miércoles, 26 de enero de 2011

Te escribe Jesús



Querido(a):

No, no te asustes por que te escriba esta carta. No me tengas miedo. No ha llegado tu hora. Pero me preocupa que pasa tu vida y aún no me conoces. Quiero que entres en mi amor antes de que sea ya tarde. ¿Por que no me dejas llegar a tu corazón?

Cuando te levantabas esta mañana, te miraba con ternura y esperaba que me hablaras aunque fuera unas palabras, pero estabas muy ocupado arreglándote para el trabajo y pensando en tus asuntos. Seguí esperando mientras corrías camino al trabajo.

¿No te fijaste qué esplendoroso fue el amanecer que hice para ti? ¿Es que andabas mal humorado por las demoras del tráfico?. Por eso quise alegrarte con el trinar de miles de pájaros, esperando que así vieras más allá, la grandeza de mi amor. Pero era inútil. Estabas absorto en las noticias de la radio. No te diste cuenta de nada.

Esperé pacientemente todo el día. Cuantos momentos quise tocar tu corazón. Te envié personas con sonrisas en sus labios. ¿Recuerdas aquel niño tan simpático y travieso que tropezó contigo en la calle?. Lo puse en tu camino para hacerte pensar que eres tu también un niño en manos de tu Padre Celestial. Pero, con todos tus planes y preocupaciones, aquello te pareció una molestia.

De regreso a casa vi tu cansancio y quise refrescarte un poco con una suave brisa. Mas tarde apagué el resplandor del cielo creando un maravilloso espectáculo de colores celestes. Aquella puesta de sol era para ti. Pensé que te recordaría cuanto te quiero...

Deseaba tanto que me hablaras... aún quedaba tiempo. Pero encendiste el televisor... así que espere pacientemente mientras pasabas de programa en programa tratando de relajarte y pasar el tiempo.

Al cenar pensé que recordarías que todo procede de mi amor por ti, pero nuevamente te olvidaste de hablar conmigo.

En la noche no te dejé a oscuras, sino que hice salir una hermosa luna y millares de estrellas, pero no levantaste la cabeza.

A la hora de dormir acompañé tu sueño con las suaves melodías de mis animales nocturnos, pero no te diste cuenta de que siempre estoy a tu lado.

TE AMO tanto que espero todos los días por una oración tuya. ¿Cuándo será que te des cuenta? Será algún paisaje hermoso, una mano amiga, o quizás una enfermedad o alguna desgracia que te haga pensar en mi amor que nunca falla...

Bueno, te estas levantando de nuevo, y otra vez esperaré a que me dediques un poco de tiempo para que conozcas mi corazón lleno de amor por ti. Si supieras cuánto te amo y cuánto deseo tu amor....

Maria Mediadora de Todas las Gracias

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