jueves, 16 de diciembre de 2010

Si el condón se rompe, puedes morir

¿Saltarías de un avión después que te hayan dicho que el paracaídas que vas a usar no es 100% seguro? ¡Menuda garantía que te dan! Lo mismo ocurre con los folletos editados por el gobierno sobre prevención de SIDA,en los cuales se afirma que "los condones no son 100% seguros pero si se usan adecuadamente reducirán el riesgo de las enfermeddes de transmisión sexual (ETS), incluyendo el SIDA". ¡Reducir el riesgo de una enfermedad que si se contrae es 100% mortal! De poco sirve que reduzca la posibilidad de contagio; si no es ciento por ciento seguro, no sirve. Reducir el riesgo, no es lo mismo que eliminar el riesgo. Un sólo fallo, aunque haya protegido en muchas otras ocasiones, es mortal.

No nos engañemos. Entregar a los adolescentes condones no mejora las cosas, sino las empeora, por la promiscuidad que suscita. Está demostrado: más embarazos en adolescentes, más sífilis, más herpes genital, más gonorrea, más clamidias... lo mismo ocurre con el SIDA.

La gente "simpática" no usa condones. En un estudio acerca de los hábitos sexuales de los muchachos en la universidad, en 1975 un 12% usaban condones; en 1989, el porcentaje se había elevado sólo a un 41%. ¿Porqué no los usan? Ellos lo saben "todo" sobre ETS... Les han llegado todos los mensajes sobre "sexo seguro", y sólo el 41% de los muchachos usan condones. En el calor de la pasión, el cerebro no funciona. Es, por tanto, muy difícil lograr que vayan a usar el condón en todas las ocasiones.

Es imposible curar a un adicto a las drogas dándole jeringuillas desechables. Del mismo modo, es imposible curar a un adicto al sexo dándole condones. La curación empieza cuando se suscita el deseo de salir de la adicción, cuando se suscita el deseo de llegar al propio autodominio.

¿Quién se atrevería a ponerse un condón después de leer el siguiente anuncio?: "Si el condón se rompe, puedes morir". Y sin embargo, se nos sigue difundiendo la mentira del "sexo seguro" con condón. Dejémonos de mentiras asesinas, lo único seguro es la castidad, esperar hasta el matrimonio y ser fiel después hasta la muerte. En definitiva, lo que nos ha dicho siempre el sexto mandamiento de la Ley de Dios: "No cometerás actos impuros", es decir,"No fornicarás" y "No adulterarás" (cf. Ex. 20:14; Deut. 5:17; Mc. 7:20-23; Mt. 5:27-28; Ef. 5:5-6). Pero claro, para cumplirlo hace falta cumplir el primero: "Amarás a Dios con todo el corazón" (Deut. 6:4; Mc. 12:2-34; Mt. 22:34-40), pues es imposible sin la fe y sin Su gracia vivir la castidad y triunfar sobre las tentaciones. Es decir, llenar de sentido la vida, de un sentido profundamente religioso. La adicción al sexo, al alcohol o a la droga no son más que síntomas del vacío existencial. Si la vida no tiene sentido, ¿para qué luchar? Como decían los antiguos: "comamos y bebamos que mañana moriremos". De poco sirve llenar ese vacío con sucedáneos (profesión, diversiones, ciencia... ), a la larga no funciona. Hay que llenar el vacío con lo único que se puede llenar: Jesucristo, que "me amó y se entregó a la muerte por mí" (Gal. 2:20).

Pero todavía queda algo, no ser un ingenuo: vivir la castidad desde el principio, no sólo en los actos. Para ello, vivir el noveno mandamiento: "No tendrás pensamientos impuros" (Ex. 20:17; Mt. 5:28). Imposible "no fornicar", "no ser un adúltero" sin tener la mente limpia, pues los actos no son más que la consecuencia de los pensamientos. Como decía uno: la pornografía es la teoría, la violación es la práctica. Para ello: "vigilad y orad, para no caer en la tentación". Dominio de la mirada, del pensamiento, pudor, sencillez y modestia en el vestido...

Dicen que para erradicar el SIDA harán falta incontables billones de dólares. Y en verdad, no haría falta gastar ni un sólo dólar. Si todos se pusiesen a vivir estos mandamientos, el SIDA se erradicaría completamente. Para dos jóvenes que son vírgenes hasta el matrimonio y que después son fieles uno al otro hasta la muerte, es imposible que enfermen de una enfermedad de transmisión sexual, mucho menos de SIDA. Para dos jóvenes que se comprometan a vivir así el amor, es imposible que caigan en la tentación de la droga.

En resumen, si quieres erradicar el SIDA, sé casto. Si quieres ser casto, que Jesucristo reine en tu corazón. Los católicos lo tenemos más fácil si acudimos a la Virgen María, nuestra madre, en los momentos difíciles. Erradicar el SIDA: no hay solución más fácil y difícil a la vez. Difícil o imposible para el que no quiere ser casto, fácil para el que cumple los mandamientos y pone su confianza en Dios.

Dr. Alvaro
vidahumana.org
Nota: El Dr. Alvaro Susín es médico especialista en medicina de familia y viene colaborando con Vida Humana Internacional.

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