PASCUA A TODOS!
Cristo resucitado, me atrevo a ponerme en tu presencia para que me llenes de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. Creo firmemente en tu presencia renovadora, pero aumenta mi pobre fe. Confío que eres Tú quien me guiará en esta meditación y en toda mi vida para vivir como un hombre o mujer nuevo(a). Enciéndeme con el fuego de tu amor, para que me entregue a Ti sin reservas y quemes con tu Espíritu Santo mi debilidad y cobardía para darte a conocer a mis hermanos.


Enséñame, Cristo resucitado, a descubrirte, para ser un instrumento de tu amor, a buscar las cosas de arriba y a gozar de tu presencia a lo largo del día. Transfórmame, como a los primeros discípulos, en un apóstol convencido de tu resurrección, capaz de darlo todo por Ti.

1. «Mujer, ¿por qué lloras?»

Las horas amargas del calvario han dejado una huella profunda en los discípulos. Aflora en ellos la duda, el desencanto. Les viene el deseo de regresar al pasado, de no haberse encontrado nunca con Cristo, de no haberle nunca entregado su amor.

Quizás el prototipo de estos momentos de soledad y abandono es María Magdalena. Ella había cambiado radicalmente su vida para consagrarse completamente al amor de Jesucristo, y sin embargo, ahora no lo encuentra. Llora desconsolada. Cristo se le aparece bajo la forma del jardinero y pregunta...

A nosotros también nos ocurre que el Señor se nos “esconde”, no lo hallamos con la facilidad de antes, y podría tocar a nuestra puerta el llanto, la desazón... Pero es necesario abrir bien los ojos. María todavía no tiene una fe plena en su Señor. Él ha muerto, y parece que todo ha terminado... ¡Lo tiene delante y no lo reconoce!

¿No nos sucede a nosotros otro tanto? Cristo está delante de nosotros en esa situación difícil, en ese fracaso aparente, en las pequeñas cruces de todos los días. Y nos pregunta, nos grita de mil maneras diversas, ¿por qué lloras? ¿No te has dado cuenta que he resucitado y estoy contigo para siempre?

Nos resulta urgente abrir los ojos de la fe. Cristo no acostumbra aparecer como Yahvé en el Antiguo Testamento. No hay rayos ni temblores. Jesucristo resucitado no quiere que le tengamos miedo y opta por lo sencillo. ¡Cristo camina con nosotros en lo cotidiano! Jesucristo se nos quiere manifestar en el trato con la familia, en la relación con el compañero de trabajo, la vecina, el cumplimiento del deber cotidiano. ¡Lo tenemos delante de los ojos, pero muchas veces no queremos descubrirlo! Da la impresión, en ocasiones, que conocer a Cristo sería más “fácil” si pusiera requisitos más complicados ... pero a Cristo se le conoce en la humildad de lo ordinario vivido de modo extraordinario.

“¡Levántate tú que duermes, y te iluminará Cristo!” nos anuncia la liturgia pascual. Pero podríamos decir también, levántate tú que estás abatido, triste, confundido, y sal al encuentro del Resucitado. Él ha olvidado ya tu pasado, tus traiciones e infidelidades. Él quiere secar hoy tus lágrimas. Es por eso que, como con María Magdalena, quiere iniciar contigo ahora un diálogo de corazón a Corazón...

2. «Si tú te lo has llevado...»

María Magdalena es una mujer que ama profundamente a Jesucristo. Impresiona que un enamorado sea capaz de ciertas “locuras” para agradar al amado y disfrutar de su presencia. El amor, cuando es auténtico, es donación, y su único límite es no tener límites.

Este amor que no conoce obstáculos lleva a esta mujer a decir cosas que, a simple vista, pueden parecer delirios o incluso acusaciones sumamente comprometedoras. Primero le insinúa al jardinero que ha sido un profanador del sepulcro de Cristo: “si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto...” Ella no está buscando culpables, sino que pide ayuda a quien sea. Su interés está en recuperar al amor de su vida que se le ha escondido. No reprocha, no reclama, simplemente suplica: “¡Oriéntame para encontrar al Maestro!” ¿También nosotros acudimos con ese interés a nuestra dirección espiritual, a los sacramentos? ¿Le pedimos a la Iglesia, a sus ministros, con verdadero interés, que nos muestren dónde está el Cristo vivo? ¿O nos hemos acostumbrado a su presencia silenciosa en la Eucaristía y en los hermanos?

Pero el amor de la Magdalena la empuja a más: “...yo lo recogeré”. ¿Cómo podrá una mujer sola cargar una cierta distancia el cuerpo de un hombre de 33 años, con la musculatura propia de un carpintero y peregrino, de un hombre-Dios que pudo expulsar Él solo a los mercaderes del templo? A la Magdalena, nuevamente, no le interesan las dificultades: su amor la empuja a vencerlas.

En nuestra vida también hay enormes dificultades y algunas nos parecen incluso imposibles. Sin embargo, el amor de un alma convencida se crece ante la adversidad. Su amor es tan intenso que, de un cierto modo, le descubre que Cristo resucitado está a su lado. Sólo le interesa encontrarlo, poseerlo y darse a Él sin medida.

3. «¡María!»

Cristo resucitado se conmueve ante el amor desinteresado y fiel de la Magdalena y la llama por su nombre. No puede seguir ocultándose y se le descubre. Y es que un amor así, a pesar de nuestras debilidades pasadas, conmueve a nuestro Señor hasta lo más profundo de su ser y se siente “desarmado”, no puede no corresponder a nuestro amor.

Jesús ha vencido al mal – incluso el que nosotros hemos cometido –, y nosotros hemos triunfado con Él. La Magdalena se postra ante Él, y Él la llena del gozo de su resurrección, como quiere llenarnos a nosotros en este rato de oración. Sólo basta perseverar en la prueba y pedir su gracia, buscar para encontrarlo.

Pero Cristo Resucitado nos muestra que Él no se deja ganar en generosidad. María Magdalena no pensaba encontrar más que un cadáver, y sin embargo, Cristo se le muestra con su cuerpo glorioso, vivo para siempre. Animados por esta confianza, debemos también acercarnos con una disposición de entrega a Jesucristo, para pedirle que nos ayude a vencer al hombre viejo, a vivir como hombres o mujeres nuevos...

La resurrección obra una auténtica transformación en la Magdalena. Ya no llora. Ahora es enviada por Cristo a anunciar el gozo de su triunfo: “Ve y dile a mis hermanos..” ¡Por primera vez en el Evangelio Cristo nos llama hermanos suyos! ¡Se ha realizado la filiación divina: somos verdaderamente hijos adoptivos de Dios y hermanos de Cristo! Y como tales, participamos de su misma misión... La resurrección no podemos guardarla en el baúl de los recuerdos, sino anunciarla a los cuatro vientos como María Magdalena, de manera que muchos otros hombres y mujeres se conviertan en apóstoles convencidos del Reino de Cristo.

María Magdalena sale a dar testimonio de la resurrección, pero su amor no le permite sólo rezar y dar ejemplo con su vida virtuosa para que los demás conozcan a Cristo. Ella siente la necesidad, esencial a nuestra vocación cristiana, de hacer algo, hablar, predicar, atender, ayudar, etc., todo lo que pueda, para dar a conocer el amor de Cristo al mundo.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

jueves, 9 de abril de 2009

Jueves Santo

Hoy Jueves Santo sentimos una necesidad imperiosa de recordar y más que recordar llegar con nuestra imaginación y nuestro sentir hasta el Cenáculo, lugar que tuvo que quedar perfumado con las palabras eucarísticas que pronunció allí Jesús la misma noche en que sería entregado a la muerte.

En aquel sagrado recinto vemos a Cristo rodeado de sus apóstoles junto a una mesa y le vemos tomar el pan y el cáliz en sus manos sacerdotales para convertirlos en su Cuerpo y en su Sangre divinos.


Jesucristo se nos presenta con todo el poder de que es verdadero Dios, por su milagro, por el dominio de su pena interna, por el infinito amor con que corresponde a la soledad de los sagrarios de todo el mundo y de todos los tiempos, a los sacrilegios y perversiones de los corazones de los hombres, al desamor, y a la tibieza de los malos cristianos que lo reciben con gran indiferencia.

San Pablo nos dice: Porque yo aprendí del Señor lo que también os tengo enseñado; y es que el Señor Jesús, la noche misma en que había de ser entregado, tomó el pan y dando gracias lo partió y dijo a sus discípulos: "Tomad y comed. Esto es mi cuerpo que por vosotros será entregado a la muerte. Haced esto en memoria mía". Y de la misma manera el cáliz, después de haber cenado, diciendo: "Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi sangre. Haced esto cuantas veces lo bebiereis en memoria mía, pues todas las veces que comierais este pan o bebierais este cáliz, anunciareis la muerte del Señor hasta que venga.

Así es que, cualquiera que comiera este pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Porque quién lo come o bebe indignamente, se traga y bebe su propia condenación". (Cor, ll,2O-32).


Las palabras del Señor en esa noche son una promesa de amor de que jamás estaremos solos sin El, de que podremos alimentar nuestra alma y cuerpo con el mismo Dios nuestro Creador que se quedó en el Sagrario pero también palabras fuertes de una advertencia grave para que no tomemos a la ligera al acercarnos a recibirle sin que antes reconciliemos nuestro corazón, si le hemos ofendido gravemente, con el acto humilde de reconocer nuestros pecados en el Sacramento de la Penitencia.

Y de nuevo ante esta inconmensurable escena de amor en el noche del Jueves Santo podemos ver su rostro trasfigurado y sus ojos llenos de pesadumbre, su corazón dolorido y sus palabras misteriosas para quedarse por siempre, hasta la consumación de los siglos, entre los hombres

Caigamos de rodillas y pidámosle que nos alimente con su Eucaristía mientras recorremos el camino de la vida, que nos consuele en nuestras penas, que participe de nuestras alegría y que nos ayude a no perder la gracia para poderlo recibir frecuentemente y de una manera digna.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

El Santo Triduo Pascual y la Indulgencia Plenaria

Durante la Semana Santa podemos ganar para nosotros o para los difuntos el don de la Indulgencia Plenaria si realizamos algunas de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede.


Obras que gozan del don de la Indulgencia Plenaria en Semana Santa:


Jueves Santo


1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico del «Tantum Ergo» («Adorad Postrados»).

2. Si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.
Viernes Santo


1. Si el Viernes Santo asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.
Sábado Santo


1. Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario.
Vigilia Pascual


1. Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.

Condiciones:


Para ganar la Indulgencia Plenaria además de haber realizado la obra enriquecida se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:

a. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.

b. Confesión sacramental, Comunión eucarística y Oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias. Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Plenaria.

La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

miércoles, 8 de abril de 2009

La traición de Judas

Mateo 26, 14-25

Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
y les dijo: ¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua? El les dijo: Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos.

Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? El respondió: El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!» Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí? Dícele: Sí, tú lo has dicho.


Reflexión


La traición de una persona querida trae siempre un dolor muy profundo. Jesús ha vivido este dolor sin una reacción irascible, sino que ha hecho todo lo posible por evitar la violencia con Judas de tal manera que, cuando éste llega a Getsemaní con una turba de gente armada, Jesús no rechaza el beso del traidor. Se limita a hacerle ver su error con los ojos de la conciencia y del corazón: “¿Con un beso traicionas al Hijo del Hombre?”.

Es paradójico que un beso, un gesto afectivo, llegue a ser un acto de traición. Existe una bella oración que se recita en la Iglesia Oriental tomada de la antigua liturgia de san Juan Crisóstomo. Dice así: “Hijo de Dios, hazme hoy partícipe de tu místico convite, porque no revelaré el Misterio a tus enemigos, ni te daré el beso de Judas. Más bien, como el buen ladrón, te pido que te acuerdes de mí, Señor, cuando estés en tu Reino”.

Pidamos hoy la gracia de ser siempre fieles al amor del maestro y busquemos en Él la luz para realizar la voluntad de Dios.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

martes, 7 de abril de 2009

«La casa se llenó de la fragancia del perfume»

Leemos en el evangelio de Marcos: «Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio» (14,3). Esta mujer os concierne directamente a vosotros que vais a recibir el bautismo. Ella rompió el frasco de alabastro para que Cristo, el Ungido del Señor, por la unción haga de vosotros unos cristianos

Es lo que se dice en el Cantar de los Cantares: «Tu nombre es un perfume que se expande; por eso te aman las doncellas. Llévame en pos de ti: ¡Corramos!» (1,3-4). Mientras el perfume permanecía encerrado, mientras Dios no era conocido en Judea, mientras su nombre sólo era grande en Israel (Sl 75,2) las doncellas no seguían a Jesús. Pero desde que se derramó por el mundo entero, las almas de los creyentes han seguido al Salvador... Rompió su frasco de alabastro para que todos se aprovecharan del perfume...; este acto nos recuerda al grano se trigo que «si no cae en tierra y muere, no da fruto» (Jn 12,24); de la misma manera, si no se rompe el frasco, no nos podemos ungir con el perfume.

Esta mujer no es la misma que es nombrada en otro evangelio por haber lavado los pies del Señor (Lc 7,38). Porque esta mujer que hasta entonces era un pecadora de mala vida..., inunda con sus lágrimas los pies del Salvador y se los seca con su cabellos; pero no es más que en apariencia que lava los pies del Salvador, porque en realidad es ella la que se lava de sus pecados...

Que os ocurra lo mismo a vosotros que vais a recibir el bautismo: puesto que todos somos pecadores y «nadie es puro, aunque su vida dure tan sólo un día» (Jb 14,4 LXX)..., comenzad por agarrar los pies del Salvador, lavadlos con vuestras lágrimas, enjugádselos con vuestros cabello; cuando hayáis hecho esto, entonces le tocaréis la cabeza, tal como lo hace la mujer en Marcos. En el momento de bajar a la fuente de la vida con el Salvador, debéis fijaros cómo el perfume llega a la cabeza del Salvador. Porque «si la cabeza de todo hombre es Cristo» (1C 11,3), también vuestra cabeza debe estar perfumada, pues por el bautismo recibiréis esta unción.

iglesia.org

SEGUIR LEYENDO [+]

lunes, 6 de abril de 2009

Jóvenes españoles adelantan al Papa el ambiente de la Jornada de Madrid 2011

"Gracias Santo Padre por habernos encargado la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. Habéis pensado en nosotros y no queremos defraudaros". Estas fueron las palabras que dirigió en la mañana de este lunes el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio Maria Rouco Varela, durante la audiencia que concedió Benedicto XVI a los siete mil jóvenes españoles que vinieron a Roma para recoger la Cruz de los jóvenes.

La cruz había sido entregada el domingo por una delegación proveniente de Sydney, después de la ceremonia del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro. El próximo Viernes Santo peregrinará por las calles de Madrid y durante estos dos años restantes para la Jornada, recorrerá diferentes ciudades españolas.

Una audiencia festiva y espiritual

Al grito de "Viva el Papa, Olé", "Viva el Papa, Benedicto," "viva el Cardenal Rouco", los jóvenes españoles se preparaban desde las 9:30 de la mañana dentro del Aula Pablo VI para la audiencia que comenzó a las 11 de la mañana.

Ondeaban las banderas de España, se escuchaban los aplausos, las consignas y las panderetas. Dentro del aula sobresalían dos abanicos gigantes que decían "España con el Papa". Algunos jóvenes aplaudían, hacían la ola y bailaban en trenecito. Un grupo más le cantaba a María de la Almudena.

"Muchos jóvenes españoles no pudieron venir a Roma. Se han quedado tristemente en casa, pero van a recibir la cruz. Más tarde, ésta va a pasar por toda España donde toda la gente aspira verla", explicó a ZENIT Santiago Diego Pérez, uno de los jóvenes españoles perteneciente a la delegación de la juventud de la arquidiócesis de Madrid.

"La cruz es un símbolo de que la Iglesia está joven. Hay gente que ya está preparándose, que tiene ilusión para que esta llama no se apague", aseguró el joven.

Para Verónica Montero, de 23 años, perteneciente al Camino Neocatecumenal, la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para mostrar una fe viva en su país: "creo que es importantísimo que la sociedad española vea esta Iglesia que es una madre, que te cuida, te acoge y te muestra a Jesús, quien está por encima de tantas ambiciones como el dinero o el ser el primero de la clase".

Por su parte, Fulgencio, un joven sacerdote, quien vino con un grupo de 70 jóvenes de la parroquia santa Teresa Benedicta de la Cruz de Madrid, aseguró a ZENIT: "Es muy hermoso ver que la cruz atraviesa todos los mares, desde Sydney hasta Madrid. Espero que Madrid 2011 anime a mucha gente: desde los gobernantes hasta los mismos miembros de la Iglesia".

Después de la alegría y el jolgorio con la que esperaban al Papa, los jóvenes escucharon atentos y reverentes la intervención del pontífice en español: "La preparación de la Jornada Mundial de la Juventud, cuyos trabajos habéis comenzado con mucha ilusión y entrega, serán recompensados con el fruto que pretenden estas Jornadas: renovar y fortalecer la experiencia del encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros".

"El Papa está con nosotros, nos dijo que somos la base que tenemos que sostener la Iglesia. Nos ha llamado y hemos acudido sin miedo", afirmó el joven Juan Serrat de la parroquia San Juan de la Cruz en Madrid.

Juan, junto con un grupo reducido de jóvenes, después de la audiencia, pudo ver de cerca al Papa, darle la mano y dirigirle algunas palabras: "Ha sido muy emocionante. No sabes cómo reaccionar. Benedicto XVI es un Papa maravilloso. Me habló y me preguntó por la camiseta que tenía puesta, le dije que es la que tendremos en la Jornada Mundial de 2011".

"El Papa Benedicto XVI ama a los jóvenes. Mostraremos la cruz donde se encuentra clavada la salvación del mundo sin temor alguno", concluyó el cardenal Ruoco Varela durante la audiencia.

"Cultivad las iniciativas que permitan a los jóvenes sentirse miembros de la Iglesia, en plena comunión con sus pastores y con el Sucesor de Pedro", dijo el Papa Benedicto XVI a los jóvenes españoles.



zenit.org

SEGUIR LEYENDO [+]

domingo, 5 de abril de 2009

Domingo de Ramos

Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.

Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"


Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.

La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.

Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.

Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.

¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas?

Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.

Explicación de la Misa del Domingo de Ramos

La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.

Oración para poner las palmas benditas en el hogar:

Bendice Señor nuestro hogar.
Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.
Por tu intercesión danos paz, amor y respeto,
para que respetándonos y amándonos
los sepamos honrar en nuestra vida familiar,
Sé tú, el Rey en nuestro hogar.
Amén.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]

Semana Santa

Hoy comienza la Semana Santa.
CONOZCAMOS
NUESTRA FE CATÓLICA

La Pasión de Jesucristo

Llega una SEMANA SANTA más. Esta semana no es de vacaciones, de diversión... los católicos recordamos la MUERTE DE JESÚS.
¡ Tenemos ganas de que esta Semana Santa sea diferente a la de otros años, queremos vivirla profundamente !
- Hemos preparado para ti, un recorrido por la PASIÓN DE JESÚS, ¿Cómo fue, qué pasó, qué sintió Él?, ¿Qué puedes decirle en cada momento?


PASIÓN DE JESÚS

1) ORACIÓN EN EL HUERTO:

- Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Siéntense aquí mientras yo voy a orar.
Señor: ayúdame como tú, a nunca alejarme de la oración. Enséñame a rezar y a orar.
- Y tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan, comenzó a sentir temor y angustia y les decía: Triste está mi alma hasta la muerte, permanezcan aquí y velen.
Señor: me duele verte tan triste, hoy que te acompaño en tu pasión, quiero decirte que te amo y que estoy contigo.

- Y adelantándose un poco, se acostó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, aparta de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres Tú.
Señor: ayúdame a que cuando yo sufra o cuando le pida algo a Dios, siempre le diga como Tú: hágase tu voluntad y no la mía.
- Entonces se le apareció un ángel del cielo que le confortaba.
Gracias Dios mío, porque Tu nunca nos dejas solos cuando sufrimos, siempre nos mandas consuelo y fuerzas.
- Regresó a donde sus discípulos y los encontró dormidos y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿Ni una hora has podido velar conmigo? Velad y orad para que no entréis en tentación.
Perdóname Jesús, cuántas veces me ha vencido la flojera y no he hecho eso que Tú me pedías. Que nunca deje de orar para que sea fuerte cuando tenga una tentación.

2) NEGACIÓN DE PEDRO:

- Entonces llegaron los soldados al huerto, le prendieron y le llevaron a la casa de Caifás, el pontífice. Pedro le siguió de lejos y entrando se sentó con los criados para ver el desenlace. Una sierva le dijo a Pedro: Tú estabas con Jesús, eres de ellos. Pedro lo negó tres veces diciendo: no conozco a ese hombre que ustedes dicen.
Entonces cantó el gallo, y Pedro se acordó que Jesús le había dicho: Antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces. Después, salió y lloró amargamente.
Perdóname Jesús, yo también te he negado, he dicho que todo lo tuyo no me importa tanto, me ha dado pena decir que soy seguidor tuyo.
¿ Por qué me importará más lo que piensen los demás, que lo que Tú piensas de mí?

3) PILATOS SE LAVA LAS MANOS :

- Llevaron entonces a Jesús ante los sacerdotes judíos y después ante Pilatos (que era como el gobernador). Pilatos les dijo: Me han traído este hombre como alborotador del pueblo, más no he hallado delito alguno contra Él. Entonces todos empezaron a gritar ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
Entonces Pilatos tomó agua y se lavó las manos delante de la muchedumbre diciendo: Yo soy inocente de esta sangre.
¿ Por qué Señor algunas veces seré como Pilatos, cobarde ? Sabiendo que algo está mal hecho, lo hago y me lavo las manos. Ayúdame Jesús a ser valiente para hacer siempre lo correcto, lo que Tú me has enseñado.

4) JESÚS ES AZOTADO Y LE PONEN
UNA CORONA DE ESPINAS:

- Jesús fue azotado hasta quedar su cuerpo en carne viva, después los soldados lo llevaron dentro y reuniendo a toda la corte, le vistieron con una capa y le enterraron en la cabeza una corona hecha de espinas. Más sangre, más dolor. Después comenzaron a burlarse de Él, le herían en la cabeza con una caña y le escupían, e hincando la rodilla le decían: Salve rey de los judíos.
Mi querido Jesús: me duele tanto verte asì, humillado, pisoteado, azotado, sangrando por dentro y por fuera. Los hombres a quienes tanto amas, te hemos pagado así.
Tú, siendo Dios no tenías necesidad de sufrir todo eso, pero quisiste hacerlo por todos los hombres, ¡ por mí !... porque sabías que con tu sufrimiento se me perdonarían todos mis pecados. Pagaste con tu sangre el precio de mi salvación. ¡ Gracias Jesús por amarme tanto !

5) JESÚS CARGA SU CRUZ:

- Tomaron a Jesús, que llevando su cruz, caminò hacia el sitio llamado Calvario.
Jesús no puedes más y, aún así, cargas tu cruz, caes y te vuelves a levantar... Enséñame a mí a llevar mi cruz, mis penas, mis dificultades con valor como tú y enséñame a levantarme cada vez que caiga.
- Echaron mano de un hombre llamado Simón de Cirene para que le ayudara a llevar la cruz.
Señor, yo puedo ser Simón de Cirene acompañarte para cargar tu cruz. Yo puedo rezar y ofrecerte sacrificios para consolarte, para demostrarte mi amor, para hacer más pequeño ese inmenso dolor que sientes. Dame la fortaleza también Señor para ayudar a mis hermanos que sufren a llevar su cruz con amor.
6) JESÚS ES CRUCIFICADO :
- Llegando al lugar, le crucificaron, clavaron sus manos y sus pies a la cruz. Siguieron burlándose de Él, diciéndole: Si eres el hijo de Dios, sálvate a ti mismo.
Jesús dijo: Padre, perdònalos, porque no saben lo que hacen.
Cuanto dolor, cuanta crueldad, cuanta burla y
Tú, Jesús, todavía nos perdonas, nos disculpas.
Gracias porque yo peco y me vuelves a perdonar una y otra vez. ¡ De que tamaño será, Señor, tu amor por mí! Enséñame a perdonar a mis hermanos como Tú me perdonas a mi.
7) JESÚS NOS DEJA A SU MADRE :
Estaban junto a la cruz su Madre y Juan su discípulo a quien amaba. Dijo Jesús: Mujer, he ahì a tu hijo. Luego dijo a Juan: He ahí a tu Madre.
Con esto Jesús quisiste antes de irte de este mundo, dejar a María como madre de todos los hombres. ¡Todavía nos regalaste lo más querido para ti, a tu madre! Te prometo Señor, querer mucho a la Virgen, tu Madre.

8) JESÚS MUERE EN LA CRUZ :
Jesús con voz fuerte dijo: Todo está consumado, en tus manos entrego mi espíritu y murió...
Señor, ojalá yo pueda el día de mi muerte decir al Padre: Padre, he acabado todo lo que tú me pediste, entrego mi alma en tus manos.
9) AL TERCER DIA JESÚS RESUCITÓ:
Jesús fue sepultado y pusieron soldados afuera de la tumba. Al amanecer del tercer día, fueron María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro. Vino un gran terremoto, un ángel bajó del cielo y dijo: No teman, al que buscan no està aquì, ha resucitado, segùn lo habìa dicho.
Más tarde Jesús se les presentó a las mujeres y después a los discípulos varias veces.
¡ Que alegría Señor! Has triunfado, has acabado con la muerte. Gracias a ti yo podré también cuando muera, resucitar y vivir para siempre contigo y con el Padre en el cielo.

¡ Gracias Jesús por venir al mundo, por sufrir y resucitar por mí!

laverdadcatolica.org
¡FELIZ SEMANA SANTA!

SEGUIR LEYENDO [+]

sábado, 4 de abril de 2009

El secreto de la vida, la esperanza; según el predicador del Papa

El secreto de la vida está en tener esperanza y esto depende de la relación que se entabla con el Espíritu Santo, explicó este viernes el predicador de la Casa Pontificia a Benedicto XVI y a sus colaboradores de la Curia Romana.

El padre Raniero Cantalamessa O.F.M. Cap., reflexionó en la última meditación de Cuaresma, que ha venido ofreciendo los viernes de este período litúrgico, en "El Espíritu Santo, alma de la escatología cristiana" ("También nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior esperando" Romanos 8, 23).


"¡Necesitamos esperanza para vivir y necesitamos Espíritu Santo para esperar!", explicó en la conclusión de su meditación pronunciada en la Capilla Redemptoris Mater del palacio apostólico vaticano.

"Uno de los principales peligros en el camino espiritual es el de desalentarse ante la repetición de los mismos pecados y la aparentemente inútil sucesión de propósitos y recaídas. La esperanza nos salva. Nos da la fuerza para recomenzar siempre de nuevo, para creer cada vez que esa será la ocasión buena, la de la verdadera conversión", reconoció.

"Actuando así, se conmueve el corazón de Dios, quien vendrá en nuestra ayuda con su gracia", aclaró.

Ahora bien, añadió, "no podemos contentarnos con tener esperanza sólo para nosotros. El Espíritu Santo quiere hacer de nosotros sembradores de esperanza".

"No hay don más bello que difundir esperanza en casa, en comunidad, en la Iglesia local y universal. Es como ciertos productos modernos que regeneran el aire, perfumando todo el ambiente".

Por este motivo, concluyó el predicador, La Iglesia necesita un "perenne Pentecostés; necesita fuego en el corazón, palabra en sus labios, profecía en la mirada... Necesita, la Iglesia, recuperar el ansia, el gusto y la certeza de su verdad".

El padre Cantalamessa deseó, por último al Papa y a sus colaboradores "una feliz y santa Pascua". A él le corresponderá dirigir la meditación durante la celebración de la Pasión que presidirá el Papa en la Basílica de San Pedro el Viernes Santo.

zenit.org

SEGUIR LEYENDO [+]

jueves, 2 de abril de 2009

IV aniversario de la muerte del papa Juan Pablo II

Hace cuatro años, el 2 de abril de 2005 a las 21.37, fallecía el Siervo de Dios Juan Pablo II, un Papa prolífico que realizó numerosos viajes y encuentros, y que publicó documentos de gran valor como son sus 14 Encíclicas, sus 15 Exhortaciones apostólicas, sus 11 Constituciones apostólicas y sus 45 Cartas apostólicas, publicando también cinco libros como doctor privado. Hoy le queremos rendir un homenaje recordando la historia de su pontificado.

radiovaticana.org

SEGUIR LEYENDO [+]

miércoles, 1 de abril de 2009

La verdad os hará libres

Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en Él: “Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad os hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Serán libres?” Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras.

Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre”. Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre”. Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de la prostitución. No tenemos más padre que a Dios”. Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por Él”.


Reflexión


Ser discípulo de Cristo quiere decir permanecer fieles a su palabra. Sin darnos cuenta podemos llegar a ser esclavos de nuestros pecados. Sin embargo, nos atrevemos a decir: “Yo soy un buen cristiano, no soy blasfemo, no robo, no mato y voy a misa todos los domingos”.

Del mismo modo los judíos decían: “Nosotros somos descendencia de Abraham, y no hemos sido nunca esclavos de nadie”. Ser fiel a la palabra de Cristo no consiste en decir “no”. Más bien es un decir “sí”. No significa vivir cumpliendo vagamente unos preceptos, no significa adherirse a una ley neutra que endurece nuestros corazones como aquellos de los fariseos. Quiere decir, sin embargo, querer ir más allá del egoísmo, aceptar ser fiel al máximo mandamiento que nos ha dejado Cristo: el amor.

Podemos preguntarnos: ¿Amamos verdaderamente? ¿Sabemos amar? De los primeros cristianos se decía: “Mirad cómo se aman”. ¿Qué se puede decir de nosotros? : “¿Mirad cómo se critican sin piedad?”

Abramos nuestros corazones para permanecer fieles a la Palabra de Cristo para que pueda llamarnos sus discípulos.

catholic.net

SEGUIR LEYENDO [+]




Artículo de la semana:

Vengo por ti

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la c...

Traductor

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *