viernes, 26 de octubre de 2012

Los Santos también pueden interceder

Jesús es el único mediador y en esa mediación participan los santos

Un Solo Mediador: Cristo Jesús
Jesucristo es único Mediador que reconcilió a Dios y los hombres. Siendo Dios, Jesús es uno con el Padre a quién los hombres ofendimos; siendo hombre, Jesús representa a los que necesitaban reconciliación. La mediación de Cristo única e insustituible.

San Pablo: "hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús" (1 Tim 2,5).

Participación de María y los santos en la única mediación de Jesucristo

1 Tim 2,5 enseña que Cristo es el único mediador. ¿Qué dice la Iglesia Católica?
La Iglesia católica siempre ha enseñado la mediación singular de Cristo, la cual no excluye la colaboración de los santos.

Recordemos que el Nuevo Testamento se escribió en griego. La palabra griega que traducimos como "un" (1 Tim 2,5), en su original griego es "HEIS" que significa "uno" pero en sentido no excluyente. San Pablo pudiese haber escogido "MONOS" que si es excluyente. De manera que el texto citado por si solo no niega ni afirma la posibilidad de que otros cooperen con Cristo en Su mediación. Debemos entonces recurrir al resto de la Biblia para estar seguros de la doctrina. Comencemos con los cuatro versículos que le preceden: (1Tim 2, 1-4):

Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. ( I Timoteo 2,1-4)

Vemos que, junto a la enseñanza de la mediación única de Cristo, San Pablo RECOMIENDA que oremos unos por otros. Plegarias y oraciones son actos de mediación. Numerosos pasajes bíblicos confirman esta enseñanza sobre la intercesión>>>, incluso la intercesión de los santos del cielo.

San Pablo, como buen maestro, puso las cosas en orden. Nos enseña la importancia de orar unos por otros y enseguida nos enseña que esa oración sólo es eficaz gracias a que estamos unidos al único mediador: Cristo.

Jesús es el único mediador pero todos debemos cooperar como canales EN (unidos a) SU mediación. La Virgen Santísima y los santos NO son otro camino de mediación, NO son otra alternativa. Decimos que su mediación es posible porque están EN CRISTO, porque son UNO con EL.

La mediación de María y los santos no es otra separada de la mediación de Jesús sino cooperación con la misma. Es por lo tanto una mediación en sentido secundario pero importante por ser querida por Dios. Los santos son mediadores "por cooperar en nuestra reconciliación, disponiendo y ministrando la unión de los hombres con Dios" (Sto. Tomás de Aquino, Summa Theologica, III, 48,1). Toda persona, en cuanto coopera con la gracia divina, participa en la única mediación de Jesús.

Esta enseñanza es bíblica y pertenece a la Tradición Apostólica: Dios se place de que sus hijos, por amor, colaboren en SU obra de salvación. Esto es precisamente participar en la mediación de Jesús. Esa colaboración continúa en el cielo. Es así que la Virgen, los santos y los ángeles en el cielo nos ayudan.

Cristo continúa hasta el fin de los tiempos su obra de mediador, ya no para meritar la gracia de perdón hacia los hombres sino para comunicar la gracia ya ganada en la Cruz una vez para siempre. María y los santos NO ofrecen otra mediación alterna sino que participan en la única mediación de Cristo. Cuando Jesús envía a sus discípulos a evangelizar es El por medio de ellos. El único mediador actúa a través de los miembros de su Cuerpo Místico, la Iglesia.

¿Por qué ir a los santos si podemos ir a Jesucristo?
Aclaremos:
1- Sólo por medio de Jesús podemos tener acceso al Padre.
2- La oración central de la Iglesia es la Santa Misa, la cual está dirigida directamente al Padre por medio de Jesucristo.
3- Los católicos bien formados saben que están llamados por el bautismo a vivir por Cristo, con EL y en EL. La oración diaria es primariamente dirigida a Dios por medio de Jesucristo.
4- Si vivimos en Cristo, somos conscientes de que Su Cuerpo Místico está compuesto de una multitud de hermanos y hermanas. Dios es Padre y se complace en que sus hijos se amen y se ayuden mutuamente.
5-Recurrir a los santos nunca sustituye nuestro recurso a Dios. Más bien sus vidas nos enseñan cómo vivir el Evangelio y a relacionarnos auténticamente con Dios. Además ellos desde el cielo rezan por nosotros.
6- Dios ha querido la comunión entre los santos. Jesús pidió que seamos UNO. Esta unidad no es sólo una teoría sino que se manifiesta con AYUDA MUTUA que expresa AMOR. Ese amor que nos une es manifestación del amor de DIOS. (Cf. Jn17)
7-Si bien existen excesos, personas que rezan a los santos aparte de Jesús, este grave error no se corrige ignorando el plan de Dios que es la comunión de los santos en Cristo.

Oramos directamente a Jesucristo, pero unidos, ayudándonos unos a otros. La oración más perfecta es la Santa Misa en la que nos unimos directamente al sacrificio único de Cristo. En Cristo, nos unimos también con los santos.

Cristo todo lo puede por si solo pero ha querido valerse de sus santos para continuar su enseñanza y su obra.

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» Lucas 10,16

¿Qué tal si San Pablo hubiese dicho: "Yo no rezo por los hermanos porque ya Jesús reza por ellos"?
¿Qué tal si San Pedro hubiese dicho: "yo no anuncio el Evangelio, porque Dios puede hacerlo El mismo"?, ¿Hizo mal San Pablo al encomendarse a las oraciones de las comunidades?

-Dios quiso que colaborásemos. Esto ha sido siempre la fe de la Iglesia. Dice Jesús:

"En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14,12-13)

La mediación de María y los Santos
Miller Yamith, joven colombiano

La palabra "mediación" puede entenderse de dos maneras
La primera la presento con un ejemplo sencillo: un niño rompe el vidrio de una casa; el niño no tiene el dinero para reponer el costo o valor del vidrio, por lo cual su padre paga del vidrio. Nuestro Señor Jesucristo pago por nuestros pecados, pues como dice la palabra, no hay justo ni aún uno; por lo tanto todos somos necesitados de la gracia "Gracia = Favor no ganado". Jesús dio su vida y nos ha salvado. Nadie puede pagar hacer lo que hizo Jesús en la cruz. Nadie sino sólo Jesucristo puede ser mediador entre Dios y los hombres y solo Jesús puede salvarnos y darnos vida eterna. Esta es la fe de la Iglesia católica y en esto estamos de acuerdo con nuestros hermanos separados.

Ahora, existe otro tipo de mediación secundaria. Se presenta cuando alguien actúa como vínculo entre la persona que necesita ayuda y la persona que puede darla. Ejemplo: una pareja de novios va por la calle cogidos de la mano, como es de notar él la quiere mucho, y es lógico que anhela su felicidad; se le acerca un niño a la novia y le dice: - ¿Podría regalarme algo de comer?, no tengo dinero y no he comido. La novia se conduele del niño y le dice a su novio: - Amor, si tienes dinero cómprale algo y dáselo. El novio toma con gusto la petición de su amada y la cumple.
Esta mediación es diferente a la primera, más también cabe la palabra mediador.

Mediación de los santos en la Biblia:
Utilizamos la Biblia protestante (Reina de Valera) para facilitar el diálogo con nuestros hermanos protestantes:

María en las bodas de Cana: Jn 2,1: y al tercer día hiciéronse unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fue también llamado Jesús y sus discípulos á las bodas. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen. Y díjole Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? aún no ha venido mi hora. Su madre dice a los que servían: Haced todo lo que os dijere. (RVA).

Moisés intercede repetidas veces ante Dios por los israelitas cuando estos pecaban

Ex 32,30:
Y aconteció que el día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado: más yo subiré ahora á Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. Entonces volvió Moisés á Jehová, y dijo: Ruégote, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, bórrame ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió á Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve pues ahora, lleva á este pueblo donde te he dicho:
he aquí mi ángel irá delante de ti; que en el día de mi visitación yo visitaré en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.

Nm 11,10: Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno á la puerta de su tienda: y el furor de Jehová se encendió en gran manera; también pareció mal á Moisés. Y dijo Moisés á Jehová: ¿Por qué has hecho mal á tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mi? ¿Concebí yo á todo este pueblo? ¿engendrélo yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, á la tierra de la cual juraste á sus padres? ¿De dónde tengo yo carne para dar á todo este pueblo? porque lloran á mí, diciendo: Danos carne que comamos. No puedo yo solo soportar á todo este pueblo, que me es pesado en demasía. Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal. (RVA)

Nm 14,19: Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado á este pueblo desde Egipto hasta aquí. Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.

Nm 21,5: Y habló el pueblo contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? que ni hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo: y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino á Moisés, y dijeron: Pecado hemos por haber hablado contra Jehová, y contra ti: ruega á Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo á Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre la bandera: y será que cualquiera que fuere mordido y mirare á ella, vivirá. (RVA)

Dios mismo es quien pide se haga la mediación en el libro de Job.

Jb 42,7: Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job. Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job. Fueron pues Eliphaz Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamatita, é hicieron como Jehová les dijo: y Jehová atendió á Job. (RVA)

En la epístola a los hebreos, se nos habla de los que ofrecen sacrificios por los pecados de otros:

Hebreos 5,1
Porque todo pontífice, tomado de entre los hombres, es constituido á favor de los hombres en lo que á Dios toca, para que ofrezca presentes y sacrificios por los pecados: Que se pueda compadecer de los ignorantes y extraviados, pues que él también está rodeado de flaqueza; y por causa de ella debe, como por sí mismo, así también por el pueblo, ofrecer por los pecados. Ni nadie toma para sí la honra, sino el que es llamado de Dios, como Aarón. Así también Cristo no se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, más el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy; Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote eternamente, según el orden de Melchisedec. El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le obedecen; nombrado de Dios pontífice según el orden de Melchisedec.

Romanos 15:30
"Pero os suplico, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo, que luchéis juntamente conmigo en vuestras oraciones rogando a Dios por mí"

Efesios 6:18
"Siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos"

Apocalipsis 5:8
Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las
oraciones de los santos.

Otras citas que muestran intercesión de los santos:

Hermanos, orad por nosotros. (1Tes 5,25)

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros (2Tes 3,1)

Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, (Rom 1,9)

no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, (Ef 1,16)

Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, (1Tes 1,2)

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; (1Tim 2,1)

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; (1Pe 3,12)

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; (Ap 5,8)

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. (Ap 8,3-4)

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos.... (Heb 12,1)

Jesús dijo que los suyos podrán hacer aun cosas mayores que El. Esto es posible solo porque Jesús actúa por medio del los suyos.

En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. - Juan 14,12

Somos un solo Cuerpo: el de Cristo
(Ver también: Comunión de los Santos)

Algunos dicen: ¿Si voy directo a Cristo, para qué necesito a los santos? Esa dicotomía es falsa. María y los santos son uno con Jesús por ser miembros de Su Cuerpo Místico. La unión con los santos no dificulta nuestra unión directa con Cristo, al contrario, la fomenta. La mediación de los santos EN CRISTO se entiende sólo cuando comprendemos la profunda unidad que hay en SU CUERPO MÍSTICO.

Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿dónde el olfato? Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los miembros, mas uno el cuerpo. 1 Cor. 12,13-20

Dios ha creado una comunión de personas y cada cual tiene su lugar en la gran comunión que es la Iglesia. A Dios le place que nos ayudemos unos a otros, que seamos hermanos, es más, nos lo ordena.

La enseñanza sobre la unidad del Cuerpo es muy importante para comprender nuestra vocación cristiana en que cada uno debe servir a los demás pues somos uno. Dios ha querido hacernos uno en El y llamarnos a participar en su obra redentora. Dios como Padre se complace en nuestra colaboración.

Para entender pensemos en una familia. ¿Si los hermanos se ayudan unos a otros, acaso eso ofende la autoridad del padre? Hay que entender que TODO viene de Dios, aún la gracia necesaria para orar por otros.

En el Cuerpo Místico todos están unidos a Cristo y con Su poder se ayudan mutuamente.

San Pablo nos enseña la radical unidad entre Cristo y el cristiano:

y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2,20)

Cuando San Pablo u otro santo predica, sana, hace milagros, sólo puede ser por la única mediación de Cristo que vive en EL.

Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! ( II Corintios 5,20)

Como Cuerpo Místico, participamos en la vida y la obra de Cristo: Es cierto que Cristo es el único juez, el único pastor, el único rey, el único mediador, pero los cristianos también son todo eso EN EL:

1- Jesucristo es el único juez supremo y los cristianos serán jueces en el cielo. (Cf. Mat. 19,28; Lucas 22,30; 1 Cor. 6,2-3).
2-Jesús es el único Pastor (Cf. Juan 10,16) y establece pastores (Cf. Juan 21,15-17; Ef 4,11)
3-Jesús es el único Rey y nosotros Reinaremos con EL: (Cf. Apocalipsis 4,4, 10).
4-Jesús es el único Mediador y en El, los santos son mediadores (Cf. St 5, 16; Ap 5,8; 6,9; 8,3-4; 18,18-20)

Jesús enseña que los suyos son mediadores para que otros crean y sean uno:

"No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí" (Juan 17,20-23)

Repetimos, no se trata de otra mediación sino la única de Jesús que se manifiesta en los santos gracias a que son uno con El y forman Su Cuerpo Místico.

También en el cielo los santos interceden por nosotros:

Hemos dicho que sólo podemos interceder en cuanto estamos unidos a Cristo. Pues bien, si entendemos que en el cielo los santos están más perfectamente unidos a Cristo, también entenderemos que en el cielo la intercesión por nosotros es mucho más poderosa.

Los santos del cielo no están desconectados de nosotros sino que nos asisten, aun mejor que nos asistimos unos a otros en la tierra. En el cielo todo es amor, la Iglesia es triunfante en Cristo. Todos los que están en el cielo son santos, pero algunos son muy conocidos en la tierra porque la Iglesia los ha señalado por su santidad extraordinaria, más que nadie a la Virgen Santísima siendo la Madre de Dios y madre nuestra. Por eso desde los comienzos del cristianismo se la invoca como poderosa intercesora.

Cuando recurrimos a la Virgen María o a los santos y decimos que nos hizo un milagro, se entiende que es con el poder de Dios. Si un amigo en la tierra nos consigue un favor, le damos gracias y podemos decir: “fulano me hizo tal favor”. Sabemos, claro está, que lo puede hacer gracias a Dios. Igualmente si pedimos la intersección de un santo, podemos decir: San Francisco me concedió tal cosa. Ciertamente es importante recordarlo más a menudo: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡TODO VIENE DE DIOS!!!!!!!.

San Pablo nos hace conscientes de que estamos en comunión con los santos:

"Vosotros, en cambio, os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel" ( Hebreos 12,22-24)

"Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone" (Hebreos 12,1)

También:

"Vino un ángel con un incensario de oro, y se puso junto al altar. Le entregaron muchos perfumes, para que aromatizara las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro situado delante del trono. Y por manos del ángel subió a la presencia de Dios el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los santos" Ap 8,3-4 (Ver también Ap 5,8)

Los santos piden por los hombres en la tierra, que se haga justicia: (Cf. Ap. 6,9; 18,18-20)

Santiago 5,16 enseña: "Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder." Si aceptamos que los santos en el cielo son justos, y lo son más que nosotros, entonces este pasaje también se aplica a ellos.

Conclusión: La intercesión de los santos no remplaza ni compite con la oración directa a Dios, más bien le da más fuerza por la comunión de amor con que se hace. Es cuestión de poner las cosas en su lugar: Jesucristo es el único mediador; todos los santos son de Cristo y, unidos a EL, colaboran en su mediación para extender su reino. Somos familia de Dios EN CRISTO.

corazones.org

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