sábado, 8 de agosto de 2015

Papa Francisco: El demonio te da un poco de diversión pero “al final te deja solo”


El Papa Francisco dijo a los jóvenes de todo el mundo que hoy llegaron al Vaticano para reunirse que la principal dificultad que tiene en su Pontificado es “encontrar siempre la paz del Señor” y advirtió sobre los engaños del demonio que ofrece un poco de diversión pero “al final te deja solo”.

En un encuentro con jóvenes de distintos países del Movimiento Eucarístico Juvenil en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Pontífice habló de manera improvisada de varios temas, entre ellos de algunas cuestiones personales.

En respuesta a una joven brasileña sobre las principales dificultades que como Papa tiene que afrontar, Francisco se refirió a “ encontrar siempre la paz del Señor, esta paz que solamente Jesús te puede dar. En los trabajos, en los compromisos el desafío es encontrar esa paz que significa que el Señor te acompaña, que el Señor está cerca”.

Francisco pidió “saber distinguir la paz de Jesús de otra paz que no es la de Jesús”. “La verdadera paz viene siempre de Jesús. También algunas veces viene en una cruz. Pero es Jesús el que te da paz en esa prueba. No siempre viene como una cruz, pero siempre la paz verdadera es de Jesús”.

La otra paz, la “superficial”, es “aquella que te hace estar contento, te contenta un poco pero es superficial, viene del ‘enemigo’, del diablo”. Quien piensa así “tiene dentro un engaño”. “Es necesario pedir esta gracia de saber distinguir, de saber conocer cuál es la paz de Jesús y cuál es la paz que viene del enemigo, que te destruye”. El demonio “te hace creer que este es el camino y después, al final, te deja solo”, advirtió.

El Obispo de Roma pidió a los jóvenes recordar que “el diablo es un mal pagador, nunca paga bien. ¡Siempre te estafa! Te hace ver las cosas maquilladas y tú crees que es es lo bueno, que te da paz, pero vas ahí y al final no encuentras la felicidad”.

Explicó que el signo de la paz de Jesús “es la alegría, la alegría profunda; el diablo nunca te dará alegría. Te dará un poco de diversión, hará un poco de ‘circo’, te hace feliz un momento pero nunca te da esa alegría”. Esa alegría “sólo te la puede dar Jesús dándote el Espíritu Santo”.

Signos reales de alegría en la Iglesia

Otro de los jóvenes preguntó sobre los signos reales de alegría en la Iglesia en el siglo XXI y sobre los momentos de mayor alegría desde que es Papa.

“Ver a los jóvenes como vosotros que creen que Jesús está en la Eucaristía, que creen que el amor es más fuerte que el odio, que la paz es más fuerte que la guerra, que el respeto tiene que ser más fuerte que el conflicto es una esperanza y a mi me da alegría”.

“Jesús se manifiesta siempre en la paz. Si te acercas a Jesús te da paz, te da alegría. Y cuando te encuentras con Jesús –en la oración, en una buena obra, en una obra de ayuda al otro- sentirás la paz y también la alegría”.

El Papa también invitó a los jóvenes a buscar a Jesús y advirtió de que a veces uno puede sentir cierto “estupor”. Es “el estupor de encontrarse con Jesús”. Al final uno se encuentra con “estupor, paz y alegría”.

Sobre la Eucaristía

El último en preguntar fue un joven argentino sobre la “profundidad de la Eucaristía”. “Siempre ayuda pensar en la Última Cena. Y aquella palabra que Jesús dijo cuando dio el pan y el vino, su Cuerpo y su Sangre: ‘Hagan esto en memoria mía’”, respondió Francisco.

“La memoria de Jesús está presente allí, la memoria de Jesús que, en cada misa, está ahí y nos salva ahí; la memoria de ese gesto de Jesús, que después de esto fue al Huerto de los Olivos a comenzar con su Pasión. Es la memoria de un amor tan grande que ha dado su vida por mi”.

Francisco explicó que la Eucaristía “no es solamente un ritual, no es una ceremonia.... hay ceremonias preciosas, ceremonias militares, culturales: ¡no! Es otra cosa: es ir allí, al Calvario, donde Jesús dio la vida por mí. Cada uno debe decir esto y con esta memoria, viendo a Jesús, recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Jesús, profundizar en el Misterio de la Eucaristía”.

Álvaro de Juana
aciprensa.com

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jueves, 6 de agosto de 2015

La Transfiguración del Señor

6 de Agosto

Señor Jesús: transfigúranos también a
nosotros en nuevas creaturas,
totalmente agradables al Padre Dios.


Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.

Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.

Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".

El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.

Eso sigue sucediendo a las personas que rezan con fervor. La oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.

Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.

Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo. Es su Hijo Unico. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen. Verdaderamente merece nuestro amor este Redentor tan amado por su Padre que es Dios.

ewtn.com

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sábado, 1 de agosto de 2015

San Alfonso María de Ligorio

Obispo, Doctor de la Iglesia por sus escritos sobre la moral.
Fundador de la Congregación del Santísimo Redentor (los Redentoristas)
Patrón de confesores y moralistas.
(1696-1787).

Fiesta: 1 de agosto

Nació en Nápoles el año 1696; obtuvo el doctorado en ambos derechos, recibió la ordenación sacerdotal e instituyó la Congregación llamada del Santísimo Redentor. Para fomentar la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y a la publicación de diversas obras, sobre todo de teología moral, materia en la que es considerado un auténtico maestro. Fue elegido obispo de Sant’ Agata de’ Goti, pero algunos años después renunció a dicho cargo y murió entre los suyos, en Pagami, cerca de Nápoles, el año 1787.

Biografía

San Alfonso nació en Nápoles el 27 de Septiembre de 1696. Sus padres Don José de Liguori y Doña Ana Cavalieri eran de familias nobles y distinguidas.

Era un "niño prodigio" con gran facilidad para los idiomas, ciencias, arte, música y demás disciplinas. Empezó a estudiar leyes a los 13 años y a los 16 años presentó el examen de doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Nápoles. A los 19 años ya era un abogado famoso.

Conversión

Según se cuenta, en su profesión como abogado no perdió ningún caso en 8 años, hasta que un día después de su brillante defensa, un documento demostró que él había apoyado (aunque sin saberlo), lo que era falso. Eso cambió su vida radicalmente.

Hizo un retiro en el convento de los lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722. Estos dos eventos reavivaron su fervor. Al año siguiente, en dos ocasiones oyó una voz que le decía: "abandona el mundo y entrégate a mi". Hizo voto de celibato y abandonó completamente su profesión. Muy pronto Dios le confirmó cual era su voluntad.

Se fue a la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia a pedir ser admitido en el oratorio. Su padre trató de impedirlo, pero al verlo tan decidido le dio permiso de hacerse sacerdote pero con la condición de que se fuese a vivir a su casa. Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano.

Hizo los estudios sacerdotales en su casa. Fue ordenado sacerdote en 1726 a los 30 años. Los dos años siguientes se dedicó a los "vagos" de los barrios de las afueras de Nápoles.

La predica sencilla desde el corazón

En los comienzos del siglo XVIII combatió la prédica muy florida y el rigorismo jansenista en los confesionarios. El predicaba con sencillez. El santo decía a sus misioneros: "Emplead un estilo sencillo, pero trabajad a fondo vuestros sermones. Un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla".

San Alfonso abandonó su casa paterna en 1729, a los 33 años de edad y se fue de capellán a un seminario donde se preparaban misioneros para la China.

En 1730 el Obispo de Castellamare, el Monseñor Falcoia, invita a Alfonso a predicar unos ejercicios en un convento religioso en Scala. Este hecho tuvo grandes consecuencias, porque ayudó a discernir a las religiosas una revelación que tuvo la hermana María Celeste. El día de la transfiguración de 1731, las religiosas vistieron el nuevo hábito y empezaron la estricta clausura y vida de penitencia. Así comienza la Congregación de las Redentoristas.

En 1732 se despide de sus padres y vuelve a Scala, y con la ayuda y colaboración de un grupo de laicos, a los 36 años funda la Congregación del Santísimo Redentor, cuya primera casa perteneció al convento de las religiosas. San Alfonso era el superior inmediato y Monseñor Falcoia era el director general.

Grandes pruebas

Al poco tiempo comenzaron los problemas. La congregación se dividió entre los dos superiores. Al poco tiempo la hermana María Celeste se va a fundar otra congregación. A los 5 meses el santo se quedó solo con un hermano, pero mas tarde se presentaron nuevos candidatos y se estableció en una casa más grande.

En 1734 funda otra casa en Villa degli Schiavi y se dedica a misionar allí. Su confesionario estaba siempre lleno. Trataba a sus penitentes como almas que era necesario salvar.

En 1737, se divulgan rumores sobre la casa de Villa degli Schiavi y San Alfonso decide suprimir esa fundación. Al año siguiente también cierra la casa de Scala.

Organizó misiones en Nápoles por 2 años a pedido del Cardenal Spinelli, arzobispo.

En 1743, al morir Mons. Falcoia, San Alfonso vuelve a ocuparse de su congregación como superior general y se encarga de redactar las constituciones. A pesar de la oposición de las autoridades españolas, los misioneros reorganizados fundan varias casas.

En 1748 San Alfonso publica en Nápoles la primera edición de su "Teología Moral". La segunda edición apareció entre los años 1753 y 1755.

En 1749 el papa Benedicto XIV aprobó la congregación y a partir de eso, el éxito fue enorme.

En 1750, los Jansenistas comienzan a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso defiende a Nuestra Señora, publicando "Las Glorias de María".

San Alfonso era estricto, pero a la vez tierno y compasivo.

En el proceso de beatificación el P. Cajone dijo: "A mi modo de ver, su virtud característica era la pureza de intención. Trabajaba siempre y en todo, por Dios, olvidado de si mismo. En cierta ocasión nos dijo: 'Por la gracia de Dios, jamás he tenido que confesarme de haber obrado por pasión. Tal vez sea porque no soy capaz de ver a fondo en mi conciencia, pero, en todo caso, nunca me he descubierto ese pecado con claridad suficiente para tener que confesarlo' ". Esto es realmente admirable, teniendo en cuenta que San Alfonso era un Napolitano de temperamento apasionado y violento, que podía haber sido presa fácil de la ira, el orgullo y de la precipitación.

Obispo

A los 60 años fue elegido obispo de Sant' Agata de' Goti, diócesis pequeña con 30,000 habitantes, diecisiete casas religiosas y cuatrocientos sacerdotes entre los cuales habían varios que no practicaban su ministerio sacerdotal o llevaban mala vida. Algunos celebraban la misa en 15 minutos. San Alfonso los suspendió "ipso facto", a no ser que se corrigiesen, y escribió un tratado sobre ese punto: "En el altar el sacerdote representa a Jesucristo, como dice San Cipriano. Pero muchos sacerdotes actuales, al celebrar la misa, parecen mas bien saltimbanquis que se ganan la vida en la plaza pública. Lo mas lamentable es que aun los religiosos de ordenes reformadas, celebran la misa con tal prisa y mutilando tanto los ritos, que los mismos paganos quedarían escandalizados….Ver celebrar así el Santo Sacrificio es para perder la fe".

Poco tiempo después se desata en su diócesis una terrible epidemia que San Alfonso había profetizado 2 años antes. Se morían por millares. El santo, para ayudar a las víctimas, vendió todo lo que tenía y La Santa Sede le autoriza a usar fondos de la diócesis y contrae grandes deudas.

Sus esfuerzos por reformar la moralidad pública le trajo numerosos enemigos que lo amenazaron de muerte. Solía decir: "Cada obispo está obligado a velar por su propia diócesis. Cuando los que infringen la ley se vean en desgracia, arrojados de todas partes, sin techo y sin medios de subsistencia, entraran en razón y abandonaran su vida de pecado".

Dirigió la diócesis de Santa Agata por 19 años.

Y mas pruebas...

En Junio de 1767, sufre un terrible ataque de reumatismo que casi lo lleva a la muerte.

Al terminar de celebrar la misa el 21 de septiembre de 1774, San Alfonso se desmayó y quedó inconsciente por 24 horas. Cuando regresó en sí, dijo a los presentes: "Fui a asistir al Papa, que acaba de morir". El Papa Clemente XIV muere el 22 de Septiembre de 1774.

En 1775 San Alfonso pidió a Pío VI que le permitiera renunciar al gobierno de su sede. El Papa le concede teniendo en cuenta su enfermedad. San Alfonso se retiró ciego y sordo. Fue a pedir hospitalidad a sus hijos espirituales, en Nocera, cerca de Nápoles, pensando así acabar tranquilamente sus días.

En 1777, los Redentoristas son atacados de nuevo. El Santo sufre con paciencia muchas humillaciones a causa de la traición de Monseñor Testa que era Capellán del Rey. El Santo se vio excluido de la congregación que había fundado.

Dios le reservaba una prueba aún mas dura. Entre 1784 y 1785, el santo atraviesa por un terrible periodo de "noche obscura del alma", sufre tentaciones sobre su fe y sus virtudes. Se ve abrumado por sus escrúpulos, temores y alucinaciones diabólicas. Le duró 18 meses, con intervalos de luz y reposo. A esto le siguió un periodo de éxtasis, profecías y milagros.

Gran escritor

Sus últimos 12 años de vida se dedicó a escribir, aumentando así sus obras ascéticas y teológicas. Sus mas conocidos libros son: La Practica de amar a Jesucristo, la Preparación para la muerte, las Glorias de María.

La Teología Moralis fue una obra que influyó en la formación del clero hasta hace pocos años.

El santo murió 2 meses antes de cumplir 91 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787.

El Papa Pío VI en 1796 decreta la introducción de la causa de beatificación de Alfonso María Ligorio. La beatificación se da en 1816

Fue canonizado en 1839.

En 1871 fue declarado Doctor de la Iglesia y propuesto como patrono de los confesores y de los teólogos de moral.

corazones.org

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