lunes, 29 de septiembre de 2014

Los ángeles nos defienden de Satanás que quiere destruir al hombre, dice el Papa Francisco

Satanás presenta las cosas como si fueran buenas, pero su intención es la de destruir al hombre; y los ángeles luchan contra el demonio y nos defienden, así lo dijo el Papa Francisco la homilía de la Misa que celebró hoy en el día en que la Iglesia festeja a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Según señala Radio Vaticano, el Papa Francisco se refirió a la “lucha entre el demonio y Dios”, teniendo en cuenta las lecturas del día: la visión de la gloria de Dios relatada por el profeta Daniel con el Hijo del hombre, Jesucristo, ante el Padre; la lucha del arcángel Miguel y sus ángeles contra “el gran dragón, la serpiente antigua, que es llamado diablo” y que “sedujo a toda la tierra habitada”, pero que fue derrotado, como afirma el Apocalipsis; y el Evangelio en que Jesús dice a Natanael: “verán el cielo abierto y los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre”.

El Papa dijo que “esta lucha se produce después de que Satanás trata de destruir a la mujer que está a punto de dar a luz al hijo. Satanás siempre trata de destruir al hombre: aquel hombre que Daniel veía allí, en la gloria, y que Jesús decía a Natanael que vendría en la gloria. Desde el inicio la Biblia nos habla de esto: de esta seducción para destruir, de Satanás. Tal vez por envidia. Nosotros leemos en el Salmo 8: ‘Tú has hecho al hombre superior a los ángeles’, y esa inteligencia tan grande del ángel no podía llevar sobre sus espaldas esta humillación, que una criatura inferior fuera hecha superior; y trataba de destruirlo”.

Por tanto, Satanás trata de destruir a la humanidad, a todos: “tantos proyectos, excepto los pecados propios, pero tantos, tantos proyectos de deshumanización del hombre, son obra suya, sencillamente porque odia al hombre. Es astuto: lo dice la primera página del Génesis; es astuto. Presenta las cosas como si fueran buenas. Pero su intención es la destrucción. Y los ángeles nos defienden”.

Los ángeles, dijo luego el Santo Padre, “defienden al hombre y defienden al Hombre-Dios, al hombre superior, Jesucristo que es la perfección de la humanidad, el más perfecto. Por esto la Iglesia honra a los ángeles, porque son los que estarán en la gloria de Dios –están en la gloria de Dios– porque defienden el gran misterio escondido de Dios, es decir que el Verbo ha venido en la carne”.

“El deber del pueblo de Dios –afirmó el Pontífice– es custodiar en sí al hombre: al hombre Jesús” porque “es el hombre que da vida a todos los hombres”. En cambio, en sus proyectos de destrucción, Satanás inventa “explicaciones humanísticas que van, propiamente, contra el hombre, contra la humanidad y contra Dios”.

“La lucha es una realidad cotidiana en la vida cristiana: en nuestro corazón, en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestro pueblo, en nuestras iglesias… Si no se lucha, seremos vencidos. Pero el Señor ha dado esta tarea principalmente a los ángeles: luchar y vencer. Y el canto final del Apocalipsis, después de esta lucha, es tan bello: ‘Ahora se ha cumplido la salvación, la fuerza y el Reino de nuestro Dios y el poder de su Cristo, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, aquel que los acusaba ante nuestro Dios día y noche’”.

Para concluir, el Papa invitó a orar a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y a “rezar esa oración antigua, pero tan bella, al arcángel Miguel, para que sigua luchando para defender el misterio más grande de la humanidad: que el Verbo se ha hecho Hombre, ha muerto y resucitado. Éste es nuestro tesoro. Que Él siga luchando para custodiarlo”.

aciprensa.com

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jueves, 25 de septiembre de 2014

El proyecto de tu vida

¿Alguna vez te has sentado a reflexionar sobre el proyecto de tu vida? Posiblemente lo hiciste en tu adolescencia o al comienzo de tu juventud.

Quizás también en un momento de dificultad. Muy probablemente no lo hayas hecho desde entonces. Cualquiera que sea la etapa en que te encuentres ahora, te invito a que te tomes unos momentos de silencio y de tranquilidad para pensar un poco sobre ésto. Te aseguro que no te arrepentirás.

Me preguntarás para qué hacerlo. Te lo diré: te ayudará a evitar sorpresas desagradables en un futuro.

Vivimos en un mundo en que las actividades y las cosas no nos dejan tiempo para pensar. Nos hemos subido a un tren de vida con sus horarios y sus obligaciones y corremos el riesgo de olvidar el destino a donde queremos llegar. En no pocas ocasiones, las prisas y las tensiones nos hacen tomar decisiones a la ligera que sin darnos cuenta nos alejan del tipo de persona que queremos ser. Un buen día nos despertamos y no reconocemos en nosotros los valores que decimos defender. Y en ese momento, o retomamos el camino, o nos dejamos llevar por las circunstancias sin saber a dónde nos llevarán. Es conveniente, por esto, sacar de vez en cuando la brújula de nuestra vida para ver si seguimos por buen camino o si es necesario virar en alguna otra dirección.

Lo primero es preguntarnos si sabemos a dónde queremos ir. Esto es elemental, pues no podemos tomar ninguna decisión sin esta información. ¿Qué quiero realmente de mi vida? El trajeteo muchas veces nos hace vivir sin una meta en concreto. ¿Qué es importante para mí? ¿Pasarla bien y ya? ¿Ganar mucho dinero? ¿Hacer carrera? ¿Ayudar a alguien? ¿Sacar adelante mi matrimonio y mi familia? ¿Hacer algo para que este mundo sea mejor? ¿Hacer a alguien feliz?

Es importante verificar que nuestra meta valga realmente la pena. Que no sea pasajera ni superflua. Sirve mucho imaginarse a una misma de 80 años y tratar de pensar en lo que «fue» nuestra vida. Pensar en lo que me gustaría haber hecho para entonces, y cómo quisiera haber llegado a esa edad. El tener nuestro ideal ante los ojos nos ayudará a mantenernos firmes ante las dificultades cuando todo parezca invitarnos a tirar la toalla.

Así lo hizo Sandra. Hace unos años vivía sólo para sus hijos. Cuando todavía eran pequeños asistió a la boda de sus sobrinos, lo que le hizo proyectar su vida y verse al cabo del tiempo a solas con su marido, como ahora lo estaba su hermana. Haciendo esto se dio cuenta de que había postergado un poco la relación con su esposo. Recapacitó y cambió de actitud. Sin descuidar a sus hijos, decidió dedicar más tiempo y entusiasmo a su marido. Gracias a esto su matrimonio salió a flote cuando se encontraron solos, y ahora viven felizmente una nueva etapa de su vida, en contraste con otras parejas que han naufragado al quedarse el nido vacío.

Teniendo clara la meta, debemos preguntarnos dónde nos encontramos. De no hacerlo corremos el riesgo de tomar el camino equivocado y nunca llegar a donde queremos. En este punto hay que ser muy objetivas y valientes. Vernos como realmente somos y no como nos gustaría que nos vieran. Se puede dar el caso de que nos hayamos desviado del camino. Que estemos mucho más lejos de lo que pensábamos y hasta que vayamos por el rumbo opuesto. Esto nos puede doler y hasta avergonzar. ¡No hay que desilusionarnos ni desmotivarnos! Lo importante es que nos demos cuenta para poder retomar nuestra dirección.

Una vez aceptada nuestra realidad, no hay que quedarnos ahí, es necesario marcar la ruta a seguir para acercarnos a nuestra meta. Aquí es importante ser muy realista. No todo está en nuestras manos. Aceptar con buen ánimo lo que no podemos cambiar nos ayudará a no amargarnos la existencia. Pero eso sí, no hay que omitir lo que esté a nuestro alcance. Habrá ocasiones en que será necesario cambiar de actitud ante una persona. Esto no se hace en un día, pero poco a poco se irá avanzando. En otros casos se tratará de reorganizar nuestras prioridades y el uso de nuestro tiempo. Habrá que hacerlo en sintonía con quienes estén implicados para que se dé de la mejor manera. Si para mí lo más importante es mi familia, tengo que asegurarme que le estoy dedicando el tiempo necesario. Si esto significa cambiar mis actividades, ahora es cuando. Si dentro de mis prioridades está ayudar a los necesitados, será muy conveniente pensar en modos prácticos de hacerlo. De otro modo me quedaré con muy buenas intenciones pero que nunca se harán vida. Es importante concretar los buenos propósitos para que lleguen a ser realidades.

Otro punto del realismo será el no tratar de cambiar todo al mismo tiempo. Tengo que ver cuál es el obstáculo más grande que me impide llegar a ser lo que yo quiero ser y empezar por ahí. Sin olvidar que Roma no se construyó en un día. La constancia en mis determinaciones será la clave del éxito. Me puede llevar muchos años en llegar a donde quiero. Lo importante es revisar el mapa constantemente, y mientras vayamos en la dirección correcta, todo está asegurado.

Sirve mucho escribir los propósitos o el proyecto de vida para que no se olvide. Revisarlo de vez en cuando ayuda a renovarlo y a irlo poniendo en práctica poco a poco. Sólo tenemos una vida para dejar huella en este mundo y al final lo único que queda es el bien que hayamos hecho a los demás. Un poco de reflexión no nos hará daño, y podrá hacer la diferencia en nuestra vida.

Liliana Esmenjaud
Mujer Nueva
fluvium.org
iglesia.org

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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Saludemos hoy a Albania, pueblo valiente y trabajador que en paz busca la unidad, el Papa en la catequesis

Como un pueblo durante tanto tiempo oprimido por un régimen inhumano, pero donde hoy se puede constatar un renacimiento de la Iglesia, y también la posibilidad concreta de una convivencia pacífica y fructuosa entre personas y comunidades de diferentes religiones, definió el Obispo de Roma al “país de las águilas”, en la Catequesis del miércoles 24 de setiembre en la plaza del Santuario de San Pedro en Roma.

Francisco agradeció a Dios por haberle permitido mostrar, también físicamente su cercanía y la de la Iglesia a este país y explicó que esta convivencia pacífica se basa en un diálogo auténtico en busca de lo que acomuna a las diversas formas religiosas: el camino de la vida, rechazando el relativismo, y la voluntad de hacer bien al prójimo, sin renegar de la respectiva identidad.

Y relató que en Albania recordaron conmovidos a tantas víctimas de la persecución y a los mártires. Ellos no son los vencidos – dijo –, sino los vencedores, en un régimen que prohibía la fe y quiso exterminar a Dios de todos los ámbitos de la vida. En su testimonio heroico brilla la omnipotencia de Dios, que siempre consuela a su pueblo y abre nuevas vías de esperanza.

El Vicario de Cristo afirmó que los perseguidos y los mártires de Albania nos recuerdan hoy que nuestra fuerza reside principalmente en el amor de Cristo, que nos sostiene en la dificultad y nos inspira la bondad y el perdón, mostrando así la misericordia de Dios.

Jesuita Guillermo Ortiz de RADIO VATICANA.

Texto completo de la catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy quisiera hablar del Viaje Apostólico que he realizado a Albania el domingo pasado. Lo hago, sobre todo, como acto de agradecimiento a Dios, que me ha concedido el poder realizar esta visita para demostrar, incluso físicamente y en modo tangible, mi cercanía y la de toda la Iglesia a este pueblo. Deseo por tanto renovar mi fraterno reconocimiento al Episcopado albanés, a los sacerdotes y a los religiosos y religiosas que obran con tanto empeño. Mi agradecido pensamiento se dirige también a las Autoridades que me han acogido con tanta cortesía, como también a cuantos han cooperado para la realización de la visita.

Esta visita nació del deseo de ir a un país que luego de haber estado por largo tiempo oprimido por un régimen ateo y deshumano, está viviendo una experiencia de pacífica convivencia entre sus diversas componentes religiosas. Me parecía importante alentarlo en este camino, para que lo continúe con tenacidad y profundice todas las consecuencias a favor del bien común. Por esto, al centro del viaje estuvo un encuentro interreligioso donde he podido constatar, con viva satisfacción, que la pacífica y fructuosa convivencia entre personas y comunidades pertenecientes a religiones diversas es no sólo de esperar, sino concretamente posible y practicable. ¡Ellos la practican! Se trata de una diálogo auténtico y fructífero que rechaza el relativismo y tiene en cuenta la identidad de cada uno. Lo que acomuna a las varias expresiones religiosas, en efecto, es el camino de la vida, la buena voluntad de hacer el bien al prójimo, no renegando o disminuyendo las respectivas identidades.

El encuentro con los sacerdotes, las personas consagradas, los seminaristas y los movimientos laicales ha sido la ocasión para hacer grata memoria, con acentos de particular conmoción, de los numerosos mártires de la fe. Gracias a la presencia de algunos ancianos, que han vivido sobre su propia carne las terribles persecuciones, ha resonado la fe de tantos heroicos testigos del pasado, los cuales han seguido a Cristo hasta las extremas consecuencias. Es precisamente de la unión íntima con Jesús, de la relación de amor con Él que ha brotado para estos mártires – como para todo mártir – la fuerza para afrontar los acontecimientos dolorosos que los han conducido al martirio. También hoy, como ayer, la fuerza de la Iglesia no es dada tanto por las capacidades organizativas o por las estructuras, que son también necesarias. ¡Pero su fuerza la Iglesia no la encuentra allí! ¡Nuestra fuerza es el amor de Cristo! Una fuerza que nos sostiene en los momentos de dificultad y que inspira la actual acción apostólica, para ofrecer a todos bondad y perdón, dando testimonio así de la misericordia de Dios.

Recorriendo la avenida principal de Tirana que desde el aeropuerto lleva a la gran plaza central, pude ver los retratos de los cuarenta sacerdotes asesinados durante la dictadura comunista y para quienes se ha iniciado la causa de beatificación. Estos se suman a los cientos de cristianos y musulmanes asesinados, torturados, encarcelados y deportados sólo porque creían en Dios. Fueron años oscuros, durante los cuales fue arrasada la libertad religiosa y estaba prohibido creer en Dios, miles de iglesias y mezquitas fueron destruidas, convertidas en almacenes y salas de cine que propagaban la ideología marxista, los libros religiosos fueron quemados y a los padres se les prohibió poner a sus hijos los nombres religiosos de los antepasados.

El recuerdo de estos eventos dramáticos es esencial para el futuro de un pueblo. La memoria de los mártires que han resistido en la fe es garantía para el destino de Albania; porque su sangre no fue derramada en vano, sino que es una semilla que traerá frutos de paz y de colaboración fraterna. Hoy, de hecho, Albania es un ejemplo no sólo de renacimiento de la Iglesia, sino también de la convivencia pacífica entre las religiones. Por lo tanto, los mártires no son los vencidos, sino los vencedores: en su heroico testimonio brilla la omnipotencia de Dios, que siempre consuela a su pueblo, abriendo nuevos caminos y horizontes de esperanza.

Este mensaje de esperanza, fundado sobre la fe en Cristo y en la memoria del pasado, lo he confiado a toda la población albanesa que he visto entusiasta y alegre en los lugares de los encuentros y celebraciones, así como en las calles de Tirana. He animado a todos a sacar energías siempre nuevas del Señor resucitado, para poder ser levadura evangélica en la sociedad y comprometerse, como ya sucede, en actividades caritativas y educativas.

Una vez más doy las gracias al Señor porque, con este viaje, me ha hecho encontrar a un pueblo valiente y fuerte, que no se dejó doblar por el dolor. A los hermanos y hermanas de Albania renuevo la invitación a la valentía del bien, para construir el presente y el futuro de su país y de Europa.

Encomiendo los frutos de mi visita a la Virgen del Buen Consejo, que se venera en el Santuario de Scutari, para que Ella continúe a guiar el camino de este pueblo-mártir. La dura experiencia del pasado lo arraigue siempre más en la apertura hacia los hermanos, especialmente los más débiles, y lo haga protagonista de aquel dinamismo de la caridad, tan necesario en el contexto socio-cultural de hoy. Quisiera que todos nosotros saludemos hoy a este pueblo valiente y trabajador que, en paz, busca la unidad.

Traducción del italiano: María Cecilia Mutual, Griselda Mutual - Radio Vaticana

news.va

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martes, 23 de septiembre de 2014

Futbolista conmueve a italianos al celebrar gol con su abuela en la tribuna



Un volante del equipo A.S.Roma no anotaba desde hacía seis meses en la liga italiana de fútbol y festejó el tanto de manera pocas veces vista en la liga italiana: corrió hasta donde estaba su abuela en las tribunas y se fundió en un tierno abrazo con ella.

Alessandro Florenzi anotó el fin de semana el segundo gol en la victoria de su equipo contra el Cagliari en la Serie A italiana en el Estadio Olímpico de Roma. Con su tanto, el A.S. Roma se convirtió en el líder del Calcio al tener mejor diferencia de goles que el actual campeón, la Juventus de Turín.

Tras anotar el gol, Florenzi no celebró con sus compañeros sino que atravesó el campo y para asombro de los asistentes saltó por encima de los anuncios publicitarios, ingresó a las tribunas y corrió hasta donde estaba su abuela de 82 años para darle un beso y un tierno abrazo.

En declaraciones a Sky, el volante dijo que era la primera vez que su abuela iba a verlo jugar. “Nunca antes vino, ni siquiera cuando era niño y era más cómodo hacerlo. Esta vez ha venido con sus 82 años. Me dijo que iba a venir, me dijo: ‘voy al estadio, a verte solo a ti, así que ven a saludarme’”.

Florenzi dijo además que corrió hasta donde su abuela porque “era una promesa que hice para ella, una persona muy especial y he compartido esto con todo el estadio”.

aciprensa.com

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domingo, 14 de septiembre de 2014

Evangelio del Domingo

Evangelio según San Juan 3,13-17

Jesús dijo a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

Comentario del Evangelio: “Para que el mundo se salve por él” Por: Santa Teresa Benedicta de la Cruz

[…] Hecho hombre por amor a los hombres,
regaló la plenitud de su vida humana
a las almas que escogió.
Él, que formó cada corazón humano,
quiere un día manifestar
el sentido secreto del ser de cada uno
con un nombre nuevo que sólo comprende el que lo recibe (Ap 2,17).
Se unió a cada uno de los elegidos
de una manera misteriosa y única.
Sacando fuerzas la plenitud de su vida humana,
nos regaló la cruz.

¿Qué es la cruz?
El signo del mayor oprobio.
El que entra en contacto con ella
es rechazado por los hombres.
Los que un día Lo aclamaron
se vuelven contra Él con pavor y no Le conocen de nada.
Les es entregado sin defensa a sus enemigos. S
obre tierra no le quedan nada más
que los sufrimientos, los tormentos y la muerte.

¿Qué es la cruz?
El signo que señala el cielo.
Muy por encima del polvo y las brumas de aquí abajo
se eleva alta, hasta la luz más pura.
Abandona pues lo que los hombres pueden coger,
abre las manos, estréchate contra la cruz:
ella te lleva entonces
hasta la luz eterna.

Levanta la mirada hacia la cruz:
Ella extiende sus travesaños
a manera de un hombre que abre los brazos
para acoger al mundo entero.
Venid todos, vosotros que penáis bajo el peso de la carga (Mt 11,28)
y también los que gritáis, sobre la cruz con Él.
Ella es la imagen de Dios que, crucificado, se quedó lívida.
Ella se eleva de la tierra hasta el cielo,
como El que subió al cielo
y quiso llevarnos allí a todos juntos con Él.

Abrazando solamente la cruz, lo posees a Él,
el Camino, la Verdad, la Vida (Jn 14,6).
Si llevas tu cruz, es ella quien te llevará,
será tu gloria.

evangeliodeldia.org

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El Papa presidió la celebración de 20 matrimonios

En la mañana de este domingo, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el papa Francisco presidió la misa, en la basílica de San Pedro, con el rito del sacramento a veinte parejas de novios de la diócesis de Roma. Acompañaron a los emocionados novios sus familias y cuarenta sacerdotes amigos de los nuevos esposos. Algunas de las parejas vivían juntas desde hace algún tiempo y tienen hijos.

La ceremonia, la primera en el pontificado de Francisco, nació de su deseo de celebrar matrimonios. Se envió la solicitud del Papa a todos los sacerdotes de la diócesis de Roma para que escojan una pareja que exprese su sí en la basílica de San Pedro, con la bendición del Papa.

En su homilía, el Obispo de Roma recordó que el matrimonio “es símbolo de la vida, de la vida real”, y afirmó que no es una “novela”. Sino que es el sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia, “un amor que encuentra en la Cruz su prueba y su garantía”.

El amor de Jesús bendijo y consagró la unión de los esposos, dijo el Papa y es capaz de mantener su amor y de renovarlo cuando humanamente se pierde, se hiere, se agota. El amor de Cristo puede devolver a los esposos la alegría de caminar juntos; porque eso es el matrimonio: un camino en común de un hombre y una mujer, en el que el hombre tiene la misión de ayudar a su mujer a ser mejor mujer, y la mujer tiene la misión de ayudar a su marido a ser mejor hombre. Esto es "la reciprocidad del amor".


Homilía el Santo Padre
La primera Lectura nos habla del camino del pueblo en el desierto. Pensemos en aquella gente en marcha, siguiendo a Moisés; eran sobre todo familias: padres, madres, hijos, abuelos; hombres y mujeres de todas las edades, muchos niños, con los ancianos que avanzaban con dificultad. Este pueblo nos lleva a pensar en la Iglesia en camino por el desierto del mundo actual, nos lleva a pensar en el Pueblo de Dios, compuesto en su mayor parte por familias.

Y nos hace pensar también en las familias, nuestras familias, en camino por los derroteros de la vida, por las vicisitudes de cada día. Es incalculable la fuerza, la carga de humanidad que hay en una familia: la ayuda mutua, la educación de los hijos, las relaciones que maduran a medida que crecen las personas, las alegrías y las dificultades compartidas. En efecto, las familias son el primer lugar en que nos formamos como personas y, al mismo tiempo, son los “adobes” para la construcción de la sociedad.

Volvamos al texto bíblico. En un momento dado, “el pueblo estaba extenuado del camino”. Estaban cansados, no tenían agua y comían sólo “maná”, un alimento milagroso, dado por Dios, pero que, en aquel momento de crisis, les parecía demasiado poco. Y entonces se quejaron y protestaron contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos sacaron?”. Es la tentación de volver atrás, de abandonar el camino.

Esto me lleva a pensar en las parejas de esposos que “se sienten extenuadas del camino”, del camino de la vida conyugal y familiar. El cansancio del camino se convierte en agotamiento interior; pierden el gusto del Matrimonio, no encuentran ya en el Sacramento la fuente de agua. La vida cotidiana se hace pesada, y muchas veces “da náusea”.

En ese momento de desorientación –dice la Biblia–, llegaron serpientes venenosas que mordían a la gente, y muchos murieron. Esto provocó el arrepentimiento del pueblo, que pidió perdón a Moisés y le suplicó que rogase al Señor que apartase las serpientes. Moisés rezó al Señor y Él dio el remedio: una serpiente de bronce sobre un estandarte; quien la mire, quedará sano del veneno mortal de las serpientes.

¿Qué significa este símbolo? Dios no acaba con las serpientes, sino que da un “antídoto”: mediante esa serpiente de bronce, hecha por Moisés, Dios comunica su fuerza de curación, fuerza de curación que es su misericordia, más fuerte que el veneno del tentador.

Jesús, como escuchamos en el Evangelio, se identificó con este símbolo: el Padre, por amor, lo ha “entregado” a Él, el Hijo Unigénito, a los hombres para que tengan vida; y este amor inmenso del Padre lleva al Hijo, a Jesús, a hacerse hombre, a hacerse siervo, a morir por nosotros y a morir en una cruz; por eso el Padre lo ha resucitado y le ha dado poder sobre todo el universo. Así se expresa el himno de la Carta de San Pablo a los Filipenses. Quien confía en Jesús crucificado recibe la misericordia de Dios que cura del veneno mortal del pecado.

El remedio que Dios da al pueblo vale también, especialmente, para los esposos que, “extenuados del camino”, sienten la tentación del desánimo, de la infidelidad, de mirar atrás, del abandono. También a ellos Dios Padre les entrega a su Hijo Jesús, no para condenarlos, sino para salvarlos: si confían en Él, los cura con el amor misericordioso que brota de su Cruz, con la fuerza de una gracia que regenera y encauza de nuevo la vida conyugal y familiar.

El amor de Jesús, que ha bendecido y consagrado la unión de los esposos, es capaz de mantener su amor y de renovarlo cuando humanamente se pierde, se hiere, se agota. El amor de Cristo puede devolver a los esposos la alegría de caminar juntos; porque eso es el matrimonio: un camino en común de un hombre y una mujer, en el que el hombre tiene la misión de ayudar a su mujer a ser mejor mujer, y la mujer tiene la misión de ayudar a su marido a ser mejor hombre. Ésta es su misión entre vosotros. “Te amo, y por eso te hago mejor mujer”; “te amo, y por eso te hago mejor hombre”.

Es la reciprocidad de la diferencia. No es un camino llano, sin problemas, no, no sería humano. Es un viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida. Y en el marco de esta teología que nos ofrece la Palabra de Dios sobre el pueblo que camina, también sobre las familias en camino, sobre los esposos en camino, un pequeño consejo. Es normal que los esposos discutan. Es normal. Siempre se hizo. Pero les doy un consejo: que sus días jamás terminen sin hacer las paces. Jamás. Basta un pequeño gesto. Y de este modo se sigue caminando.

El matrimonio es símbolo de la vida, de la vida real, no es una “novela”. Es sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia, un amor que encuentra en la Cruz su prueba y su garantía. Les deseo, a todos vosotros, un hermoso camino: un camino fecundo; que el amor crezca. Deseo que sean felices. No faltarán las cruces, no faltarán. Pero el Señor estará allí para ayudarlos a avanzar. Que el Señor los bendiga”.

aica.org

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sábado, 13 de septiembre de 2014

La imagen que vuelve a abrir el debate de la ley del aborto en Reino Unido


Emily Caines, de 25 años, ha hecho pública una foto del momento del nacimiento de su niña de 24 semanas. El bebé era demasiado pequeño para sobrevivir, pero sus padres han querido abrir un debate en Reino Unido, donde se permite el aborto hasta las 24 semanas de gestación. Caines declaró al diario "Daily Mirror" que "la imagen de nuestra niña demuestra que a las 24 semanas no son fetos sino seres humanos completamente formados. Pensar que alguna mujer puede decidir legalmente interrumpir su embarazo porque no encaja dentro de su estilo de vida es horrible. Si es por motivos de salud, la situación cambia"

Emily recuerda que "el grito de la niña nos llenó de esperanza. Sus pequeños puños se agitaban y pude ver a los médicos que trataban de salvarla. Sin embargo, una hora después nos dijeron que estaba resultando imposible poner en funcionamientos sus pulmones para ayudarla a respirar y estuvimos de acuerdo en dejarla marchar. Me resulta especialmente hiriente cuando la gente usa el término aborto involuntario para describir el caso de nuestra hija, pero la foto de ella gritando muestra que claramente que no es el caso".

larazon.es

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viernes, 12 de septiembre de 2014

Enseñarás a volar

Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.

Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.

Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.

Sin embargo… en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.


Poema de la Madre Teresa de Calcuta
calcuta.org

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jueves, 11 de septiembre de 2014

Testimonio de Fe de Chicharito Hernández


Javier “Chicharito” Hernández es el futbolista mexicano del momento. Tras convertirse en una de las sensaciones del fútbol inglés con sus grandes actuaciones en el Manchester United (donde en diciembre de 2012 fue elegido mejor jugador de la Premier League), acaba de ser cedido al Real Madrid por una temporada.

Sin embargo, no sólo su fútbol y sus goles han impresionado a los ingleses sino que la profunda fe y la humildad de este joven de 26 años le han puesto como ejemplo para los jóvenes. Aparece ya en las listas de los deportistas más religiosos del mundo.

Siempre habla de Dios
A pesar de la fama y el dinero, Chicharito no ha perdido el norte y tiene muy claro de dónde viene y hacía dónde va. Nunca ha ocultado su ferviente fe católica, es más, sorprende la cantidad de veces que habla de Dios. En todas y cada una de sus entrevistas y apariciones públicas le da gracias por lo que tiene y por la oportunidad de jugar al fútbol.

La imagen más llamativa y más conocida de este futbolista se produce antes de cada partido cuando se pone de rodillas con los ojos cerrados y con los brazos abiertos mientras ora. “Siempre rezo en el campo antes de un partido. Es una rutina importante para mí pero no es superstición”, afirma. “Me gusta rezar, puedo hablar con Dios y le digo que tenga cuidado de la salud de ambos equipos”.

Un ángel en los “diablos rojos”
Curiosamente, este “ángel” que reza por compañeros y rivales presta sus servicios en el histórico Manchester United, conocido popularmente en todo el mundo como los “red devils”, los diablos rojos. Un ángel entre demonios.

A pesar de ello, su religiosidad le causó varios problemas en el fútbol británico. Sufrió amenazas de los protestantes del Rangers por su devoción católica e incluso distintos estamentos intentaron convencerle de que no rezase en público para no caldear el ambiente.

Orgulloso de ser católico
Esta fe de la que hace gala ha interrogado a seguidores y periodistas en Inglaterra. Pero él lo tiene claro: “Soy católico, no me da pena decirlo. En mi casa he recibido una educación católica, mi abuelita es sobre todo muy católica y es la base de nuestra familia”. Y es que su abuela, doña Lucha, le inculcó desde pequeño su amor a la Iglesia Católica y a la Virgen María, algo que este futbolista de éxito no ha olvidado.

Dios y la familia, la clave del éxito
La familia es lo más importante para él y la que le ha dado estabilidad en un mundo tan complicado como el del fútbol. En una entrevista le preguntaron que definiera el éxito en tres palabras y no dudó: “Dios, familia, perseverancia”.

Si ya ha conseguido triunfar en el fútbol, su sueño desde niño, ahora va camino de realizar el segundo, que pasa por casarse y ser padre. Pese al éxito sigue con su novia de toda la vida. “Quiero ser esposo, quiero ser padre de familia, pero todo a su debido tiempo. Dios va a decidir eso, y cuando sea, obviamente cambiará toda mi vida”.

Agradecido con Dios
Al igual que su fe, la humildad que demuestra en el día a día no deja indiferente a nadie en Manchester. Chicharito relata que “me considero una persona realizando sus sueños, luchando por lo que siempre soñó desde chico, haciendo lo que siempre quiso…pero no va ha haber profesión, ni trabajo, ni logros, ni dinero que me hagan sentir más o menos que los demás. Siempre estaré muy agradecido con mi familia y también con Dios, por haberme inculcado esto”.

Este carácter también se ha ido forjando con distintos acontecimientos de su vida, que le han hecho dar la verdadera importancia a las cosas. De hecho, estuvo a punto de abandonar el fútbol y fue esa crisis la que le llevó hacía Dios.

La crisis que cambió su vida
“Estuve cerca de retirarme, tenía muchas dudas sobre si seguir o no en este camino que Dios me había puesto. No estaba jugando mucho y estaba de reserva” y empezó a estar muy triste. En ese momento, un compañero suyo en el Chivas, Ramón Morales, trece años mayor que él, le ayudó sobremanera. Así lo relata el veterano jugador: “la forma en que traté de ayudarlo era decirle que confiara mucho en Dios, yo creo, él cree mucho en Dios, su familia cree. Y que Dios da cuando nos esforzamos, cuando hacemos las cosas con honestidad, respeto y dedicación”.

Poco a poco, en esta situación se fue aferrando cada vez más a Dios y comenzó a “a ver la vida desde otra perspectiva, saber que si no me va bien en el fútbol puedo ser feliz, es cuando aprendí que la vida es más que tu profesión, porque aunque sea tu sueño, aunque luches por él no lo es todo. Así empecé a disfrutar de cada entrenamiento, cada minuto, cada momento de estar con mi familia. Empecé a disfrutar de muchísimas cosas más allá del fútbol. Me apegué mucho a Dios y creo que eso me ayudó bastante para poder creer más en Él y ver la vida de otra manera”.

El sabio consejo de su abuela
Hay un consejo de su abuela que le ha acompañado desde entonces y que afirma que nunca olvidará y que dice que “el tiempo de Dios es perfecto y Dios sabrá los tiempos para cada uno”. Y las consecuencias son evidentes. Tras este bache su carrera despegó. Es el ídolo mexicano, goleador de su selección en el Mundial y ahora triunfa en Europa. Pero sin Dios y su familia no habría sido posible. Chicharito no lo olvida.

Javier Lozano
religionenlibertad.com

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viernes, 5 de septiembre de 2014

La victoria del mal

No triunfa el mal cuando mata a los buenos, cuando encarcela a los inocentes, cuando roba a unos ancianos, cuando esclaviza a los más débiles. No triunfa el mal cuando lleva a la cárcel a quien no tiene culpa, cuando denigra a un político honesto, cuando hace que fracase un empresario que buscaba el bien de sus obreros. No triunfa el mal cuando un fanático impone sus ideas a millones de personas, cuando las encadena bajo una dictadura despiadada en la que los enemigos son asesinados o encarcelados de modo sistemático.

La verdadera victoria del mal consiste en que los buenos acepten, también ellos, hacer el mal con tal de vencer a los malos, para imponer la justicia, para dominar al enemigo criminal.

Tolkien se dio cuenta de este peligro mientras escribía El Señor de los anillos. Vivía entre las bombas y las angustias de la Segunda Guerra Mundial, y observaba con pena cómo el deseo de los buenos de vencer al reino del mal, al Tercer Reich, carcomía poco a poco algunos corazones, y los llevaba a cometer injusticias sumamente graves.

Tolkien explicita esta idea en algunas de sus cartas. Escogemos una dirigida a su hijo Christopher, el cual estaba destinado como soldado en África del Sur en los días de la terrible guerra:

“Estamos intentando conquistar a Sauron a través del uso del anillo. Y lo lograremos (parece). Pero el precio será, como tú bien sabes, el de alimentar nuevos Saurones y transformar lentamente a los hombres y a los elfos en orcos” (carta a Christopher Tolkien, 4 de mayo de 1944).

Hitler (representado por Sauron) fue vencido. La victoria, sin embargo, no se logró sin abusos, sin crímenes, sin atrocidades sobre civiles. La búsqueda del triunfo a cualquier precio llevó a bombardeos sobre ciudades indefensas y a otras injusticias que merecen una profunda atención por parte de la historia.

Vencer al mal a través del mal puede dar una extraña sensación de eficacia. En el fondo, sin embargo, es el mayor fracaso, es el inicio de nuevos males, es la decadencia de quien, teniendo la razón, habiendo sido bueno, ha entrado en la lógica del “poder”. Un poder que esclaviza (lo explica Tolkien en otra carta, tal vez escrita en 1951) a quien lo usa.

El abuso del poder se repite en tantos otros momentos de la historia humana. Algunos científicos nos prometen curaciones y terapias maravillosas (deseadas por todos) a través de la injusta destrucción de embriones. Organizaciones no gubernativas hablan de reducir la mortalidad materna (¿hay alguien que se oponga a un objetivo tan urgente y tan bueno?) a través de la legalización del “aborto seguro”, a través del crimen del hijo no nacido. Hay quienes luchan por terminar con la pobreza en el mundo a base de impedir que los pobres tengan hijos, incluso a través de esterilizaciones forzadas o de presiones para el uso de medios anticonceptivos, algunos claramente dañinos para la mujer.

La lista podría aumentarse. En nombre del bien, siempre en nombre del bien, muchos deciden “usar el anillo”. También en cosas pequeñas, en nuestra vida cotidiana. Copiar en un examen para que los padres estén contentos por mi nota. Engañar a un amigo para mejorar mi situación laboral y traer más dinero a la familia. Buscar trucos para evitar el pago de impuestos justos con el fin (bueno, siempre bueno) de dar mayor competividad a la empresa. Denunciar a un político malo (malo de verdad) a través de calumnias inventadas que, quizá, muestran más mi miseria moral que la del político a quien intento llevar a los tribunales.

El anillo tienta, hoy como ayer. De mil modos. Con la tentación más sutil y más engañosa: hacer el mal para obtener cosas buenas, cosas muy buenas.

Mientras, la conciencia llora, el corazón se hace pequeño, y nos hacemos un poco orcos, como decía Tolkien. La victoria alcanzada “para hacer el bien”, se ha convertido en la peor victoria: en una victoria del mal que nos ha atrapado y nos ha hecho entrar en la lógica del abuso, de la injusticia, de la violación de los principios que hacen a un hombre realmente bueno.

Quizá habrá que cerrar los ojos y no mirar más al anillo. Quizá habrá que reconocer que no vence quien calumnia a un inocente para evitar la cárcel, sino que vence el hombre honesto que prefiere ser encarcelado para no denunciar en falso a un compañero.

Quizá tenía razón un judío de Tarso, llamado Pablo, que se encontró con Jesús, que aprendió la ley del Evangelio, que nos escribió (bajo la luz del Espíritu Santo): “No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien” (Rm 12,21).

P. Fernando Pascual
catholic.net

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jueves, 4 de septiembre de 2014

“La Iglesia sufre con ustedes”, dijo Francisco a los cristianos iraquíes

El papa Francisco tuvo, -ayer al concluir su catequesis durante la audiencia general- unas palabras muy sentidas y conmovedoras hacia los peregrinos de lengua árabe, en particular a los procedentes de Irak, recordándoles que la Iglesia es madre y, al igual que sabe acompañar al hijo necesitado y buscar al perdido, también sabe “defender a los hijos indefensos y perseguidos”.

“Hoy -dijo- quisiera asegurar, especialmente a estos últimos, a los indefensos y perseguidos, la cercanía: ¡están en el corazón de la Iglesia, la Iglesia sufre con ustedes y está orgullosa de ustedes, orgullosa de tener hijos como ustedes, son su fuerza y el testimonio concreto y auténtico de su mensaje de salvación, de perdón y de amor¡

“Los abrazo a todos, a todos, ¡Qué el Señor los bendiga y los proteja siempre!”.

Después habló a los peregrinos de Polonia en que algunas ciudades recuerdan estos días el 75º aniversario de la segunda Guerra Mundial.

“Confiemos a la misericordia de Dios a los que perdieron la vida por amor de la patria y de los hermanos -señaló- e invoquemos el don de la paz para todas las naciones de Europa y del mundo. Hoy, especialmente tenemos necesidad de la paz. Invoquemos el don de la paz por intercesión de María, Reina de la Paz”.

aica.org

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Palabra y práctica

¿Jesús critica a las personas, o a lo que hacen las personas?

Mateo 23, 23-26 Descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley; la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!

Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.

El texto:

Jesús se duele de los maestros de la ley y de los fariseos. Simulan una pretendida fidelidad a Dios cumpliendo con los numerosos preceptos, pero se olvidan de lo más importante: la justicia, la misericordia y la fe. ¿Jesús critica a las personas, o a lo que hacen las personas? ¿Hay un punto común entre las situaciones que critica Jesús?

La trama vital... Jesús critica la falta de coherencia entre palabra y práctica, la hipocresía que existe entre lo hay en el corazón y lo que se exige de manera exterior. Se duele de aquellos que parecen justos, misericordiosos y llenos de fe, cuando por dentro están llenos de sentimientos que no son piadosos, llenos de sentimientos que niegan lo que hacen parecer por afuera.

Jesús recrimina a estos hombres, tan preparados en las escrituras, tan llenos de cultura, los “defensores de la fe”, que pretenden guiar a la comunidad, sin poseer un espíritu pobre y libre de sus riquezas. Y así todo se echa a perder. De nada sirve “practicar” la fe, enseñarla, propagarla, si el orgullo llena el corazón y el amor al dinero, al poder, al prestigio, llena el alma.

¿En qué situaciones me puedo reconocer en que no guardo relación entre lo que profeso y lo que hago?

¿En qué cosas veo que cumplo, para quedar tranquilo y no me involucro con la justicia o la misericordia?

¿Qué puedo identificar como importante en la forma, en lo externo y sin atender lo interior como prioridad?

¿Qué cosas condeno del mundo, antes de mirar mi corazón y ver si no lo debo purificar primero?


iglesia.org

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miércoles, 3 de septiembre de 2014

El Papa: Los cristianos no somos huérfanos, la Iglesia es nuestra madre

“Uno no se convierte en cristiano por sí mismo, con sus propias fuerzas, de forma autónoma o en un laboratorio, sino que se genera y crece en la fe dentro del gran cuerpo de la Iglesia -dijo esta mañana el Papa en la audiencia general-. La Iglesia es realmente madre, una madre que nos da la vida en Cristo que nos hace vivir junto a otros hermanos en la comunión del Espíritu Santo”.

Francisco recordó que en esta maternidad, la Iglesia tiene como modelo a la Virgen María. “La maternidad de la Iglesia está en continuidad con la de María. La Iglesia en la fecundidad del Espíritu Santo, sigue generando nuevos hijos en Cristo. El nacimiento de Jesús en el vientre de María, en efecto, es preludio del renacer de cada cristiano en el vientre de la Iglesia. Entendemos entonces por qué la relación que une a María y a la Iglesia es tan profunda.

Mirando a María, descubrimos el rostro más bello y más tierno de la Iglesia, mirando a la Iglesia, reconocemos las características más sublimes de María. Los cristianos no somos huérfanos”.

El Papa señaló que la Iglesia es nuestra madre al habernos concebido en el Bautismo y cómo “desde ese día, como madre afectuosa nos hace crecer en la fe y nos indica con la fuerza de la Palabra de Dios, el camino de salvación, defendiéndonos del mal”.

La maternidad de la Iglesia se manifiesta de forma particular en el servicio de evangelización, al cual se dedica como una madre que ofrece a sus hijos el alimento espiritual que nutre y hace fructificar la vida cristiana. Y es con la fuerza del Evangelio y el apoyo de los Sacramentos que la Iglesia nos guía y acompaña por el camino de salvación y nos da la capacidad de defendernos del mal como una madre valiente que defiende a sus propios hijos de los peligros del mundo.

A pesar de que Dios haya vencido a Satanás, éste siempre regresa con sus tentaciones, advirtió el pontífice, subrayando que “no debemos ser ingenuos, sino estar atentos y permanecer firmes en la fe con los consejos y la ayuda de la madre Iglesia que, como tal, acompaña a sus hijos en los momentos difíciles”.

También animó a los presentes a no olvidar que la Iglesia somos todos los bautizados y a no ser cobardes y dar testimonio de esta maternidad.

“Confiemos en María -finalizó- para que nos enseñe a imitar su espíritu materno hacia nuestros hermanos, con la capacidad sincera de recibir, de perdonar, de dar fuerza e infundir confianza y esperanza”.

aica.org

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martes, 2 de septiembre de 2014

Yo lo miro a Él y Él me mira a mí

¿Te cuesta adorar? ¿No sientes nada? ¿Qué significa concretamenete hacer contemplación eucarística?

En sí misma no es otra cosa que la capacidad, o mejor aún, el don de saber establecer un contacto de corazón a corazón con Jesús realmente presente en la hostia. Todo esto en el mayor silencio posible, tanto exterior como interior. El silencio es el esposo predilecto de la contemplación que la custodia, como José custodiaba a María. Contemplar es establecerse intuitivamente en la realidad divina y gozar de su presencia. En la meditación prevalece la búsqueda de la verdad, en la contemplación, en cambio, el goce de la verdad encontrada.

Los grandes maestros de espíritu han definido a la contemplación como «una mirada libre, penetrante e inmóvil» (Hugo de San Víctor), o bien como «una mirada afectiva sobre Dios» (San Buenventura). Por eso realizaba una óptima contemplación aquel campesino de la parroquia de Ars que pasaba horas y horas inmóvil, en la iglesia, con su mirada fija en el sagrario y cuando el santo cura le preguntó por qué estaba así todo el día, respondió: «Nada, yo lo miro a él y él me mira a mí». Esto nos dice que la contemplación cristiana nunca tiene un único sentido, ni tampoco está dirigida a la nada (como sucede en otras religiones, como el budismo). Son siempre dos miradas que se encuentran: nuestra mirada sobre la de Dios y la mirada de Dios sobre nosotros. Si a veces se baja nuestra mirada o desaparece, nunca ocurre lo mismo con la mirada de Dios. La adoración eucarística es reducida, en alguna ocasión, a hacerle compañía a Jesús simplemente, a estar bajo su mirada, dándole la alegría de contemplarnos a nosotros que, a pesar de ser criaturas insignificantes y pecadoras, somos sin embargo el fruto de su pasión, aquellos por los que dio su vida: ¡Él me mira!

La contemplación no es impedida de por sí por la aridez que a veces se pude experimentar, ya sea debido a nuestra disipación o sea en cambio permitida por Dios para nuestra purificación. Basta darle un sentido, renunciando también a nuestra satisfacción para hacerle feliz a él y decir con las palabras de Charles de Foucauld: «Tu felicidad me basta». Jesús tiene la eternidad para hacernos felices a nosotros, nosotros no tenemos más que este breve espacio de tiempo para hacerle feliz.

A veces nuestra adoración puede parecer una pérdida de tiempo, pura y simplemente una mirada sin ver; pero en cambio ¡cuánto testimonio encierra! Jesús sabe que podríamos marcharnos y hacer cientos de cosas más gratificantes, mientras estamos ahí quemando nuestro tiempo, perdiéndolo «miserablemente». Cuando no conseguimos orar con el alma siempre podemos orar con nuestro cuerpo, y eso es orar con nuestro cuerpo.

En el libro del Éxodo leemos que cuando Moisés bajó del Monte Sinaí no sabía que la piel de su rostro se había vuelto radiante, por haber hablado con Dios. Moisés no sabía y nosotros tampoco lo sabremos; pero quizá nos suceda también a nosotros que, volviendo entre los hermanos después de estos momentos, alguien vea que nuestro rostro se ha hecho radiante, porque hemos contemplado al Señor. Y este será el más hermoso don que nosotros podamos ofrecerles.

Raniero Cantalamessa
Extraído de «La Eucaristía Nuestra Santificación»
Vivir de la Eucaristía

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lunes, 1 de septiembre de 2014

Partido por la paz


Por iniciativa del Pontífice se celebrará hoy en el estadio Olímpico de Roma un partido benéfico en el que habrá más de 50 jugadores en actividad y otros tantos retirados.

El partido es organizado por la iniciativa "Scholas Occurrentes" del Vaticano -una red mundial de escuelas que dirigen dos argentinos, José María del Corral y Enrique Palmeyro- y la Fundación PUPI italiana, fundada por el ex jugador argentino del Inter de Milán, Javier Zanetti.

Entre los animadores del encuentro, estará "Plim Plim, un héroe del corazón", un dibujo animado creado por los argentinos Guillermo Pino y Claudio Pousada, que se emite por Disney Junior para toda Latinoamérica, cuyo protagonista ayuda a sus amigos a descubrir la forma de solucionar sus problemas a través de valores como la amistad y la solidaridad.

Antes del partido, brindará un espectáculo musical la intérprete argentina Martina Stoessel, que saltó a la fama con el seudónimo de "Violeta".

En el marco del evento, se presentará también la canción elegida como el himno oficial de Scholas Occurrentes, que se llama "Sembradores del encuentro", con libro y música de los argentinos Chacho Garabal, Domingo Romano y Jano Piccardo, quienes están preparando versiones del tema en distintos idiomas.

El partido será emitido en vivo a través de la Televisión Pública, a partir de las 15.45 (hora argentina) del lunes 1, y será televisado en todo el mundo.

Según explicó el 'Pupi' Zanetti, Francisco "está muy entusiasmado" con la organización del evento y explicó que "detrás de este partido hay un mensaje muy fuerte que el Papa quiere mandar y que es la paz en el mundo, un valor que en estos momentos tan difíciles, necesitamos todos".

Además de los jugadores argentinos, se sumaron decenas de figuras del fútbol como Roberto Baggio, Gianluigi Buffon, Samuel Eto'o, Mesut Özil, Yuto Nagatomo, Andrea Pirlo, Ronaldinho, Andriy Shevchenko y David Trezeguet, Znidine Zidane, entre otros.

Los jugadores serán recibidos por el Papa el mismo 1 de septiembre por la tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano, donde Francisco los bendecirá y hará entrega del olivo de la paz que será plantado por Zanetti y referentes de las diversas religiones.

infobae.com

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Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la c...

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