sábado, 14 de enero de 2017

Jóvenes aburridos al borde de un ataque de nervios

Si les pasáramos a Woody Allen y a Almodóvar datos sobre el fenómeno social del aburrimiento juvenil reaccionarían con provocación haciéndonos unas de sus compulsivas películas. Aproximadamente desde hace dos décadas ha aumentado de modo preocupante el número de jóvenes que padecen de aburrimiento, perturbación considerada como una de las más espantosas por las que un joven puede atravesar justo en el momento de su vida en el que su corazón y su cabeza circulan a más velocidad que el acelerador de partículas suizo.

Es un hecho constatable por numerosas familias y otras instituciones que una parte no pequeña de nuestros jóvenes postmodernos se aburren y huyen como locos de ese estado que lo reconocen como una desesperación encubierta indeseable. Aburrirse es inaguantable y más en un joven que naturalmente demanda divertirse de modo intenso y constante. Además, estudios psicológicos y sociológicos advierten con fiabilidad alta que un joven aburrido – con respecto a uno no aburrido- se expone con mayor riesgo a desembocar en conductas adictivas nocivas como el consumo de alcohol y estupefacientes, y/o en otras adicciones menos confesadas como el sexo, el juego, el shopping compulsivo, adicciones de internautas (chats, twenti, juegos en red, etc.) Desgraciadamente algunos jóvenes que intentan erróneamente escapar de su tedio a través de estos canales están generando serios problemas familiares y sociales.

Si en una sociedad el conjunto de sus jóvenes se aburre es porque les aburre la misma sociedad que los acoge y agita. Algo grave pasa en esa sociedad, y huele a fracaso institucional porque no se ha sabido presentar de modo atractivo e inteligente una oferta que dé respuesta a las apasionantes inquietudes que afloran en esta etapa crucial de la vida, y que requieren encauzamientos bien estudiados. Si se multiplica el número de jóvenes aburridos o quemados vitalmente que es lo mismo, urge investigar y elaborar un análisis crítico que vaya a las causas de este problema social. Numerosos estudios diagnósticos y de sintomatología hablan de causa-efecto: los jóvenes cuando se aburren buscan más botellas y se emborrachan, se drogan más, consumen y navegan más,…huyen a espacios artificiales, psicodélicos y digitales donde combaten el aburrimiento a través de un hiperentretenimiento que les descontrola y les narcotiza la atención. Pero al margen de los síntomas y yendo más a la raíz ¿cómo se ha podido llegar a esta situación de fragilidad social en el sector juvenil a la que no deberíamos acostumbrarnos? ¿Qué no se ha hecho y qué se ha hecho a lo largo de todo el proceso educativo – familiar–escolar-, para que el producto final sea un joven aburrido al borde de un ataque de nervios? A grandes rasgos propongo la siguiente reflexión.

En primer lugar lo que se observa es que muchos de nuestros jóvenes crecen desde infantes dirigidos por un programa asfixiante y trepidante de tareas y actividades que les corta las alas de su iniciativa y creatividad personales. Se les sobrecarga de recursos técnicos exteriores y múltiples para hacerlos competitivos en el mercado laboral: dos y hasta tres idiomas, artes marciales, fútbol, tenis, academias de música y ballet, ofimática y cibernética, etc. Al mismo tiempo desde temprana edad, y en un entorno familiar presionado por un ambiente social de ocio y consumo se les instruye en la cultura de lo lúdico, facilitándoles el acceso al gran supermercado de la diversión: televisión, videojuegos, playstation, wi, mp3, Ipad, Iphone, móviles, Internet, redes sociales, Portaventura etc. Lógicamente para esta amplia adquisición de productos hace falta mucha pasta, y no es raro que algunos estudios identifiquen el aburrimiento como una enfermedad de los nuevos ricos: los niños ricos e ilustrados son los primeros en aburrirse.

En cualquier caso, nuestros niños viajan hacia la adolescencia y juventud con el sobrepeso de una mochila exterior bien equipada y repleta, pero con la mochila interior estrictamente vacía. Se ha invertido mucho en el hardware y muy poco en software, sintetizándose jóvenes expertos en nuevas tecnologías y en juegos pero inexpertos en desarrollar capacidades interiores. A lo largo de este proceso –quizás sin ser conscientes del alcance de las consecuencias- se les ha proporcionado las bases para que hipertrofien su hombre exterior y atrofien el interior, siendo reemplazada la intimidad por lo que se conoce como extimidad. He aquí el joven aburrido, un joven sin interioridad programado para vivir constantemente con un afán inmoderado de novedades que hace que su mente deambule habitualmente en la dispersión y se desquicie ante el horror vacui, horror a quedarse en blanco y sin nada que hacer. Por eso huyen, y como decía Kierkegaard, aterrizan en una “profundidad superficial o en un hartazgo hambriento”. En síntesis se ponen de los nervios.

Solución valiente y ardua sería promover la cultura de la interioridad. Disminuir el nivel de ruidos y de interferencias, que haga posible a un joven sustraerse para estar a solas. Solo estando a solas se puede ser consciente y asumir las riendas de la vida personal; en el recogimiento interior puede un joven encontrar el clímax idóneo para hacer lo más humano y apasionante que se le puede ocurrir: pensar, contemplar y leer. Lo dice lúcidamente la filosofa alemana Hannah Arendt: “cuando se deja de pensar, un hombre es sustituible por cualquier otro”, o por cualquier cosa. En definitiva solo el hombre interior que piensa, contempla y lee puede poseerse y por tanto darse al otro, tomarlo en serio, es decir: dialogar. Se conocen muchos jóvenes que con estas instrucciones logran escapar del aburrimiento, porque viajan hacia dentro y desde la atalaya interior cultivan y excitan la función creadora de su potente inteligencia que les hace más libres y perfectos para darse a los demás y divertirse con ellos.


Emilio García Sánchez
Profesor de Pensamiento Social
Universidad CEU Cardenal Herrera
Departamento de Ciencias Políticas, Ética y Sociología
Email: emilio.garcia@uch.ceu.es
jovenescatolicos.es

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domingo, 1 de enero de 2017

Primer Dogma: María, Madre de Dios

María es verdaderamente Madre de Dios.

Pregunta: "¿Cómo puede ser María la madre de Dios, si Dios ya existía antes de que ella naciera?"

Respuesta: En el diccionario encontramos que "madre" es la mujer que engendra. Se dice que es madre del que ella engendró. Si aceptamos que María es madre de Jesús y que Él es Dios, entonces María es Madre de Dios.

No se debe confundir entre el tiempo y la eternidad. María, obviamente, no fue madre del Hijo eternamente. Ella comienza a ser Madre de Dios cuando el Hijo Eterno quiso entrar en el tiempo y hacerse hombre como nosotros. Para hacerse hombre quiso tener madre. Gálatas 4:4: "al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer". Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios, por ende María es madre de Jesús, Dios y hombre verdadero.

Entonces, María es Madre de Dios, no porque lo haya engendrado en la eternidad sino porque lo engendró hace 2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre pero la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor. Dios es el único que pudo escoger a su madre y, para consternación de algunos y gozo de otros, escogió a la Santísima Virgen María quién es y será siempre la Madre de Dios.

Cuando la Virgen María visitó a su prima Isabel, esta, movida por el Espíritu Santo le llamó "Madre de mi Señor". El Señor a quien se refiere no puede ser otro sino Dios. (Cf. Lucas 1, 39-45).

La verdad de que María es Madre de Dios es parte de la fe de todos los cristianos ortodoxos (de doctrina recta). Fue proclamada dogmáticamente en el Concilio de Efeso, en el año 431 y es el primer dogma Mariano.

Antecedentes de la controversia sobre la maternidad divina de María Santísima:

Los errores de Nestorio
En el siglo V, Nestorio, Patriarca de Constantinopla afirmaba los siguientes errores:

Que hay dos personas distintas en Jesús, una divina y otra humana.
Sus dos naturalezas no estaban unidas.
Por lo tanto, María no es la Madre de Dios pues es solamente la Madre de Jesús hombre.
Jesús nació de María solo como hombre y más tarde "asumió" la divinidad, y por eso decimos que Jesús es Dios.
Vemos que estos errores de Nestorio, al negar que María es Madre de Dios, niegan también que Jesús fuera una persona divina.

La doctrina referente a María está totalmente ligada a la doctrina referente a Cristo. Confundir una es confundir la otra. Cuando la Iglesia defiende la maternidad divina de María esta defendiendo la verdad de que, su hijo, Jesucristo es una persona divina.

En esta batalla doctrinal, San Cirilo, Obispo de Alejandría, jugó un papel muy importante en clarificar la posición de nuestra fe en contra de la herejía de Nestorio. En el año 430, el Papa Celestino I en un concilio en Roma, condenó la doctrina de Nestorio y comisionó a S. Cirilo para que iniciara una serie de correspondencias donde se presentara la verdad.

Concilio de Efeso

En el año 431, se llevó a cabo el Concilio de Efeso donde se proclamó oficialmente que María es Madre de Dios.

"Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la naturaleza, del cuerpo pero también de la persona quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos Dios y hombre, entonces Ella es la Madre de Dios" -Concilio de Efeso

La ortodoxia (doctrina recta) enseña:


  • Jesús es una persona divina (no dos personas)
  • Jesús tiene dos naturalezas: es Dios y Hombre verdaderamente.
  • María es madre de una persona divina y por lo tanto es Madre de Dios.

María es Madre de Dios. Este es el principal de todos los dogmas Marianos, y la raíz y fundamento de la dignidad singularísima de la Virgen María.

María es la Madre de Dios, no desde toda la eternidad sino en el tiempo.

El dogma de María Madre de Dios contiene dos verdades:



  1. María es verdaderamente madre: Esto significa que ella contribuyó en todo en la formación de la naturaleza humana de Cristo, como toda madre contribuye a la formación del hijo de sus entrañas.
  2. María es verdaderamente madre de Dios: Ella concibió y dio a luz a la segunda persona de la Trinidad, según la naturaleza humana que El asumió.

El origen Divino de Cristo no le proviene de María. Pero al ser Cristo una persona de naturalezas divina y humana. María es tanto madre del hombre como Madre del Dios. María es Madre de Dios, porque es Madre de Cristo quien es Dioshombre.

La misión maternal de María es mencionada desde los primeros credos de la Iglesia. En el Credo de los Apóstoles: "Creo en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único hijo, nuestro Señor que nació de la Virgen María".

El título Madre de Dios era utilizado desde las primeras oraciones cristianas. En el Concilio de Efeso, se canonizo el título Theotokos, que significa Madre de Dios. A partir de ese momento la divina maternidad constituyó un título único de señorío y gloria para la Madre de Dios encarnado. La Theotokos es considerada, representada e invocada como la reina y señora por ser Madre del Rey y del Señor.

Más tarde también fue proclamada y profundizada por otros concilios universales, como el de Calcedonia(451) y el segundo de Constantinopla (553).

En el siglo XIV se introduce en el Ave María la segunda parte donde dice: "Santa María Madre de Dios" Siglo XVIII, se extiende su rezo oficial a toda la Iglesia.

El Papa Pío XI reafirmó el dogma en la Encíclica Lux Veritatis (1931).

La Madre de Dios en el VAT II: este concilio replantea en todo el alcance de su riqueza teológica en el más importante de sus documentos, Constitución dogmática sobre la Iglesia, (Lumen Gentium). En este documento se ve la maternidad divina de María en dos aspectos:

1. La maternidad divina en el misterio de Cristo.

2. La maternidad divina en el misterio de la Iglesia.


"Y, ciertamente, desde los tiempos mas antiguos, la Sta. Virgen es venerada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades.... Y las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los limites de la sana doctrina, hacen que, al ser honrada la Madre, el Hijo por razón del cual son todas las cosas, sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos" (LG #66)

En el Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI (1968): "Creemos que la Bienaventurada María, que permaneció siempre Virgen, fue la Madre del Verbo encarnado, Dios y salvador nuestro"

En 1984 consagra J.P.II el mundo entero al I.C. de María, a través de toda la oración de consagración repite: "Recurrimos a tu protección, Santa Madre de Dios"

María por ser Madre de Dios transciende en dignidad a todas las criaturas, hombres y ángeles, ya que la dignidad de la criatura está en su cercanía con Dios. Y María es la mas cercana a la Trinidad. Madre del Hijo, Hija del Padre y Esposa del Espíritu.

"El Conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María, será siempre la llave exacta de la comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia"

"Y la Madre de Dios es mía, porque Cristo es mío" (S. Juan de la Cruz)

corazones.org

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7 importantes cosas sobre la Solemnidad de María, Madre de Dios, la “Theotokos”


“Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios”, dice la Constitución Dogmática Lumen Gentium (Num. 66) de la Iglesia. Aquí 7 cosas sobre la importante "Solemnidad de Santa María, Madre de Dios" que se celebra cada primero de enero.

1.- Concluye la Octava de Navidad

Con esta Solemnidad se concluye la Octava de Navidad, un conjunto de ocho días, desde el 25 de diciembre, en los que la Iglesia actualmente celebra el Nacimiento de Jesús.

En el Antiguo Testamento (Gen. 17,9-14) se puede leer que hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo era la circuncisión al octavo día después del nacimiento. El Hijo de Dios así también lo vivió y recibió en ese momento el nombre anunciado a la Virgen María.

“Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción” (Lc. 2,21).

2.- La Theotokos

Los primeros cristianos solían llamar a la Virgen María como la “Theotokos”, que en griego significa “Madre de Dios”. Este título aparece en las catacumbas debajo de la ciudad de Roma y en antiguos monumentos de oriente (Grecia, Turquía, Egipto).

Los Obispos reunidos en el Concilio de Éfeso (431), ciudad donde según la tradición la Virgen pasó sus últimos años antes de ser asunta al cielo, declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".

3.- Creado por la fe

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios” dice una de las antiguas oraciones marianas de los cristianos de Egipto del siglo III (tercero). Cabe resaltar que ese título de “Madre de Dios” (“Theotokos”) no existía y que fue creado por los cristianos para expresar su fe.

4.- Antigua fiesta mariana

La “Maternidad de María” es una de las primeras fiestas marianas que se dio en la cristiandad. Se dice que por el siglo V (quinto), en Bizancio, había una “memoria de la Madre de Dios” que se celebraba el 26 de diciembre, al día siguiente de la Navidad.

Poco a poco se fue introduciendo en la liturgia romana en un día de la Octava de Navidad y ya por el siglo VIII (octavo) se encuentran para esta conmemoración antifonales con el título de “Natale Sanctae Mariae”, así como oraciones y responsorios con los que se honraba la divina “Maternidad de María”.

5.- Jornada de la Paz

Con el tiempo, esta memoria de la Virgen fue desplazada para conmemorar la “Circuncisión del Señor”, pero se mantendría el acento mariano. En 1931 el Papa Pío XI la reestableció para el 11 de octubre con ocasión del XV centenario del Concilio de Éfeso y le dio una categoría equivalente a la Solemnidad actual.

Años después, en esta fecha, San Juan XXIII inauguró el Concilio Vaticano II (1962). Con la reforma litúrgica de 1969, la “Maternidad de María” pasó a celebrarse al 1 de enero, día en que se inicia el “calendario civil”. Un año antes, en 1968, el Beato Pablo VI instituyó para este día la Jornada Mundial de la Paz. Es así que el primer día del año se celebra a María y se ora por la paz.

6.- Fundamento de dogmas marianos

El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante dogma sobre la Virgen María y todos los demás dogmas marianos encuentran su sentido en esta verdad de fe. Los otros dogmas marianos son que María tuvo una Inmaculada Concepción, Perpetua Virginidad y que fue llevada en cuerpo y alma al cielo (Asunción).

Asimismo, Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la Iglesia, Abogada nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado y todas las alabanzas contenidas en las letanías del Santo Rosario.

7.- Decisión de la Virgen

En noviembre de 1996 San Juan Pablo II explicó que “la expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina”.

“Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento”, afirmó.

aciprensa.com

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