martes, 15 de diciembre de 2015

Mujeres responden a quienes dicen que el síndrome post aborto no existe

La comisión de género y diversidad sexual del Colegio de Psicólogos de Chile difundió un comunicado en el que señala que, en su opinión, el síndrome post aborto no existe, pese a la gran cantidad de casos que se puede verificar en quienes han pasado por esta trágica experiencia.

El comunicado aparece cuando en el país se debate un proyecto de ley promovido por la presidenta Michelle Bachelet que busca despenalizar el aborto.

El síndrome Post Aborto (SPA) es una afección que se refiere a la incapacidad de la mujer o el hombre para procesar su angustia, miedo, rabia, tristeza y culpabilidad por su experiencia de uno o varios abortos provocados.

También es “la dificultad para sanar la herida causada por la pérdida del bebé y poder estar en paz con Dios, con uno mismo y con lo demás que estuvieron implicados en su decisión de abortar”. Así lo define Luz Marina Aráoz Chávez, psicóloga peruana y coordinadora del proyecto Esperanza que acompaña a mujeres que han abortado y que padecen este mal.

Dos mujeres que abortaron alguna vez -y que han recibido ayuda del Proyecto Esperanza- comparten su testimonio al respecto con ACI Prensa.

Las dos mujeres que compartieron su experiencia con ACI Prensa han pedido mantenerse en el anonimato. Una de ellas, A.A. de 59 años de edad, recuerda que después del aborto vivió muchas “noches de llantos, días sin querer salir de la cama, rechazo a mi esposo por sentir que no debió aceptar el aborto, ni apoyarme en hacerlo aun a costa de mi salud”..

Por su parte, C.G. psicóloga de 52 años de edad, contó la difícil situación que vivió en su juventud cuando fue obligada por su madre a abortar. “Lloré mucho y viví mucha tristeza por años, con un comportamiento muy agresivo del que no entendía su origen. La secuela más profunda fue un cuadro ansioso depresivo que llevé conmigo por años”, dijo.

Una de las afirmaciones del comunicado de la comisión de género y diversidad sexual del Colegio de Psicólogos refiere que el síndrome post aborto no tiene que ver con la práctica en sí misma sino con el hecho de que, en su opinión, la práctica del aborto ha pasado por un proceso de “criminalización” social.

A.A. recuerda que “sufría por la necesidad de ver y acariciar a mi hijo. Nunca nadie me juzgó. Quien se juzgó fui yo misma al sentir que era la peor de las madres”.

Las razones de su sufrimiento, dijo, estaban en que ella sabía que “había sido capaz de matar a mi hijo, sin que él pudiera defenderse. Que mis otros hijos podían jugar, llorar, reír y su hermano no. Ese era el origen de mi dolor”.

C.G. afirma luego que “no creo que sea un condicionamiento social. Lo que viví tuvo que ver con la relación que formé con la presencia de ese hijo que estaba en gestación dentro de mí, que deseado o no, era un niño, no era un ‘algo’. El no proteger a ese hijo y no haber tenido la valentía de oponerme al aborto, hizo que tuviera un sentimiento profundo de tristeza que me acompañó durante muchos años”.

Pese a los muchos problemas y sufrimientos que les generó el aborto, ambas lograron salir adelante y reconstruir sus vidas con mucho apoyo espiritual y psicológico.

“Conversé con un sacerdote cuando toqué fondo por la pena y el arrepentimiento. Él me aconsejó hacer reparación y que la muerte de mi hijo tuviera un sentido para otros niños en peligro de ser abortados”, contó A.A.

“Fue muy difícil y agotador. Me tocó recorrer un largo y doloroso camino, lleno de arrepentimiento y dolor. Sólo lo logré con la ayuda del Proyecto Esperanza expresado en una persona que me acompañó por tres años. Gracias a la dedicación y atención de los profesionales del proyecto pude superarlo”, resaltó C.G.

Patricio Reyes
aciprensa.com

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martes, 3 de noviembre de 2015

La aleccionadora historia del Papa que pidió ayuda desde el purgatorio


Inocencio III, que lideró a la Iglesia Católica desde 1198 hasta 1216, fue uno de los Papas más influyentes de su época.

Concedió a San Francisco de Asís y a su pequeño grupo de seguidores el permiso para fundar la Orden de los Frailes Menores; él convocó el Cuarto Concilio de Letrán que, entre otras cosas, definió dogmáticamente la doctrina de la transubstanciación. Organizó además los grandes esfuerzos para combatir la herejía en Europa y repeler a las fuerzas invasoras musulmanas.

Entonces, tras más de 18 años como Papa, murió repentinamente. Pero eso no fue lo último que se supo de él.

Cuando un cristiano muere, enseña la Iglesia, puede ir directamente al cielo si carece de castigo temporal excepcional por los pecados que ha cometido. Pero muchos cristianos irán al purgatorio antes, donde, por la gracia de Jesucristo, son purificados y preparados para entrar a la presencia de Dios.

La historia cuenta que el día en el que el Papa Inocencio III murió, o poco después, se le apareció a Santa Lutgarda de Aywiers en Bélgica. Santa Lutgarda es considerada como una de las grandes místicas del siglo XIII, conocida por sus milagros, visiones, levitaciones y enseñanza particularmente hábil.

Cuando el Papa Inocencio se le apareció, le agradeció por sus oraciones durante su vida, pero le explicó que estaba en un problema; no había ido directo al cielo sino que estaba en el purgatorio, sufriendo el fuego purificador por tres faltas específicas que había cometido durante su vida.

Y le hizo este desesperado ruego de ayuda: "¡Ay! Es terrible; y durará por siglos si tú no vienes en mi auxilio. En el nombre de María, que ha obtenido para mí el favor de recurrir a usted, ayúdeme!".

Luego se desvaneció.

Con un sentido de urgencia, Santa Lutgarda rápidamente le dijo a sus compañeras religiosas lo que había visto y rezaron por su alma.

aciprensa.com

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jueves, 29 de octubre de 2015

¿Podemos hablar con los muertos?

Quien quiere hablar con un difunto acaba por escucharse a sí mismo y lo convierte en una psicodependencia

Cada día aumentan los grupos que pretenden comunicarse con el más allá y hablar con los muertos. El espiritismo reviste nuevas caras, no porque de fondo haya variado mucho de lo que era en otras épocas, sino por haber adoptado formas nuevas y peligrosas:

1. Se practica a modo de juego, con ouijas, películas y documentales, así como manuales de brujería y espiritismo que pueden ser adquiridos fácilmente, incluso por niños y adolescentes, casi en cualquier tienda de juguetes, de artículos para regalo o centros de video-renta.

2. Los adelantos en la tecnología ponen al alcance medios para iniciarse en el "conocimiento" de fenómenos místicos y para reproducir de manera sencilla, condiciones que pueden parecer sobrenaturales, como son grabadoras, trucos, magias y el poderoso medio, al alcance de muchos, que son los programas de computadora e internet.

Cuando nació el espiritismo moderno, a mediados del siglo XIX, se sentían los golpes en las paredes. Luego se pasó a los golpes en las mesas. A partir de los años cincuenta, empiezan las grabaciones de voces en cintas magnetofónicas. Ahora tenemos los ordenadores. A medida que cambia la tecnología, cambia el espiritismo. ¿No es justamente esto una demostración de que es una iniciativa del hombre?

Debemos distinguir entre los distintos tipos de causas de un fenómeno: cuando procede de Dios, pertenece al grupo de las causas sobrenaturales (todo aquello que de alguna manera trasciende o rebasa lo puramente natural); si procede del demonio o los ángeles, pretenece al grupo de lo preternatural (aquello que excede y trasciende las fuerzas de alguna naturaleza creada, pero no rebasa la fuerza de la naturaleza creada); y si procede de la imaginación o de alguno de los agentes que constituye el mundo físico exterior de la persona, pertenece entonces al grupo de lo natural (todo lo que le conviene a cualquier ser de acuerdo a su naturaleza). Así, lo que es preternatural para el hombre, es natural para ángeles y demonios.

Médiums y científicos principalmente utilizan, con cierta metodología, tres medios para este tipo de comunicaciones: el poltergeist, el espiritismo y las psicofonías.

Poltergeist o psicokinesis espontánea recurrente: Son los llamados "espíritus ruidosos", que se manifiestan con ruidos misteriosos, olores desagradables, muebles que se desplazan solos, fríos súbitos, voces inexplicables, objetos que aparecen y desaparecen y levitación incontrolada de personas y objetos.

Espiritismo: Se invoca a los espíritus por medio de sesiones, la ouija, el agua, objetos personales y fotografías del difunto, con el fin de establecer algún tipo de comunicación. Las manifestaciones son parecidas a las de la actividad poltergeist, incluyendo apariciones de espectros, voces, mensajes escritos, golpes y llamadas misteriosas.

Psicofonías: Es la grabación de las supuestas voces de los muertos. Estas grabaciones se llevan a cabo en iglesias, casas antiguas y lugares donde ha ocurrido alguna muerte trágica.

Sobre estos temas, el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 2116, exponiendo la doctrina católica sobre el primer mandamiento, señala que: "Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir (cf. Dt 18,10;Jr 29,8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a mediums encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios."

Por otro lado, normalmente quien quiere hablar con un difunto acaba por escucharse a sí mismo y lo que asombra de estos mensajes es a veces el hecho de que, por lo general, el difunto diga cosas que sólo conocíamos nosotros en lugar de descubrir por medio de él verdades nuevas. Aquí nos damos cuenta de que son experiencias removidas que afloran desde el subconsciente.

Se han postulado muchas teorías para explicar estos fenómenos y parece ser que, entre los que perciben estas manifestaciones, se encuentran personas con historia clínica previa de trauma y stress, neurosis, histeria, copropraxia (deleitarse en el uso del lenguaje obsceno e inapropiado), y ecolalia (repetición de palabras carente de sentido); los desajustes sexuales también son notorios, encontrando altos índices de personas homosexuales y niñas en el paso de la niñez a la adolescencia.

En la mayoría de los casos, las investigaciones llevan a resultados de tipo dudoso, ya que nada es totalmente comprobable, y los efectos que han podido ser medidos y registrados, como es el caso de las psicofonías, pueden deberse a causas naturales, -donde la imaginación se centra en un intenso deseo y lo proyecta mediante la voluntad- y preternaturales.

Para salir al paso de los abusos y aclarar dudas, los obispos de la región de Emilia-Romagna publicaron en el año 2000 una nota pastoral con el título «La Iglesia y el más allá». El documento fue presentado a los medios de comunicación por el cardenal Giacomo Biffi, el coordinador de la edición, monseñor Adriano Caprioli, y el secretario de la Conferencia Episcopal Regional, monseñor Claudio Stagni.

"Es la primera vez que, en un documento de la Iglesia, se definen las formas de evocación de los difuntos como fenómenos relacionados con el subconsciente. Es un hecho importante. Sobre todo porque estas formas hoy están teniendo éxito entre los padres que han perdido a un hijo en circunstancias dramáticas. Poco a poco, se han formado una serie de grupos que usan la comunicación con el más allá como un atajo para responder al dolor". (Armando Pavese)

Los obispos no demonizan el progreso tecnológico pero ante estas circunstancias, bien vale la pena preguntarse si el demonio, como espíritu puro que es y teniendo gobierno sobre las cosas materiales, no tendrá intervención en ellas actuando indirectamente, por permisión de Dios, sobre la voluntad humana, impresionando la imaginación y los sentidos y encontrando terreno fértil en aquellas personas interesadas en los fenómenos paranormales.

Armando Pavese, experto del GRIS (Grupo de Investigación sobre Sectas) y miembro de la Sociedad Italiana de Psicología de la Religión, desde hace treinta años se dedica al estudio del espiritismo y afirma que una persona "que participa en reuniones espiritistas o escucha voces registradas, se carga psicológicamente. Obtiene un beneficio incluso físico. Pero ¿luego? Pasa un poco de tiempo y todo se desvanece. Tiene necesidad de volver continuamente al médium. Se convierte en una psicodependencia, una forma de droga que debe ser alimentada continuamente. La oración y el amor hacia los difuntos, en cambio, salen de nosotros mismos. No necesitan mediums. Claro, no son la respuesta fácil, a golpe de tambor. Pero la fe en la Resurrección se basa en Cristo, no en ciertas pruebas".

También la fe cristiana habla de una comunicación entre vivos y muertos, aunque no se trata de una comunicación directa, sino por mediación de Jesucristo, puesto que: "La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo." (Catecismo de la Iglesia Católica, 2565) Por tanto, esta comunicación con los difuntos, por virtud de la comunión con los santos y de todo el cuerpo místico de Cristo, se puede vivir de modo auténtico "a través de la oración y la meditación -responde Armando Pavese-. Es el único camino para ir más allá de la psique y llegar a la esfera del espíritu. El recuerdo de las experiencias hermosas y dolorosas vividas hace emerger dentro de nosotros en la oración la comunión que sólo el amor puede crear".

P. Clemente González
catholic.net

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miércoles, 28 de octubre de 2015

El mensaje de la Declaración Nostra ætate es siempre actual, Catequesis del Papa


Queridos hermanos y hermanas buenos días,

En las Audiencias generales hay a menudo personas o grupos pertenecientes a otras religiones; pero hoy esta presencia es del todo particular, para recordar juntos el 50º aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas. Este tema estaba fuertemente en el corazón del beato Papa Pablo VI, que en la fiesta de Pentecostés del año anterior al final del Concilio había instituido el Secretariado para los no cristianos, hoy Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Expreso por eso mi gratitud y mi calurosa bienvenida a personas y grupos de diferentes religiones, que hoy han querido estar presentes, especialmente a quienes vienen de lejos.

El Concilio Vaticano II ha sido un tiempo extraordinario de reflexión, diálogo y oración para renovar la mirada de la Iglesia Católica sobre sí misma y sobre el mundo. Una lectura de los signos de los tiempos en miras a una actualización orientada a una doble fidelidad: fidelidad a la tradición eclesial y fidelidad a la historia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. De hecho Dios, que se ha revelado en la creación y en la historia, que ha hablado por medio de los profetas y completamente en su Hijo hecho hombre (cfr Heb 1,1), se dirige al corazón y al espíritu de cada ser humano que busca la verdad y los caminos para practicarla.

El mensaje de la Declaración Nostra aetate es siempre actual. Recuerdo brevemente algunos puntos:

La creciente interdependencia de los pueblos ( cfr n. 1);
La búsqueda humana de un sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte, preguntas que siempre acompañan nuestro camino (cfr n.1);
El origen común y el destino común de la humanidad (cfr n. 1);
La unicidad de la familia humana (cfr n. 1);
Las religiones como búsqueda de Dios o del Absoluto, en el interior de las varias etnias y culturas (cfr n. 1);
La mirada benévola y atenta de la Iglesia sobre las religiones: ella no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de bello y verdadero (cfr n. 2);
La Iglesia mira con estima los creyentes de todas las religiones, apreciando su compromiso espiritual y moral (cfr n. 3);
La Iglesia abierta al diálogo con todos, y al mismo tiempo fiel a la verdad en la que cree, por comenzar en aquella que la salvación ofrecida a todos tiene su origen en Jesús, único salvador, y que el Espíritu Santo está a la obra, fuente de paz y amor.


Son tantos los eventos, las iniciativas, las relaciones institucionales o personales con las religiones no cristianas de estos últimos cincuenta años, y es difícil recordar todos. Un hecho particularmente significativo ha sido el Encuentro de Asís del 27 de octubre de 1986. Este fue querido y promovido por san Juan Pablo II, quien un año antes, es decir hace treinta años, dirigiéndose a los jóvenes musulmanes en Casablanca deseaba que todos los creyentes en Dios favorecieran la amistad y la unión entre los hombres y los pueblos (19 de agosto de 1985). La llama, encendida en Asís, se ha extendido en todo el mundo y constituye un signo permanente de esperanza.

Una especial gratitud a Dios merece la verdadera y propia transformación que ha tenido en estos 50 años la relación entre cristianos y judíos. Indiferencia y oposición se transformaron en colaboración y benevolencia. De enemigos y extraños nos hemos transformado en amigos y hermanos. El Concilio, con la Declaración Nostra aetate, ha trazado el camino: “si” al redescubrimiento de las raíces judías del cristianismo; “no” a cualquier forma de antisemitismo y condena de todo insulto, discriminación y persecución que se derivan. El conocimiento, el respeto y la estima mutua constituyen el camino que, si vale en modo peculiar para la relación con los judíos, vale análogamente también para la relación con las otras religiones. Pienso en particular en los musulmanes, que -como recuerda el Concilio- «adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres» (Nostra aetate, 5). Ellos se refieren a la paternidad de Abraham, veneran a Jesús como profeta, honran a su Madre virgen, María, esperan el día del juicio, y practican la oración, la limosna y el ayuno (cfr ibid).

El diálogo que necesitamos no puede ser sino abierto y respetuoso, y entonces se revela fructífero. El respeto recíproco es condición y, al mismo tiempo, fin del diálogo interreligioso: respetar el derecho de otros a la vida, a la integridad física, a las libertades fundamentales, es decir a la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión.

El mundo nos mira a nosotros los creyentes, nos exhorta a colaborar entre nosotros y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que no profesan alguna religión, nos pide respuestas efectivas sobre numerosos temas: la paz, el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, en particular aquella cometida en nombre de la religión, la corrupción, el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía, de las finanzas y sobre todo de la esperanza. Nosotros creyentes no tenemos recetas para estos problemas, pero tenemos un gran recurso: la oración. Y nosotros creyentes rezamos, debemos rezar. La oración es nuestro tesoro, a la que nos acercamos según nuestras respectivas tradiciones, para pedir los dones que anhela la humanidad.

A causa de la violencia y del terrorismo se ha difundido una actitud de sospecha o incluso de condena de las religiones. En realidad, aunque ninguna religión es inmune del riesgo de desviaciones fundamentalistas o extremistas en individuos o grupos (cfr Discurso al Congreso EEUU, 24 de septiembre de 2015), es necesario mirar los valores positivos que viven y proponen y que son fuentes de esperanza. Se trata de alzar la mirada para ir más allá. El diálogo basado sobre el confiado respeto puede llevar semillas de bien que se transforman en brotes de amistad y de colaboración en tantos campos, y sobre todo en el servicio a los pobres, a los pequeños, a los ancianos, en la acogida de los migrantes, en la atención a quien es excluido. Podemos caminar juntos cuidando los unos de los otros y de lo creado. Todos los creyentes de cada religión. Juntos podemos alabar al Creador por habernos dado el jardín del mundo para cultivar y cuidar como bien común, y podemos realizar proyectos compartidos para combatir la pobreza y asegurar a cada hombre y mujer condiciones de vida dignas.

El Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que está delante de nosotros, es una ocasión propicia para trabajar juntos en el campo de las obras de caridad. Y en este campo, donde cuenta sobretodo la compasión, pueden unirse a nosotros tantas personas que no se sienten creyentes o que están en búsqueda de Dios y de la verdad, personas que ponen al centro el rostro del otro, en particular el rostro del hermano y de la hermana necesitados. Pero la misericordia a la cual somos llamados abraza a todo el creado, que Dios nos ha confiado para ser cuidadores y no explotadores, o peor todavía, destructores. Debemos siempre proponernos dejar el mundo mejor de como lo hemos encontrado (cfr Enc. Laudato si’, 194), a partir del ambiente en el cual vivimos, de nuestros pequeños gestos de nuestra vida cotidiana.

Queridos hermanos y hermanas, en cuanto al futuro del diálogo interreligioso, la primera cosa que debemos hacer es rezar. Y rezar los unos por los otros, somos hermanos. Sin el Señor, nada es posible; con Él, ¡todo se convierte! Que nuestra oración pueda, cada uno según la propia tradición, pueda adherirse plenamente a la voluntad de Dios, quien desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tal, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad. Gracias.

Traducido por Mercedes De La Torre
Radio Vaticano

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Más del 90% de los curas son GuAYS


¿No estáis un poco cansados de que siempre se relacione sacerdocio y sexo? Los deportistas aparecen en las noticias cuando ganan eventos; los políticos antes de unas elecciones; los jueces tras un juicio o sentencia judicial; los policías tras un gran servicio y los curas… relacionados con el sexo.

Si uno mira la última semana, en los medios de comunicación, podría descubrir que los curas sólo cometen abusos, se saltan el celibato, son homosexuales y tienen pareja o viven su sexualidad de manera clandestina. ¡Ya esta bien!, ¿no?

Hay mundo más allá del sexo y los sacerdotes son personas más allá de su celibato y su condición sexual (como cada hijo de Dios por otra parte). No se trata de esconder una realidad que sucede. Los hechos están ahí y no hay que escandalizarse. Los sacerdotes también pecan, caen en tentaciones y algunos (una minoría) llevan una doble vida.

En un reportaje con cámara oculta, un presunto religioso-sacerdote, sin saber que está siendo grabado afirma: “Más del 90% de todos los sacerdotes son gays”.

Basta ya de cuestiones sexuales. Hablemos de verdad de los sacerdotes. No existe un estudio como tal, pero todos podemos percibirlo en la calle. Más del 90% de los sacerdotes son personas entregadas a su sacerdocio: confiesan, celebran misa y llevan los sacramentos a los enfermos. Más del 90% de los sacerdotes son personas que buscan ayudar al prójimo: se desviven en las Caritas parroquiales por las necesidades de sus fieles.

Más del 90 % de los sacerdotes ayudan a los jóvenes, a los matrimonios, ofrecen las catequesis y su único afán es llevar a todos el Evangelio.

Puede existir un 10% de sacerdotes (y es mucho exagerar) que no cumplan con estas cuestiones. Serán “malas personas”, enfadarán a sus fieles o no estarán disponibles para la parroquia. Un 10% de los sacerdotes serán pecadores de una u otra manera (y es mucho exagerar).

Quizá aquel que ofreció datos sobre la homosexualidad en la Iglesia se equivocaba: ¿Acaso no sería que se le olvidaba una letra y realmente quería decir que más del 90% de los sacerdotes son GuAYs?

Álvaro Real
aleteia.org

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martes, 20 de octubre de 2015

Nació con 23 semanas, una semana antes del límite permitido para abortar, y ha salido adelante


A pesar de que los médicos les daban sólo un 1% por ciento de probabilidades de sobrevivir, milagrosamente la pequeña Tiny ha logrado salir adelante tras permanecer cuatro meses en la unidad de cuidados neonatales. Hoy tiene 8 meses, aunque su peso es el de una niña de 4.

Su madre, Sadie Cratchley, sufrió una hemorragia y se puso de parto a las 23 semanas de gestación, una semana antes del límite permitido para abortar en el Reino Unido, un hecho que vuelve a reabrir el debate sobre el límite establecido para considerar que una vida es viable o no.

Los bebés prematuros tienen mayor riesgo de sufrir infecciones, problemas neurológicos, sordera, ceguera, problemas de retraso intelectual e incluso de no sobrevivir. De hecho, todavía se desconocen las secuelas que pueden haber quedado en Tiny debido a su prematuridad, pero su evolución es muy alentadora.

Cuando nació pesaba sólo 544 gramos y cabía dentro de la palma de una mano. Permaneció 11 semanas con respirador, pasó por una cirugía ocular con láser y estuvo conectada a numerosos tubos y cables que controlaban en todo momento sus signos vitales. Una situación muy dura para cualquier padre, la de ver a su hijo luchando con todas sus fuerzas por superar cada día. Pero mereció la pena. Contra todo pronóstico, la pequeña ha conseguido sobrevivir.

Vía | Daily Mail
Foto | iStockphoto
En Bebés y más

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domingo, 18 de octubre de 2015

Evangelio del Domingo


Evangelio según San Marcos 10,35-45

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?"

Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Comentario del Evangelio: “El que quiera ser grande, sea vuestro servidor” Por: Santo Tomás de Aquino

¿Qué necesidad había para que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Una gran necesidad que se puede resumir en dos puntos: necesidad de remedio por lo que se refiere a nuestros pecados, necesidad de ejemplo para nuestra conducta... Porque la Pasión de Cristo nos proporciona un modelo válido para nuestra vida... Si buscas un ejemplo de caridad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13)... Si buscas la paciencia, es sobre la cruz donde se encuentra en grado máximo... Cristo sufrió grandes males en la cruz, y pacientemente, puesto que «cuando lo insultaban, no devolvía el insulto» (1P 2,23), «como un cordero llevado al matadero, no abría la boca» (Is 53,7)... «Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, que renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz» (Hb 12,1-2).

Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado. Porque un Dios ha querido ser juzgado bajo Poncio Pilato y morir... Si buscas un ejemplo de obediencia, no tienes que hacer más que seguir al que se hizo obediente al Padre «hasta la muerte» (Flp 2,8). «Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos» (Rm 5,19). Si buscas un ejemplo de menosprecio de los bienes de la tierra no debes hacer otra cosa que seguir al que es «Rey de reyes y Señor de los señores», «en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (1Tm 6,15; Col 2,3); sobre la cruz estuvo desnudo, convertido en la mofa de todos, cubierto de salivazos, golpeado, coronado de espinas, y finalmente, apagando su sed con hiel y vinagre.

evangeliodeldia.org

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jueves, 15 de octubre de 2015

Santa Teresa de Jesús


Virgen y Doctora de la Iglesia
(1515-1582)

"En la cruz está la gloria, Y el honor,
Y en el padecer dolor, Vida y consuelo,
Y el camino más seguro para el cielo."

Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; "mater spiritualium" (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer, que junto a Santa Catalina de Sena recibe este título.

Nació en Ávila, España, el 28 de marzo de 1515.

Su nombre, Teresa de Cepeda y Ahumada, hija de Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila Ahumada. En su casa eran 12 hijos. Tres del primer matrimonio de Don Alonso y nueve del segundo, entre estos últimos, Teresa. Escribe en su autobiografía: "Por la gracia de Dios, todos mis hermanos y medios hermanos se asemejaban en la virtud a mis buenos padres, menos yo".

De niños, ella y Rodrigo, su hermano, eran muy aficionados a leer vidas de santos, y se emocionaron al saber que los que ofrecen su vida por amor a Cristo reciben un gran premio en el cielo. Así que dispusieronse irse a tierras de mahometanos a declararse amigos de Jesús y así ser martirizados para conseguir un buen puesto en el cielo. Afortunadamente, por el camino se encontraron con un tío suyo que los regresó a su hogar. Entonces dispusieronse construir una celda en el solar de la casa e irse a rezar allá de vez en cuando, sin que nadie los molestara ni los distrajese.

La mamá de Teresa murió cuando la joven tenía apenas 14 años. Ella misma cuenta en su autobiografía: "Cuando empecé a caer en la cuenta de la pérdida tan grande que había tenido, comencé a entristecerme sobremanera. Entonces me arrodillé delante de una imagen de la Santísima Virgen y le rogué con muchas lágrimas que me aceptara como hija suya y que quisiera ser Ella mi madre en adelante. Y lo ha hecho maravillosamente bien".

Sigue diciendo ella: "Por aquel tiempo me aficioné a leer novelas. Aquellas lecturas enfriaron mi fervor y me hicieron caer en otras faltas. Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta. Ya no estaba contenta sino cuando tenía una novela entre mis manos. Pero esas lecturas me dejaban tristeza y desilusión".

Afortunadamente el papá se dio cuenta del cambio de su hija y la llevó a los 15 años, a estudiar interna en el colegio de hermanas Agustinas de Ávila. Allí, después de año y medio de estudios enfermó y tuvo que volver a casa.

Providencialmente una persona piadosa puso en sus manos "Las Cartas de San Jerónimo", y allí supo por boca de tan grande santo, cuán peligrosa es la vida del mundo y cuán provechoso es para la santidad el retirarse a la vida religiosa en un convento. Desde entonces se propuso que un día sería religiosa.

Comunicó a su padre el deseo que tenía de entrar en un convento. Él, que la quería muchísimo, le respondió: "Lo harás, pero cuando yo ya me haya muerto". La joven sabía que el esperar mucho tiempo y quedarse en el mundo podría hacerla desistir de su propósito de hacerse religiosa. Y entonces se fugó de la casa. Dice en sus recuerdos: "Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos".

La santa determinó quedarse de monja en el convento de Ávila. Su padre al verla tan resuelta a seguir su vocación, cesó de oponerse. Ella tenía 20 años. Un año más tarde hizo sus tres juramentos o votos de castidad, pobreza y obediencia y entró a pertenecer a la Comunidad de hermanas Carmelitas.

Poco después de empezar a pertenecer a la comunidad carmelitana, se agravó de un mal que la molestaba. Quizá una fiebre palúdica. Los médicos no lograban atajar el mal y éste se agravaba. Su padre la llevó a su casa y fue quedando casi paralizada. Pero esta enfermedad le consiguió un gran bien, y fue que tuvo oportunidad de leer un librito que iba a cambiar su vida. Se llamaba "El alfabeto espiritual", por Osuna, y siguiendo las instrucciones de aquel librito empezó a practicar la oración mental y a meditar. Estas enseñanzas le van a ser de inmensa utilidad durante toda su vida. Ella decía después que si en este tiempo no hizo mayores progresos fue porque todavía no tenía un director espiritual, y sin esta ayuda no se puede llegar a verdaderas alturas en la oración.

A los tres años de estar enferma encomendó a San José que le consiguiera la gracia de la curación, y de la manera más inesperada recobró la salud. En adelante toda su vida será una gran propagadora de la devoción a San José, Y todos los conventos que fundará los consagrará a este gran santo.

Teresa tenía un gran encanto personal, una simpatía impresionante, una alegría contagiosa, y una especie de instinto innato de agradecimiento que la llevaba a corresponder a todas las amabilidades. Con esto se ganaba la estima de todos los que la rodeaban. Empezar a tratar con ella y empezar a sentir una inmensa simpatía hacia su persona, eran una misma cosa.

En aquellos tiempos había en los conventos de España la dañosa costumbre de que las religiosas gastaban mucho tiempo en la sala recibiendo visitas y charlando en la sala con las muchas personas que iban a gozar de su conversación. Y esto le quitaba el fervor en la oración y no las dejaba concentrarse en la meditación y se llegó a convencer de que ella no podía dedicarse a tener verdadera oración con Dios porque era muy disipada. Y que debía dejar de orar tanto.

A ella le gustaban los Cristos bien chorreantes de sangre. Y un día al detenerse ante un crucifijo muy sangrante le preguntó: "Señor, ¿quién te puso así?", y le pareció que una voz le decía: "Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las que me pusieron así, Teresa". Ella se echó a llorar y quedó terriblemente impresionada. Pero desde ese día ya no vuelve a perder tiempo en charlas inútiles y en amistades que no llevan a la santidad. Y Dios en cambio le concederá enormes progresos en la oración y unas amistades formidables que le ayudarán a llegar a la santidad.

Teresa tuvo dos ayudas formidables para crecer en santidad: su gran inclinación a escuchar sermones, aunque fueran largos y cansones y su devoción por grandes personajes celestiales. Además de su inmensa devoción por la Santísima Virgen y su fe total en el poder de intercesión de san José, ella rezaba frecuentemente a dos grandes convertidos: San Agustín y María Magdalena. Para imitar a esta santa que tanto amó a Jesús, se propuso meditar cada día en la Pasión y Muerte de Jesús, y esto la hizo crecer mucho en santidad. Y en honor de San Agustín leyó el libro más famoso del gran santo "las Confesiones", y su lectura le hizo enorme bien.

Como las sequedades de espíritu le hacían repugnante la oración y el enemigo del alma le aconsejaba que dejara de rezar y de meditar porque todo eso le producía aburrimiento, su confesor le avisó que dejar de rezar y de meditar sería entregarse incondicionalmente al poder de Satanás y un padre jesuita le recomendó que para orar con más amor y fervor eligiera como "maestro de oración" al Espíritu Santo y que rezara cada día el Himno "Ven Creador Espíritu". Ella dirá después: "El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas".

Y el Divino Espíritu empezó a concederle Visiones Celestiales. Al principio se asustó porque había oído hablar de varias mujeres a las cuales el demonio engañó con visiones imaginarias. Pero hizo confesión general de toda su vida con un santo sacerdotes y le consultó el caso de sus visiones, y este le dijo que se trataba de gracias de Dios.

Nuestro Señor le aconsejó en una de sus visiones: "No te dediques tanto a hablar con gente de este mundo. Dedícate más bien a comunicarte con el mundo sobrenatural". En algunos de sus éxtasis se elevaba hasta un metro por los aires (Éxtasis es un estado de contemplación y meditación tan profundo que se suspenden los sentidos y se tienen visiones sobrenaturales). Cada visión le dejaba un intenso deseo de ir al cielo. "Desde entonces – dice ella – dejé de tener miedo a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho". Después de una de aquellas visiones escribió la bella poesía que dice: "Tan alta vida espero que muero porque no muero".

Teresa quería que los favores que Dios le concedía permanecieran en secreto, pero varias personas de las que la rodeaban empezaron a contar todo esto a la gente y las noticias corrían por la ciudad. Unos la creían loca y otros la acusaban de hipócrita, de orgullo y presunción.

San Pedro Alcántara, uno de los santos más famosos de ese tiempo, después de charlar con la famosa carmelita, declaró que el Espíritu de Dios guiaba a Teresa.

La transverberación. Esta palabra significa: atravesarlo a uno con una gran herida. Dice ella: "Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios".

Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.

Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.

Para corresponder a esta gracia la santa hizo el voto o juramento de hacer siempre lo que más perfecto le pareciera y lo que creyera que le era más agradable a Dios. Y lo cumplió a la perfección. Un juramento de estos no lo pueden hacer sino personas extraordinariamente santas.

En aquella época del 1500 las comunidades religiosas habían decaído de su antiguo fervor. Las comunidades eran demasiado numerosas lo cual ayudaba mucho a la relajación. Por ejemplo el convento de las carmelitas de Ávila tenía 140 religiosas. Santa Teresa exclamaba: "La experiencia me ha demostrado lo que es una casa llena de mujeres. Dios me libre de semejante calamidad".

Un día una sobrina de la santa le dijo: "Lo mejor sería fundar una comunidad en que cada casa tuviera pocas hermanas". Santa Teresa consideró esta idea como venida del cielo y se propuso fundar un nuevo convento, con pocas hermanas pero bien fervorosas. Ella llevaba ya 25 años en el convento. Una viuda rica le ofreció una pequeña casa para ello. San Pedro de Alcántara, San Luis Beltrán y el obispo de la ciudad apoyaron la idea. El Provincial de los Carmelitas concedió el permiso.

Sin embargo la noticia produjo el más terrible descontento general y el superior tuvo que retirar el permiso concedido. Pero Teresa no era mujer débil como para dejarse derrotar fácilmente. Se consiguió amigos en el palacio del emperador y obtuvo una entrevista con Felipe II y este quedó encantado de la personalidad de la santa y de las ideas tan luminosas que ella tenía y ordenó que no la persiguieran más. Y así fue llenando España de sus nuevos conventos de "Carmelitas Descalzas", poquitas y muy pobres en cada casa, pero fervorosas y dedicadas a conseguir la santidad propia y la de los demás.

Se ganó para su causa a San Juan de la Cruz, y con él fundó los Carmelitas descalzos. Las carmelitas descalzas son ahora 14,000 en 835 conventos en el mundo. Y los carmelitas descalzos son 3,800 en 490 conventos.

Por orden expresa de sus superiores Santa Teresa escribió unas obras que se han hecho famosas. Su autobiografía titulada "El libro de la vida"; "El libro de las Moradas" o Castillo interior; texto importantísimo para poder llegar a la vida mística. Y "Las fundaciones: o historia de cómo fue creciendo su comunidad. Estas obras las escribió en medio de mareos y dolores de cabeza. Va narrando con claridad impresionante sus experiencias espirituales. Tenía pocos libros para consultar y no había hecho estudios especiales. Sin embrago sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española y se han vuelto famosos en todo el mundo.

Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente, el 15 de octubre. ¿Por qué esto? Porque en ese día empezó a regir el cambio del calendario, cuando el Papa añadió 10 días al almanaque para corregir un error de cálculo en el mismo que llevaba arrastrándose ya por años.





Oración a Santa Teresa de Jesús
- de San Alfonso de Ligorio

Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mi también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.

Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.

Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.

Amén.

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miércoles, 14 de octubre de 2015

Defendiendo a la familia, protegemos a la humanidad, dijo el Papa en la Catequesis


Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

Hoy como las previsiones del tiempo eran un poco inseguras, se esperaba la lluvia, esta audiencia se realiza contemporáneamente en dos lugares, nosotros en la plaza y 700 enfermos en el aula Pablo VI que siguen la audiencia en las pantallas, todos estamos unidos, saludamos a ellos con un aplauso.

La palabra de Jesús es fuerte hoy ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Jesús es realista y dice que es inevitable que vengan los escándalos pero ¡ay del hombre que causa el escándalo!

Yo quisiera antes de iniciar la catequesis, a nombre de la Iglesia, pedirles perdón por los escándalos que en estos últimos tiempos han ocurrido sea en Roma que en el Vaticano ¡les pido perdón!

Hoy reflexionaremos sobre un argumento muy importante: las promesas, las promesas que hacemos a los niños. No hablo de las promesas que hacemos aquí o allá, durante el día, para ponerlos contentos o para hacer que se porten bien (quizá con algún truco inocente, te doy un caramelo, esas promesas…), para intentar a que se comprometan en la escuela o para disuadirlos de algún capricho. Hablo de otras promesas, de las promesas más importantes, decisivas para lo que esperan de la vida, para su confianza en los seres humanos, para su capacidad de concebir el nombre de Dios como una bendición. Son promesas que nosotros les hacemos a ellos.

Nosotros adultos estamos listos para hablar de los niños como una promesa de la vida. Todos decimos los niños son una promesa de la vida. Y también fácilmente nos conmovemos diciendo que los jóvenes son nuestro futuro. Es verdad. Pero me pregunto, a veces ¡si somos también serios con su futuro! Con el futuro de los niños, con el futuro de los jóvenes. Una pregunta que debemos hacernos más a menudo es esta: ¿Qué tan leales somos con las promesas que hacemos a los niños, trayéndolos a nuestro mundo? Nosotros los hacemos venir al mundo y esta es una promesa. ¿Qué le prometemos a ellos?

Acogida y cuidado, cercanía y atención, confianza y esperanza, son también promesas de base, que se pueden resumir en una sola: amor. Nosotros prometemos amor, es decir, el amor que se expresa en la acogida, el cuidado, en la cercanía, en la atención, en la confianza, en la esperanza. Pero la gran promesa es el amor. Este es el modo más adecuado para acoger a un ser humano que viene al mundo, y todos nosotros lo aprendemos, incluso antes de ser conscientes. A mí me gusta mucho cuando veo a los papás y mamás, cuando paso entre ustedes, trayéndome a un niño, una niña pequeños, pero ¿cuánto tiene? tres semanas, cuatro semanas, pero busco que el Señor lo bendiga, esto se llama amor también.

La promesa, el amor es la promesa que el hombre y la mujer hacen a cada hijo: desde que es concebido en el pensamiento. Los niños vienen al mundo y esperan tener confirmación de esta promesa: lo esperan en modo total, confiado, indefenso. Basta mirarlos: en todas las etnias, en todas las culturas, ¡en todas las condiciones de vida! Cuando sucede lo contrario, los niños son heridos por un “escándalo”, por un escándalo insoportable, más grave, en cuanto no tienen los medios para descifrarlo. No pueden entender qué cosa sucede.

Dios vigila sobre esta promesa, desde el primer instante. ¿Recuerdan qué dice Jesús? Los ángeles de los niños reflejan la mirada de Dios, y Dios no pierde nunca de vista a los niños (cfr Mt 18,10). ¡Ay de aquellos que traicionan la confianza, ay! Su confiado abandono a nuestra promesa, que nos compromete desde el primer instante, nos juzga.

Y quisiera agregar otra cosa, con mucho respeto por todos, pero también con mucha franqueza. Su espontanea confianza en Dios no debería de ser nunca herida, sobre todo cuando eso ocurre con motivo de una cierta presunción (más o menos inconsciente) de ocupar el lugar de Dios. La tierna y misteriosa relación de Dios con el alma de los niños no debería ser nunca violada. Es una relación real que Dios la quiere y Dios la cuida. El niño está listo desde el nacimiento para sentirse amado por Dios, está listo para esto. Apenas está en grado de sentirse que es amado por sí mismo, un hijo siente también que hay un Dios que ama los niños.

Los niños, apenas nacidos, comienzan a recibir como don, junto a la comida y los cuidados, la confirmación de la cualidad espiritual del amor. Los actos de amor pasan a través del don del nombre personal, el lenguaje compartido, las intenciones de las miradas, las iluminaciones de las sonrisas. Aprenden así que la belleza del vínculo entre los seres humanos apunta a nuestra alma, busca nuestra libertad, acepta la diversidad del otro, lo reconoce y lo respeta como interlocutor.

Un segundo milagro, una segunda promesa: nosotros - papá y mamá – ¡nos donamos a ti, para que tú te dones a ti mismo! Y esto es amor, ¡que trae una chispa de aquello de Dios! Pero ustedes papás y mamás tienen esta chispa de Dios que dan a los niños, ustedes son instrumento del amor de Dios y esto es bello, bello, bello.

Sólo si miramos los niños con los ojos de Jesús, podemos verdaderamente entender en qué sentido, defendiendo a la familia, protegemos a la humanidad! El punto de vista de los niños y el punto de vista del Hijo de Dios. La Iglesia misma, en el Bautismo, a los niños les hace grandes promesas, con las que compromete a los padres y a la comunidad cristiana. La santa Madre de Jesús -por medio de la cual el Hijo de Dios ha llegado a nosotros, amado y generado como un niño- haga a la Iglesia capaz de seguir el camino de su maternidad y de su fe. Y san José -hombre justo, que ha recibido y protegido, honrado valientemente la bendición y la promesa de Dios- nos haga a todos dignos de hospedar a Jesús en cada niño que Dios manda a la tierra. Gracias.

Mercedes De La Torre
radiovaticana.va

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martes, 13 de octubre de 2015

Aniversario del Milagro del Sol en Fátima, relato del Dr. José Maria de Almeida



Dr. José Maria de Almeida Garrett
Testigo ocular del Milagro y profesor de la Facultad de Ciencias de Coimbra, Portugal

"Debió haber sido la 1:30 p.m cuando se elevó, exactamente en el lugar en el que se encontraban los niños, una nube de humo, delgada, fina y azulada, que se extendía unos dos metros por encima de sus cabezas, donde se evaporaba. Este fenómeno, perfectamente visible a simple vista, duró unos pocos segundos. Debido a que no me di cuenta de cuánto tiempo duró este fenómeno, no sé si fue más o menos un minuto. El humo se disipó abruptamente y, después de un tiempo, volvió a aparecer, y luego una tercera vez.

"El cielo, que había estado nublado todo el día, súbitamente se aclaró; la lluvia paró y parecía como si el sol estuviera a punto de llenar de luz el campo que la mañana invernal había vuelto tan lóbrego. Yo miraba el lugar de las apariciones en un estado sereno, aunque frío, en espera de que algo pasara, y mi curiosidad disminuía, pues ya había transcurrido bastante tiempo sin que pasara nada que llamara mi atención. Unos momentos antes, el sol se había abierto paso entre una capa gruesa de nubes que lo escondían y brillaba entonces clara e intensamente.

"De repente escuché el clamor de miles de voces, y ví a la multitud desparramarse en aquel vasto espacio a mis pies ... darle la espalda a aquel lugar, que hasta ese momento había sido el foco de sus expectativas, y mirar hacia el sol en la otra dirección. Yo también di la vuelta hacia el punto que atraía su atención y pude ver el sol, como un disco transparente, con su agudo margen, que brillaba sin lastimar la vista. No se podía confundir con el sol que se ve a través de una neblina (en ese momento no había neblina), pues no estaba velado ni opaco. En Fátima, el sol conservó su luz y calor, y se destacó claramente en el cielo, con un margen agudo, parecía una mesa de juego. Lo más sorprendente era que se podía mirar directamente al disco solar, sin que los ojos se lastimaran o se dañara la retina. [Durante ese tiempo], el disco del sol no permaneció inmóvil, se mantuvo en un movimiento vertiginoso, [pero] no como el titilar de una estrella con todo su brillo, pues el disco giraba alrededor de sí mismo en un furioso remolino.

"Durante el fenómeno solar, el cual acabo de describir, ocurrieron también cambios de color en la atmósfera. Al mirar al sol, noté que todo se estaba oscureciendo. Primero miré los objetos más cercanos y después extendí mi vista hacia el horizonte. Ví que todo había adquirido un color amatista. Los objetos a mi alrededor, el cielo y la atmósfera, eran del mismo color. Todo había cambiado, tanto lo cercano como lo lejano, adquiriendo el color amarillento del damasco viejo. Parecía como si la gente padeciera de ictericia y recuerdo haber tenido una sensación de diversión al ver lo fea y nada atractiva que se veía la gente. Mi propia mano era del mismo color.

"Entonces, súbitamente, escuché un clamor, un grito de angustia de la gente. Fue como si el sol, en su girar enloquecido, se hubiera desprendido del firmamento y, rojo como la sangre, avanzara amenazadoramente sobre la tierra como si fuera a aplastarnos con su peso enorme y ardiente. La sensación durante esos momentos fue terrible.

"Todos los fenómenos que he descrito yo los observé en un estado mental de calma y serenidad sin trastorno emocional. A otros les toca interpretarlos y explicarlos. Por último, debo declarar que nunca, ni antes ni después del 13 de octubre [1917], he observado ningún fenómeno, atmosférico o solar, similar."

El relato completo del Profesor Almeida Garrett se puede encontrar en Novos Documentos de Fatima (ediciones Loyola, San Paulo, 1984)

fatima.org

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jueves, 1 de octubre de 2015

Si Dios existe… ¿por qué hay tanto mal en el mundo?

No es lo mismo escribir dios que Dios. Con o sin mayúscula porque cuando nos referimos a un ser singular y concreto, lo escribimos con mayúscula. Y Dios es un ser singular y concreto. Por tanto, partimos del hecho de que Dios es el Ser del cual proviene toda existencia (cosa que no implica que todo sea Dios). Y además, es ser personal, consciente, tal y como puede constatarse en incontables pasajes de la Biblia. No es una especie de energía o un conjunto de leyes. No.

La segunda idea es pues, que Dios tiene una manera concreta de ver las cosas, un punto de vista propio sobre todo lo que pasa. Sobre todo lo que nos pasa. Además, por ser Él la Verdad, Su conocimiento es absoluto y veraz.

La tercera y última idea es que Dios no permite el mal porque sí. En palabras de San Agustín “Porque el Dios todopoderoso […] por ser soberanamente bueno, no permitiría jamás que en sus obras existiera algún mal, si Él no fuera suficientemente poderoso y bueno para hacer surgir un bien del mismo mal” (San Agustín, Enchiridion de fide, spe et caritate, 11, 3).

Si hasta aquí estamos de acuerdo, continuamos.

Muchas veces no entendemos el por qué nos ha pasado esto o aquello: una enfermedad terminal, la muerte de un ser querido, una guerra o suspender un examen que habíamos preparado a conciencia. Y es que hay ocasiones que humanamente son difíciles de explicar. Conocemos el qué, pero no el por qué que le precede. Así, hemos dicho que si Dios permite algo, aunque sea un mal, es para sacar un bien mayor de esa circunstancia o suceso.

Aquí entra la visión sobrenatural, que no es más que ver la vida con los ojos de Dios. Sin quedarse en el plano meramente humano. De esta manera damos un relieve nuevo a nuestra vida y, aunque aun así sigamos sin entender el por qué de algunas situaciones, no perderemos de vista que es Dios quien está detrás y que algo bueno sacará de allí, por muy negro que lo veamos todo. Nos ayudará a mantener la alegría y la confianza en el Señor, a mantener la paz en nuestra alma y a conocer e identificar nuestra voluntad con la suya en todo momento, llevando así una vida propiamente cristiana, imitando a Cristo.

La pregunta ahora es: ¿Cómo se consigue esta visión sobrenatural? La respuesta: mediante la oración y la práctica de los sacramentos. Cultivando la vida interior. Tratando a Jesús, conociéndole, luchando por mantener la presencia de Dios a lo largo del día buscándole en nuestros quehaceres diarios.

Es un círculo virtuoso. Cuanto más cerca de Dios estemos y más le conozcamos, más fácil nos será ver con sus ojos. Y cuanto más veamos con sus ojos, más fácil será identificar nuestra voluntad con la suya y acercarnos más a Él.

La Virgen María, María madre nuestra, nos da claro ejemplo:

“[…] Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios […]” (san Lucas 2, 16-21)

En definitiva, puede que haya muchas ocasiones en las que no entendamos lo que nos está sucediendo; pero, llenos de fe y de vida, hemos de confiar en Dios porque sabemos que Él tiene sus motivos, a veces ocultos a los hombres. También, no podemos olvidar que siempre tenemos la posibilidad de acudir a María y encomendarnos, pedirle que nos ayude a estar muy cerca de su hijo. Que nos enseñe a quererle.

jóvenescatólicos.es

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jueves, 24 de septiembre de 2015

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Uno se abandona totalmente o no lo hace

Para que el abandono sea auténtico y engendre la paz, es necesario que sea total.

Que pongamos todo, sin excepción, en las manos de Dios, no buscando nunca interferir, “salvar” por nuestros medios, ni en el dominio material, ni afectivo, ni espiritual. No se puede recortar la existencia humana en sectores: algunos en los cuales sería legítimo abandonarse en Dios con confianza y otros, por el contrario, en los cuales uno debería “arreglárselas” exclusivamente por cuenta propia.

Y sepamos una cosa: toda realidad que no hayamos abandonado, que queramos manejar por nuestra cuenta sin dar “carta blanca” a Dios, seguirá de alguna manera inquietándonos. La medida de nuestra paz interior será la de nuestro abandono, por lo tanto, la de nuestro desprendimiento.

El abandono implica también una parte inevitable de renuncia, y es eso lo que nos resulta más difícil de aceptar. Tenemos una tendencia natural a aferrarnos a una cantidad de cosas: bienes materiales, afectos, deseos, proyectos, etc. Y nos cuesta terriblemente soltarlos, pues tenemos la impresión de perdernos, de morir.

Es entonces que debemos creer con todo nuestro corazón en la Palabra de Jesús, en esta ley de “el que pierda gana”, tan explícita en el Evangelio: “Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará” (Mt. 16, 25). El que acepte esta muerte del desprendimiento, del renunciamiento, encuentra la verdadera vida.

El hombre que se aferra a alguna cosa, que quiere salvaguardar un dominio cualquiera de su vida para administrarlo según su conveniencia sin abandonarlo radicalmente entre las manos de Dios, hace un mal cálculo: se carga de preocupaciones inútiles y se expone a la inquietud de la pérdida.

Por el contrario, el que acepta poner todo en las manos de Dios, de dejarle el permiso de tomar y de dar según su capricho, encuentra una paz y una libertad interior inexpresables. “¡Ah, si supiéramos lo que se gana renunciando a todo!”, decía Santa Teresa del Niño Jesús. Es el camino de la felicidad, porque si dejamos a Dios libre de elegir a su antojo, es infinitamente más capaz de hacernos felices que nosotros mismos, porque nos conoce y nos ama mucho más que lo que nosotros nos conocemos y nos amamos.

San Juan de la Cruz expresa esta misma verdad en otros términos: “Todos los bienes me han sido dados a partir del momento en que no los he buscado más”. Si nos desprendemos de todo poniéndolo en manos de Dios, Él nos dará mucho más, cien veces más, “en la presente vida” (Mc. 10, 30).

Jacques Philippe
Extraído de "Busca la Paz y consérvala. Pequeño tratado sobre la paz del corazón"
iglesia.org

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lunes, 21 de septiembre de 2015

Novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael


El 29 de septiembre la Iglesia celebrará la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, quienes aparecen en la Biblia con misiones importantes de Dios. Por ello, aquí una novena en honor de estos tres amigos del cielo que tienen la tarea de defender al hombre en la lucha contra los planes del demonio.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

Oración a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael:

San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo.

Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración.

Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor.

Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros. Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa. Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén.

(Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

Invocaciones finales

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros. Amén.

Abel Camasca
aciprensa.com

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sábado, 8 de agosto de 2015

Papa Francisco: El demonio te da un poco de diversión pero “al final te deja solo”


El Papa Francisco dijo a los jóvenes de todo el mundo que hoy llegaron al Vaticano para reunirse que la principal dificultad que tiene en su Pontificado es “encontrar siempre la paz del Señor” y advirtió sobre los engaños del demonio que ofrece un poco de diversión pero “al final te deja solo”.

En un encuentro con jóvenes de distintos países del Movimiento Eucarístico Juvenil en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Pontífice habló de manera improvisada de varios temas, entre ellos de algunas cuestiones personales.

En respuesta a una joven brasileña sobre las principales dificultades que como Papa tiene que afrontar, Francisco se refirió a “ encontrar siempre la paz del Señor, esta paz que solamente Jesús te puede dar. En los trabajos, en los compromisos el desafío es encontrar esa paz que significa que el Señor te acompaña, que el Señor está cerca”.

Francisco pidió “saber distinguir la paz de Jesús de otra paz que no es la de Jesús”. “La verdadera paz viene siempre de Jesús. También algunas veces viene en una cruz. Pero es Jesús el que te da paz en esa prueba. No siempre viene como una cruz, pero siempre la paz verdadera es de Jesús”.

La otra paz, la “superficial”, es “aquella que te hace estar contento, te contenta un poco pero es superficial, viene del ‘enemigo’, del diablo”. Quien piensa así “tiene dentro un engaño”. “Es necesario pedir esta gracia de saber distinguir, de saber conocer cuál es la paz de Jesús y cuál es la paz que viene del enemigo, que te destruye”. El demonio “te hace creer que este es el camino y después, al final, te deja solo”, advirtió.

El Obispo de Roma pidió a los jóvenes recordar que “el diablo es un mal pagador, nunca paga bien. ¡Siempre te estafa! Te hace ver las cosas maquilladas y tú crees que es es lo bueno, que te da paz, pero vas ahí y al final no encuentras la felicidad”.

Explicó que el signo de la paz de Jesús “es la alegría, la alegría profunda; el diablo nunca te dará alegría. Te dará un poco de diversión, hará un poco de ‘circo’, te hace feliz un momento pero nunca te da esa alegría”. Esa alegría “sólo te la puede dar Jesús dándote el Espíritu Santo”.

Signos reales de alegría en la Iglesia

Otro de los jóvenes preguntó sobre los signos reales de alegría en la Iglesia en el siglo XXI y sobre los momentos de mayor alegría desde que es Papa.

“Ver a los jóvenes como vosotros que creen que Jesús está en la Eucaristía, que creen que el amor es más fuerte que el odio, que la paz es más fuerte que la guerra, que el respeto tiene que ser más fuerte que el conflicto es una esperanza y a mi me da alegría”.

“Jesús se manifiesta siempre en la paz. Si te acercas a Jesús te da paz, te da alegría. Y cuando te encuentras con Jesús –en la oración, en una buena obra, en una obra de ayuda al otro- sentirás la paz y también la alegría”.

El Papa también invitó a los jóvenes a buscar a Jesús y advirtió de que a veces uno puede sentir cierto “estupor”. Es “el estupor de encontrarse con Jesús”. Al final uno se encuentra con “estupor, paz y alegría”.

Sobre la Eucaristía

El último en preguntar fue un joven argentino sobre la “profundidad de la Eucaristía”. “Siempre ayuda pensar en la Última Cena. Y aquella palabra que Jesús dijo cuando dio el pan y el vino, su Cuerpo y su Sangre: ‘Hagan esto en memoria mía’”, respondió Francisco.

“La memoria de Jesús está presente allí, la memoria de Jesús que, en cada misa, está ahí y nos salva ahí; la memoria de ese gesto de Jesús, que después de esto fue al Huerto de los Olivos a comenzar con su Pasión. Es la memoria de un amor tan grande que ha dado su vida por mi”.

Francisco explicó que la Eucaristía “no es solamente un ritual, no es una ceremonia.... hay ceremonias preciosas, ceremonias militares, culturales: ¡no! Es otra cosa: es ir allí, al Calvario, donde Jesús dio la vida por mí. Cada uno debe decir esto y con esta memoria, viendo a Jesús, recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Jesús, profundizar en el Misterio de la Eucaristía”.

Álvaro de Juana
aciprensa.com

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jueves, 6 de agosto de 2015

La Transfiguración del Señor

6 de Agosto

Señor Jesús: transfigúranos también a
nosotros en nuevas creaturas,
totalmente agradables al Padre Dios.


Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.

Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.

Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".

El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.

Eso sigue sucediendo a las personas que rezan con fervor. La oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.

Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.

Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo. Es su Hijo Unico. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen. Verdaderamente merece nuestro amor este Redentor tan amado por su Padre que es Dios.

ewtn.com

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sábado, 1 de agosto de 2015

San Alfonso María de Ligorio

Obispo, Doctor de la Iglesia por sus escritos sobre la moral.
Fundador de la Congregación del Santísimo Redentor (los Redentoristas)
Patrón de confesores y moralistas.
(1696-1787).

Fiesta: 1 de agosto

Nació en Nápoles el año 1696; obtuvo el doctorado en ambos derechos, recibió la ordenación sacerdotal e instituyó la Congregación llamada del Santísimo Redentor. Para fomentar la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y a la publicación de diversas obras, sobre todo de teología moral, materia en la que es considerado un auténtico maestro. Fue elegido obispo de Sant’ Agata de’ Goti, pero algunos años después renunció a dicho cargo y murió entre los suyos, en Pagami, cerca de Nápoles, el año 1787.

Biografía

San Alfonso nació en Nápoles el 27 de Septiembre de 1696. Sus padres Don José de Liguori y Doña Ana Cavalieri eran de familias nobles y distinguidas.

Era un "niño prodigio" con gran facilidad para los idiomas, ciencias, arte, música y demás disciplinas. Empezó a estudiar leyes a los 13 años y a los 16 años presentó el examen de doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Nápoles. A los 19 años ya era un abogado famoso.

Conversión

Según se cuenta, en su profesión como abogado no perdió ningún caso en 8 años, hasta que un día después de su brillante defensa, un documento demostró que él había apoyado (aunque sin saberlo), lo que era falso. Eso cambió su vida radicalmente.

Hizo un retiro en el convento de los lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722. Estos dos eventos reavivaron su fervor. Al año siguiente, en dos ocasiones oyó una voz que le decía: "abandona el mundo y entrégate a mi". Hizo voto de celibato y abandonó completamente su profesión. Muy pronto Dios le confirmó cual era su voluntad.

Se fue a la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia a pedir ser admitido en el oratorio. Su padre trató de impedirlo, pero al verlo tan decidido le dio permiso de hacerse sacerdote pero con la condición de que se fuese a vivir a su casa. Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano.

Hizo los estudios sacerdotales en su casa. Fue ordenado sacerdote en 1726 a los 30 años. Los dos años siguientes se dedicó a los "vagos" de los barrios de las afueras de Nápoles.

La predica sencilla desde el corazón

En los comienzos del siglo XVIII combatió la prédica muy florida y el rigorismo jansenista en los confesionarios. El predicaba con sencillez. El santo decía a sus misioneros: "Emplead un estilo sencillo, pero trabajad a fondo vuestros sermones. Un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla".

San Alfonso abandonó su casa paterna en 1729, a los 33 años de edad y se fue de capellán a un seminario donde se preparaban misioneros para la China.

En 1730 el Obispo de Castellamare, el Monseñor Falcoia, invita a Alfonso a predicar unos ejercicios en un convento religioso en Scala. Este hecho tuvo grandes consecuencias, porque ayudó a discernir a las religiosas una revelación que tuvo la hermana María Celeste. El día de la transfiguración de 1731, las religiosas vistieron el nuevo hábito y empezaron la estricta clausura y vida de penitencia. Así comienza la Congregación de las Redentoristas.

En 1732 se despide de sus padres y vuelve a Scala, y con la ayuda y colaboración de un grupo de laicos, a los 36 años funda la Congregación del Santísimo Redentor, cuya primera casa perteneció al convento de las religiosas. San Alfonso era el superior inmediato y Monseñor Falcoia era el director general.

Grandes pruebas

Al poco tiempo comenzaron los problemas. La congregación se dividió entre los dos superiores. Al poco tiempo la hermana María Celeste se va a fundar otra congregación. A los 5 meses el santo se quedó solo con un hermano, pero mas tarde se presentaron nuevos candidatos y se estableció en una casa más grande.

En 1734 funda otra casa en Villa degli Schiavi y se dedica a misionar allí. Su confesionario estaba siempre lleno. Trataba a sus penitentes como almas que era necesario salvar.

En 1737, se divulgan rumores sobre la casa de Villa degli Schiavi y San Alfonso decide suprimir esa fundación. Al año siguiente también cierra la casa de Scala.

Organizó misiones en Nápoles por 2 años a pedido del Cardenal Spinelli, arzobispo.

En 1743, al morir Mons. Falcoia, San Alfonso vuelve a ocuparse de su congregación como superior general y se encarga de redactar las constituciones. A pesar de la oposición de las autoridades españolas, los misioneros reorganizados fundan varias casas.

En 1748 San Alfonso publica en Nápoles la primera edición de su "Teología Moral". La segunda edición apareció entre los años 1753 y 1755.

En 1749 el papa Benedicto XIV aprobó la congregación y a partir de eso, el éxito fue enorme.

En 1750, los Jansenistas comienzan a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso defiende a Nuestra Señora, publicando "Las Glorias de María".

San Alfonso era estricto, pero a la vez tierno y compasivo.

En el proceso de beatificación el P. Cajone dijo: "A mi modo de ver, su virtud característica era la pureza de intención. Trabajaba siempre y en todo, por Dios, olvidado de si mismo. En cierta ocasión nos dijo: 'Por la gracia de Dios, jamás he tenido que confesarme de haber obrado por pasión. Tal vez sea porque no soy capaz de ver a fondo en mi conciencia, pero, en todo caso, nunca me he descubierto ese pecado con claridad suficiente para tener que confesarlo' ". Esto es realmente admirable, teniendo en cuenta que San Alfonso era un Napolitano de temperamento apasionado y violento, que podía haber sido presa fácil de la ira, el orgullo y de la precipitación.

Obispo

A los 60 años fue elegido obispo de Sant' Agata de' Goti, diócesis pequeña con 30,000 habitantes, diecisiete casas religiosas y cuatrocientos sacerdotes entre los cuales habían varios que no practicaban su ministerio sacerdotal o llevaban mala vida. Algunos celebraban la misa en 15 minutos. San Alfonso los suspendió "ipso facto", a no ser que se corrigiesen, y escribió un tratado sobre ese punto: "En el altar el sacerdote representa a Jesucristo, como dice San Cipriano. Pero muchos sacerdotes actuales, al celebrar la misa, parecen mas bien saltimbanquis que se ganan la vida en la plaza pública. Lo mas lamentable es que aun los religiosos de ordenes reformadas, celebran la misa con tal prisa y mutilando tanto los ritos, que los mismos paganos quedarían escandalizados….Ver celebrar así el Santo Sacrificio es para perder la fe".

Poco tiempo después se desata en su diócesis una terrible epidemia que San Alfonso había profetizado 2 años antes. Se morían por millares. El santo, para ayudar a las víctimas, vendió todo lo que tenía y La Santa Sede le autoriza a usar fondos de la diócesis y contrae grandes deudas.

Sus esfuerzos por reformar la moralidad pública le trajo numerosos enemigos que lo amenazaron de muerte. Solía decir: "Cada obispo está obligado a velar por su propia diócesis. Cuando los que infringen la ley se vean en desgracia, arrojados de todas partes, sin techo y sin medios de subsistencia, entraran en razón y abandonaran su vida de pecado".

Dirigió la diócesis de Santa Agata por 19 años.

Y mas pruebas...

En Junio de 1767, sufre un terrible ataque de reumatismo que casi lo lleva a la muerte.

Al terminar de celebrar la misa el 21 de septiembre de 1774, San Alfonso se desmayó y quedó inconsciente por 24 horas. Cuando regresó en sí, dijo a los presentes: "Fui a asistir al Papa, que acaba de morir". El Papa Clemente XIV muere el 22 de Septiembre de 1774.

En 1775 San Alfonso pidió a Pío VI que le permitiera renunciar al gobierno de su sede. El Papa le concede teniendo en cuenta su enfermedad. San Alfonso se retiró ciego y sordo. Fue a pedir hospitalidad a sus hijos espirituales, en Nocera, cerca de Nápoles, pensando así acabar tranquilamente sus días.

En 1777, los Redentoristas son atacados de nuevo. El Santo sufre con paciencia muchas humillaciones a causa de la traición de Monseñor Testa que era Capellán del Rey. El Santo se vio excluido de la congregación que había fundado.

Dios le reservaba una prueba aún mas dura. Entre 1784 y 1785, el santo atraviesa por un terrible periodo de "noche obscura del alma", sufre tentaciones sobre su fe y sus virtudes. Se ve abrumado por sus escrúpulos, temores y alucinaciones diabólicas. Le duró 18 meses, con intervalos de luz y reposo. A esto le siguió un periodo de éxtasis, profecías y milagros.

Gran escritor

Sus últimos 12 años de vida se dedicó a escribir, aumentando así sus obras ascéticas y teológicas. Sus mas conocidos libros son: La Practica de amar a Jesucristo, la Preparación para la muerte, las Glorias de María.

La Teología Moralis fue una obra que influyó en la formación del clero hasta hace pocos años.

El santo murió 2 meses antes de cumplir 91 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787.

El Papa Pío VI en 1796 decreta la introducción de la causa de beatificación de Alfonso María Ligorio. La beatificación se da en 1816

Fue canonizado en 1839.

En 1871 fue declarado Doctor de la Iglesia y propuesto como patrono de los confesores y de los teólogos de moral.

corazones.org

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viernes, 31 de julio de 2015

Matrimonio, un compromiso natural

Cuando pensamos en matrimonio, se nos viene a la mente nuestro matrimonio civil, las firmas, los testigos, y claro, el matrimonio religioso, las damas, las flores, la fiesta.

Pero el matrimonio es mucho más que firmas y eventos, es anterior a cualquier documento. El matrimonio es la forma natural de la especie humana de asegurar la procreación y la transmisión de la cultura. Cada especie tiene sus rituales específicos para salvaguardar su continuidad.

El matrimonio natural tiene su propia esencia, no lo invento el hombre; como toda institución trasciende y supera al individuo que la compone. El matrimonio como institución social natural, contiene pues lo necesario para cubrir nuestras necesidades básicas de orden en los lazos de sangre, de continuidad y da inicio a la familia.

Para lograr la continuidad de la especie, necesitamos procrearnos de forma natural; es posible hacerlo artificialmente, pero el porcentaje mayoritario ha de ser de ésta forma, de lo contrario estaríamos en peligro de extinción… ¿Se imaginan qué costoso y complicado sería hacerlo únicamente de manera artificial? Ya hemos visto muchas películas sobre esto y conocemos el final.

Para hacerlo de forma natural, forzosamente necesitamos que este matrimonio sea entre un hombre y una mujer.

Para establecer seguridad y orden, necesitamos que sea para toda la vida, simplemente, como protección a los hijos y a la misma pareja.

Es como una inversión muy grande: necesitas un contrato de muchos años -más de 50- para poder recuperarla, de lo contrario no te conviene. Le estás invirtiendo todo tu ser, no es cualquier cosa… Ahora, como toda inversión, las cosas pueden salir mal, pero son excepciones, y no se puede actuar con base en eso.

La misión, tanto del matrimonio civil como del religioso, es la de adecuarlo a la cultura y valores de cada región. El matrimonio civil lo revestirá con las leyes locales y el matrimonio religioso con las leyes de Dios.

Un matrimonio civil que no es total y que no tiene como finalidad la procreación, es un documento que únicamente avala el deseo de estar juntos, es un convenio de convivencia, un contrato muy reducido, que otorga ciertos derechos y obligaciones. Deja de ser una institución social para convertirse en mero trámite legal.

El matrimonio religioso ha de ser lo más parecido a la ley natural si nos jactamos de decir que Dios es el creador de la naturaleza misma. Por eso, los casados dan voz y cuerpo al amor invisible de Dios, y el ¡sí, te quiero! se convierte en un acto de amor pleno y generoso que da continuidad y cuidado a la creación.(1)

¿Qué pasa si le damos traste al matrimonio religioso o civil? Mientras el hombre sea hombre siempre serán mayoría los que busquen el matrimonio natural, así que no nos agobiemos, el mundo no se va a terminar… Hasta en las peores películas sobreviven unos cuantos.

Mons. Chaput, Arzobispo de Filadelfia, nos explica claramente que las decisiones de la Corte no cambian en nada la naturaleza de hombres y mujeres; nos invita a promover con amor una cultura saludable del matrimonio.

Renovar la institución del matrimonio no significa cambiar sus bases, significa volver a sacar la gloria en él. Es como restaurar una obra de arte, en donde los restauradores devuelven la originalidad y belleza a un bien cultural.

Para restaurarlo hay que eliminar el enfado, la falta de unión, la pornografía, la infidelidad y el exceso de trabajo; iluminarlo con el amor de Dios y la diversión en pareja.

Y por último, darlo a conocer: un matrimonio a la vez, el tuyo y el mío, el de los vecinos, el de los compadres… No hay que dejarnos llevar por informaciones amarillistas llenas de pesimismo; si nos lo proponemos, nos daremos cuenta que son muchos los matrimonios felices y las historias heroicas de grandiosas familias a nuestro alrededor. Y sobre todo, para que el matrimonio natural recupere su esplendor, hay que contar las historias buenas, que son muchas.

1) El Libro del Matrimonio, José Pedro Manglano
yoinfluyo.com

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jueves, 30 de julio de 2015

Lo aprendió con mas de cuarenta años

Fue Frédéric Soulié un autor francés que compuso algunas novelas y obras de teatro de no escaso valor literario. Nacido en Foix, al sur de Francia, en el año 1800, murió a sus 47 años de edad en Bièvres, cerca de París.

En su última y larga enfermedad, fue asistido en un hospital por una hermana de la Caridad y observó más de una vez que ésta pasaba entre sus dedos las cuentas de un Rosario en sus momentos de descanso. Picado por la curiosidad, un día le preguntó:
-¿Qué reza usted, hermana?
-Rezo el Rosario -le contestó ella.
-¿El Rosario? -repitió él con voz de asombro-. ¿Y eso qué es?
-¿Usted, ese gran literato -dijo la hermana- de verdad que no sabe lo que es el Rosario?
-Pues... no, francamente, no. ¿Me lo quiere explicar?
La hermana no se hizo de rogar. Y acto seguido, empezó por preguntarle:
-¿Sabe usted el Padrenuestro?
-Hace años que no lo rezo, pero... seguramente que lo recordaré.
-¿Y el Avemaría? -inquirió la monjita.
-Tal vez, también la recordaré.
-Entonces; pues, vamos a empezar.
-¿A empezar el qué?
-A meditar sobre los quince misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Cada Misterio, un Padrenuestro y diez Avemarías. Eso es rezar el Rosario. ¿Lo empezamos? Le alargó el Rosario al literato francés y se oyó la voz débil pero emocionada de éste diciendo: El primer Misterio...
-¡De gozo! -dijo la hermana como un eco de su gozo interior.

Nota: Si quieres aprender a rezar el Rosario, accede a http://webcatolicodejavier.org/comorezarelRosario.html

webcatolicodejavier.org

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Artículo de la semana:

Vengo por ti

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la c...

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