jueves, 17 de noviembre de 2011

La vida centrada en Jesucristo 1ª Parte

Cuando nosotros hablamos de la vida, o mejor aún, de mi vida no sólo nos referimos a la vida biológica sino que nos referimos a las experiencias y vivencias, nos referimos a nuestros proyectos, a nuestros éxitos, a nuestros fracasos, a nuestra familia, a nuestro trabajo, a ese diario lidiar, ese convivir, ese luchar, ese reír y ese llorar.

Nos referimos a nosotros mismos, a mí mismo.

La vida, mi vida soy yo viviendo.

Pero lo que quizás no me doy cuenta es que mi vida tiene un eje, un centro alrededor del cual ella gira, se desenvuelve.

Así como el planeta tierra que gira alrededor de su propio eje, igual pasa con nuestra vida. El problema es que no todos somos conscientes de esto y ello puede traer sus consecuencias.

No se si a ustedes les ha sucedido que les pasan algunas cosas y no entienden porqué. Es verdad que la vida está rodeada de misterios sin explicación, pero hay muchas cosas que sí tienen explicación pero no las entendemos porque no vivimos de manera suficientemente consciente.

¿Cuál es el eje que hace girar mi vida?

El hombre es un ser que nació libre y que en todo momento tiene necesidad de elegir, incluso cuando dice que no elige: esto ya es una elección, una opción, una decisión.

Ahora bien, así como elegimos qué ropa nos ponemos o qué vamos a hacer de comer hoy, también elegimos cosas más importantes como si me caso o no me caso y con quien me caso. Elijo cuántos hijos quiero tener, etc.

Pero en el fondo de la vida está la gran elección que es decidir cual quiero que sea el eje de mi vida, en torno a que quiero que mi vida gire.

Como les dije, es probable que incluso en algo tan trascendental e importante como esto algunos no seamos tan conscientes de esta decisión, pero esto no quita que nuestra vida actualmente esté girando en torno a un eje principal.

Para algunos la vida gira en torno al dinero y a las cosas que el dinero consigue: cosas materiales, lujos, placeres, etc. centran su vida en el tener y en el placer.

Otros centran su vida en el trabajo: es única obsesión, es su única motivación o, al menos es la más importante.

Otros quizás centran su vida en un ser querido, en un amante, o en un hijo y todo gira alrededor de aquella persona al grado de vivir un tanto alienados de otras experiencias y vivencias.

Otros viven en torno a sí mismos en una experiencia egocéntrica y narcisista, olvidándose de los demás.

Ahora, la propuesta de hoy es centrar la vida en Jesucristo. Pero vienen a mi mente una serie de preguntas: ¿por qué centran la vida en Jesucristo? ¿Esto no puede significar otra forma alienada de vida, una vida fanatizada? ¿Debo rechazar o renunciar amar a otras personas, a gustar de la vida, a tener algunos placeres lícios, etc?

iglesia.org

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