martes, 3 de abril de 2012

«¿Entonces, también tú te dejaste extraviar?»

Vivimos en un mundo donde el amor mismo es condenado: lo llaman debilidad, cosa que hay que superar. Algunos dicen: «El amor no tiene importancia, hay que desarrollar más bien sus fuerzas; qué cada uno se vuelva tan fuerte como pueda; ¡y qué la debilidad perezca!» También dicen que la religión cristiana con sus sermones sobre el amor, es del pasado... Es así: os vienen con estas doctrinas, y hasta encuentran a gente que las adopta voluntariamente.

El amor es desconocido: «el Amor no es amado» decía en su tiempo San Francisco de Asís; ¡y algunos siglos más tarde en Florencia, santa María Magdalena de Pazzi tocaba las campanas del monasterio de su Carmelo para que el mundo sepa qué bello es el Amor! Yo también, ¡yo querría tocar las campanas para decir al mundo qué bello es amar!

El neo-paganismo (…) puede repudiar el amor, la historia nos enseña que, a pesar de todo, venceremos este neo -paganismo con el amor. No abandonaremos el amor. El amor recobrará los corazones de estos paganos. La naturaleza es más fuerte que la filosofía. Que una filosofía condene y rechace el amor y lo llame debilidad, el testimonio viviente del amor renovará siempre su fuerza para conquistar y cautivar los corazones de los hombres.

«Invitación al heroísmo en la fe y el amor»
Beato Tito Brandsma

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