Cada 25 de Julio la Iglesia celebra la fiesta del Apóstol Santiago; llamado “el mayor” para distinguirlo del otro Apóstol Santiago, a quien se llama “el menor”.
Hijo de Zebedeo, pescador del Mar de Galilea, y de Salomé, era hermano de Juan, el discípulo amado y estando los dos arreglando las redes a orillas del Mar de Galilea recibieron el llamado de Jesús y "al punto, dejadas las redes y a su padre, le siguieron" (Mateo 4:22).
Santiago formó parte del selecto grupo que, junto con Juan y Pedro, fueron admitidos a presenciar la resurrección de la hija de Jairo, la Transfiguración y acompañaron al Señor durante su agonía en el Monte de Getsemaní.
La lectura del los Evangelios deja traslucir que, tanto Santiago y como Juan, eran impetuosos y apasionados en su celo evangélico y fuertes de carácter. Y por estas características recibieron de labios del Señor el nombre "Boanerges", hijos del trueno.
Un día, camino a Jerusalén, la madre de Santiago, Salomé, acudió al Señor y le pidió que les concediera a sus hijos sentarse, uno a la derecha y otro a su izquierda, cuando Jesús restaurara su reino. Los dos hermanos, ignorantes todavía de la naturaleza espiritual del Reino de Dios, se unieron a su madre en esta petición. Y a la afirmación de que ellos estarían dispuestos a beber del cáliz que Jesús bebiera, y de ser bautizados con el bautismo de Sus sufrimientos, el Señor les aseguró que ellos compartirían Su pasión. Los Hechos de los Apóstoles nos cuentan que Santiago fue el primer Apóstol en ganarse la corona del martirio.
Después de la Ascensión del Señor a los cielos y la venida del Espíritu Santo los Apóstoles se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Santiago predicó el Evangelio en Judea y Samaría y, según una antigua tradición, poco después se trasladó a España.
Los caminos lo llevaron primero a Galicia, donde estableció una pequeña comunidad cristiana, y luego a la cuidad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza, donde sus enseñanzas no fueron aceptadas rápidamente. Cuenta la tradición que en dicha ciudad la Santísima Virgen, estando todavía viva, se le apareció al Apóstol para alentarlo en su tarea y que gracias a ella el corazón del pueblo se abrió a la prédica del la Buena Nueva.
Luego de sembrar los primeros fundamentos de la Fe Católica en España, Santiago se trasladó a Jerusalén, donde encontró el martirio durante la persecución que el rey Herodes Agripa I desencadenó en dicha ciudad contra los cristianos.
El Apóstol fue sepultado en Jerusalén, pero, según una tradición española que data del 830, el cuerpo de Santiago fue trasladado a Compostela, donde todavía hoy sus reliquias son visitadas por miles de peregrinos cada año.
Es el patrono de España y en América hay numerosas ciudades dedicadas al Apóstol.
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sábado, 25 de julio de 2009
25 de julio: Santiago Apóstol
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