lunes, 26 de diciembre de 2011

De rodillas

En la noche en la que todas las estrellas prestan su luz al astro de Oriente, (…) numerosos cristianos de los cinco continentes se arrodillarán durante la misa de Nochebuena en el momento de la recitación del Credo al alcanzar las palabras:

«...y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen, y se hizo hombre... »

Un globo que se cimbrará a causa de tantas rodillas que hincarán el suelo, o la piedra fría, o la arena, o el mármol, o el cojín, o la hojarasca...

Hincar significa «introducir o clavar una cosa en otra, apoyar una cosa en otra como para clavarla». El Poema del Mío Cid, al aludir a uno de los momentos más dramáticos del protagonista, cuando es desterrado injustamente por su rey, apostilla: «...e hincándose de hinojos, de corazón rezaba». En algunas naciones donde se habla el español se utiliza más el verbo «hincarse» que «arrodillarse».

Hincarse es también rendirse ante el misterio. Es sentirse anonadado. Es inclinarse hoy ante un niño que ríe, que llora, que saluda, que busca los brazos de una madre, que juega, que se asusta, que no sabe hablar, y que es Dios.

Hincarse será también clavarse en el mundo, siguiendo el ejemplo de Aquél que, sin ser de este mundo, quiso clavarse en éste. ¿Qué es encarnarse sino hincar rodilla en tierra para probar el polvo de los hombres?

Pero hoy las rodillas de ese niño serán aún muy frágiles. Necesitará los cuidados de una madre que con el tiempo le enseñe a arrodillarse, a hincarse. Necesitará fuerzas en esas rodillas que, pese a todo, de camino al Calvario, tropezarán, sangrantes, tres veces.

En esta Navidad, cristianos de todos los países, arrodillémonos.

Arturo Guerra
fluvium.org

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domingo, 25 de diciembre de 2011

¡ Jesús ha nacido !

Hoy es un día de gozo, en que Dios se ha manifestado al mundo como un Niño necesitado de todo, para que nosotros le acojamos

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1, 1-18

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo». De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Oración introductoria

Señor, sabes que no soy el mejor, conoces toda mi miseria, pero por esto mismo vengo ante ti con la confianza de que me escucharás y me enseñarás el camino. Señor, ayúdame a creer. Quiero confiar plenamente en ti. Dame la gracia de esperarlo todo de ti y en ti. Enséñame a amar a los demás, para mostrarte el amor que te tengo.

Petición

Señor, que me dé cuenta del amor que me tienes y que me has mostrado al hacerte como uno de nosotros.

Meditación del Papa

(...) "En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Jn 1, 1); he aquí la novedad inaudita y humanamente inconcebible: "El Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros" (Jn 1, 14 a). No es una figura retórica, sino una experiencia vivida. La refiere san Juan, testigo ocular: "Hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1, 14 b). No es la palabra erudita de un rabino o de un doctor de la ley, sino el testimonio apasionado de un humilde pescador que, atraído en su juventud por Jesús de Nazaret, en los tres años de vida común con él y con los demás Apóstoles, experimentó su amor -hasta el punto de definirse a sí mismo "el discípulo al que Jesús amaba"-, lo vio morir en la cruz y aparecerse resucitado, y junto con los demás recibió su Espíritu. De toda esta experiencia, meditada en su corazón, san Juan sacó una certeza íntima: Jesús es la Sabiduría de Dios encarnada, es su Palabra eterna, que se hizo hombre mortal.

Cada hombre y cada mujer, necesita encontrar un sentido profundo para su propia existencia. Y para esto no bastan los libros, ni siquiera las Sagradas Escrituras. El Niño de Belén nos revela y nos comunica el verdadero "rostro" de Dios, bueno y fiel, que nos ama y no nos abandona ni siquiera en la muerte. "A Dios nadie lo ha visto jamás -concluye el Prólogo de san Juan-: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado" (Jn 1, 18). (Benedicto XVI, Ángelus, domingo 4 de enero de 2009)

Reflexión

¡Dios me ama! Cada uno de nosotros, podemos partir de esta breve frase para comenzar a hablar con Dios. Cuántas veces hemos escuchado tantos reclamos hacia Dios de por qué en el mundo hay tanto mal, por qué Dios permite esto o aquello y por qué no hace nada. Y Dios, en su silencio taladrador, nos dice: "Te he hecho a ti". Dios ha querido que estemos aquí porque nos ama, porque es el Amor con mayúsculas. Y sabiendo que somos débiles, que a veces no respondemos con el mismo amor, Dios nos recuerda, a través de la liturgia y de manera cíclica, que se ha hecho carne, se ha hecho hombre.

Este Hombre-Dios, que nos enseña el camino que debemos seguir, que nos invita a participar de su vida divina, que no muestra que el camino de cruz, es quien más nos hace felices: no por el dolor, sino por lo que hay detrás de la cruz.

Hoy es un día de gozo, en que Dios mismo se ha manifestado al mundo como un Niño necesitado de todo, para que nosotros le acojamos de verdad en nuestro corazón. Viene indefenso, para que podamos defenderle y ayudarle a mitigar el frio de la indiferencia. Y nos muestra que Él, siendo Dios, ha querido estar con la humanidad herida por el pecado, para levantarnos como a la mujer pecadora; para invitarnos a cambiar de vida y vivir de manera plena como lo hizo Él con los primeros cristianos. Por esto, en este día de navidad, podemos sentirnos amados por Él, porque no se ha olvidado de nosotros. No te olvides de Él. Gracias Señor por tanto amor.

Propósito

Este día de Navidad ayudaré a mi prójimo en la necesidad que le surja. Mostraré la alegría que el Señor me dado y la compartiré con los demás, para comunicarles ese amor de Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, te doy gracias por el don de la vida y de la fe. También te agradezco por el amor que nos tienes, por la inmensa e inmerecida gracia de ser tu apóstol en la tierra. Muéstrame el camino para agradarte. Ayúdame a compartir tu amor con los demás, amor verdadero y profundo como el tuyo. Dame la fuerza para luchar cada día contra la inconciencia de vivir apartado de ti. Gracias, Señor, por todo lo que me has dado.



"Tú eres la última y la única razón de mi amor. No tengo otras. ¿Cómo tendría alguna esperanza sin ti? ¿En qué se apoyaría mi alegría si nos faltases tú? ¿En qué vino insípido se tornarían todos mis amores si no fueran reflejo de tu amor? Eres tú quien da fuerza y vigor a todo. Y yo sé sobradamente que toda mi tarea de hombre es repetir y repetir tu nombre. Y retirarme" (José Luis Martín Descalzo)

Víctor Hugo Gamboa
catholic.net

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¡ Feliz Navidad !

Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes. Tienes derecho y razón de ser feliz

Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes.
Tienes derecho y razón de ser feliz.
Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar.


Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes.
Tienes derecho y razón de ser feliz.
Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar.

Los ángeles te lo indican:
Paz a los hombres de buena voluntad.
Si tienes deseos
de hacer las paces con Dios en Navidad,
¿por qué esperar?

Es el momento más adecuado.
No todos los días sientes los mismos deseos.
Es mejor pedir perdón a un Niño
que a un Hombre.

Mejor acudir al tribunal de la Misericordia
que al de la Justicia.
Si te sientes triste en Navidad,
no has entendido.

¿Triste cuando Dios viene a tu encuentro
lleno de amor y ternura?
Si sigues odiando en Navidad,
no has comprendido.
Navidad es la fiesta del Amor,
del Perdón, de la Paz,
por si no lo sabías.

Si sigues siendo un pecador en este tiempo,
la Navidad no existe para ti.
La Navidad te invita a recuperar tu alma de niño,
el niño inocente que fuiste alguna vez.


Al nacimiento de Jesús fueron invitados unos pastores,
gente sencilla y buena.
No fueron invitados los cortesanos de Herodes,
ni los fariseos, ni los miembros del Sanedrín.

No fueron los grandes de este mundo,
sino los pastores.
Por humildes y sencillos,
por ser dóciles al mensaje Divino.

Hoy siguen siendo invitados los humildes,
los que aceptan a Dios y sus mandamientos,
los sencillos, los pobres de espíritu.

Jesús es el patrón de los desamparados,
de los sin techo, de los emigrantes,
de todos los miserables, enfermos, hambrientos…
Cristo nace como un gitano.

Para el Creador del mundo un establo de animales.
No había lugar para Él en ninguna casa de Belén.
Para enseñarnos que las cosas materiales
no son la felicidad del hombre sino las celestiales.
¡Qué contraste tan brutal con ese afán nuestro
de poseer más y más cosas!

Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos.
“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”…
Ojalá que esta Navidad,
tú también puedas decir eso:
He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir…

Porque de lo contrario,
“aunque Cristo naciese mil veces en Belén,
si no nace en ti, seguirás eternamente perdido”.

P. Mariano de Blas
catholic.net

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viernes, 23 de diciembre de 2011

Los 3 deseos del Papa

Benedicto XVI ha formulado tres deseos ante un árbol de Navidad. Este es el resumen de lo que el Santo Padre espera en los próximos días.

En la tarde del miércoles 7 de diciembre, Benedicto XVI encendió el árbol de Navidad más grande del mundo. Previamente, dijo unas palabras:

«Antes de encender el árbol quisiera expresar tres deseos (...). Cuando lo miramos, nuestros ojos se dirigen hacia arriba, hacia el cielo, hacia el mundo de Dios.

Mi primer deseo es, por lo tanto, que nuestra mirada, la de la mente y la del corazón, no se detenga solamente en el horizonte de este mundo, en las cosas materiales, sino que sea de alguna forma como este árbol, que tienda hacia arriba, que se dirija a Dios. Dios nunca nos olvida, pero también nos pide que no nos olvidemos de Él».

«El Evangelio narra que en la noche santa de Navidad una luz envolvió a los pastores, anunciándoles una gran alegría: el nacimiento de Jesús, de Aquel que nos trajo la luz, más aún, de Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todos. El gran árbol que encenderé dentro de poco (...) iluminará con su luz la oscuridad de la noche».

«El segundo deseo es que nos recuerde que también nosotros necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos dé esperanza, especialmente en esta época en que sentimos tanto el peso de las dificultades, de los problemas, de los sufrimientos, y parece que nos envuelve un velo de tinieblas. Pero ¿qué luz puede iluminar verdaderamente nuestro corazón y darnos una esperanza firme y segura? Es el Niño que contemplamos en la Navidad santa, en un pobre y humilde pesebre, porque es el Señor que se acerca a cada uno de nosotros y pide que lo acojamos nuevamente en nuestra vida, nos pide que lo queramos, que tengamos confianza en Él, que sintamos su presencia que nos acompaña, nos sostiene y nos ayuda».

«Pero este árbol tan grande lo forman muchas luces. El último deseo es que cada uno de nosotros aporte algo de luz en los ambientes en que vive: en la familia, en el trabajo, en el barrio, en los pueblos, en las ciudades. Que cada uno sea una luz para quien tiene al lado; que deje de lado el egoísmo que, tan a menudo, cierra el corazón y lleva a pensar sólo en uno mismo; que preste más atención a los demás, que los ame más. Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol: junto con las otras luces ilumina la oscuridad de la noche, incluso de la noche más oscura».

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Meditación de cada día de Adviento

23 de Diciembre - San José

Acompaña el dolor de San José, a quien le cierran las puertas. Aprende de su silencio y paciencia para soportar las decepciones y rechazos.

- San José, ayúdame a prepararme para una feliz y santa Navidad.

webcatolicodejavier.org

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Champán o gasolina

- Trato hecho. Me llevaré el Golf, en color azul.

- Muy bien. Recuerde que este coche debe usar gasolina sin plomo y aceite super oil.

- No estoy de acuerdo. ¿Por qué debo usar esa gasolina y ese aceite?

- Bueno, eso es si usted desea obtener el mayor rendimiento de su nuevo coche. Verá cómo se alargará considerablemente la vida del motor. Y hará menos visitas a su mecánico.

- No me convence.

- Tenga en cuenta que este aceite es el propio de motores de gasolina y cualquier otro aceite no surtirá el mismo efecto.

- ¡No, no y no!

- Como usted lo vea señor.

- ¡Claro que como yo lo vea! Si a mí me gusta el champán francés, ¿quién me va a impedir que en el tanque de mi coche ponga yo champán francés?

- ¿Cham...pán...?

- Sí. Y en vez de aceite, yo le meteré mermelada de durazno, que es deliciosa. A mí siempre me ha gustado.

- No sé señor, así quizá su coche no le llevará muy lejos.

- ¡Usted se calla! Que el que ha comprado el coche soy yo. Y yo haré lo que crea más conveniente. Así que entrégueme ya las llaves, que me muero por llevarme mi Golf y estrenarlo.
...

Esta historia, con mejores palabras, fue contada hace años por un Papa: Juan Pablo I, el Papa de los treinta y tres días, el Papa de la sonrisa. Lo hizo en una de sus pocas audiencias de los miércoles ante miles de fieles. Les decía que el hombre vive su vida con plenitud sólo cuando acoge gustoso las instrucciones del Creador de la vida.

iglesia.org

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Meditación de cada día de Adviento

21 de Diciembre – Llave

Proporciona una llave al establo, para mantener fuera a los ladrones.
Quita de tu corazón los malos pensamientos o temores por falta de fe.

- Querido Jesús, cierra mi corazón a todo lo que te pueda herir.

webcatolicodejavier.org

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martes, 20 de diciembre de 2011

Siete formas de rezar en familia

Encontrar momentos para unirse en la oración no en nada sencillo en estos tiempos. Algunos consejos para mantenerse en sintonía con Dios.

¿Qué puede hacer su familia para incorporar la oración en su vida diaria? Considere estas ingeniosas ideas de la madre y escritora Mary DeMuth.

Usen la tecnología. Vivimos en la era digital y nuestra familia ha aprendido el valor de la tecnología para orar los unos por los otros utilizando el correo electrónico, los mensajes de texto, e incluso los sitios de redes sociales. He enviado mis peticiones de oración por correo electrónico a mis hijos, ellos han enviado mensajes de texto con las suyas y yo les he respondido con oraciones específicas. Cuando viajo me escriben en Facebook acerca de sus intenciones e intercedo por ellos en mi respuesta.

Desconéctense. Muchas veces, a la oración se le da una importancia secundaria por lo saturadas que están nuestras vidas. Es importante crear una zona segura en su casa y un período de tiempo donde se desconecten por completo de la televisión, la música, Internet y la computadora. En ese silencioso oasis, anime a sus hijos a escuchar a Dios, que es el otro lado de la oración que con frecuencia no practicamos. Pasen algún tiempo como familia, compartiendo tranquilamente sus preocupaciones, alegrías y necesidades.

Pongan las peticiones por escrito. Cuando mis hijos eran pequeños, utilizábamos una pizarra para tener presente las intenciones. Con tiza de colores, dividía la pizarra en tres secciones: fecha, intención y respuesta. Nos turnábamos para expresar nuestras peticiones; otras ideas son escribirlas en un diario de la familia o en una sencilla libreta. También escribir la respuesta de Dios a nuestras súplicas. No importa la forma que se adopte, fortalecerá la fe de sus hijos y profundizará la determinación de ellos de comunicarse con el Señor.

Tomen un nombre para orar. Cada semana (o mes), que todos tomen al azar el nombre de otro miembro de la familia (como se hace con el “amigo invisible”). Durante el tiempo designado, rezará cada uno por esa persona.

Escuche, y luego actúe. En este mundo enloquecido algo que sus hijos necesitan es que usted los escuche con atención. Deténgase, escuche y esfuércese por interpretar lo que quieren comunicarle. Cuando compartan sus frustraciones o preocupaciones, ore por ellos en ese momento. No se limite a prometer que va a hacerlo después.

Utilicen los altibajos como trampolín. Cada noche, durante la cena, mencionamos las cosas buenas y malas del día. ¿Por qué no dar un paso más allá en la conversación utilizando esos altibajos como un trampolín para orar después de comer?

Visiten lugares nuevos para orar. Piensen en la posibilidad de dar una caminata por una plaza u otro lugar como otra forma de desconectarse del mundo y conectarse con el corazón de Dios en la oración y la lectura de su Palabra.

Mary DeMuth
yocreo.com

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El sueño de María

Tuve un sueño, José, y realmente no lo puedo comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo. La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación , decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían en vistosos papeles y los ataban con preciosos moños y todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol José.

Dentro de sus casas, esta gente había decorado el árbol y las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había una figura en lo alto del árbol, me parecía que era un ángel, era realmente hermoso. Luego vi una mesa espléndidamente servida, con platillos deliciosos, y muchos vinos, todo se veía exquisito y todos estábamos invitados.

Toda la gente se veía feliz, sonriente y emocionada por los regalos que se intercambiaban unos a otros, pero, sabes José, no quedaba ningún regalo para nuestro hijo, me daba la impresión de que nadie lo conocía porque nunca mencionaron su nombre.

¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión de que no lo conocen?
Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera entrado a esos hogares, para la celebración hubiera sido solamente un intruso.

Todo se veía tan hermoso y la gente se veía feliz, pero yo sentía enormes deseos de llorar, porque nuestro hijo era ignorado por casi toda esa gente que lo celebraba.

¡Qué tristeza para Jesús, no ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños!
Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero ¡qué terrible sería si esto se convirtiera en realidad!

webcatolicodejavier.org

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Meditación de cada día de Adviento

20 de Diciembre - Pastores

Invita a los pastores para rendir homenaje a nuestro Rey. Imita su vigilancia y medita la idea de que la Navidad es importante porque Jesús nacerá de nuevo en ti.

- Jesús, enséñame a amarte sobre todas las cosas.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

El Papa: Misterio de Navidad está en confiar en Dios para acoger a Jesús

En su reflexión antes del Ángelus dominical el Papa Benedicto XVI señaló que el misterio de la Navidad está en confiar en el amor de Dios para acoger la vida divina del Niño Jesús

A continuación la reflexión completa del Santo Padre presentada por Radio Vaticana:

"En este cuarto domingo de Adviento, la liturgia nos presenta este año el relato del anuncio del Ángel a María. Contemplando el icono estupendo de la Santísima Virgen, en el momento en que recibe el mensaje divino y da su respuesta, somos iluminados interiormente por la luz de la verdad que emana, siempre nueva, de aquel misterio.

En particular, quisiera detenerme brevemente sobre la importancia de la virginidad de María, es decir del hecho de que ella ha concebido a Jesús permaneciendo virgen.

Como telón de fondo del acontecimiento de Nazaret está la profecía de Isaías. ‘He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel’.

Esta antigua promesa ha encontrado cumplimiento sobreabundante en la Encarnación del Hijo de Dios. En efecto, no sólo la Virgen María ha concebido, sino que lo ha hecho por obra del Espíritu Santo, es decir del mismo Dios. El ser humano que comienza a vivir en su seno toma la carne de María, pero su existencia deriva totalmente de Dios.

Es plenamente hombre, hecho de tierra –para usar el símbolo bíblico– pero viene de lo alto, del Cielo. El hecho de que María conciba permaneciendo virgen es, por tanto, esencial para el conocimiento de Jesús y para nuestra fe, porque testimonia que la iniciativa ha sido de Dios y sobre todo revela quién es el concebido.

Como dice el Evangelio: ‘Por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios’. En este sentido, la virginidad de María y la divinidad de Jesús se garantizan recíprocamente.

Por esta razón es tan importante esa única pregunta que María, ‘muy turbada’, dirige al Ángel: ‘¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?’. En su sencillez, María es sapientísima: no duda del poder de Dios, pero quiere comprender mejor su voluntad, para conformarse completamente a esta voluntad.

María es infinitamente superada por el Misterio, y sin embargo ocupa perfectamente el lugar que, en el centro del mismo, le ha sido asignado. Su corazón y su mente son plenamente humildes, y, precisamente por su humildad singular, Dios espera el ‘sí’ de esta muchacha para realizar su designio.

Respeta su dignidad y su libertad. El ‘sí’ de María implica el conjunto de maternidad y virginidad, y desea que todo en Ella sea para la gloria de Dios, y el Hijo que nacerá de Ella pueda ser totalmente don de gracia.

Queridos amigos, la virginidad de María es única e irrepetible; pero su significado espiritual se refiere a todo cristiano. En sustancia, está ligado a la fe: en efecto, quien confía profundamente en el amor de Dios, acoge en sí mismo a Jesús, su vida divina, por la acción del Espíritu Santo. ¡Es éste el misterio de la Navidad! Deseo a todos vosotros que lo vivís con íntima alegría".

Recuerda a mártires beatificados ayer

En su saludo en español el Santo Padre hizo votos luego para que la Virgen María "nos ayude a intensificar nuestra preparación espiritual, para disponer nuestro corazón al nacimiento del Hijo de Dios".

"Con estos sentimientos, deseo también recordar a los misioneros Oblatos de María Inmaculada que, junto con el laico Cándido Castán, fueron beatificados ayer en Madrid. Que el testimonio de fe y caridad que dieron en su martirio nos sirva de estímulo y ejemplo para dedicar nuestra vida al servicio de Dios y de los hermanos. Feliz domingo", concluyó.

El Santo Padre también elevó sus oraciones por las poblaciones que en Filipinas son golpeadas por las inundaciones. A ellos expresó su solidaridad y cercanía.

aciprensa.com

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La morada que queremos construir al que busca en nosotros su morada

Evangelio: Lucas 1, 26- 38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracias, el Señor está contigo.” Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.”
María contestó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y la dejó el ángel.

LA MORADA QUE QUEREMOS CONSTRUIR AL QUE BUSCA EN NOSOTROS SU MORADA

El rey David quería construir un gran templo a Dios y le pide parecer al profeta Natán. Su intención es sincera, noble, surge de un corazón lleno de fe y de amor a Dios. Sin embargo, Dios parece rehusar, por medio del oráculo a Natán, la idea de David. No es que Dios no quiera un templo. Quiere, ciertamente el obsequio de los hombres, como señal de fe y agradecimiento. Pero no quiere que su pueblo olvide la salvación que Dios ha obrado y seguirá obrando. Dios quiere que guardemos nuestro corazón para contemplar sus obras y no tanto las nuestras, aunque sean para Él.

Equivocamos el camino cuando queremos construir nosotros la morada a Dios; esto es, cuando marcamos nosotros la “hoja de ruta” de nuestra vida. Construir algo para Dios es algo bueno, sin duda, pero no conseguimos llegar todavía al Nuevo Testamento si nos quedamos sólo ahí. Cuántas veces nos justificamos diciendo: “si yo hago esto, y esto otro, y tantas cosas buenas hago y hago, para Dios”, como si fuesen cada una de esas cosas un ladrillo más en esa construcción siempre, en definitiva, “externa”. No comprendemos – o no aceptamos –que Dios quiera ser Dios, el constructor de la historia y también de nuestra historia. Y nosotros con Él, en el misterio que entrelaza gracia y libertad.

Dios busca una morada más allá de la piedra o la madera. No es que rechace la morada hecha por mano humana; de hecho el templo ideado por David lo construirá su hijo Salomón, para custodiar el Arca de la Alianza. Y éste prefigurará los templos cristianos, grandes y pequeños, en los que Cristo Dios y hombre habita eucarísticamente. Pero esta presencia viva entre nosotros quiere prolongarse hasta cada persona. Quiere habitar en el corazón humano. Por eso quiere ser comunión su presencia eucarística.

El Nuevo Testamento comienza cuando Dios se hace hombre estableciendo su morada en una criatura humana, la más bella. María es el templo perfecto para el Dios – con – nosotros. No podría haber soñado David, ni mente humana alguna, una presencia más cercana de Dios, que viene a morar en el seno de una mujer.

La escena de la Anunciación revela este misterio insondable. La Virgen Madre acoge el plan divino que la desea como templo vivo de Dios hombre. En ella se cumplen todas las promesas hechas a David y a su dinastía. “Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia”. El hacer de María es un dejar hacer a Dios: “Hágase en mí según tu palabra”. Y esta su respuesta al ángel es también respuesta a nosotros que deseamos construir una vida para Dios pero no sabemos cómo.

Cuando falta una semana para la celebración solemne del humilde nacimiento del Señor, la Iglesia nos muestra el camino de María y de su sí a Dios.

P. Mario Ortega
En la barca de Pedro

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Meditación de cada día de Adviento

18 de Diciembre - Regalos

Reúne algunos regalos para el Niño Dios y su Madre, obsequiando lo que está de más en tu vida a quienes lo necesitan.

- Ven, Jesús, acepta mis regalos y toma posesión de mi corazón.

Enciende la cuarta vela de Adviento.

webcatolicodejavier.org

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sábado, 17 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

17 de Diciembre - Mula

Lleva la mula al pesebre.
Ofrece al Divino Niño todos tus trabajos y hazlo con amor.

- Jesús, acepta mi servicio de amor por aquellos que no te aman.

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Jesucristo ¿Dios y hombre?

La médula del cristianismo es la persona Jesucristo con sus dos naturalezas verdaderas: Dios y hombre

La pregunta sobre la persona de Jesucristo es, sin duda, el tema más tratado en la historia del mundo. Esto muestra desde el primer momento la importancia de la pregunta. La médula del cristianismo es la persona de Jesucristo con sus dos naturalezas verdaderas: Dios y hombre.

Jesús vino al mundo como hombre, un hombre de verdad. Jesús vio con ojos de hombre, oyó con oidos de hombre, trabajó con manos de hombre, sintió con sentimientos de hombre, lloró con lágrimas de hombre, amó con amor de hombre.

Pero ver a Jesucristo sólo como hombre, es verlo a medias, incompleto, parcial. Es ver poquísimo de Jesucristo, su personalidad, sus enseñanzas, su voluntad, su inteligencia, su trato, etc., desde un simple plano humano. Ver a Jesucristo sólo como hombre, es perderse de lo mejor de Él.

Tenemos varias pruebas de que Jesucristo era realmente Dios, en los Evangelios y en la historia:

En primer lugar, Jesucristo mismo se presentó como Dios. Toda su vida nos lo muestra con gestos propiamente divinos: los milagros. Los realiza con la única ayuda de su palabra: cura a la suegra de Pedro, calma el viento y las olas, resucita a Lázaro cuando ya olía mal, multiplica los panes y los peces, cura a enfermos y endemoniados, devuelve la vista a los ciegos... ¿será algún hombre capaz de realizar esos actos?

Una segunda prueba de la divinidad de Cristo, son los miles de mártires que han derramado su sangre confesándolo como verdadero Dios y verdadero hombre. Ningún hombre entrega su vida por un hombre muerto en una cruz hace siglos.

La tercera prueba es la Iglesia Católica que ha sufrido tantas persecuciones a lo largo de la historia, pero sigue existiendo como la institución más antigua en la historia de la humanidad. ¿Por qué tantas persecuciones, tantos emperadores ambiciosos, tantas calumnias no la han acabado? Y hoy la vemos más floreciente que nunca en un mundo que trata de vivir en contra del Evangelio: sin obediencia, sin sacrificio, sin cruz, sin humildad, sin perdón. Todo esto muestra que la verdadera Iglesia de Cristo tiene un soporte divino.

En definitiva, quien dice apreciar a Cristo sólo como hombre, es porque no lo conoce bien.

Pedro García
catholic.net

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viernes, 16 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

16 de Diciembre - Buey

Lleva el buey al pesebre.
Obedece y respeta a tus superiores. Lleva una disciplina adecuada y sé diligente.

- Obedeceré por tu amor, Jesús y seré disciplicinado y diligente.

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Dos bebés en un pesebre

En 1994, dos americanos respondieron una invitación que le hiciera llegar el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética en las escuelas públicas, basada en principios bíblicos.

Debían enseñar en prisiones, negocios, el departamento de bomberos, de la policía y en un gran orfanato. En el orfanato había casi 100 niños y niñas que habían sido abandonados, y dejados en manos del Estado.

De allí surgió esta historia relatada por los mismos visitantes:

Se acercaba la época de las fiestas de Navidad de 1994, los niños del orfanato iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de la Navidad. Les contamos acerca de María y José llegando a Belén, de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre.

A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no podían contener su asombro. Algunos estaban sentados al borde de la silla tratando de captar cada palabra. Una vez terminada la historia, les dimos a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que hicieran un tosco pesebre. A cada chico se le dio un cuadradito de papel cortado de unas servilletas amarillas que yo había llevado conmigo. En la ciudad no se podía encontrar un solo pedazo de papel de colores.

Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocando las tiras como paja. Unos pequeños cuadraditos de franela, cortados de un viejo camisón que una señora americana se olvidó al partir de Rusia, fueron usados para hacerle la manta al bebé. De un fieltro marrón que trajimos de los Estados Unidos, cortaron la figura de un bebé.

Mientras los huérfanos estaban atareados armando sus pesebres, yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda. Todo fue bien hasta que llegué donde el pequeño Misha estaba sentado. Parecía tener unos seis años y había terminado su trabajo. Cuando miré el pesebre quedé sorprendido al no ver un solo niño dentro de él, sino dos. Llamé rápidamente al traductor para que le preguntara por qué había dos bebés en el pesebre. Misha cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre comenzó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser el relato de un niño que había escuchado la historia de Navidad una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre. Allí Misha empezó a inventar su propio final para la historia, dijo: "Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía mamá ni papá y que no tenía un lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con Él. Le dije que no podía, porque no tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé qué cosa tenía que pudiese darle como regalo. Se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor. Por eso le pregunté a Jesús: Si te doy calor, ¿ sería ése un buen regalo para Ti? Y Jesús me dijo: Si me das calor, ése sería el mejor regalo que jamás haya recibido. Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre."

Cuando el pequeño Misha terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas empapando sus mejillas; se tapó la cara, agachó la cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un llanto profundo. El pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría ni abusaría de él. ¡Alguien que estaría con él para siempre!

Y yo aprendí que no son las cosas que tienes en tu vida lo que cuenta, sino a quién tienes, lo que verdaderamente importa.

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jueves, 15 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

15 de Diciembre - Fuego

Trata de tener el pesebre de tu corazón cálido y acogedor. Agradece a Dios por el amor que Él nos mostró al hacerse hombre.
Sé agradecido con tus padres y familiares.

- Jesús, ¿cómo puedo ser agradecido para contigo?

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4 palabras clave

“Si siento que la meditación es un peso, ¿qué debo hacer?”

Respondo con otra pregunta: ¿la oración es para ti una actividad obligatoria o un encuentro querido?

Si es una actividad que cumples sólo porque debes cumplirla, comprendo que la oración se convierta en un peso difícil de cargar. Si siempre dejas la meditación para el final del día, si estás mirando continuamente el reloj mientras haces oración, si al cumplirse el tiempo terminas la oración de prisa y pasas a otra cosa, si el día en que la misa es más larga ya no haces meditación porque crees que convalida… entonces se ve claro que para ti la meditación es una rutina que cumples sólo porque debes cumplirla, como el estudiante que detesta la escuela y que va a clases porque no le queda más remedio.

En México, cuando quieres que alguien vea las cosas desde otra perspectiva, le dices: “Dale la vuelta a la tortilla” . Es decir: mira la meditación como un encuentro, no como una actividad. Como un ENCUENTRO que QUIERES tener con Jesucristo. Visto así, cambia todo.


Un novio llama todas las tardes a la chica que quiere. Espera el momento para llamarla. No lo hace por obligación. Quiere llamarle. Quiere escucharle. Quiere sentirla cerca. Y cuando la encuentra, disfruta cada minuto como si el tiempo no pasara.


Habrás leído “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry. Y recordarás el pasaje de la rosa:

“Un día el principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

- No sois nada, ni en nada os parecéis a mi rosa.

Las rosas se sintieron molestas al oír al principito que les dijo:

- Sois muy bellas, pero estáis vacías y nadie daría la vida por vosotras. Cualquiera que os vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de vosotras. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

- Adiós, le dijo.

- Adiós, dijo el zorro. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

- Lo esencial es invisible para los ojos – repitió el principito para acordarse.

- Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

- Es el tiempo que yo he perdido con ella… - repitió el principito para recordarlo.”


Estar juntos… Estar juntos, tú y Dios. Perder el tiempo juntos... Al final de la vida, a la hora del juicio, Dios tomará esto en cuenta: Te mirará y se preguntará: ¿Le gustaba estar conmigo? Y entonces dirá, como dijo de María en Betania: Ha escogido la mejor parte y no le será arrebatada. Escogió la mejor parte en la tierra, pues ahora se la doy para toda la eternidad. El cielo es estar juntos tú y Dios para siempre. Imagínate lo que será eso....

Puede servirte la canción "I can only imagine"; vale la pena sentarse cómodamente en un sofá, cerrar los ojos y escucharla, imaginando lo que será eso.

La Imitación de Cristo, el Kempis, nos dice que: “Estar sin Jesús, es grave infierno; estar con Jesús, es dulce paraíso. Si Jesús estuviere siempre contigo, ningún enemigo podrá dañarte. El que halla a Jesús halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho, y más que todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo es el que está bien con Jesús. Muy grande arte es saber conversar con Jesús, y gran prudencia saber tener a Jesús.”

Cuando la oración diaria es un encuentro deseado y no una actividad obligada, realmente se espera y se disfruta.

Y mejor si se pone todo el corazón: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente.” (Lc 10, 27)

Esto de hacer oración sin corazón sucede con frecuencia al pronunciar, sin espíritu, fórmulas hechas sin darles sentido alguno. Es muy diferente cuando golpeas un tambor con estilo, con maestría, con sentido, dejando que vibre tu mano y todo el brazo, sintiendo el golpe..., a cuando das un golpe seco, rígido y desabrido. No suena igual.

Te doy un consejo práctico de algo que me sirve mucho. Al iniciar la meditación diaria, toma conciencia de lo que vas a hacer y haz un acto de voluntad, confirma explícitamente tu deseo de estar con Jesús diciéndole: “Quiero estar un rato a solas contigo. De verdad lo quiero.”

Yo llego al final de la jornada muy cansado. Los viernes hago el viacrucis por la noche. Cuando me doy cuenta de que “toca viacrucis”, reconozco que algunos viernes no es que lo tome con entusiasmo y en ocasiones caigo en un ritual o formulismo mecánico carente de sentido. Así pasa, a veces al llegar la hora de hacer oración puede venirte un sentimiento de desgana o fastidio. En estas ocasiones te recomiendo que te detengas y te digas a ti mismo: “¿A dónde vas así? Nadie te obliga, nadie te lo impone, no vayas por cumplir, tú no eres un robot sin corazón que cumple sus rutinas. Ve, pues, pero pon amor. Jesús quiere estar un rato a solas contigo. Dale las gracias por tomarte en cuenta y escucha la voz de tu conciencia que dice: “Oigo en mi corazón: “Buscad mi rostro”. Tu rostro buscaré, Señor; no me escondas tu rostro” (Sal 26, 8-9)

Concluyo con cuatro palabras clave para disfrutar la meditación diaria:

• encuentro

• de amor

• querido

• con Jesús


VE, PUES, Y PIERDE EL TIEMPO CON JESÚS

La Oración

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martes, 13 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

13 de Diciembre - Alimentos

Trae alimentos para el pesebre.
Prívate de algunos de los alimentos que te gustan pero que dañan tu salud.

- Jesús, sed mi fuerza y mi comida.

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Si no paramos un poco...



Si no paramos un poco

y nos hacemos un tiempo

para pensar qué nos pasa,

por qué vivimos corriendo...

puede pasarnos lo mismo

que les pasó a los hebreos:

Que convivieron con Él

y no lo reconocieron...

iglesia.org

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domingo, 11 de diciembre de 2011

El Papa: Inundar hogares con alegría y luz verdaderas de Navidad

Al presidir el rezo del Ángelus dominical ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI los alentó a prepararse adecuadamente para la Navidad y así inundar los hogares con la auténtica alegría y la luz del nacimiento del Niño Dios.

En su saludo en español, el Papa recordó que este domingo, el tercero del Adviento, es el llamado domingo de Gaudete que "nos invita a prepararnos con la oración y las buenas obras a celebrar con gozo la llegada Jesús entre nosotros. Que la Santísima Virgen María nos enseñe a reconocerlo y amarlo, de modo que nuestro corazón y nuestros hogares se inunden de su luz".

En su reflexión en italiano, el Santo Padre explicó que los textos de la liturgia de hoy animan a seguir viviendo en la esperanza, la vigilancia del corazón que "el cristiano está llamado a ejercitar siempre, en la vida de todos los días".

"El ambiente externo propone los habituales mensajes de tipo comercial aunque si menos por la actual crisis económica. El cristiano está invitado a vivir el Adviento sin dejarse distraer por las luces, pero sabiendo dar el justo valor a las cosas, para fijar la mirada interior en Cristo".

De hecho, continuó, "si perseveramos ‘vigilantes en la alabanza y alegres en la oración’, nuestros ojos serán capaces de reconocer en Él la verdadera luz del mundo, que viene a alumbrar nuestras tinieblas".

En este domingo de Gaudete, el cristiano está llamado a la verdadera alegría que "no es fruto del divertirse, entendido en el sentido etimológico de la palabra divertir, es decir evadirse de los compromisos de la vida y de sus responsabilidades".

"La verdadera alegría está ligada a algo más profundo. Ciertamente, en los ritmos cotidianos, a menudo frenéticos, es importante tener espacios de tiempo para el descanso, para relajarse, pero la verdadera alegría está ligada a la relación con Dios".

Según señala la nota de Radio Vaticano, el Papa explicó que "quien ha encontrado a Cristo en la propia vida, experimenta en el corazón una serenidad y una alegría que nadie y ninguna situación puede quitar".

"San Agustín lo había entendido muy bien, en su búsqueda de la verdad, de la paz, de la alegría, luego de haber buscado en vano en las múltiples cosas, concluye con la célebre expresión que el corazón del hombre está inquieto, no encuentra serenidad y paz hasta que no descansa en Dios".

"La verdadera alegría –prosiguió– no es un simple estado de ánimo pasajero, ni algo que se alcanza con los propios esfuerzos, sino que es un don, nace del encuentro con la persona de Jesús, de hacerle espacio en nosotros, de acoger el Espíritu Santo que guía nuestra vida".

Por ello, afirmó el Papa, "en este tiempo de Adviento reforcemos la convicción de que el Señor ha venido en medio de nosotros y continuamente renueva su presencia de consolación, de amor y de alegría. Tengamos confianza en Él; come una vez más afirma San Agustín, a la luz de su experiencia: el Señor está más cercano a nosotros de cuanto nosotros lo estamos de nosotros mismos".

"Confiemos nuestro camino a la Virgen Inmaculada, cuyo espíritu exultó en Dios Salvador. Que sea Ella que guíe nuestros corazones en la alegre espera de la venida de Jesús, una espera rica de oración y de obras buenas", concluyó.

Después del rezo mariano, el Santo Padre saludó a los niños, que siguiendo la tradición del tercer Domingo de Adviento llevan sus imágenes del Niño Jesús para que el Papa las bendiga.

"Queridos hermanos y hermanas –dijo– hoy el primer saludo está dedicado a los niños de Roma, que vinieron para la tradicional bendición de los ‘Bambinelli’, organizada por el Centro oratorios romanos. Queridos niños, cuando recen ante sus nacimientos, acuérdense de mí, así como yo me acuerdo de ustedes ¡Gracias! ¡Feliz Navidad!"

aciprensa.com

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"¡Gaudete!". El mandamiento de la alegría

Evangelio: Juan 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: “¿Tú quién eres?” Él confesó sin reservas: “Yo no soy el Mesías.” Le preguntaron: “Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?” Él dijo: “No lo soy.” “¿Eres tú el Profeta?” Respondió: “No.” Y le dijeron: “¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?” Contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor" (como dijo el Profeta Isaías).” Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”
Juan les respondió: “Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.”
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

“¡GAUDETE!”. EL MANDAMIENTO DE LA ALEGRÍA

Domingo “Gaudete”. Así es como tradicionalmente se ha denominado el tercer domingo de Adviento. Domingo “alegraos”, literalmente traducido del latín. Y es que la cercanía de la Navidad y la esperanza creciente, llevan a la Iglesia a recordar las numerosas exhortaciones de la Sagrada Escritura a vivir con alegría.

Nuestra vida cristiana no es – como muchos la quieren presentar – una vida triste, de renuncias y cargas, cerrada a las alegrías de la vida. La misma Palabra de Dios nos demuestra que esto no es así. “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”, hemos oído proclamar al profeta Isaías en la primera lectura. Al cristiano, Dios le manda que esté alegre. “Estad siempre alegres… Ésta es la voluntad de Dios”, nos ha recordado, por su parte, San Pablo. Y esto es así, de tal manera, que la tristeza puede llegar a ser un pecado, cuando pasa de ser un estado de ánimo sufrido a un conformismo voluntario y estable por la falta de esperanza.

La alegría es, para el cristiano, un mandamiento. No uno más a sumar a la lista de los diez, sino el resultado de vivir el decálogo con el amor incondicional a Dios y al prójimo que lo condensa y resume. Vivir los mandamientos nos da alegría y la alegría nos hace vivir los mandamientos con facilidad. Esta es la dinámica de la santidad. Por eso, San Juan Bosco no dudaba en afirmar que la primera condición para ser santos es estar alegres.

Pero ¿cómo conseguir esa alegría?, preguntará el que esté sumido en la tristeza o con la mirada escéptica del que lo ha intentado ya muchas veces sin éxito. Primero, sabiendo donde encontrarla. Si se busca donde no está, lógicamente, no se hallará. La verdadera alegría nace de un corazón en paz con Dios y con deseos de servir al prójimo. No lleva a la verdadera alegría, por tanto, aquella vida que se vive con el único objetivo de disfrutar de los placeres de este mundo, sin importarnos nada o casi nada Dios y el prójimo. ¿En qué consiste estar alegre? Si se tuviese que dar como respuesta una imagen, el mundo nos presentaría la de alguien rodeado de confort, exteriorizando los sentimientos que le den el dinero, el sexo, la bebida o cualquier otra ausencia (mejor, huída) de las preocupaciones; el Evangelio nos muestra, en cambio, la vida de los santos: la alegría de una Madre Teresa o de cualquier cristiano de hoy que se embarca en la aventura del espíritu y de la caridad.

El mensaje de San Juan Bautista es mensaje de alegría, de la mayor alegría: “Viene uno…” que es el Mesías esperado, Dios con nosotros. Sin embargo, Juan es la voz en el desierto. Desierto porque pocos acogen este mensaje, igual que sucede hoy. Desierto también, como imagen de cada alma que continúa árida porque ninguna de las que consideraba “alegrías”, le han hecho florecer el corazón. La voz de Juan, su pre – evangelio, es el mensaje que, si se acoge, llevará a la alegría que es Cristo y que convierte en vergel el corazón de todo hombre.

P. Mario Ortega
En la barca de Pedro

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Meditación de cada día de Adviento

11 de Diciembre - Combustible

Lleva el combustible al pesebre de Jesús. Acomoda tu voluntad a la voluntad de Dios y acepta en paz lo que no se puede cambiar.
- Jesús, que yo haga tu voluntad en todas las cosas.

Enciende la tercera vela de Adviento.

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sábado, 10 de diciembre de 2011

Mostrase uno tal cual es

“Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso, daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros. Pero, de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales. Cada una lucía un tono diferente: rojo, amarillo, naranja, morado...

El caso es que los colores eran irisados, deslumbradores, centelleantes, como una sonrisa o un bonito recuerdo. Después de reflexivas investigaciones sobre la causa de aquel misterioso resplandor, se concluyó en que cada cebolla atesoraba dentro, en el mismo corazón (porque también las cebollas tienen su propio corazón), una piedra preciosa. Esta guardaba un topacio; la otra, una aguamarina; aquella, un lapislázuli; alguna de las de más allá, una esmeralda... ¡Una verdadera maravilla!

Sin embargo, por una incomprensible razón, se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Entonces, las bellísimas cebollas tuvieron que esconder su piedra preciosa e íntima tras capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular como eran por dentro. Hasta que se convirtieron en unas cebollas de lo más vulgares.

Pasó por allí un sabio que gustaba sentarse a la sombra del huerto y entendía el lenguaje de las cebollas. Le preguntó a una por una: −¿Por qué no eres como eres por dentro? Ellas le iban respondiendo: −Me obligaron a ser así... Me fueron poniendo capas... incluso yo me puse algunas para que no me dijeran... Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se habían colocado las primeras capas. Al final, el sabio se echó a llorar. Cuando la gente lo vio llorando, pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas muy inteligentes. Por eso, todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Así será hasta el fin del mundo.

Este relato nos permite conectarnos con aquellas personas que, a causa de una gran desilusión, una pérdida, un cambio difícil, dificultades en los vínculos afectivos, problemas de salud, dejan de brillar, y la tristeza, a manera de capas, no deja ver lo que en verdad valen.

A veces esas capas, como mecanismo de defensa, adoptan un disfraz muy parecido a la bronca, al enfado, a la furia. Es así que las conductas de ataque por miedo a ser atacados se transforman en un modo de vincularse. La respuesta del entorno es el aislamiento o dejar de lado. El círculo se empieza a cerrar: soledad, más tristeza, más furia. ¿Cómo cortar el proceso y volver al camino en búsqueda de aquello que dé felicidad?

Ser adulto no significa el haber concluido los aprendizajes, el tener una respuesta a cada pregunta que formula la vida o la solución a cada conflicto.

Ser adulto significa, por un lado, creer en sí mismo y, por otro, contar con las herramientas necesarias para restablecer los equilibrios dañados. Ser adulto es permitirse expresar con libertad sentimientos y emociones sin temor a ser censurado. La tristeza es un sentimiento. Ser adulto es aprender y asumir que la vida transcurre en un fluctuar entre la alegría y la tristeza. Que el dolor solo es el telón de fondo necesario para que brille la felicidad.

Dejar caer una a una las capas que no muestran lo que verdaderamente uno es demanda un desafío cotidiano. El desafío de abandonar la “adicción de ser para el otro” que limita el poder ser lo que verdaderamente se es.

Se es libre para desarrollarse de mil maneras diferentes. El error no implica un límite, sino aprendizaje. Al cambiar la mirada y verse de manera distinta, se descubren fortalezas y habilidades personales ilimitadas.

Concentrarse en lo positivo por sobre aquello que produce tristeza ayuda a dibujar la sonrisa que dispara las endorfinas para la acción.

Cuando uno está triste, suele tener la sensación de que va a durar para siempre. No es así.

No abandonar nunca la búsqueda de la felicidad y guardar la tristeza para cuando realmente sea necesaria debe ser el lema.

Al fin de cuentas: “La felicidad humana, generalmente, no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” (B. Franklin).

Joaquín Rocha
www.fortuweb.es.tl

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Meditación de cada día de Adviento

10 de Diciembre - Abrigo

Proporciona a su cuna un abrigo suave y cálido. Evita los enojos y las discusiones. Sé amable y paciente con todos.

- Jesús, ayúdame a ser manso y humilde como tú.

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jueves, 8 de diciembre de 2011

La Inmaculada Concepción de María

Fiesta: 8 de Diciembre

La concepción inmaculada de la Virgen María es un maravilloso misterio de amor. La Iglesia fue descubriéndolo poco a poco, al andar de los tiempos. Hubieron de transcurrir siglos hasta que fuera definido como dogma de fe. Y no es extraño, porque Dios lo reveló obscuramente, y ello en dos momentos decisivos de la historia del mundo y en dos instantes extremos de la vida de Cristo. Y los hombres somos lentos en comprender, en descifrar el íntimo significado de las cosas.

En los albores de la creación, luego que Adán pecó seducido por Eva, arrastrándonos a todo al misterio de tristeza, al pecado, quiso Dios enviarnos un mensaje de esperanza: una mujer llevaría en brazos al hombre que había de quebrantar la cabeza de la serpiente; una mujer quedaria íntimamente asociada al Redentor en una lucha que habia de terminar con la derrota satánica. Si el demonio engañó al hombre por la mujer, la mujer debelaría al demonio por el hombre y con el hombre.

No era ya noche, sino que comenzaban los levantes de la aurora, la plenitud de los tiempos, cuando el ángel se acercó a una virgen de Nazaret, en Galilea, y le dijo: "Alégrate, la llena de gracia, el Señor es contigo".

Dijo Dios a la serpiente: "Pondré enemistades entre Ella y tú". Y ahora el ángel, como un eco, penetrando en el alma de Maria a través de sus claros ojos, la saludaba de gracia llena. Pero ¡es tan obscuro todo esto! Apenas si luego se podía comprender más, cuando vino Cristo al mundo y la Revelación se hizo palpable. Los primeros hombres que le contemplaron fueron pastores rudos. Le vieron en una gruta, recién nacido, clavel caido del seno de la aurora, glorificando las pobres briznas de heno, cual rezó Góngora en su delicioso villancico, Le miraban con ojos redondos, absortos, llenos de un asombro sencillo y elemental. Estaba en brazos de Ella, Madre de Dios. circundada por un halo de celestial ternura.

Otro día las pajas del heno se habían transformado ya en leños duros y clavos atormentadores. Los labios de Él bebían sangre, sudor y lágrimas en lugar de blanca leche bajada del cielo. Ella estaba de pie, sufriendo, rodeada por un velo negro de severo dolor: la nueva Eva, la compañera del Redentor, la Corredentora. Y así la contemplaban discipulos acobardados, soldados indiferentes, chusma.

Madre de Dios, Corredentora... Las mentes de los Santos Padres primero, de los teólogos medievales después, fueron desentrañando el significado de tales palabras. Comprendieron el llena de gracia a la luz del pesebre y el pondré enemistades al fulgor del Calvario. fueron comprendiendo que la dignidad de Madre de Dios está reñida con todo pecado; que su oficio de corredentora exige la inmunidad de la mancha original, a fin de poder merecer dignamente, con su Hijo, liberarnos de la culpa. Todavía hoy siguen estudiando los teólogos el abismo de pureza que es la concepción de Maria, y, al analizar sus raíces y su contenido, renuevan la escena de Belén; asombro y más asombro ante la profundidad del misterio.

Cuando la Iglesia tuvo plena, formal, explícita conciencia de que la limpia concepción de Maria era doctrina contenida en la Revelación y, por tanto, objeto de fe, pasó a definirla como tal. Y nos dijo Pío IX: "La doctrina que afirma que la Virgen, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha del pecado de origen por una singularisima gracia y privilegio de la omnipotencia divina y en atención a los méritos del Redentor del género humano, es doctrina revelada y ha de ser así creída por los cristianos".

Así, con toda la densidad de concepto—cada palabra encierra una indispensable idea—, con toda la sobriedad de estilo—dureza y linea escueta—propias de una definición dogmática, venía el Papa a enseñarnos que la Inmaculada Concepción es un misterio de amor. Porque no sólo nos definió que la Virgen fue preservada del pecado de crigen, sino que lo fue por los méritos de la pasión de Jesús.

reflexionescatolicas.com

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Meditación de cada día de Adviento

8 de Diciembre - Pesebre

Obtén el más cálido espacio en tu corazón, para pesebre de Jesús. Reza el rosario aunque sea una decena cada día solamente.

- María, usa mis actos de amor para preparar mi corazón al recibir a Jesús en la Sagrada Comunión.

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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Hablemos de drogas

Sentirse queridos y seguros ayuda a nuestros hijos a encontrar el equilibrio

Poder contar con un entorno seguro, sentirse apoyado y querido, ayuda a afrontar los cambios que comporta el paso de la infancia a la adolescencia. Para ello hay que establecer una buena comunicación con nuestros hijos, ya desde antes de la adolescencia.

Tenemos que entender lo que les pasa y ponernos en su lugar, descubrir qué es lo que piensan y qué sienten, establecer unas normas que les ayuden a conseguir un orden interno pero, al mismo tiempo, saber ser flexibles y sacar partido de la negociación como herramienta de aprendizaje y de construcción de valores.

En la infancia prevenir es sinónimo de proteger, evitar que nuestros hijos sufran ningún riesgo.

En la adolescencia, proteger quiere decir proporcionar recursos -conocimientos, habilidades personales, testimonios y valores- para que puedan decidir.


PREVENIR ES AYUDAR A DECIDIR

Los padres y las madres establecemos con nuestros hijos un vínculo afectivo. Les demostramos que les queremos, que nos importan, que pueden contar con nosotros. En la adolescencia la relación se transforma: perdemos la seguridad, nos parece que nuestros métodos educativos ya no sirven. A menudo conviene seguir un proceso de aprendizaje y adaptar nuestras ideas a la nueva situación.


RAZONAR NUESTRAS DECISIONES

Educar es ayudar a comprender los cambios, descubrir emociones y sentimientos sin dejar que nos desborden. Las explicaciones de las normas, la negociación y el pacto nos ayudarán a establecer un clima de confianza.


LAS DROGAS ESTÁN MÁS CERCA DE LOS ADOLESCENTES DE LO QUE PIENSAS

En el inicio de la adolescencia, las drogas pueden aparecer de manera habitual en las conversaciones de chicos y chicas, a pesar de que el consumo acostumbra a ser muy minoritario. A menudo se trata de una manera de demostrar que se ha dejado atrás la infancia.

El alcohol, el tabaco y el cannabis son las drogas más cercanas y las que más fácilmente llegan a los adolescentes.

En nuestra época las drogas han conseguido un grado de difusión mayor que en cualquier otro momento de la historia, como un elemento transgresor, para desinhíbirse, protestar o identificarse con el grupo. La generalización del consumo puede inducir a los adolescentes a pensar que tomar drogas es una cosa normal y que no comporta ningún peligro. Y no es así.

Escuela de familia

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Meditación de cada día de Adviento

7 de Diciembre - Paja

Proporciona paja a la cuna del pesebre de la siguiente forma: por cada pequeño sacrificio que vayas realizando, añade una paja al pesebre. Los niños pueden, por ejemplo, privarse de comer golosinas en algún momento , no quejarse, prestar o regalar un juguete, obedecer, etc. Los mayores pueden, por ejemplo, hablar sólo lo necesario, realizar sus tareas de forma diligente, no fumar un día, privarse de dulces o del café, etc.)

- Querido Jesús, que sufriste tanto por mí, quiero sufrir por tu amor.

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martes, 6 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

6 de Diciembre - Manta suave

Proporciona también una manta suave a su cuna, superando todos los sentimientos de orgullo, ira o envidia.
- Jesús, enséñame a conocer y corregir mis mayores pecados.

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El Señor está cerca

El Señor está cerca y, no podemos consentir que todo el aparato comercial nos diga que, la Navidad, es eso: comercio, compra, venta, color, luz y sonido. ¡La Navidad es el amor de Dios en medio de nosotros! Es la razón de nuestra alegría. Según avanza este tiempo de adviento, aún es mayor esa sensación. ¡El Señor está cerca!

Estamos contentos como, un padre, al pie de la estación de tren espera el retorno de un hijo que le prometió su vuelta. Nos encontramos inmersos en la sala de la alegría como un niño, en el patio del colegio, espera la mano de la madre que le recoja con su mano.

¡Tenemos tantos motivos para vivir y para alegrarnos en la vida! Sólo nos hace falta una cosa: buscarlos.

iglesia.org

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domingo, 4 de diciembre de 2011

El Evangelio comienza con la conversión

2º Domingo de Adviento

Evangelio: Marcos 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."

EL EVANGELIO COMIENZA CON LA CONVERSIÓN

Dicen que Santa Teresa de Jesús encontraba a menudo dificultades en rezar el Padrenuestro porque no podía pasar de la primera palabra: le fascinaba tanto poder llamar a Dios “Padre” que en el solo decir la palabra encontraba gran gozo y reposo del espíritu.

¿Podemos igualmente encontrar a Dios ya desde la primera frase del Evangelio? La acabamos de escuchar: “Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. Esta frase que abre el relato del evangelista San Marcos podría parecer una mera presentación o título, algo necesario para empezar un escrito o un discurso. Pero podemos descubrir en ella una sencilla proclamación un mensaje más profundo: Comienza el Evangelio. ¿Dónde y cómo comienza en cada persona el Evangelio?

El Evangelio no es un libro (entiéndaseme bien); es un mensaje vivo, operante. Es un principio activo, usando una terminología más propia de un farmacéutico, ya que de una medicina se trata, ciertamente. El Evangelio es el medicamento indicado para el corazón inquieto de todo hombre. Por eso, hemos oído en la lectura del profeta Isaías: “hablad al corazón de Jerusalén”. ¿Dónde comienza el Evangelio? En el corazón. Cuando un corazón se abre a Dios, comienza en esa persona a operar el Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.

Y ¿cómo comienza? Con un acontecimiento muy personal e íntimo que se llama conversión. La conversión, predicada por Juan el Bautista como una preparación del camino por el que ha de llegar el Señor, es la condición “sine qua non” para comprender y vivir el Evangelio. Si no hay conversión, no puede haber evangelio. Sin la disposición humilde a cambiar y aceptar la Palabra de Dios, no habrá nunca Evangelio, o sea, advenimiento de esa Palabra.

“Padre, demuéstreme que Dios existe, porque hasta ahora nadie lo ha conseguido”. Al que así - o de modo similar - se me ha dirigido alguna vez, le he contestado sin vacilar: “No esperes entonces que yo lo consiga”. Porque es imposible abrir el cerrojo de un corazón que no muestra disposición alguna a la conversión. Este cerrojo cierra también la inteligencia a la sencillez del Evangelio. De ahí que Juan Pablo II recordara a menudo a los jóvenes que si encontraban dificultades para aceptar la fe, miraran primero si estaban esforzándose por cumplir los mandamientos. El Evangelio comienza en el corazón, el Evangelio comienza con la conversión del corazón. La gracia de Dios lo puede todo y hay que pedir a Dios para todos la gracia de la conversión. Porque, según nos ha recordado San Pedro en su segunda carta, Dios quiere “que todos se conviertan”.

No se trata de ser muy listos, sino de ser muy humildes. La inteligencia en las cosas de la fe seguirá al reconocimiento humilde y sincero de las miserias y carencias del corazón. El bautismo de Juan conducirá al bautismo de Jesús, es decir, abierto el cerrojo del corazón, podrá arribar la luz del Evangelio.

¿Difícil? No con María.

P. Mario Ortega
En la barca de Pedro

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Meditación de cada día de Adviento

4 de Diciembre - Telarañas

Limpia las telarañas de tu pesebre espiritual. Tira de tu corazón todo deseo desordenado de ser alabado.

- Jesús mío, quiero complacerte en todo lo que haga en el día de hoy.

Enciende la segunda vela de Adviento.

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sábado, 3 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

3 de Diciembre - Grietas

Cubre cuidadosamente todas las grietas en las paredes del granero, para que no entre el viento ni el frío. Guarda tus sentidos contra las tentaciones, especialmente contra las conversaciones pecaminosas.

- Jesús, enséñame a mantener las tentaciones fuera de mi corazón.

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Decálogo del Adviento

1.- Adviento es una palabra de etimología latina, que significa "venida".

2.- Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo para la preparación al Nacimiento del Señor.

3.- El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso, transidas de esperanza ante la inminente venida del Señor.

4.- El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos ya se nos invita a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.

5.- El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación. Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor. El adviento es historia viva.

6.- El adviento es llamada vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y testimoniar la presencia de Jesucristo entre nosotros, con nosotros, por nosotros. El adviento nos interpela a vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor en el justicia y en el amor. El adviento es presencia encarnada del cristiano, que cada vez que hace el bien, reactualiza la encarnación y la natividad de Jesucristo.

7.- El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a preparar la segunda y definitiva venida de Jesucristo, ya en la "majestad de su gloria". Vendrá como Señor y como Juez. El adviento nos hace proclamar la fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella. El adviento es vida futura, es Reino, es escatología.

8.- El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de vida de Jesucristo, a la luz de las promesas bíblicas y mesiánicas. El adviento es tiempo para el examen de conciencia continuado, arrepentido y agradecido.

9.- El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva, que sólo se logran con el esfuerzo nuestro -mío y de cada uno de las personas- de cada día y de cada afán.

10.- El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó acampar por El y en quien floreció y alumbró el Salvador de mundo.

Ecclesia Digital

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viernes, 2 de diciembre de 2011

Meditación de cada día de Adviento

2 de Diciembre - Tejado

Mira si el tejado del establo se encuentra en buen estado, para que el Niño Jesús esté protegido de la lluvia y la nieve. Harás esto evitando cuidadosamente cualquier pecado contra la caridad.
- Jesús, enséñame a amar a mi prójimo como a mí mismo.

webcatolicodejavier.org

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Los enfermos terminales no piden morir . . .‏

Los enfermos terminales no piden morir, quieren estar acompañados en un entorno amable y recibir un trato digno

Se inaugura en el hospital Sant Pere de Ribes el primer espacio lúdico-terapéutico y de atención psicosocial integral a los pacientes con enfermedades avanzadas. Un psicólogo, trabajadores sociales y enfermeros centran su atención en los cuidados paliativos.


Lejos de las tesis pro eutanasia que se practican en determinados países como Holanda, cuando un enfermo con una dolencia en estado avanzado entra en fase terminal no es precisamente morir lo que pide, sino ser atendido con dignidad en un entorno amable y, a poder ser, acompañado de sus familiares y amigos.
En ese sentido, la Obra Social ”la Caixa” y el Consorcio Sanitario del Garraf inauguraron el pasado 17 de noviembre en la localidad de Sant Pere de Ribes (Barcelona) el primer espacio lúdico-terapéutico y de atención psicosocial integral a los pacientes terminales creado en España.
El nuevo equipamiento pretende convertirse en un espacio innovador que llevará a cabo atención terapéutica basada en cuidados paliativos, con nuevas actividades orientadas a la mejora de la calidad de vida de estas personas.

Un tránsito más humano

Con el esfuerzo de seis profesionales, entre los que se encuentran un psicólogo, trabajadores sociales y enfermeros, esta iniciativa ayuda a los pacientes en estado crítico a suavizar la dureza del tránsito hacia la muerte de una manera más humana y con un trato digno.
Se trata también de romper con la obligación de que estos enfermos guarden cama constantemente en sus habitaciones y centrar sólo la atención en los cuidados paliativos.
La gran novedad de esta iniciativa en el hospital de Sant Pere de Ribes es la creación de este espacio físico específico, que cuenta con una gran sala de estar y pequeñas salitas independientes y que sirve de punto de encuentro entre familiares y profesionales.
El objetivo, según señaló el director general de la Obra Social la Caixa, Jaume Lanaspa, es ofrecer un espacio confortable que potencie la acción terapéutica y el confort.
Junto a los seis profesionales mencionados, hay un grupo de voluntarios que colabora en un espacio donde se llevan a cabo diversas actividades para animar a los pacientes a comunicarse, a afrontar su situación, a relajarse y a sobrellevar el duelo.

Una iniciativa pionera

Esta iniciativa pionera se enmarca dentro del programa de Atención integral a enfermos avanzados de La Caixa, puesto en marcha en 2009 con la intención de dar apoyo a los enfermos avanzados desde una perspectiva humana y psicológica.
El programa cuenta ya con 30 equipos en toda España y, concretamente, cinco en Cataluña, y ya ha atendido a más de 62.000 personas; 24.137 de ellos enfermos avanzados y 38.551 familiares.
La Obra Social, que ha invertido en el programa 24 millones de euros desde 2009, tiene previsto instalar un equipamiento de este tipo en cinco hospitales de España.

fluvium.org

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Esperanza en África

La oferta del Papa al continente más pobre del mundo: ni oro ni plata, sino "la palabra de Cristo que sana, libera y reconcilia"

El Papa visitó África por segunda vez en su pontificado del 18 al 20 de noviembre. El momento sobresaliente de esta visita apostólica a Benin ha sido su discurso en el palacio presidencial de Cotonou, frente a las autoridades políticas, a exponentes de la sociedad civil y de la cultura, a obispos y a representantes de varias religiones.

El discurso, claramente pensado y escrito casi enteramente por el Papa, tiene una palabra clave: "esperanza". Él ha aplicado esa palabra a dos realidades: la vida socio-política y económica del continente africano, y al diálogo interreligioso.

La palabra "esperanza" es muy grata al papa Joseph Ratzinger. Le ha dedicado a ella toda una encíclica, la "Spe salvi", la más "suya" de las tres publicadas hasta ahora, escritas de su puño y letra desde la primera palabra hasta la última. Y es en particular a África que el Papa asocia esta palabra, al continente que ha visto en el último siglo la más asombrosa expansión del cristianismo y que más podría determinar el futuro.

¿Pero de cuál esperanza habla Benedicto XVI? Su respuesta, en el discurso de Cotonou, es de inaudita simplicidad: "Hablar de la esperanza es hablar del porvenir y, por tanto, de Dios".

Es una simplicidad de la que el papa Ratzinger no se desvía ni siquiera cuando se refiere a la vida sociopolítica y económica de África:

"La Iglesia no ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas". Simplemente, "ella acompaña al Estado en su misión; quiere ser como el alma de ese cuerpo, indicando incansablemente lo esencial: Dios y el hombre. Quiere cumplir abiertamente y sin temor esa tarea inmensa de quien educa y cuida y, sobre todo, de quien ora incesantemente y que muestra dónde está Dios y dónde está el verdadero hombre".

Al exhortar a la Iglesia a cumplir estas tareas propias, el Papa ha remitido a cuatro pasajes del Evangelio, el último de los cuales (Juan19, 5) es aquél en el que Pilatos presenta a Jesús coronado de espinas y con la túnica de color púrpura diciendo a la multitud: "¡He aquí el hombre!".

El día posterior, el 20 de noviembre, fue el domingo de Cristo Rey, el último del año litúrgico. En la homilía, Benedicto XVI afirmó de nuevo que éste y no otro es el "reinar" de Dios: desde el madero de la cruz. Un reino que "es verdaderamente una palabra de esperanza, porque el Rey del universo se ha hecho muy cercano a nosotros, siervo de los más pequeños y de los más humildes", para introducirnos, una vez que él ha resucitado, "en un mundo nuevo, un mundo de libertad y de felicidad".

Yendo al diálogo interreligioso, también aquí Benedicto XVI ha fundado la esperanza ínsita en tal diálogo sobre la centralidad absoluta de Dios. Ha dicho que si se dialoga, no debe ser "por debilidad, sino que dialogamos porque creemos en Dios, creador y padre de todos los hombres. El diálogo es una forma más de amar a Dios y al prójimo en el amor de la verdad. Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en Dios, Señor del tiempo y Señor también de nuestro futuro".

El Papa ha retomado cuanto ha acontecido en Asís el pasado 27 de octubre:

"El conocimiento, la profundización y la práctica de su propia religión es esencial para un verdadero diálogo. Este sólo puede comenzar con la oración personal sincera de quien quiere dialogar. Que se retire en el secreto de su habitación interior para pedir a Dios la purificación de sus motivos y la bendición para el encuentro deseado. Esta oración pide también a Dios el don de ver en el otro a un hermano que debe amar, y de reconocer en la tradición en que él vive un reflejo de esa Verdad que ilumina a todos los hombres. Por eso conviene que cada uno se sitúe en la verdad ante Dios y ante el otro. Esta verdad no excluye, y no comporta una confusión. El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo. No es este el diálogo que se busca".

Al concluir el discurso, el Papa aplicó ante la esperanza la imagen de la mano:

"Está compuesta por cinco dedos muy diferentes entre sí. Sin embargo, cada uno de ellos es esencial y su unidad forma la mano. El buen entendimiento entre las culturas, la consideración no altiva de unos hacia otros y el respeto de los derechos de cada uno, son un deber vital. Se ha de enseñar esto a todos los fieles de las diversas religiones. El odio es un fracaso, la indiferencia un callejón sin salida y el diálogo una apertura. ¿No es ese el buen terreno donde sembrar la simiente de la esperanza? Tender la mano significa esperar a llegar, en un segundo momento, a amar. Y, ¿hay acaso algo más bello que una mano tendida? Esta ha sido querida por Dios para dar y recibir. Dios no la ha querido para que mate o haga sufrir, sino para que cuide y ayude a vivir. Junto con el corazón y la mente, también la mano puede hacerse un instrumento de diálogo. Puede hacer florecer la esperanza, sobre todo cuando la mente balbucea y el corazón recela".

Y por último se apoyó sobre tres símbolos de esperanza proporcionado por las Sagrada Escritura:

"Según la Sagrada Escritura, hay tres símbolos que describen la esperanza para el cristiano: el casco, que le protege del desaliento (cf. 1 Ts 5,8), el ancla segura y firme, que fija en Dios (cf. Hb 6,19), y la lámpara, que le permite esperar el alba de un nuevo día (cf. Lc 12,35-36). Tener miedo, dudar y temer, acomodarse en el presente sin Dios, y también el no tener nada que esperar, son actitudes ajenas a la fe cristiana y también, creo yo, a cualquier otra creencia en Dios. La fe vive el presente, pero espera los bienes futuros. Dios está en nuestro presente, pero viene también del futuro, lugar de la esperanza. El ensanchamiento del corazón no es sólo la esperanza en Dios, sino también la apertura al cuidado de las realidades corporales y temporales para dar gloria a Dios. Siguiendo los pasos de Pedro, del que soy sucesor, deseo que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios. Estos son los votos que formulo para toda África, que me es tan querida. ¡Ten confianza, África, y levántate. El Señor te llama!".

Es la misma lógica que se encuentra en la exhortación apostólica postsinodal "Africæ munus" que Benedicto XVI ha entregado a los católicos africanos el 20 de noviembre.

En los parágrafos 148-149, luego de haber mencionado el episodio evangélico del paralítico en la piscina de Betesda (Juan 5, 3-9), el Papa escribe:

"La acogida de Jesús ofrece a África una curación más eficaz y más profunda que cualquier otra. Como el apóstol Pedro declaró en los Hechos de los Apóstoles, repito que no es oro o plata lo que África necesita en primer lugar; desea ponerse en pie como el hombre de la piscina de Betesda; desea tener confianza en sí misma, en su dignidad de pueblo amado por su Dios. Este encuentro con Jesús, pues, es lo que la Iglesia debe ofrecer a los corazones afligidos y heridos, anhelantes de reconciliación y de paz, sedientos de justicia. Debemos ofrecer y anunciar la Palabra de Cristo que sana, libera y reconcilia".

catholic.net

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