Madre Teresa de Calcuta
El silencio es lo más importante para orar. Las almas de oración son almas de profundo silencio. Y lo necesitamos para poder ponernos verdaderamente en presencia de Dios y escuchar lo que nos quiere decir.
Este silencio debe ser tanto exterior como interior, dejando de lado nuestras preocupaciones. Debemos acostumbrarnos al silencio del corazón, de los ojos y de la lengua.
El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón.
Dios es amigo del silencio, que nos da una visión nueva de las cosas. No es esencial lo que nosotros decimos, sino lo que Dios nos dice y dice a través de nosotros.
iglesia.org
martes, 8 de septiembre de 2009
La oración en el silencio
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Vengo por ti
Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la c...
Una auténtica Santa de nuestro tiempo. Todo en ella me parece ejemplar: su ejemplo, su lucha y su legado. Ella, que se dedicó a los más pobres de entre los pobres, repetía a menudo que no era necesario irse a la India para practicar la caridad. Que el amor podía consistir en una sonrisa al que vive más cerca. En fin, que nunca olvidemos sus palabras. Un saludo Ivan. Veo que sigues al pie del cañón día tras día. Enhorabuena!
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